6A La Prensa Panamá, martes 13 de mayo de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. lativa. Esta mayor eficiencia generaría ventajas competitivas, facilitando el acceso a más mercados y aumentando las perspectivas de ganancias. A su vez, abrir los mercados locales a la importación de bienes extranjeros beneficiaría a los consumidores, al ofrecerles productos más baratos y de mejor calidad. Durante el siglo XIX, los avances tecnológicos en distintas industrias y en el comercio mundial propiciaron la apertura de mercados no solo a las exportaciones de Inglaterra, sino también de países como Alemania, Francia y Estados Unidos, que comenzaban a industrializarse. Sin embargo, el libre comercio —que exige que cada país elimine todas sus barreras proteccionistas, arancelarias o de cualquier otro tipo— no ha sido más que una aspiración utópica. Cada vez que una industria nacional ha sido desplazada por la competencia foránea, ya sea en el mercado internacional o en el propio país, resurgen los llamados al proteccionismo. Desde inicios del siglo pasado, muchos países industrializados comenzaron a retomar políticas proteccionistas, generando tensiones internacionales como las que desembocaron en la Primera Guerra Mundial en 1914 y en la Gran Depresión de la década de 1930, periodos marcados por el surgimiento de “guerras comerciales” multilaterales. Tras la Segunda Guerra Mundial, y luego de años de negociaciones, se firmó el Acuerdo General sobre Aranceles y ComerLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Perdón, señor presidente Rofeo presidencial Quiero pedirle perdón por llamarlo “el rofión de Las Garzas”. Expresó hace días que a usted lo ofenden y nadie le pide perdón. Dirá, “¡vaya pendejo este!”, pero, aun así, perdone. Lo más seguro es que nunca haya leído una línea de lo que he escrito. Sé que lleva una vida muy ocupada para leer, y se nota —perdone—, pero usted ocupa Las Garzas, rofea, y el resto es historia: calificativo más nombre, igual a sobrenombre o caricatura —perdone otra vez, se me sube el escritor a la cabeza. Sé que su 34% es legítimo, y que hay quien se hace el pendejo, como si todo el “mal Panamá” hubiera nacido con su mal gobierno, pero es usted quien ocupa la silla, y la sombra alargada de RM se le nota. Usted no es transparente —omnipresencia en medios no es transparencia, es “taquilla”—, mire la “yuca USA” que nos endosó. Espero no estar ofendiéndolo; si es así, le pido perdón, sin argumentar el tamaño de la mecha. Usted no tiene que ser buena gente; fue elegido para ser buen gobernante. No exagere, ni meta a su familia en esto —ni hermanos, hijas ni esposa—: a la política se viene solo. A lo otro se le llama nepotismo, aunque se disfrace de embajada o de despacho de primera dama. Y sí, es cierto: nadie debe faltarle al respeto a los familiares de la persona con la que se debate. Es ignorancia, y merece nuestro desprecio. Nos dejamos confeccionar un país de ciegos, con un par de tuertos que se ríen al ver cómo nos comemos unos a otros, un poco como usted —perdón—, en su perdón leído y reído, como contento de tenernos donde estamos. Perdone, serán cosas mías, pero aquí van mis disculpas. Y qué magnánimo usted, que ya ha pasado página, pero intuyo que seguirá rofeando, creyendo que hay que gobernar contra todos: mucha testosterona y poca neurona. Perdone: lo eligieron justo para lo contrario. Las vulnerabilidades en la gobernanza Ley 462, MoU y mina con los Estados Unidos en abril del presente año; y la posible reactivación de la minería, cuya reapertura, de manera unilateral, podría no pasar por la Asamblea Nacional. En primer lugar, dejando de lado los tecnicismos y los nuevos fundamentos introducidos en la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social, la forma en que se aprobó dicha reforma —en particular, la extensión del plazo para la revisión de la edad de jubilación— parece responder a una estrategia política de evasión del costo electoral por parte de los diputados, quienes buscan evitar las consecuencias asociadas a decisiones impopulares sobre un tema tan sensible como la seguridad social. Por otro lado, la polarización de opiniones frente a estas reformas surge de disputas ideológicas que pretenden imponer una visión sobre otra, lo que conduce a la ciudadanía a presenciar, una vez más, la postergación de soluciones estructurales a los problemas del sistema. Todo ello ocurre en nombre de reelecciones, aspiraciones políticas futuras y el afán de notoriedad, alimentado por la constante desinformación promovida por individuos que se presentan como los únicos capacitados para resolver los problemas nacionales. Adicionalmente, la firma del memorándum de entendimiento entre el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, y autoridades panameñas plantea posibles violaciones a la neutralidad de la República de Panamá y al Tratado Concerniente a la Neutralidad del Canal de Panamá. Aunque el gobierno lo niegue, el país atraviesa una crisis diplomática. Luis Credidío El espejismo del libre comercio mundial (I) Globalización económica A inicios del siglo XVIII, el comercio mundial estaba frenado por el mercantilismo: una gama de políticas impuestas por los Estados para proteger sus propios sectores económicos frente a la competencia de las importaciones en sus mercados locales. A partir de la llamada Revolución Gloriosa de 1688 en Inglaterra, surge la primera democracia moderna. La clase burguesa, nacida del comercio de bienes y servicios, impulsa la invención de tecnologías innovadoras, dando origen a la Revolución Industrial y convirtiendo la limitada manufactura artesanal en una producción industrial en masa. Para mantener un crecimiento sostenible, luego de acaparar el mercado nacional, las empresas debían expandirse hacia mercados internacionales. Así se inicia un movimiento liderado por intereses económicos y políticos que fue liberando el comercio mundial de sus ataduras proteccionistas. Como sustento intelectual de esta nueva realidad, emergieron teorías económicas que justificaban el libre comercio, tanto dentro de cada país como entre las naciones. Sus máximos exponentes, Adam Smith y David Ricardo, instaron a los países a abandonar sus políticas mercantilistas. Armados con el concepto de ventaja comparativa, demostraron que tanto el capital como el trabajo se beneficiarían si cada nación se especializaba en los sectores productivos donde gozaba de una superioridad recio (GATT, por sus siglas en inglés), que debía regir el comercio mundial entre los países industrializados y aquellos en vías de desarrollo, con la intención de retornar a los preceptos clásicos del libre mercado. En 1995, en Ginebra, se fundó la Organización Mundial del Comercio (OMC), institución supranacional donde los países ventilan sus conflictos comerciales bajo el marco legal del GATT y de la propia OMC. Con el objetivo de que los países en vías de desarrollo o emergentes no compitieran en desventaja con las naciones más industrializadas, se les permitió acogerse a una serie de excepciones a las reglas aplicables a los países desarrollados. Algunas de estas excepciones incluyen: la no reciprocidad arancelaria (trato preferencial en aranceles y cuotas de importación en los países destino), un mayor margen de subsidios a sus industrias, la aplicación de la regla de minimis —que evita sanciones por prácticas proteccionistas—, y la no implementación del principio de “nación más favorecida”. Este último obliga a los países desarrollados a ofrecer a todos los miembros de la OMC las mismas condiciones arancelarias que a su socio comercial más favorecido. Hasta aquí, todo parece razonable. El problema surge cuando, para efectos de la OMC, China sigue siendo considerada un país emergente, categoría que mantiene desde su ingreso a la organización en 2001. Esto le permite seguir beneficiándose de todas las ventajas mencionadas, lo que ha generado creciente insatisfacción entre los países desarrollados, que consideran esta situación una práctica desleal. Es evidente que, desde hace años, China es una potencia industrial consolidada y la segunda economía más grande del mundo. Opinión EL AUTOR es escritor. EL AUTOR es abogado. EL AUTOR es internacionalista y estudiante de Derecho. Pedro Crenes La carencia de personal capacitado y eficiente en materia de relaciones internacionales ha limitado la capacidad de negociación de Panamá, tanto con Estados Unidos como con la República Popular China. Resulta contraproducente, desde una perspectiva estratégica, intentar tomar partido en el contexto de la guerra comercial entre las dos principales potencias mundiales. Panamá —aunque algunos actores no lo comprendan— constituye una economía de conexión, no una economía subsidiaria de Estados Unidos. El cuerpo diplomático panameño debe comenzar por comprender la historia nacional y analizar los valores patrios antes de comprometer principios fundamentales mediante la firma de acuerdos. Su deber es servir al país conforme a sus intereses superiores, promoviendo los valores democráticos y nacionales tanto en el ámbito internacional como en el interno. Finalmente, las declaraciones del presidente José Raúl Mulino sobre la posible reapertura de Minera Panamá sin que exista un contrato que deba ser aprobado por la Asamblea Nacional resultan altamente preocupantes. De concretarse, constituirían una iniciativa arbitraria que quebrantaría el orden democrático. Aunque Panamá puede ser considerado un país con un sistema presidencialista robusto, ello no implica que el presidente goce de poderes absolutos. El papel de la Asamblea Nacional frente a cualquier propuesta del Ejecutivo relacionada con la reactivación de la actividad minera debe ser el de fiscalizar y garantizar que tales acciones no contravengan la legislación vigente ni desobedezcan los precedentes jurídicos establecidos en relación con los planes pasados, presentes y futuros sobre la explotación de recursos naturales. Cabe enfatizar que dichos recursos pertenecen al pueblo panameño, no al gobierno de turno. La limitada legitimidad democrática del actual gobierno representa una vulnerabilidad estructural en lo que respecta a la concentración del poder político, la gobernanza y los mecanismos de control institucional que sustentan al Estado. Si bien es cierto que el sistema electoral panameño permite el acceso al poder con una escasa diferencia de votos, o incluso sin contar con la mayoría absoluta del electorado, ello no implica que tales resultados confieran automáticamente legitimidad política y moral suficiente para gobernar sin restricciones. La legitimidad democrática no debe entenderse únicamente como una cuestión de resultados electorales, sino también como el ejercicio responsable del poder dentro del marco del Estado de derecho. En ese sentido, la noción de que, aun cuando el gobierno se equivoque, “este vuelve a mandar”, resulta improcedente. Los daños ocasionados por decisiones gubernamentales erróneas o arbitrarias deben estar sujetos a los mecanismos de rendición de cuentas establecidos por la Constitución y el ordenamiento jurídico, a fin de preservar la integridad institucional y la confianza ciudadana en el sistema democrático. De otro modo, nuestra democracia no será muy diferente de un régimen autoritario. A lo anterior se suman tres cuestiones que evidencian vulnerabilidades en la gobernanza panameña durante el primer año del gobierno del presidente José Raúl Mulino: la aprobación de la Ley 462, que reforma la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social; la firma del memorándum de entendimiento El problema surge cuando, para efectos de la OMC, China sigue siendo considerada un país emergente, categoría que mantiene desde su ingreso a la organización en 2001. Iván Rogelio Robles Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón La carencia de personal capacitado y eficiente en materia de relaciones internacionales ha limitado la capacidad de negociación de Panamá, tanto con Estados Unidos como con la República Popular China.
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