5B La Prensa Panamá, sábado 3 de mayo de 2025 Rumi, la hija menor de Beyoncé, debuta en el escenario junto a su madre. Escanea el código QR para más contenido en Ellas.pa. ¿Cómo viven las pérdidas los niños y adolescentes? El duelo suele asociarse con la pérdida de un ser querido, pero en realidad abarca cualquier pérdida significativa: cambiar de escuela, terminar una amistad o perder una mascota también pueden desencadenarlo. Así lo explican las psicólogas Elsa Rodríguez y Karim Sandoya, de la Fundación Piero Rafael Martínez, especializada en apoyo psicológico y manejo del duelo. ¿Qué es el duelo? “El duelo es dolor ante una pérdida significativa”, afirman las especialistas. Los seres humanos desarrollan apegos a lo largo de su vida, y mientras más fuerte es ese vínculo, más difícil es adaptarse a su ausencia. El duelo afecta tanto a nivel emocional como físico: puede manifestarse como fatiga, insomnio o cambios en el apetito. Duelo en niños y adolescentes Niños y jóvenes también experimentan duelo, aunque su forma de expresarlo varía según la edad. En menores, puede manifestarse como presión en el pecho, dolor de garganta, cansancio, dificultad para dormir o pérdida de concentración. “A veces bajan el rendimiento escolar porque no logran memorizar ni concentrarse”, señala Sandoya. Entre los cinco y siete años, los niños no comprenden del todo la muerte y suelen pensar que es reversible. Por eso es vital que el adulto explique qué significa morir, usando un lenguaje claro y directo. También es importante ofrecer medios de expresión como el dibujo, el juego o la música, ya que a estas edades verbalizar emociones es más difícil. En el caso de los preadolescentes, estos entienden el concepto de En duelo, niños y adolescentes pueden presentar síntomas como presión en el pecho, dolor en la garganta, sensación de cansancio, alteraciones en los hábitos de sueño y alimentación, pérdida de memoria, destacan expertas. iStock muerte, pero su madurez emocional aún está en desarrollo. Pueden actuar impulsivamente o tener dificultades para expresar sus emociones. En los adolescentes, el duelo se parece más al de los adultos, aunque siguen siendo propensos a respuestas impulsivas o silenciosas. En todos los casos, los padres deben hablar sobre las pérdidas por. Diana Fernández [email protected] que sus hijos atraviesan, incluso las que podrían parecer pequeñas, como cambiar de colegio o reprobar un examen. “Explicarles con palabras que puedan entender y asegurarse de que no se sientan culpables es clave”, enfatiza Sandoya. La importancia de la comunicación honesta Algunos padres, con la intención de proteger a sus hijos, ocultan información o usan eufemismos. Sin embargo, las psicólogas recomiendan ser honestos, sin detalles innecesarios, pero con claridad. “La honestidad fortalece el vínculo. El niño necesita saber que puede confiar en el adulto que lo cuida”, afirman. Frases como “no llores” o “no pienses en eso” son contraproducentes. El duelo no se evita; se vive. Por eso es importante validar las emociones del niño: “Decir ‘entiendo cómo te sientes’ ayuda a que el niño identifique sus emociones y se sienta acompañado”. El rol de los padres en el proceso Muchos adultos prefieren que un especialista hable con sus hijos sobre la muerte. Sin embargo, las psicólogas aconsejan que lo hagan los propios padres, quienes tienen el vínculo afectivo con el niño Eso sí, es importante elegir un lugar adecuado para dar la noticia. “Sitios como centros comerciales o parques no son ideales porque el niño puede sentirse cohibido. Es mejor hacerlo en un espacio íntimo y seguro”, explican. Asimismo, los padres deben reflexionar sobre cómo manejan su propio duelo. “Si me escondo para llorar, si no hablo sobre lo que siento, el niño lo nota. Ellos no solo imitan lo que decimos, también cómo lo vivimos”, dice Rodríguez. Recomendaciones para los adultos - Reconocer y gestionar el duelo propio: Sanar uno mismo es esencial para acompañar adecuadamente a los hijos. - Fomentar una comunicación abierta: El silencio no ayuda; compartir emociones fortalece el vínculo familiar. - Buscar ayuda profesional cuando sea necesario: Pedir apoyo psicológico no es debilidad, sino un acto de valentía. - Romper con mitos culturales: Abrirse a nuevas formas de vivir y acompañar el duelo permite un crecimiento emocional más sano. El duelo es parte inevitable de la vida, pero con herramientas adecuadas, comprensión y acompañamiento, niños, adolescentes y adultos pueden atravesarlo de manera más saludable. Cambiar de colegio, terminar una amistad o perder a una mascota son experiencias que pueden desencadenar un proceso de duelo. Cada individuo reacciona al duelo de manera distinta, pero existen ciertos patrones. iStock
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