6A La Prensa Panamá, viernes 2 de mayo de 2025 El país está en ebullición. Han coincidido el descontento ciudadano con la reforma a la Caja del Seguro Social, el plan para reabrir la mina de Donoso, y los acuerdos firmados con los Estados Unidos, con un presidente intransigente y acostumbrado a la imposición de su verdad. Es una tormenta perfecta en la que a la complejidad de los retos se le suma una actitud del gobierno que solo alimenta la crispación social. Desde el poder se ha promovido un pensamiento maniqueo que obliga a escoger entre dos extremos mutuamente excluyentes, cuando la realidad está llena de matices. No todo el que protesta, quiere paralizar el país, ni lo único que detiene su avance son las huelgas. La respuesta a los reclamos sociales tiene que ir más allá de enviar a los antimotines a despejar las calles. Creo que sería mucho más efectivo que el presidente José Raul Mulino despejara su mente y saliera de la esquina donde él mismo se ha ubicado. Sospecho que el mandatario es prisionero de la forma en que ha insultado y descalificado a varios sectores del país. Sus palabras han generado mucho desasosiego innecesario, erosionando la confianza necesaria para tender puentes. En este contexto: ¿Es creíble que “los cinco gatos que nunca han pagado una planilla” de Sal de las Redes se hayan convertido de pronto en blanco de elogios e invitación a conversar con el presidente? No lo sé. Lo que sí es evidente es que el gesto coincide con el crecimiento numérico de quienes se manifiestan y parece enmarcado en la visión sectaria que siguen promoviendo desde el poder: una división simplista de la sociedad entre los buenos (que apoyan al gobierno) y los malos (que buscan desestabilizar). “Es que ellos sí saben protestar” justificó Mulino, ignorando que no son los únicos que se han manifestado pacíficamente en los últimos días. La gota que derramó el vaso del descontento es sin duda el rechazo de una buena parte del país a los documentos firmados con los Estados Unidos durante la visita del Secretario de Defensa. Las amenazas de Trump pudieron haberse convertido en un factor de unidad alrededor del presidente, como ha ocurrido en otros países. No obstante, conforme el gobierno se ha ido atrincherando en eso que el canciller denominó “diplomacia silenciosa” y suestrategia de ceder aún en detrimento de la soberanía; la unidad de sectores se formó en oposición al gobierno. Es una lástima, porque la posición de Panamá se fortalecería si nuestras autoriUna mejor estrategia SABRINA SIN CENSURA dades buscaran la manera de sumar en lugar de restar. De abrir el compás a distintos sectores que han querido aportar. En lugar de eso hemos visto el mismo método para responder a las críticas: atacar al mensajero y falsas dicotomías. ¿Quién dijo que Panamá tiene que escoger entre ceder a las presiones de Trump o que Mulino lo enfrente con machete en mano como hizo Noriega? Hay opciones en el medio. Así mismo se puede cuestionar el manejo diplomático y la falta de transparencia de nuestras autoridades sin avalar las mentiras del inquilino de la Casa Blanca. Ambos planteamientos no son excluyentes. Preocupa que mientras las autoridades se entretienen haciendo de todo una confrontación, no estén viendo las señales que evidencian el fracaso de su plan de apaciguar a Trump. La nueva exigencia de que también los barcos comerciales pasen gratis por el Canal, confirma lo quemuchos analistas vienen advirtiendo: Panamá necesita una nueva estrategia. Lo mismo se aplica al plano local en el que los hashtags y slogans gubernamentales frente aldescontento solo han conseguido echar más leña al fuego. Algo muy similar pensaba el entonces candidato a vicepresidente José Raúl Mulino, cuando en medio de las protestas contra el contrato minero exhortó al gobierno de Laurentino Cortizo a parar las cuñas publicitarias, ya que según su post de X “el ambiente no está para cuentos chinos. Busquen bajar tensiones al menos”. Ojalá pudiéramos traer al presente a ese Mulino del pasadoreciente. Quizá él tendría un mejor estrategia. La Prensa armó una base de datos con el listado de la planilla legislativa, proporcionado por la Contraloría General de la República. LP La planilla millonaria del PRD lidera el gasto en la Asamblea Mónica Palm [email protected] Sabrina Bacal ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] Los 12 diputados del PRD tienen una planilla de $1.2 millones al mes, con 700 funcionarios. Este personal no se distribuye equitativamente entre los diferentes diputados. La bancada de Vamos es la más grande de la Asamblea Nacional (AN), con 20 diputados. Pero la más costosa es la del Partido Revolucionario Democrático (PRD): aunque tiene 12 miembros, mantiene una planilla que cuesta $1.2 millones al mes. La información se desprende del listado de personaldelLegislativoquedivulgó la Contraloría General de la República elmiércoles 30 de abril y que La Prensa ha colocado en una base de datos con un buscador para facilitar la localización de la información. Es evidente que la AN ha engrosado su planilla, pese a la contención del gasto público anunciada por el Ejecutivo. En junio de 2021 tenía 2,247 funcionarios; ahora son 4,022. Los 20 diputados de Vamos emplean a 142 personas, que cuestan $304,450 mensuales en salarios. Los 12 del PRD, en cambio, tienen una planilla de $1.2 millones, con 700 funcionarios. Sin embargo, este personal no se distribuye equitativamente entre los diferentes diputados. Solo en el despacho del diputado Benicio Robinson, quien además es presidente del PRD, hay 145 personas, lo que le cuesta al Estado $261,225 al mes. Robinson es el diputado con el gasto en planilla más elevado. Le siguen sus copartidarios Marcos Castillero, quien aunque emplea a más personas que Robinson (150), cuesta menos ($226,282 al mes); Jaime Vargas (82 funcionarios y $164,120), y Crispiano Adames (63 personas y $122,850). Realizando Metas (RM) tiene 14 diputados que emplean a 365 personas, que cuestan $561,150 mensuales. Aquí hay que incluir a Dana Castañeda, actual presidenta de la AN. Su despacho es el quinto en cantidad de personal (detrás de los perredistas Robinson, Castillero, Vargas y Adames). Cambio Democrático (CD), con nueve diputados (incluyendo a Nelson Jackson, quien en la práctica milita en RM), tiene a 253 personas en planilla, que cobran $361,220 al mes. En tanto, los ocho diputados del Partido Panameñista emplean a 196 funcionarios, con un costo de $251,388 mensuales. En el Movimiento Otro Camino (MOCA), donde están los diputados Grace Hernández, Ernesto Cedeño y José Pérez Barboni, se emplea a 19 personas. El salario de ese personal suma $49,150 al mes. Aparte está la diputada del Partido Popular, Patsy Lee, quien forma una bancada con los tres de Moca, aunque la mayoría de las veces vota con los de Vamos. Con Lee trabajan 11 personas. Su gasto en planilla es de $15,600 al mes. Luego está la denominada “bancada mixta”, compuesta por Osman Gómez y Joan Guevara (del partido Alianza), Isaac Mosquera (del Molirena) y Eliécer Castrellón (del Partido Popular). La planilla de los cuatro representa 102 funcionarios y salarios por $115,175 al mes. UI UNIDAD INVESTIGATIVA Panorama
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