6A La Prensa Panamá, sábado 12 de abril de 2025 La opinión de Hilde Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. tado. Al contrario, simplemente honró, al pie de la letra, lo que se rmó en 1977. Ahora, en el presente, la relación de Estados Unidos con Panamá parece estar cimentada sobre la desconanza: que si hay presencia militar china, que si perdimos el control del Canal, que si estamos inltrados por intereses oscuros. En ese contexto, Washington ha decidido mostrarse rme con nosotros. Y nos guste o no, poco podemos hacer. Aquí aparece la “verdad agradable”, la que nos invita a gritar: “¡Rompamos relaciones!”, “¡Pongamos aranceles!”, “¡Pidamos ayuda a China!”. Es lo que muchos quieren oír. Pero no va a pasar. Porque así no funciona el mundo. Y mucho menos un país tan pequeño como el nuestro, que depende profundamente de su relación con Estados Unidos. Por eso conviene enfriar los ánimos, tomar distancia y ver los hechos con claridad. No dejarse llevar por lo que gritan en las calles o en redes sociales guras con intereses propios, como Saúl Méndez o Ricardo Alberto Lombana, quienes convenientemente ahora se acuerdan de su patriotismo. ¿Vuelven las bases? Quienes viven en Panamá Pacíco saben que ahí entran y salen decenas de jets, Black Hawks, Chinooks y otras aeronaves militares estadounidenses. No es nuevo. Desde haLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Contra el poder hostil Comando Sur Autoridades de Estados Unidos han dicho que China quiere usar el Canal de Panamá como arma de guerra. Quisiera que alguien me pruebe cuántas veces los chinos nos han intervenido militarmente o han disparado balas contra nuestra juventud. Sin embargo, la presencia del ejército de Estados Unidos en Panamá se remonta a 1850 cuando las primeras tropas se instalan para garantizar la construcción del ferrocarril transístmico. Más tarde, a partir de 1903 la presencia de la bota yanqui será permanente y sucesivas intervenciones (no solo la Invasión de 1989 que fue la más fuerte) se darán en nuestro territorio no sin dejar un rastro de sangre y ceniza. Los enviados del presidente Trump, no quiero ni decir sus nombres porque la historia y la verdad se encargarán de enmarcarlos como mentirosos y viles, han dicho que China se quiere tomar el Canal de Panamá y que nosotros estamos desesperados por librarnos del comunismo de los chinos. Las palabras del secretario de defensa a su maltrecho y desquiciado jefe, son mentiras cobardes que ofenden a cada uno de los panameños y al pueblo chino. En su libro Condición humana y guerra infinita, Pedro Rivera nos habla de las bases de la manipulación por parte del servicio de inteligencia del Centro (llámese Estados Unidos): “El ciclo estímulo-respuesta [provocación-reacción] es casi imposible de eludir a menos que Carlos Fong La verdad lógica y el precio del Canal Tratados Torrijos-Carter “Hay dos clases de verdades: la verdad lógica y la verdad agradable”. Con esa frase, Omar Torrijos rmó en 1977 los Tratados Torrijos-Carter, que devolvieron a Panamá el control del Canal. Fue un tratado imperfecto, sí, pero logró lo impensable: que la mayor potencia del mundo, en plena Guerra Fría, accediera a devolvernos lo que era nuestro. Pero en honor a esa “verdad lógica” de la que hablaba Torrijos, él mismo expresó su inconformidad con el tratado de neutralidad, al que calicó como un paraguas del Pentágono. Advirtió que su futuro dependía de buenos gobernantes, tanto en Estados Unidos como en Panamá, para mantenerlo lo más cerrado posible. Lamentablemente, ese día llegó. Y fue un presidente volátil como Donald Trump quien decidió abrir ese paraguas. No rompió el travicios. ¿Es lo ideal? No. ¿Es un despojo? Tampoco. Para dimensionar: el costo anual de tránsito de buques de guerra estadounidenses ronda un millón de dólares. Para EUA, eso es insignicante. Y para el Canal, apenas una gota en el océano de sus ingresos. El escándalo, entonces, no es económico. Es simbólico. Y ese simbolismo es precisamente el mensaje de fuerza que EUA quiere enviar al mundo. Entonces, ¿qué hacemos? Nos indigna, claro. Suena humillante. Pero el camino no está en discursos vacíos ni en golpes de pecho tardíos. Como dijo Torrijos, el futuro del Canal depende de tener gobernantes a la altura. Canalicemos esta efervescencia patriótica para exigir instituciones que funcionen: diputados que legislen, no que se dediquen a limpiar aceras; jueces que fallen con celeridad y valentía; partidos que dejen de parir mesías de cinco años, más enfocados en redes sociales que en reformas reales. Nada de esto justica la actitud de Washington. Pero sí nos recuerda algo esencial: la soberanía no se grita, se construye. Se fortalece con instituciones serias, con liderazgo rme, con ciudadanía vigilante. Lo demás es teatro. Omar Torrijos logró lo impensable en 1977. Pero ningún logro de ese tamaño viene gratis. Hoy nos están cobrando. Lo que nos toca ahora es estar a la altura. Opinión EL AUTOR es periodista. EL AUTOR es escritor. el trumpismo, en un mundo dominado por la hegemonía de la estupidez, puede tener muchos seguidores, incluso en los países que son lacerados por sus políticas. Las decisiones del líder gringo parecen muy acordes con el pensamiento de Carl Schmitt, un controvertido pensador alemán asociado al nazismo. Mientras Trump amenaza la soberanía de países pequeños y sin ejército, como Panamá, sus políticas como el muro fronterizo, la desconanza en instituciones humanistas, imposición de aranceles, simbolizan la defensa de una identidad cultural arraigada en una nueva losofía liberal satánica, aunque nueva del todo no es porque los nazis ya lo hacían. El “trumpismo” no es poca cosa, no es algo que debemos subestimar, no es solo una anomalía personal, sino una corriente política arraigada en ideas schmittianas que persistirán más allá del reino de Trump. Mientras vemos sus discursos llenos de mentiras centrados en una soberanía fuerte, una identidad excluyente y un orden mundial multipolar basado en poder arbitrario y la geografía, sin valores universales, esas mentiras pueden tener valor para muchas personas y allí está el peligro. De darse una nueva defensa por la soberanía en el contexto actual de nuestra historia, en esta ocasión la resistencia será muy vulnerable. Creo que Estados Unidos, después de la invasión en 1989, desarticuló nuestro código genético generacional con el propósito de erradicar valores de conciencia nacional y soberanía. Solo con un pensamiento crítico, la unidad nacional y un corazón valiente podremos restaurar una nueva generación que luche por nuestra nación. En 1985, el Centro de Estudios y Acción Social Panameño (CEASPA) publicó un modesto, pero importante libro de Raúl Leis titulado: Comando Sur: Poder Hostil. Es un libro que demuestra cómo la presencia militar de Estados Unidos en el istmo es dañina, no solo para Panamá, sino para todo el continente. En sus primeras páginas podemos leer: “¿Por qué poder hostil? Porque se inserta estratégicamente en el corazón del istmo. Se entreteje con las instalaciones canaleras. Bordea las principales urbes y localidades de la zona de tránsito del país, donde reside la mayoría de la población nacional. Apunta su maquinaria bélica hacia nuestro país y contra los pueblos hermanos latinoamericanos”. El libro de Raúl Leis es un estudio sociológico que en su momento fue un aporte intelectual que reejaba una preocupación de cómo la situación mundial (la Guerra Fría) hacía que la potencia mundial norteamericana extendiera sus tentáculos para reforzar sus instalaciones en Panamá y abonar el camino para asegurar su perpetuidad en nuestro territorio. Mauricio Valenzuela Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón el agredido se las ingenie para abortar la provocación, es decir, posea la su- ciente habilidad como para desmantelar la secuencia estímulo-provocación programada por el Centro”. Con la ayuda de la tecnología y la neurociencia identican el perl y los rasgos psicoculturales de los habitantes y los gobernantes de la región donde desean garantizar su seguridad. Más adelante escribe el escritor panameño: “Sin embargo, debe entenderse que los estrategas, no importa la fase en la cual se encuentre una operación intervencionista [sea política, diplomática, económica o bélica] toman en cuenta un sinnúmero de alternativas”. Siempre tendrán un plan A, B y hasta C, podrán esperar, postergar, pero nunca cancelarán su infame misión. Tristemente es lo que le está pasando a Panamá en este momento. Los estrategas del Pentágono han retomado su intención primogénita que es tener presencia militar en Panamá para poder expandir su control mundial. Ellos son los únicos que quieren hacer del Canal un instrumento de guerra. A Trump y sus secuaces no les importa la salud ni la prosperidad de la población panameña. Cuando dijo: Make America great again, no estaba pensando en Panamá ni en el resto de América. Conocedores han analizado el comportamiento y las políticas de Donald Trump que no es ningún lósofo, pero ce años Panamá mantiene una cooperación militar con Estados Unidos, enfocada en la lucha contra el narcotráco, capacitación y asistencia. Nos guste o no, es nuestro aliado estratégico. El memorando de entendimiento rmado recientemente simplemente formaliza algo que ya ocurre: ejercicios conjuntos, presencia temporal de personal en instalaciones del Senan (Howard, Sherman y Rodman) y fortalecimiento de la cooperación. Lo demás —el ruido mediático, las contradicciones de los funcionarios estadounidenses— forma parte de una narrativa de fuerza y control que poco tiene que ver con nosotros, pero en la que estamos atrapados. ¿Pasarán gratis los buques de guerra? Aquí hay que ir al texto del Tratado de Neutralidad. En su artículo 6 se establece que las naves militares y auxiliares de EUA y Panamá tendrán paso expedito por el Canal, en reconocimiento a su papel en su construcción y operación. Eso está vigente desde 1977. No lo inventó el actual presidente ni el secretario de Defensa de EUA. Ya es ley. Lo que ha cambiado es la forma de pago. El nuevo acuerdo busca establecer un marco para que, en vez de pagar directamente los peajes, se compense con entrenamiento, equipos o asistencia técnica. ¿Cuánto dejaría de percibir el Canal? Nada. El valor sería canjeado por ser-
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