11A La Prensa Panamá, miércoles 7 de mayo de 2025 en el país. Esto, a la postre, desnaturaliza el valor intrínseco del Tratado de Neutralidad, que constituye nuestra principal y mejor defensa del Canal. De hecho, el aludido memorando ignora el contenido del artículo 5 del Tratado de Neutralidad, el cual establece que: “a la terminación del tratado, solo la República de Panamá mantendrá sitios de defensa en el país”. Por otro lado, tomar a la ligera y minimizar el impacto nacional e internacional de las insultantes declaraciones del senador Marco Rubio, al referirse a Panamá como “su patio trasero”, así como la persistente postura fraudulenta de Donald Trump sobre la supuesta “injerencia y control de China sobre el Canal”, ha constituido un error garrafal de estrategia y comunicación diplomática por parte del gobierno panameño. Peor aún ha sido tratar de justificar dicha conducta, argumentando —como lo han hecho recientemente tanto el canciller Javier Martínez Acha como el ministro para Asuntos del Canal, José Ramón Icaza Clément— que “dichas declaraciones no son ciertas y van solo dirigidas a sus electores en Estados Unidos”. Si ese fuera el caso, ¿quién nos garantiza que ustedes —representantes del gobierno panameño— no esGunayala y la erosión fonética: ¿moda o error lingüístico? ¿Respetar o confundir? El diario La Prensa del 2 de mayo de 2025 dice que gracias a una nueva ley el nombre oficial de la comarca que antes se llamó San Blas o Kuna Yala ahora es Gunayala. Imagínense que un turista visita Costa Rica y regresa a su patria diciendo que los habitantes de ese país ya no se llaman costarricenses sino ticos, porque ha oído a la gente de allí decir que ellos son ticos. Después, ese mismo turista visita Panamá y regresa diciendo que las palabras pelado y pelada son incorrectas porque en Panamá nadie las pronuncia así; todo el mundo dice pelao y pelá. Siga imaginando que todos los medios de comunicación del país del turista repiten como loros la ocurrencia de aquel viajero y nunca más vuelven a decir los costarricenses sino los ticos, o ha pelado el bollo sino ha pelao el bollo, o tengo la cabeza pelada sino tengo la cabeza pelá. Pues eso mismo está ocurriendo con la moda de llamar gunas a las cunas. Las palabras que se guardan en los libros se mantienen intactas y se llaman cultismos, pero las que se usan con frecuencia se desgastan, como herramientas que son, y se llaman vulgarismos. En la evolución de todos los idiomas se da el fenómeno de la lenición (del latín lenis = débil). No busquen lenición en el DRAE, que no viene. Es el debilitamiento de los sonidos consonantes sonoros o fuertes hasta convertirlos en sordos, o sea, menos obstructivos. Lenición es el cambio de p por b, de t por d, y de k por g. Muchas palabras latinas sufrieron lenición al pasar al castellano, como delicatus, que dio delgado, o collocare, que dio colgar. La población aborigen de la comarca llamada en nuestro idioma San Blas y en el suyo Cuna Yala comete lenición con frecuencia. Isla, en su idioma, puede ser tupu o dup, según el caso. Lo mismo ocurre con las palabras cuna o guna. Esta tendencia a debilitar los sonidos consonantes está tan arraigada entre ellos que se nota incluso cuando se expresan en español. Es común que una cuna diga “estoy esperando el bargo” en vez de “estoy esperando el barco”. Es que no notan la diferencia entre ambos sonidos. Los que siguen la moda de denominar a la población indígena por los nombres que ellos mismos se dan en sus propios idiomas para no faltarles el respeto están en un dilema: ¿cómo debemos llamar, en castellano, a los habitantes de San Blas, si ellos mismos tienen dos formas de denominarse? ¿Cunas, como pronuncian algunas veces, o gunas, como pronuncian otras? Eso de que hay que llamarlos en su propio idioma es tan absurdo como creer que se le falta el respeto a un alemán si no se le llama Deutsch, o a un vasco si no se le llama euskaldun. Hombre... no nos compliquemos la vida y llamémoslos cunas, como los hemos llamado siempre y como consta en el diccionario de nuestro idioma, independientemente de cómo se nombren en su lengua propia. Tengo un Diccionario guaimí-español-inglés escrito en 1987 por el reverendo Ephraim S. J. Alphonse, y en él veo que se usan las letras correspondientes a los sonidos oclusivos sordos, menos la letra p. Las letras correspondientes a los sonidos oclusivos sonoros están todas. En ese diccionario dice que en ngäbere a los curas se les llama badre. Es otro caso de lenición en otro idioma indígena. El principal problema de Panamá Propuestas toridad del Canal de Panamá (ACP). En 2015, la ACP manifestó su intención de diversificar sus operaciones, incluyendo la construcción de un puerto en Corozal. Este proyecto fue suspendido por demandas legales interpuestas por otra empresa portuaria, pero dichas trabas ya han sido superadas, según funcionarios de la ACP. Entonces, ¿cuál es el estatus del proyecto? Este puerto podría generar miles de empleos durante su construcción y operación, además de impulsar contratistas, subcontratistas y hasta el ferrocarril transístmico, que tendría un nuevo punto de conexión logística. Otro proyecto mencionado por la ACP es el desarrollo de una zona de desembarque para automóviles y equipos rodantes provenientes de Asia, usando el sistema roll-on/roll-off (Ro/Ro). Esta operación ya se ejecutó con éxito hace más de 30 años en Coco Solo, Colón, con vehículos rusos de las marcas Lada y Niva. Replicar este modelo en el área del Pacífico es factible, considerando la cercanía con países exportadores como Japón, Corea del Sur y China. Sería importante evaluar por qué este proyecto aún no ha avanzado. Además de estos dos proyectos, la ACP anunció otros más. La pregunta sigue siendo por qué no se ejecutan de inmediato, generando así empleos bien remunerados en el sector logístico. 3. Desarrollo de zonas residenciales y comerciales para jubilados extranjeros. Desde hace décadas, jubilados estadounidenses y canadienses se han establecido en zonas del oeste de México y Costa Rica. Panamá tomó nota de esta tendencia y, hace más de 40 años, aprobó incentivos migratorios y fiscales para atraer a este grupo. Como resultado, miles de jubilados extranjeros viven hoy en áreas como Coronado, Río Hato, Pedasí, Altos del María, Boquete e Isla Colón. Sería valioso fomentar nuevas zonas similares en otras regiones del país. Estos jubilados eligen Panamá por su seguridad, clima favorable y el uso del dólar. Muchos de ellos reciben pensiones que no les alcanzan para vivir cómodamente en sus países de origen, por lo que radicarse aquí representa una ventaja. Basta visitar Coronado o Boquete para observar cómo su presencia ha originado polos de desarrollo que incluyen supermercados, comercios, Juan Ramón Vallarino ‘Ni tan cerca que queme al santo, ni tan lejos que no lo alumbre’ Diplomacia Hasta cierto punto, puedo comprender al presidente José Raúl Mulino cuando, en Perú, se refirió al tema de la soberanía de Panamá diciendo: “Para mí sería muy fácil asomarme al balcón y aprovechar la oportunidad para aupar al pueblo panameño a salir a las calles a defender la soberanía de Panamá, pero no voy a hacer eso, ya que estaría actuando irresponsablemente, al darle oportunidad a los cabezas calientes de Panamá de desestabilizar el país. A nosotros no nos conviene la imagen de un país en controversia con los Estados Unidos, como no le conviene a ninguno en la región”. En efecto, hay algo de cierto y sensato en esa afirmación, toda vez que para nadie es un secreto que no todos los que, en Panamá, se rasgan las vestiduras haciendo alarde de patriotismo ante las insolentes y aberrantes declaraciones de Donald Trump respecto a Panamá, lo hacen con un noble objetivo. No obstante, resulta innegable que la firma del Memorando de Entendimiento no solo fue inconveniente, sino también perjudicial para los intereses panameños. Entre otras razones, por poner en riesgo el régimen de neutralidad permanente del Canal de Panamá, al permitir a los Estados Unidos una creciente y visible presencia militar tán haciendo lo mismo con nosotros? Además, si como dicen tanto el presidente José Raúl Mulino como el administrador de la Autoridad del Canal, Ricaurte Vásquez Morales, estos entrenamientos conjuntos de colaboración y movilización de tropas norteamericanas en suelo panameño —vinculados a la operación y defensa del Canal— no son nuevos y llevan más de catorce años realizándose, entonces, ¿qué necesidad había de firmar un Memorando de Entendimiento para llevarlos a cabo? ¿Acaso no fue simplemente para seguirles el juego y complacer sumisamente los requerimientos de Donald Trump, en medio de su amenaza, gritada a los cuatro vientos, de “recuperar el Canal”? Presidente José Raúl Mulino, ¿qué nivel de respeto y consideración espera recibir usted y su gobierno por parte de los panameños, si entre sus argumentos para justificar esta ambigua postura frente a la insultante conducta del gobierno de Washington, ha expresado que “debemos recordar que no estamos tratando con cualquier país, sino con la primera potencia del mundo”? Si así están las cosas —aunque seguros estamos de que, para la habitual conferencia de prensa de los jueves, no los necesita—, no sería mala idea que, haciendo alusión al viejo adagio que convenientemente nos recuerda que “es mejor prevenir que lamentar”, en la reunión con el nuevo embajador estadounidense Kevin Marino Cabrera, todos asistan provistos de guantes de seda… y rodilleras diplomáticas. EL AUTOR es jubilado. EL AUTOR es escritor y pintor. EL AUTOR es abogado. Francico Moreno Mejías restaurantes y otros servicios. Cabe destacar que este fenómeno es distinto al turismo, ya que estos jubilados son residentes permanentes y no visitantes temporales. Promover el establecimiento de más zonas similares podría generar miles de nuevos empleos en diversas regiones. 4. Plan conjunto entre el Gobierno y el sector privado. Ha llegado el momento de que la empresa privada —el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), sindicatos industriales, entre otros— acuerde con el Gobierno un plan nacional para reducir el desempleo y el trabajo informal. Este plan debe tener objetivos claros y distribuir responsabilidades: qué corresponde al Gobierno y qué a la empresa privada. Además, debe aplicarse por provincias, ya que las realidades de la capital difieren de las del interior. Solo si ambas partes colaboran estrechamente podrá enfrentarse esta problemática con eficacia. 5. Capacitación técnica y subsidios a trabajadores informales y desempleados. Muchas personas desempleadas o que laboran en la economía informal podrían recibir capacitación a través del Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh). Esta capacitación debe ser masiva. El Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Ifarhu) fue creado no solo para otorgar becas, sino también para planificar los recursos humanos del país. Esta institución debe identificar los oficios y actividades que pueden generar empleo luego de la capacitación ofrecida por el Inadeh. Durante su formación, estas personas no generarían ingresos, por lo que sería necesario implementar un plan de subsidios o préstamos a largo plazo. Estos fondos se empezarían a reembolsar una vez que las personas capacitadas consigan empleo. El sistema debe incluir un seguimiento riguroso para evitar morosidad en los pagos. En mi opinión, el principal problema que tenemos en Panamá es el desempleo y el subempleo o trabajo informal. Sin duda, otros temas como las declaraciones y la actitud del expresidente Donald Trump sobre el Canal de Panamá y la mina de cobre en Donoso son muy importantes. Sin embargo, en mi criterio, el desempleo y el trabajo informal constituyen el mayor problema del país. Constantemente se menciona que se deben crear fuentes de trabajo con salarios dignos. En esto todo el mundo está de acuerdo. Lo que hay que aclarar y concretar es: ¿cómo se logra esto? Comenzaré por aportar en este artículo de opinión algunas ideas personales, producto de mi observación constante de la situación nacional: 1. Incentivar empleos en la pequeña y mediana industria. Todos los expertos coinciden en que la mayor actividad económica en Panamá la genera la pequeña y mediana industria. Por eso, es evidente que se deben incentivar y facilitar la creación de empleos en este sector. La labor que lleva a cabo la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) es meritoria, pero deben estudiarse medidas adicionales que fortalezcan su rol. Quizás sea necesario que el Gobierno le destine más recursos. También podría considerarse el diseño de planes de financiamiento a estos empresarios a través de la banca nacional, que en este contexto puede jugar un papel clave y patriótico. No tengo una proyección concreta sobre cuántos empleos se podrían crear, pero todo indica que se trataría de miles de puestos y que podrían generarse en un corto plazo, siempre que existan las condiciones necesarias. Por tanto, no hay que esperar más tiempo: se debe actuar cuanto antes. 2. Creación de empleo a través de la AuEl MoU es perjudicial para el país, entre otras razones, por poner en riesgo el régimen de neutralidad permanente del Canal de Panamá, al permitir a los Estados Unidos una creciente y visible presencia militar en el país. Joaquín González J. Opinión
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