4A La Prensa Panamá, viernes 9 de mayo de 2025 Panorama Tal Cual Mónica Palm [email protected] NECEDAD. Thomas Heinemann siempre tuvo la razón; solo que Martinelli nunca quiso entenderlo. En al menos tres ocasiones, el consejero de la Oficina de Asuntos Extranjeros del Departamento de Estado estadounidense dejó constancia, por escrito, de que el principio de especialidad contemplado en el tratado de extradición no le era aplicable, ya que al expresidente se le permitía viajar fuera de Panamá desde el 15 de septiembre de 2019. Y todavía se niega a aceptarlo. Pareciera que la única carta que le queda es mentir en contra de lo obvio. CHANTAJE. Parece que la Comisión de Presupuesto de la Asamblea es la instancia en la que, oficialmente, sus miembros preguntan abiertamente “¿qué hay pa’ mí?” y nadie se escandaliza. Ayer, el diputado Osman Gómez se enfadó con la administradora de la ATP, Gloria De León, porque la funcionaria le dijo que no tenía fondos para invertir en Barú. En represalia, el diputado votó en contra de las partidas solicitadas por De León para costear los seguros a los turistas y varias reparaciones en Atlapa. Si está tan interesado en atraer inversiones para su circuito, ¿por qué no renuncia y busca apoyo en el sector privado, en lugar de tener a todo el sector turístico del país como rehén de sus caprichos? EMBELLECIMIENTO. Por cierto, la administradora de la ATP explicó que pintar Atlapa, limpiar sus alfombras y arreglar los pisos de los salones Las Islas y Las Totumas costará $472,000, como consecuencia de años de “desidia y dejadez”. Y eso que todavía falta reparar el techo del teatro Anayansi. FUCHI. El comején no fue lo único que encontró el presidente Mulino cuando llegó a su despacho en julio pasado. Los baños del despacho superior también han requerido importantes trabajos de pintura, pulido del piso de mármol y reparación Kevin Cabrera saluda a los presentes en la conferencia. Richard Bonilla Cabrera se estrena atacando a China y a los críticos del MoU Eliana Morales Gil [email protected] DIPLOMACIA El embajador defendió el Memorándum de Entendimiento firmado entre ambos países, negó que implique bases militares y acusó de ‘deshonestidad intelectual’ a quienes critican el acuerdo tras haber firmado otros similares. Kevin Marino Cabrera, el nuevo embajador de Estados Unidos de América (EUA) en Panamá, se presentó ayer jueves 8 de mayo ante los medios en una esperada primera conferencia de prensa, marcada por un discurso alineado con la narrativa de la administración de Donald Trump y centrado en tres ejes: seguridad, contención migratoria e influencia china en la región. La llegada de Cabrera ocurre en un momento políticamente tenso, luego de la firma de un polémico Memorándum de Entendimiento (MoU) entre ambos países que permite el uso de instalaciones panameñas por parte de personal estadounidense para entrenamientos y ejercicios conjuntos. El acuerdo ha generado cuestionamientos en distintos sectores de la sociedad civil y la política panameña, que advierten sobre posibles implicaciones para la soberanía nacional, especialmente en lo relativo al Canal de Panamá. ‘Logro conjunto’ Desde el inicio de su intervención, Cabrera expresó su intención de profundizar los lazos con Panamá. “Estoy entusiasmado de estar aquí para promover los intereses de Estados Unidos y fortalecer nuestra relación con el pueblo de Panamá”, dijo, antes de calificar como “un gran logro conjunto” el cierre de la ruta migratoria por la selva del Darién, acción que atribuyó a la coordinación entre los gobiernos de Trump y Mulino. Cabrera, de 34 años de edad, licenciado en Ciencias Políticas por la Florida International University, mezcló hábilmente gestos de cercanía: comparó a Panamá con Miami, la ciudad donde nació y creció, y elogió al emblemático Café Coca-Cola, establecimiento que visitó el día que llegó al país. Lo hizo en la introducción de la conferencia, espacio en el que también incluyó otro guiño simbólico: la elección del primer papa estadounidense, León XIV. “Es un gran honor para mí y para mi país que sea estadounidense como un católico practicante que soy”, manifestó. China: ‘influencia maligna’ Pero el foco más fuerte de su mensaje estuvo dirigido a China. Cabrera, fiel a la narrativa de Trump, advirtió que una de sus prioridades será contrarrestar “influencias malignas en la región”, refiriéndose de forma directa al gobierno chino. “China no es un buen aliado de Panamá ni de nuestro hemisferio”, sentenció, mientras aplaudía decisiones del gobierno del presidente José Raúl Mulino como el retiro del país de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (Ruta de la Seda), la auditoría a la concesión de Panama Ports y los avances en cooperación cibernética en torno al Canal. “La auditoría ha demostrado que se deben millones de dólares al pueblo de Panamá”, dijo, y acusó a China de intentar interferir en la venta de la empresa que administra los puertos. Otro de los ejes destacados por Cabrera fue el fortalecimiento del clima de negocios para atraer inversiones “estadounidenses de alta calidad” que generen beneficios reales y sostenibles. Afirmó haber sostenido reuniones con representantes de empresas norteamericanas instaladas en Panamá y se comprometió a defender un entorno empresarial “justo y transparente”. ‘Una visa es un privilegio, no un derecho’ En materia migratoria, fue directo: aunque reconoció que los panameños son “usuarios responsables” de las visas estadounidenses, lanzó una frase que sonó a advertencia: “quiero destacar que una visa es un privilegio, no un derecho”, con lo que dejó entrever que podría haber mayor escrutinio migratorio en esta etapa bilateral. “Estados Unidos sigue abierto a todos los viajeros legales y esperamos darles la bienvenida. En el tiempo que estaré en Panamá, espero conocer profundamente al pueblo panameño y juntos trabajaremos para profundizar nuestra relación y asegurar que la libertad, la prosperidad y la seguridad prosperen”, añadió. Enseguida, se dio paso a la ronda de preguntas de los periodistas. Defendió la legalidad del MoU, al igual que la declaración conjunta que ambos países firmaron el 9 de abril pasado durante la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, y cuya versión en inglés omitía el reconocimiento de la soberanía. “Puedo decir que he visto la versión en español y en inglés, son idénticas. Y las dos reconocen la soberanía de ambos países. Y, de nuevo, para aclarar el tema del Memorándum de Entendimiento, porque sé que había muchas cosas que se han dicho que no son correctas. Este es un Memorándum de Entendimiento para trabajar juntos. Todo lo que se hace, se va a hacer juntos y con la aprobación de Panamá”, aseguró. Migración, cooperación y privilegios Consultado sobre vuelos de deportación con escala en Panamá y denuncias de expulsiones sin debido proceso, Cabrera ofreció respuestas ambiguas, señalando que no conocía detalles específicos, aunque insistió en que tanto Estados Unidos como Panamá actúan dentro del marco legal. “Estas cosas, si ocurren, se hacen en conjunto con la administración del presidente Mulino”, explicó. En materia migratoria, destacó que “el Darién está cerrado” y que el flujo irregular se ha reducido en un 99%, lo que considera una victoria conjunta frente al crimen organizado. Trump, el Canal, Panamá Ante la consulta sobre cómo planea defender los intereses estadounidenses en un país donde existe malestar por las declaraciones de Trump sobre el Canal de Panamá, afirmó que el hemisferio occidental ha vuelto a ser una prioridad para Washington. Destacó que su presencia en Panamá es una muestra del renovado interés de la administración republicana en la región y del ritmo con el que se está ejecutando esa política. “Soy el sexto embajador confirmado por el Senado, y el tercero en haber llegado a su puesto”, dijo, en alusión a la celeridad con la que asumió el cargo. Cabrera evitó dar una respuesta directa sobre las controversiales declaraciones de Trump, pero reiteró que la atención actual de Washington está centrada en contrarrestar la influencia de China en el continente y, en particular, en la vía acuática. Aseguró que su trabajo se enfocará en “asegurar nuestro vecindario”, aludiendo a una cooperación hemisférica orientada a la seguridad y a la contención de lo que calificó como una expansión china que debería “preocuparle a todo el mundo”. Descartó bases militares Ante una de las interrogantes más sensibles para la opinión pública panameña, la posible instalación de bases militares, respondió que “ninguna parte de ese MoU habla de abrir bases militares”, y reiteró que todo lo acordado se basa en una lógica de cooperación bilateral. El embajador aprovechó para criticar lo que calificó como desinformación promovida con fines políticos, asegurando que algunos sectores han tergiversado el contenido del documento y que otros, en administraciones anteriores, firmaron acuerdos similares. Era la segunda vez que el embajador lanzaba un mensaje velado, esta vez aludiendo a quienes, según él, actúan con “deshonestidad intelectual” al criticar el actual Memorándum de Entendimiento pese a haber firmado acuerdos similares durante sus propios mandatos. Aunque no mencionó nombres, la alusión pareció dirigida a figuras como el expresidente Martín Torrijos (2004–2009), uno de los críticos más enérgicos del MoU y quien firmó múltiples convenios bilaterales con Estados Unidos en su momento. Con mandato claro La llegada de Cabrera a Panamá confirma sin rodeos la estrategia de Washington bajo la administración Trump: contener la influencia china, reforzar el control migratorio y garantizar que zonas clave como el Canal de Panamá sigan bajo el paraguas de Estados Unidos. Este jueves, en su primera intervención pública, se mostró firme y alineado con el discurso más duro del trumpismo, aunque matizó su tono con elogios al gobierno de Mulino y referencias cercanas a la cultura panameña. Yasser Yánez García [email protected] Embajadora de China replica a EUA RESPUESTA La Embajada de China en Panamá respondió a las declaraciones del nuevo embajador de Estados Unidos en el país, Kevin Marino Cabrera, quien señaló que una de sus prioridades será “contrarrestar la influencia maligna de China en la región”. En un comunicado, el portavoz de la misión diplomática china calificó las afirmaciones del embajador estadounidense como una violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. “No existe ninguna disposición sobre ‘contrarrestar la influencia de terceros países’”, subraya el documento. También rechazaron las acusaciones sobre la supuesta injerencia de China en el Canal de Panamá y reiteraron que el propio presidente, José Raúl Mulino, ha desmentido tales afirmaciones en varias ocasiones. “Los chinos en Panamá no son un problema y no tenemos problema con los chinos”, habría dicho el mandatario, según cita el comunicado. Sobre la participación de empresas chinas en concesiones portuarias, el comunicado enfatiza que se están realizando revisiones antimonopolio conforme a la legislación vigente y en línea con las prácticas internacionales. También expresaron su oposición a lo que consideran “coerción económica” y el uso del poder para “intimidar y perjudicar los intereses legítimos de otros países”. de grietas, a un costo de poco más de $8,000. Si lo asumimos como parte del legado de Laurentino Cortizo, resulta hasta comprensible. OMNIPRESENTE. Aunque quede fuera de Isla Margarita, MSC ya tendrá presencia en tres puertos en la entrada del Canal de Panamá: PSA, en Rodman, y —si se concreta la compra de las terminales de CK Hutchison— Balboa y Cristóbal. Pero esa “influencia” no parece molestar a Estados Unidos, que no ha dicho nada al respecto.
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