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2A La Prensa Panamá, jueves 17 de abril de 2025 Suscríbete www.prensa.com Síguenos twitter.com/prensacom Comenta facebook.com/prensacom Panorama Mario De Gracia [email protected] La Contraloría ha expresado su intención de instalar un sistema de marcadores para los funcionarios. Isaac Ortega Entrega de 3,812 cheques y el fantasma de las ‘botellas’ crean dudas sobre auditoría en la AN ASAMBLEA NACIONAL La guerra fría entre la Asamblea Nacional y la Contraloría General de la República por la auditoría a las planillas legislativas y el pago de la quincena en cheques a los funcionarios, sumó otro capítulo este miércoles 16 de abril. Desde el Palacio Justo Arosemena se sigue cuestionando la efectividad real del proceso, al tiempo que se ha fomentado un cruce de palabras entre diputados y el contralor, Anel Bolo Flores. El pleno legislativo se transformó en un campo de réplicas dirigidas a Flores, luego de sus polémicas declaraciones en días recientes. La diputada Grace Hernández, del Movimiento Otro Camino, proyectó una imagen del pasado del contralor, cuando figuraba como aspirante presidencial por el Partido Revolucionario Democrático (PRD). Un día antes, el contralor la señaló en las redes sociales. Dijo que se vendió “como santita”, pero aprendió rápido. “No confunda ser mansa con ser mensa. Usted dijo que sabe donde están las botellas, sáquelas, pero no afecte a los que sí trabajan (...) Lo que sucedió esta semana lo deja ver como incapaz del puesto que ostenta”, le respondió Hernández. El pago por cheques se enmarca en una revisión iniciada en marzo pasado por la Contraloría General de la República, ante denuncias sobre presuntos funcionarios que cobrarían sin laborar, conocidos como “botellas”. Sin embargo, el 14 de abril, la Asamblea estuvo repleta de funcionarios que negaron ser botellas, pero que algunos diputados dijeron “jamás haber visto” en el Palacio Legislativo. Otra que habló del tema en el pleno fue Yarelis Rodríguez, de la coalición Vamos. Describió el proceso como “caótico”, lo que se sumó a reclamos que pedían respeto al contralor por sus recientes expresiones. “La forma en la que se hizo fue un total caos. Una falta de organización a tal magnitud sabiendo que somos 4,000 funcionarios en esta institución (...). Indiscutiblemente, es importante la fiscalización y la transparencia, pero me preocupa si el verdadero objetivo era fiscalizar, porque también vi que diputados fueron a retirar la resma de cheques de sus funcionarios, y entonces yo me pregunto si esto fue un show”, señaló Rodríguez ante sus colegas diputados. Rodríguez también exigió respeto, en particular, para las mujeres, luego de que Flores también se refiriera a la presidenta del Legislativo, Dana Castañeda, como una “batallonera”. ¿110 botellas? Más allá de los calificativos, desde el Legislativo también se cuestionó la efectividad de la medida. Según cifras divulgadas por la propia Contraloría General de la República, se entregaron 3,812 cheques y solo 110 están pendientes de ser retirados. A esta situación se refirió el diputado Ernesto Cedeño, de Moca, quien pondera la fiscalización, aunque consideró inefectiva la entrega de cheques a superiores inmediatos de funcionarios. “Si vas a entregar [los cheques] a los jefes de departamento, no tiene ningún sentido y efectividad, por lo menos, esa parte”, destacó el diputado. Al tiempo, subrayó que hay una línea delicada en lo que respecta a una intervención en la administración de un poder del Estado. “No puede haber ese silencio o la amenaza [del contralor] de que va a cambiar la forma de administrar un órgano del Estado”, explicó Cedeño sobre los señalamientos de Flores en medios de comunicación. Recientemente, el contralor dijo en entrevista con TVN que había mandado a comprar relojes de marcación para verificar la asistencia de funcionarios en la Asamblea. Al respecto, Cedeño volvió a reiterar su advertencia sobre la intervención de Contraloría en un poder del Estado. “El reglamento orgánico de la Asamblea permite la marcación de asistencia manual, por lo que [Contraloría] no puede ir en contra del régimen interno ni de la Asamblea ni de ninguna institución”, explicó. En relación con los 110 cheques aún no retirados, Cedeño explicó que, según la información que maneja, los beneficiarios no pudieron asistir por vacaciones o situaciones justificadas. Carlos Ruiz Hernández, exvicecanciller y Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos. Cortesía/Cancillería ¿Qué dice la carta de renuncia del vicecanciller Ruiz Hernández? Eliana Morales Gil [email protected] SECUELAS DE LA VISITA DE PETE HEGSETH La salida del funcionario se produjo en medio de la tormenta generada por un comunicado conjunto entre Panamá y Estados Unidos, en materia de seguridad, publicado el 8 de abril. En medio del torbellino diplomático que sacude las relaciones entre Panamá y Estados Unidos de América (EUA), el presidente José Raúl Mulino recibió la renuncia de su vicecanciller, Carlos Ruiz Hernández, uno de los funcionarios más cercanos y estratégicos en el manejo de las tensas relaciones con el país que gobierna Donald Trump. La salida se produjo en medio de la tormenta generada a raíz de la publicación, por parte del Departamento de Defensa de EUA, de un comunicado conjunto en materia de seguridad, que omitió una declaración explícita sobre la soberanía panameña sobre el Canal de Panamá. Esa declaración se publicó durante la noche del martes 8 de abril, durante la visita a Panamá del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth. La carta de renuncia Ruiz Hernández escribió la carta de renuncia el pasado jueves 10 de abril. Sin embargo, la hizo efectiva el pasado martes 15 de abril. Allí dejó claro el motivo de su salida. “Si usted considera que el secretario de Defensa de los Estados Unidos había incumplido el acuerdo que alcancé personalmente con él, según el cual no abandonaría territorio panameño sin dejar claro, y sin ambigüedades, su respeto a la soberanía de Panamá sobre nuestro Canal, entonces, yo daría este paso con entereza (la renuncia al puesto) en resguardo a la confianza que usted depositó en mí y en defensa de la integridad institucional del país”, se lee en uno de los párrafos. Hegseth visitó el país del 7 al 9 de abril. El martes 8 de abril visitó el Palacio de Las Garzas, el Canal de Panamá, entre otros. El miércoles 9 de abril, en medio de la Conferencia de Seguridad de Centroamérica, los dos países firmaron un memorando de entendimiento que permite a las fuerzas armadas de EUA el uso de instalaciones estratégicas panameñas. Sectores panameños interpretan el asunto como el retorno de las bases militares. Además del memorando de entendimiento para temas de seguridad, Panamá y EUA firmaron una declaración conjunta, que los dos países divulgaron con distintas narrativas. Hegseth dijo que el acuerdo permitía que los buques militares de su país cruzaran el Canal de Panamá con prioridad y sin costo. Pero el ministro para Asuntos del Canal, José Ramón Icaza, habló de “compensación por servicio”, un modelo de “costo neutral”. Los dos documentos, sumado a la omisión de la soberanía en el comunicado del Departamento de Defensa, desataron una tormenta. Duros cuestionamientos coparon la agenda pública. El jueves 10 de abril, fecha en que Ruiz Hernández redactó la renuncia y día posterior a la partida del secretario de Defensa, la Cancillería panameña envió una nota diplomática a la Embajada de EUA exigiendo una actualización del comunicado, pues el asunto alimentó los temores en la ciudadanía sobre una posible intención estadounidense de reposicionar su influencia en el país. El canciller Javier Martínez Acha, que había estado al margen del tema, pues, en medio de la visita del hombre fuerte del Pentágono a Panamá, se fue a la cumbre de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se desarrollaba en Tegucigalpa, Honduras, apareció en la radio anunciando que habían pedido explicaciones a Estados Unidos. Carlos Ruiz Hernández había liderado el equipo negociador panameño. Su papel en medio de la crisis fue tan central que desplazó a Martínez Acha, quien ha tenido un rol bastante limitado en la compleja coyuntura por las pretensiones de Trump de retomar el control de Panamá. Como el agua y el aceite Ruiz Hernández y Martínez Acha son como el agua y el aceite. El día de la firma del memorando de entendimiento, por ejemplo, Ruiz Hernández recomendó a Mulino que se ubicara entre el ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, y el secretario de Defensa, Hegseth. Y Mulino así lo hizo. La imagen de los tres personajes quedó inmortalizada en múltiples fotografías que reprodujeron medios locales y agencias internacionales. Por el contrario, Martínez Acha le aconsejaba que no lo hiciera, que eso “era una emboscada”. Mulino confiaba casi a ciegas en quien era su vicecanciller. No en vano le encargó reuniones clave en Washington, en medio del clima incierto producto de las pretensiones de Trump respecto al Canal. No lo hacía solo: en su equipo estaba..., había importantes consultores con experiencia en el mundo del lobby en los círculos parlamentarios y de dos en Panamá divulgó un video en el que Hegseth, poco antes de dejar el país, afirma: “Ciertamente respetamos la soberanía de los panameños y del Canal de Panamá”. Pero ese gesto no bastó. La controversia ya se había desbordado, sobre todo tras declaraciones de Trump, quien, desde la Casa Blanca, rodeado por Rubio y Hegseth, celebró el envío de tropas a Panamá y acusó a China de tener “demasiada influencia” sobre el Canal. Las declaraciones de Trump terminaron de enardecer los ánimos en Panamá. El presidente Mulino dio entrevistas a dos canales de televisión en las que reiteró que el memorando con Estados Unidos es un acuerdo administrativo en materia de seguridad que no compromete la soberanía ni el territorio panameño. También dijo que el acuerdo no implica la instalación de bases ni estancias permanentes. “Esto no era ni base, ni estancia permanente en el país, y reducido a los espacios que se determine de tiempo en tiempo que se utilizarán”, dijo. Las críticas a los acuerdos no han cesado. Abogados y representantes de sectores de la sociedad civil advierten que infringen la Constitución Política, el Tratado de Neutralidad y la Convención de Viena de Relaciones Diplomáticas. El martes en gabinete El martes 15 de abril, durante una tensa reunión del Consejo de Gabinete, el presidente Mulino, molesto y contrariado, exigió a sus ministros cerrar filas en defensa del memorando con Estados Unidos. Las críticas crecientes desde distintos sectores no solo lo incomodaban, lo empujaban a marcar territorio, a imponer su narrativa. Ese día, Ruiz Hernández activó su renuncia. La partida de quien hasta hace poco fue conocido como el hombre de confianza de Mulino en Washington deja al descubierto fisuras profundas en la conducción de la política exterior panameña y demostraría que no todos comparten la misma visión sobre cómo manejar la relación con Estados Unidos ni hasta dónde ceder terreno cuando la soberanía entra en juego. la Casa Blanca. En enero pasado, antes de la visita de Marco Rubio, secretario de Estado de EUA, Ruiz viajó a Washington para intentar bajar la tensión. Mientras tanto, el embajador panameño José Miguel Alemán permanecía en Ciudad de Panamá sin mayor protagonismo. El viceministro asumió un rol de liderazgo que incomodó a algunos sectores del gobierno, pero contó con la confianza total del presidente de la República. Pero los documentos firmados con EUA, producto de la visita de Hegseth al país, han sido criticados de manera reiterada, a pesar de que el presidente Mulino y su equipo reiteran una y otra vez que no violan la soberanía panameña. El domingo 13 de abril, el entonces vicecanciller publicó un artículo de opinión en La Prensa, al que tituló: “Defensa de la soberanía con estrategia.” Allí expuso su opinión sobre lo que se firmó con el secretario de Defensa. “Que la versión panameña haya incluido la mención explícita de la soberanía es completamente válido; que la versión estadounidense no lo hiciera no implica, en absoluto, una negación de esa soberanía. Más importante aún: la más alta autoridad del Pentágono, en múltiples ocasiones y mediante acciones claras, ha reiterado su apego al derecho internacional y nuestras cartas magnas, su respeto inequívoco al Presidente de Panamá y su reconocimiento explícito de la soberanía panameña sobre el Canal”, se lee en uno de los párrafos. Un gesto que no calmó las aguas El lunes 14 de abril, como intento de rectificación, la embajada de Estados Uni-

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