8A La Prensa Panamá, lunes 5 de mayo de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. principales. Me permito destacar las dos últimas: 5. Ejercer controles sobre el patrimonio institucional: los bienes bajo su custodia, los ingresos por tasas producto de los servicios prestados, así como los provenientes de concesiones y/o licencias de operación otorgadas. 6. Verificar los procedimientos relacionados con el manejo de recursos, bienes y sistemas de información de la entidad, y recomendar los correctivos necesarios. Esta última atribución se relaciona directamente con la auditoría administrativa, guiada por el Decreto 214-DGA. Su objetivo es asegurar el uso adecuado de los recursos y prevenir afectaciones y daños al Estado. Planteo entonces dos preguntas: La ingenua: ¿Los fiscales anticorrupción practican las diligencias necesarias para esclarecer los delitos contra la administración pública? Presumo que no, ya que no suelen solicitar los exámenes y auditorías realizados por los auditores internos gubernamentales. La incómoda: ¿Cuántos servidores públicos trabajan en la oficina de auditoría interna de la entidad investigada o intervenida, y cuál es Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La superioridad del capitalismo Movilidad social En 1800, el 80% de la población mundial era pobre y la esperanza de vida era de apenas 34 años. Un simple resfriado podía matar a millones, al igual que una sequía o una lluvia podían arrasar con la mitad de la población de un país. Las sociedades vivían rodeadas de violencia: las guerras, los robos, los asesinatos y otros abusos eran la norma. La contaminación en las ciudades, producto de la ausencia de drenajes y sistemas de aguas negras, afectaba a millones de personas. Esa era la difícil vida que más del 80% de la población debía enfrentar. No fue sino hasta la Revolución Industrial cuando todo eso comenzó a cambiar. La pobreza inició su descenso, que continúa hasta hoy; la esperanza de vida dio un salto enorme, alcanzando los 80 años en muchos países; el avance tecnológico permitió la invención de medicinas, vacunas, tratamientos y equipos capaces de curar enfermedades complejas. Los sistemas de drenaje y las plantas potabilizadoras de agua evitan que las personas mueran o se enfermen por consumir agua contaminada. La violencia ha cedido terreno frente a “las dulces costumbres del comercio”. Hoy somos más productivos, tenemos una mejor calidad de vida y hemos logrado que necesidades básicas como la alimentación se den por sentadas, en lugar de ser una lucha constante por la supervivencia. Pero todo esto no se ha logrado por arte de magia. Lo anterior ha sido posible gracias al sistema capitalista: un modelo basado en ideas liberales sobre el respeto a la propiedad, la libertad y la vida. Estas ideas permitieron entender que las personas necesitan un ambiente de libertad para crear los medios que satisfagan sus necesidades. En este sistema, el individuo —átomo de la sociedad— busca su máximo bene cio, pero, como diría Adam Smith, ese mismo “egoísmo” permite a otros alcanzar también su propio bienestar. Hoy hemos alcanzado una riqueza inimaginable, que ni el más poderoso rey con todo su oro habría podido obtener. Ha sido el esfuerzo, el ahorro y el trabajo lo que ha permitido que millones de personas salgan adelante. Las jornadas laborales de 14 horas han desaparecido, las personas tienen acceso a salud y educación, y pueden aspirar a una movilidad social que antes parecía inalcanzable. Todo esto ha sido posible gracias a las ideas liberales, que reconocen que la libertad es indispensable para el desarrollo del individuo. Que el Estado es un mal necesario y que deben existir instituciones que impidan que este use su fuerza contra los ciudadanos. Que los países deben respetar la igualdad ante la ley, porque sin ella, las injusticias y la desigualdad generan fricciones e interrumpen la libertad de unos a costa de otros. ¿Puede ser Trump la sombra de un nuevo neofascismo? Mesianismo político damente autoritaria, que justi ca dicho autoritarismo en la necesidad de crear un Estado fuerte e incluyente, en el cual el individuo se funde con la voluntad del Estado. Se le atribuyen al Estado características que le otorgan un signi cado subjetivo especial, de forma tal que el individuo se sienta comprometido, orgulloso y existencialmente unido a él. Slogans como “Hacer a Estados Unidos grande de nuevo” llevan implícita esa misma motivación. Desde esta óptica, la política general del gobierno de Trump busca engrandecer, demostrar fortaleza, control y dominio de Estados Unidos, tanto interna como externamente. Para lograrlo, el fascismo clásico recurre a la fuerza, imponiendo condiciones a los más débiles. Parte de la idea de que el hombre fuerte —el Übermensch de Nietzsche— debe controlar y eliminar a los débiles, incluidos los intelectuales, pues el instinto basta y la razón estorba. Estas tonalidades son evidentes en el comportamiento de Trump. Él ha a rmado que los perdedores son quienes se rinden; el triunfador, jamás. Es evidente que venera la fortaleza subjetiva y ello se reeja sin sutilezas en sus decisiones y acciones. Aunque los regímenes fascistas imponían sus metas por la vía militar, Trump utiliza el poder económico de Estados Unidos para imponer o exigir sus objetivos mediante amenazas o sanciones. También aquí puede identi carse una analogía con el comportamiento fascista. Otro rasgo del fascismo es la gura del Ramón A. Mendoza Una lección virtuosa Fiscalización Con la incorporación técnica del Decreto No. 214-DGA del 8 de octubre de 1999, por el cual se emiten las normas para el control interno gubernamental, debe considerarse el examen de la estructura de control interno como un componente de integración al plan anual de auditoría interna institucional. Esto con el propósito de fortalecer, mediante dicho control, los procesos administrativos. Los controles administrativos se relacionan con las regulaciones emitidas por la Contraloría General de la República, con el fin de asegurar el cumplimiento de los objetivos institucionales a través de la revisión y evaluación de los recursos del Estado. La integridad y la objetividad son valores inexcusables, ya que el concepto de independencia debe interpretarse como la imparcialidad del juicio del Contador Público Autorizado (CPA), y no como subordinación a quien lo haya designado en el cargo. En un caso reciente, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) ha sido señalada por los medios de comunicación. Sin embargo, internamente, su Unidad de Auditoría Interna posee seis atribuciones la remuneración de cada uno? Es decir, ¿reciben un salario sin cumplir sus funciones? El Presupuesto General del Estado establece el valor de los recursos estatales. El auditor interno gubernamental debe contar con herramientas que le permitan investigar los planos organizativo, funcional, estructural y comportamental, desde un análisis administrativo y financiero —ya sea micro o macro—, conservando siempre una mentalidad imparcial, objetiva e íntegra, conforme a los principios éticos y morales que caracterizan el perfil profesional que la sociedad panameña reclama. Mi enfoque es resolver el dilema de la corrupción mediante la implementación —en mi opinión urgente— de la auditoría administrativa. Esta guarda analogía con la auditoría interna, la de control interno, la auditoría integral, de gestión, operacional o cualquier otro término que reconozca la relación directa entre el uso de los recursos y su manejo en la administración pública. Las normas de orientación ya están definidas en los controles internos que emitió la Contraloría General en 1999. Han transcurrido 25 años y 4 meses desde su promulgación, y aún persiste el jueguito de la impunidad. Se necesita un gobierno con voluntad para hacer cumplir las disposiciones legales, que tienen por naturaleza una función activa y virtuosa. Opinión EL AUTOR es miembro de la Fundación Libertad. EL AUTOR es licenciado en administración pública y contador público autorizado. EL AUTOR es abogado, exprofesor de Ciencia Política y Teoría del Estado. José Jauregui líder con una misión mesiánica, alguien con atributos indiscutibles, designado por la providencia para dirigir al país, casi siempre sostenido por un culto a la personalidad. Trump parece convencido de que él es el mesías de Estados Unidos, de que Dios le ha con ado el destino de la nación —incluso ha dicho que fue salvado milagrosamente de un atentado, como lo hizo Hitler tras el intento de asesinato en la “guarida del lobo” en julio de 1944—. Ha declarado que es el mejor presidente que ha tenido su país, que ha logrado en corto tiempo lo que otros no pudieron, y que llevará a Estados Unidos a reivindicar su supremacía mundial. Esta a nidad con el comportamiento fascista puede explicar por qué grupos de extrema derecha, racistas y violentos en Estados Unidos simpatizan con las acciones de Trump. Lo preocupante es que esa capacidad, casi hipnótica, de in- uir en las masas que caracteriza al fascismo pueda permear en la conciencia colectiva estadounidense. Estos elementos de coincidencia podrían estar indicando la emergencia de una nueva modalidad de fascismo, al estilo Trump. Como dijo el historiador español Mario Escobar, el fascismo solo necesita un líder carismático capaz de aglutinar y movilizar a las masas para que se repitan los horrores que marcaron una época y desembocaron en la guerra más devastadora de todos los tiempos. Estados Unidos ha sido un gran país, ejemplo en muchos aspectos, baluarte de la libertad y cuna de la democracia constitucional moderna. Pero, muchas veces, la grandeza mal entendida se convierte en un peso que arrastra a los imperios más poderosos hacia su propia perdición. A escasos meses de haber asumido la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, mediante decretos ejecutivos, ha sacudido las estructuras económicas y políticas del mundo. Con una visión mesiánica sobre el destino y papel global de su país, intenta —utilizando el poderío económico— otorgarle a Estados Unidos un rol geopolítico hegemónico, imponiendo condiciones comerciales y políticas, ya sea mediante aranceles o condiciones irracionales a países más débiles, como el caso de Panamá. En otras ocasiones, recurre a so smas surgidos de su visión autoritaria para alcanzar objetivos que, según su muy personal criterio, son bene ciosos y necesarios para Estados Unidos, sin importar si ello afecta a sus socios o a sus adversarios. Pero el mundo no es Nueva York, donde puede moverse como pez en el agua, ni un reality show. El mundo es un escenario más complejo, donde una urdimbre de intereses, pensamientos e ideologías interactúan diariamente, generando consecuencias, en algunos casos, inesperadas. No entraré en ese tema. Lo que plantearé es que existe un paralelismo entre lo que conocemos como fascismo y las ideas, visión y objetivos del presidente Trump, con las variaciones propias de las circunstancias y el tiempo. El fascismo nació en Italia como corriente y doctrina política, cuyo principal gestor fue Benito Mussolini. Se caracteriza por varios elementos esenciales. Es una postura política profun- ¿Los fiscales anticorrupción practican las diligencias necesarias para esclarecer los delitos contra la administración pública? Presumo que no, ya que no suelen solicitar los exámenes y auditorías realizados por los auditores internos gubernamentales. Carlos E. López Fitzpatrick Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. 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