3B La Prensa Panamá, sábado 26 de abril de 2025 Economía & Negocios Con la participación especial de: La seguridad del Canal Ruta de tránsito Franklin Castrellón economí[email protected] Basado en una narrativa falsa, el presidente de Estados Unidos (EUA), Donald Trump, ha repetido reiteradamente su intención de retomar el control del Canal de Panamá, bajo la premisa de que el gobierno de China Popular lo controla. “China opera el Canal de Panamá y no se lo dimos a China”, señaló en su discurso inaugural el 20 de enero de 2025. A pesar de que las recientes visitas a Panamá y el Canal del secretario de Estado, Marco Rubio, y del secretario de Defensa, Pete Hegseth, les dieron la oportunidad de vericar en el terreno que no hay la menor in¤uencia china en el manejo del Canal, Trump ha seguido repitiendo su falsa narrativa, en un hostigamiento sistemático contra el país. Pero Panamá no ha sido la única víctima de hostigamiento de Trump y su entorno, reunido bajo el paraguas de MAGA (Make America Great Again). También lo han sido Groenlandia, Canadá y el resto de los países del mundo que mantienen superávit en su balanza comercial con EU, liderados por China. La razón: su gobierno aplica el absurdo principio del “zero sum game” en sus relaciones comerciales. En cuanto al Canal de Panamá, como lo han reconocido expertos en la materia, no hay ejército que pueda garantizar su seguridad. Su mejor protección es que “permanezca seguro y abierto para el tránsito pacico de las naves de todas las naciones en términos de entera igualdad”, conforme lo estipula el artículo II del Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal y al Funcionamiento del Canal de Panamá. Y que siga siendo el principal activo de nuestra privilegiada posición geográca, respetado y protegido por los ciudadanos panameños. Sin esa protección, ninguna fuerza policial o militar panameña o extranjera podría garantizar la seguridad del Canal. En un ensayo titulado “La Seguridad de Panamá y del Canal: Ahora y en el futuro”, el coronel (R) del Ejército de EUA y profesor del Colegio de Guerra del Ejército, Max G. Manwaring, señalaba en 1993 que la seguridad del Canal “no depende tanto de estrategias militares convencionales, como de una política doméstica e internacional que brinde a Panamá estabilidad, progreso económico y justicia social”. Tres años antes, Lawrence T. Peter, quien se había desempeñado hasta 1989 como analista del Comando Sur en Panamá, señalaba que la autoridad responsable de la seguridad del Canal no necesariamente tiene que ser una fuerza militar; podría ser una policía como la que hoy día patrulla las riberas e instalaciones del Canal. Peter agrupó las principales amenazas al Canal en 3 categorías:1. Las armas sosticadas con amplio alcance, que podrían inutilizar el Canal, en el caso de un con¤icto bélico. Contra esa amenaza, puntualizó, no podría protegerlo una fuerza militar de 2,000, 10,000 o 25,000 tropas. 2. Las amenazas regionales, riesgo improbable a la luz de que el Canal brinda un valioso servicio sin discriminación a todos los países. 3. El terrorismo internacional, considerado es el mayor riesgo a la operación del Canal, sobre todo por enemigos de EU en los escenarios bélicos en los que se mantiene activo. A juicio de Peter, quien se jubiló en 1998 como o- cial de inteligencia naval del Ejército de E.U., “la mejor defensa contra el terrorismo es la denición de un bien elaborado plan de captación de inteligencia que permita identicar por anticipado posibles actos hostiles contra el Canal”. Esta inteligencia sería compartida entre los estamentos de Panamá y las autoridades de la ACP responsables de la protección del Canal. Estos últimos realizan ejercicios anuales de protección del Canal junto a fuerzas del Comando Sur. En Panamá también podrían presentarse amenazas, aunque estas evolucionan de forma gradual. Por ejemplo, el deterioro de la democracia podría inducir al surgimiento de otro “Noriega” o que la corrupción y el crimen organizado penetren la ACP, ya sea a través de su Junta Directiva o en los estamentos operativos. Hasta ahora, el Canal ha sido manejado de forma altamente profesional y responsable, gracias al blindaje que le brinda su Título Constitucional, que le otorga autonomía administrativa y nanciera. Pero la frágil democracia, caracterizada por una justicia que, casi por regla general, aplica inmunidad de facto a los delincuentes de cuello blanco, una burocracia con altos niveles de corrupción, especialmente en unidades clave, y un Ejecutivo acostumbrado más a pagar favores políticos que a gobernar con transparencia e integridad, crean un entorno que pudiese penetrar la agencia canalera. Varios líderes de partidos políticos lo han intentado infructuosamente. En conclusión, la defensa del Canal no requiere de fuerzas militares estadounidenses, lo cual violaría el artículo V del Tratado de Neutralidad. La mejor defensa dependerá de que los panameños removamos de la política a guras corruptas, adecentemos el sistema de justicia y generemos políticas que reduzcan las desigualdades en el ingreso per cápita. Como subrayaría Manwaring al nal de su sesudo ensayo, “la seguridad del Canal de Panamá ha estado (y está) inextricablemente ligada a la defensa de Panamá”. El autor es periodista #RealidadAutismo DIRÍJASE A SU HIJO DE FORMA CLARA Y CONSISTENTE FRENTE A UNA MISMA SITUACIÓN.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjQ5NQ==