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8A La Prensa Panamá, domingo 18 de mayo de 2025 La opinión de Hilde Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. gobierno u organización en la búsqueda de objetivos públicos o gremiales beneŒciosos. Es sabido que, fuera de ambientes artiŒciales, se perciben cosas que no se destacan a simple vista. A pesar del riesgo que implica singularizar materias, sugeriría que resulta tan dañino disimular, aminorar o camu¨ar la trascendencia de los asuntos de Estado recientemente disputados, como lo es utilizar la mentira y la violencia callejera para generar miedo con Œnes políticos. Lo ocurrido en las calles —grave perturbación del orden público, daños a la propiedad ajena, ruina de los productores nacionales y riesgo para vidas humanas— es un motín social plani- Œcado que atenta contra la Constitución y la economía social. Se trata de acciones ilegales, ajenas al marco del Código de Trabajo, Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Ni salpullido… Contraste moral vivan mejor”. Así, deŒnía la política como “la capacidad de pensar en el nosotros y no en el yo”. Ateo contumaz, nunca le negó a la Iglesia Católica su papel indiscutible en el desarrollo de la cultura y el conocimiento occidental. Al morir, después de un sepelio multitudinario en Montevideo, pidió ser incinerado y que sus cenizas fueran enterradas junto a un árbol en su Œnca, al lado de donde se enterró a su perra Manuela. La misma Œnca donde pasó gran parte de su vida. Sin duda, Don Pepe fue un personaje que pregonó con el ejemplo y que siempre se caracterizó por su honestidad con sus propias ideas, cuyo eje central fue el bienestar de las mayorías. Pero, mientras el mundo se queda sin el inmenso Pepe Mujica, somos testigos de cómo un despreciable personaje como Donald Trump hace alarde de todo lo contrario. Únicamente sabe hablar de lo maravilloso que es él, de sus ideas y de qué forma todo lo que hace automáticamente es lo más grandioso que ha existido en la historia de la humanidad (lo dice literalmente con esas palabras). Como bien comentó en una entrevista hace unas semanas el escritor español Arturo Pérez-Reverte, estamos viendo en directo la caída de un imperio. A lo largo de la historia, muchos imperios han desaparecido, y todos han tenido más o menos el mismo patrón de decadencia: gobiernos unipersonales que no permitieron el disenso y se caracterizaron por hacer únicamente lo que se le antojaba al líder supremo. Lo que ha cambiado es que los imperios tomaban mucho Daniel R. Pichel Motín social y heridas abiertas Legalidad vs. ilegalidad Las normas de convivencia pública dependen de nuestro comportamiento respecto de ellas. En consecuencia, condicionar nuestra conducta en cualquier sentido depende de que tanto gobernantes como gobernados entendamos lo valioso que poseemos y lo pernicioso que se está incubando aquí, día tras día. Sobre esto, hace poco comentaba con un destacado dirigente civilista lo fútil que resulta expresar opiniones, observaciones y críticas objetivas sobre temas nacionales. Existe el riesgo de que ni las lean ni las escuchen los destinatarios que detentan poder, porque se consideran sobradamente ilustrados y no las requieren, o recelan del comentarista y lo ven como enemigo. Grave error: las ideas, juicios o conceptos —sean institucionales o individuales— deben considerarse aliados de todo Esta nueva hostilidad no es para nada ingeniosa; deliberadamente entremezcla varios temas para afectar simultáneamente todo el tejido social y ver cuál de ellos prende mejor. En consecuencia, genera estragos por donde pasa y, al Œnal, produce la decadencia de la sociedad en su conjunto. Estamos aventurándonos entre la tolerancia de la ilegalidad y el abandono de los procesos institucionales: autoridades oŒ- ciales demasiado prudentes en el resguardo del orden de convivencia, y ciudadanos comunes claudicando ante la negación de la verdad y la aceptación de sesgos que lesionan nuestra dignidad nacional. Todo lo que hoy reina en el ambiente se inclina hacia objetivos destructivos. Termino con una plegaria: quisiera ver a nuestra nación digna y respetada, con plena armonía entre sus componentes, con equilibrio real en sus instituciones, sin contradicciones sociales ni jurídicas, sin privilegios, y con cada cual cumpliendo sus responsabilidades cívicas. Anhelo, también, que la disensión educada y respetuosa sea un motor de cambio, y no hostilidad entre unos y otros. Repito: disentir pública y democráticamente, con fundamento, jamás será fuente de inestabilidad; es, en verdad, la alternativa al desgarro del entorno social. Opinión EL AUTOR fue embajador de Panamá en la ONU. EL AUTOR es médico. llamado la atención sobre el terrible con- ¨icto de interés que generaría un regalo como este, prohibido a nivel constitucional, y que se percibe claramente como un intento de ganar favores del presidente de Estados Unidos por parte de un gobierno que, hasta hace muy poco, el mismo Trump acusaba de patrocinar el terrorismo de Hamás. Pero no pretendamos que el presidente anaranjado rechace que le regalen un avión adornado de detalles dorados. Aunque ya se dijo que habilitar el avión catarí para funcionar como avión presidencial podría tomar dos años y una inversión de 1,000 millones de dólares para instalar los dispositivos de seguridad que requeriría. Ah, pero Trump tiene claro que, una vez que termine su presidencia, el avión será para él, y no para los presidentes que sigan, pues el regalo se lo están haciendo a él y a nadie más. Cualquier comentario que uno haga sobre este tema del avión le quitaría seriedad a la falta de respeto que esto representa hacia el pueblo estadounidense, que está siendo sometido a recortes en la planilla de agencias gubernamentales, suspensión de programas sociales y que está viendo cómo su economía se debilita rápidamente gracias a los arrebatos de su presidente y su pandilla. Si bien Roma tuvo un emperador que nombró senador a su caballo, Estados Unidos tiene un presidente que se siente emperador y que ha nombrado un montón de burros en su gabinete. Ellos se están encargando de destruir al país que por muchos años ha sido visto como un ejemplo de democracia sólida y digna de respeto. Lo injusto de todo esto es que, mientras muere Pepe Mujica, a Donald Trump no le da ni salpullido… Esta semana murió Pepe Mujica. Cuando visitó Panamá en 2017, escribí una columna que titulé “Un tipo raro...”. Porque, dada la fauna que hemos tenido en América Latina ocupando sillas presidenciales, “Don Pepe” era un personaje completamente atípico. Su sencillez y austeridad resultaban una anormalidad comparadas con el lujo y la pompa con que suelen desenvolverse nuestros líderes políticos. Aquel viernes 27 de noviembre de 2017, durante dos maravillosas horas, Pepe Mujica no hizo más que pronunciar frases de esas inolvidables que siempre marcaron su actuar, tanto en lo personal como en lo político. Se jactaba de ser el presidente más pobre del mundo, quien siempre se movilizó en su Volkswagen de 1987 porque consideraba que “cumplía su función de llevarlo de un lugar a otro”. Cuestionaba la necesidad de riquezas materiales que nuestra sociedad ha convertido en una prioridad. Tenía esa facilidad para generar un titular cada vez que hablaba: “La igualdad no se reŒere a posesiones, se reŒere a oportunidades” o “Al que le gusta mucho la plata, no debe entrar en la política. Debe dedicarse a la industria o al comercio, generar mucha riqueza, pagar sus impuestos y lograr que todos Para los amotinados, nada sirve mejor que mantener abiertas las heridas existentes y producir nuevas; si no las hay, ellos pierden su verdadera razón de ser. Sus enemigos son los que curan las heridas. Ramón Morales Quijano Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón tiempo en cumplir su ciclo de decadencia, pero ahora, dada la inmediatez que caracteriza nuestros tiempos, da la impresión de que todo está ocurriendo demasiado rápido. El gobierno de Trump se ha empeñado en hacer todo aquello que pueda incomodar a las personas decentes, estudiosas, inteligentes o con sentido común. Ha emprendido una cruzada contra las universidades, la ciencia, la investigación y la ética. Está tratando de normalizar conductas que jamás se hubieran imaginado posibles en el gobierno de los Estados Unidos, mientras destruye las instituciones en las que se basa la hasta ahora sólida democracia estadounidense. Para él, y para quienes lo acompañan en el gobierno, el concepto de con¨icto de intereses simplemente está fuera del diccionario. La corrupción, en su forma más descarada, se está convirtiendo en moneda de cambio diaria en su entorno. Para ejemplo, basta ver cómo sus hijos están creando clubes privados con el objeto de que los miembros, después de pagar cuotas de membresía de hasta medio millón de dólares, tengan oportunidad de conocer e interactuar con altas Œguras del gobierno, lo que les permitiría hacer negocios y conseguir in¨uencias en los círculos de poder. Tan solo esta semana, Mr. Trump partió a un viaje por países de Oriente Medio con el único objetivo de cerrar negocios y recibir toda la adulación que en su inmenso ego pueda tener cabida. Lo más grandioso de todo es cómo trata de hacer ver como normal que el gobierno de Qatar literalmente le regale al Departamento de Defensa de Estados Unidos un avión de lujo valorado en 400 millones de dólares, para reemplazar el avión presidencial. Hasta muchos republicanos han de los estatutos sindicales y de las asociaciones laborales. En verdad, lo que presenciamos es una estrategia cínica y voraz, dirigida a crear un caos institucional en el país. Evidentemente, no están argumentando, ni defendiendo, ni mejorando normas laborales o condiciones de trabajo, y mucho menos promoviendo la justicia social. En Panamá no existe una diferenciación social estructural, y hay mecanismos de defensa jurídica para presentar quejas y alegatos sobre barreras, prejuicios o discriminación personal. Lo que se observa, entonces, es un intento por conservar privilegios, lograr poder político y mantener la marginación de sectores importantes de la sociedad. Es su manera de profundizar desigualdades que les sirvan de bandera. Cierto es que los problemas sociales de nuestra nación son conocidos y siguen siendo preocupantes, pero la censurable permisividad con la corrupción y con los malos gobiernos no ha impedido que amplios sectores sociales se hayan esforzado en fomentar el bienestar general. Mas, para los amotinados, nada sirve mejor que mantener abiertas las heridas existentes y producir nuevas; si no las hay, ellos pierden su razón de ser. Sus enemigos son los que curan las heridas.

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