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8A La Prensa Panamá, viernes 11 de abril de 2025 Opinión beranía, ya que es una palabra vulgar para el Desquiciado, y no cumpliría con su propósito de retomarse el Canal. En cambio, la versión panameña sí resalta la palabra soberanía, porque si no se incluye —aunque sea mentira— se le prende el rancho al gobierno en Panamá. Definitivamente toca migrar de Mero Mutis a Gringuillo, ya que eso refleja el “arrastrómetro”. Tomando información de la versión en inglés —porque es difícil saber a cuál de las partes creer— mejor nos enfocamos en lo malo, y así no nos equivocamos. Les reitero el dicho: “Los hombres blancos (léase los emisarios del Desquiciado) que nos visitan hablan con lengua bicéfala”, o sea, con lengua partida. ¿Se les habrá partido también la lengua a nuestros gobernantes? Resulta que, en el comunicado conjunto del 8 de abril de 2025, se hablaba de negociar un mecanismo para compensar los $230 millones en supuesta asistencia técnica y cooperación en seguridad que los gringos gastaron en los últimos cinco años. Pero un día después, raudamente, el “paciero” declaró que los buques de guerra tendrán paso gratuito por el Canal como compensación por servicios, blandiendo el garrote en todo su apogeo. ¿Negociación relámpago o imposición? ¡Más acuerdos de kilombo! El “paciero” no podía irse sin llevarse una “victoria”, como lo hizo el Marco Fulo en su visita anterior. Ya el secreto a voces salió a relucir: se instalan en Rodman y Fuerte Sherman para aumentar la presencia militar rotativa a largo plazo. O sea, que no son bases ¿Qué pasa?... ¡Nada! Soberanía Literalmente significa que cualquier cosa que hubieras dicho o realizado incorrectamente, ¡no pasa nada! Carece de importancia. Es indiferente. Aunque esté mal, no tiene trascendencia alguna. En inglés: “What’s up?... Nothing!”, porque ya no sabemos si nuestro idioma es el inglés o el español. La impotencia… ¡es absoluta! En conferencia de prensa, realizada en la Ciudad de Panamá, a consecuencia de la presencia en nuestro país del secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, cuyo rol protagónico fue evidente —dejando a nuestro ministro de Seguridad, Frank Ábrego, en un plano secundario, sin mayor interés por parte de la prensa—, nos enteramos de que se procedería a firmar un memorando de entendimiento, cuyo tenor desconocemos, y una declaración conjunta con el Canal de Panamá, cuya explicación, después de firmada, la dio el flamante ministro del Canal, José Ramón Icaza. Habló de un “costo neutral”. ¿Qué será eso? Dijo que las naves y barcos estadounidenses y panameños tendrían un “first and free”.¡Interpreta esta frase! ¿Y qué pasa con el Tratado de Neutralidad existente? ¿Se incumple? ¡Dios, cuánta incertidumbre! No hay una explicación congruente. ¿Dónde está el Presidente y su Gabinete ante este acto tan trascendental? ¡Ah! Perdón… olvidaba que el Presidente estaba sentado entre el ministro de Seguridad de Panamá y el secretario de Defensa de Estados Unidos, como testigo mirón de la firma del memorando de entendimiento que, parece, ni él mismo entiende. ¿Dónde estaba el ilustre Gabinete de ministros?Este ilustre Gabinete, a estas alturas del partido, no le ha presentado a su jefe, el presidente, las demandas formales y oficiales sobre las “bellezas” que, según ellos, encontraron en sus respectivos ministerios, y mucho menos al Órgano Judicial. El mismísimo presidente los cuestionó públicamente. Pero se nos olvida que vivimos en el país del ¡no pasa nada! El que debe enderezar y poner orden está, como ‘Horacio, perdido en el espacio’. ¡Qué va! Otra vez, no contamos con un liderazgo en la presidencia. El 34% de la población con derecho a votar, ¡se volvió a equivocar! Los ministros, en su mayoría, parecen fantasmas. Están en un silencio sepulcral.¡No se les oye! ¡No se les ve! No existe coherencia entre ellos. Los que salen a dar explicaciones —y encima con groserías, tal cual su jefe— lo hacen porque han sido cuestionados por la prensa. Entonces aplican el síndrome de la naranja: trabajan con presión. La naranja, para producir jugo, se presiona. ¡Así trabajan! ¿Saben por qué? ¡No existe el liderazgo presidencial! Ser líder es actuar de manera que se inspire a un grupo hacia un fin común. Eso se logra cuando se gana la confianza del grupo. La confianza se construye con los hechos, no con las palabras que se las lleva el viento. El liderazgo tiene características clave, que son: Empatía: conectar con las emociones de los demás. Nuestro presidente, en sus conferencias de los jueves, ha dicho reiteradamente que no le importa lo que los demás digan o piensen de él. “Él es el presidente y punto”. Comunicación: expresarse correctamente y escuchar las opiniones de los demás, sin imposiciones. Nuestro presidente, a cada rato, se mofa e impone su criterio. Calla a los periodistas y les dice que son irrespetuosos en su casa: la Presidencia. Visión: ver con claridad las metas e inspirar a su Gabinete a alcanzarlas. Nuestro Presidente desconoce cuáles son las metas, porque siempre dice “yo no sé, pregúntenle a tal persona, que es a quien le corresponde ese asunto”. Responsabilidad: asumir los logros y, sobre todo, los errores. Nuestro Presidente no asume los errores, porque para él ¡no pasa nada! Ejemplo: actuar con claridad y coherencia. Nuestro presidente actúa —él y su Gabinete— con secretismos o, como dijo alguien, “por detrás de la cortina o debajo de la mesa”. Definitivamente no tenemos ese líder tan ansiado como presidente, ni un gabinete de ministros que nos defiendan tanto nacional como internacionalmente. Andamos “algaretes, manga por hombro”. Estamos huérfanos. No tenemos un gobierno creíble. Necesitamos un presidente con su buen gabinete, que nos cuiden y guíen como buen padre de familia.¡Asuman bien el rol para el que fueron escogidos y nombrados! ¡Dejen ya el “no pasa nada”! La visita de Hegseth Neutralidad del Canal volver a los principios que nos trajeron a constituir esta nación libre, soberana y democrática; de repetir frente al mundo que afirmaremos la inviolabilidad e integridad de nuestro territorio ante cualquier intento de agresión, aunque no sea armada, y de que nos mantendremos lejos de conflictos continentales o extrarregionales que afecten los objetivos de nuestra nación. Contamos con múltiples recursos del Derecho Internacional que nos resguardan. ¿Qué se espera que entendamos de todo lo sucedido en estos días? Al rendirnos ante la desdeñable mentira del control de Panamá por la RPC, existe el peligro de que terminemos en acuerdos que cambiarán los límites que hay entre la llamada ‘cooperación regional en temas de seguridad y defensa’ y la neutralidad permanente del Canal de Panamá. Más vale que revisemos microscópicamente el lenguaje diplomático que se utilice en todo, para no volver a los años de interpretación unilateral de nuestros tratados y acuerdos por parte de Estados Unidos. Las redacciones diplomáticas brindan espacio para introducir elementos comprometedores que conducen a conflictos posteriores. En la conferencia pública de cierre, el ministro Frank Ábrego puntualizó correctamente lo que todos esperábamos escuchar. Lo hizo muy bien. No obstante, en su cuenta X nos había advertido que la visita de Hegseth era para llegar a importantes acuerdos que impactarían positivamente como socios estratégicos. Pomposa denominación esta, pero esa expresión es mucho más que lingüística: se trata de una alianza para lograr objetivos comunes compartiendo recursos y conocimientos, y asumiendo no solo los beneficios, sino también todos los riesgos. Ramón Morales Quijano Una realidad de intriga, terror, conspiración y traición El paraguas del Pentágono ¿Qué se habrá ingerido el “paciero” para prepararse para su visita a Panamá? No solo se ha metido con Panamá, sino con toda Centroamérica. Se cree tan omnipotente que pretende dictarle a todos los países con quién hacer o no negocios. En la Conferencia de Seguridad Centroamericana aseguró que la era de capitular ante la coacción de la China comunista ha llegado a su fin. ¡Qué disparate más grande! Y parece que no se ha visto en el espejo, porque quienes andan con el garrote en la mano y extorsionando a medio mundo son los desquiciados de Gringolandia. Como muestra de su prepotencia, dijo que “es algo que no vamos a permitir”, lo cual deja claro que desde ya están interviniendo en las soberanías y la libre determinación de los países centroamericanos. Este “paciero”, consumidor de “tierras estratégicas”, ya no recuerda lo que dijo su desquiciado jefe refiriéndose a los países del hemisferio: algo como “Nosotros no los necesitamos a ellos y ellos nos necesitan más a nosotros”. Y ahora sale con que es necesario alinear al continente americano. Quiere disuadir y enfrentar esos intentos inexistentes de China y, de paso, amenaza con acciones bélicas para erradicar a “las fuerzas militares de la China que tienen presencia en el hemisferio occidental…”. ¡Si tienen miedo, que se compren un perro! Refiriéndonos a la supuesta declaración conjunta que hizo con el Mero Mutis, es increíble que de conjunta no tenga nada, porque las versiones cambian según la audiencia. En la versión en inglés no se menciona la palabra somilitares, sino “sitios de larga estancia” para satisfacer el ego de Gringolandia. Se le cayó la mentira al Gringuillo: ¡No se van a instalar bases militares en Panamá! Dicho comunicado reitera que van a militarizar las fuerzas panameñas en aras de proteger el Canal, lo cual suena a que pronto tendremos nuevamente en acción unas Fuerzas de Defensa, versión siglo XXI, al estilo del Noriegato. No seamos ingenuos y no nos sorprendamos si ocurre un “autoatentado” contra el Canal, realizado por privateers o corsarios, para justificar la permanencia de tropas militares gringas en Panamá. Y de paso, que hasta nos cobren por tenerlas aquí. Recuerden que cuando los gringos manejaban el Canal, nunca generaba utilidades, porque la gran mayoría de los ingresos se usaban para sufragar el presupuesto de las bases y los efectivos estacionados en la extinta Zona del Canal. Ya los dejamos meter la mano en nuestra alcancía, y seguro pronto se la van a robar. ¿Cómo será el acuerdo de Rodman y Fuerte Sherman? ¿Tendremos que pagarles nosotros para que se instalen, como en la concesión del ferrocarril, donde pagamos alquiler por nuestra propia tierra? Los gobernantes actuales parecen estar embelesados, cautivados, fascinados o hechizados por la música que les tocan, y bailan al son que les pongan. Por eso nunca sabremos las condiciones de acomodo que otorgan. Los Bunau Varilla de hoy siguen traicionando a la patria y mancillando los logros de la gesta del 9 de enero, cuyos próceres deben estarse revolcando en sus tumbas. ¿Será que están negociando que les otorguen la nacionalidad gringa? Panamá sigue perdiendo en todo el sentido de la palabra, tanto con los enemigos externos como con los internos. Ya el tema del asilado convicto perdió vigencia, porque lo que se nos avecina es un tsunami de gran magnitud. ¿Ya será hora de sonar las pailas y los pitos a las 7:00 de la noche, como se hacía en tiempos del MAN? Aquí entra la iniciativa individual de un buen ciudadano. LA AUTORA es arquitecta. EL AUTOR es ciudadano. EL AUTOR fue embajador ante las Naciones Unidas. Diana Peña Socios estratégicos no pueden ser tan desiguales; el poderoso tenderá a lograr sus objetivos a costa del débil, o a beneficiarse de su superioridad en otra forma. Magnífica la afirmación de que en Panamá no habrá bases militares, pero queda el campo abierto para discutir la semántica del asunto: ¿se les llamará ‘campamentos de entrenamiento’? Si ya hay más de mil soldados de Estados Unidos en Panamá y Trump dijo que incrementará esa fuerza, ¿no se requerirá un Status of Forces Agreement (SOFA)? ¿Recordamos lo que intentaron con el CMA? Por las inspecciones que llevó a cabo el secretario de Defensa, supuse que el Pentágono estaría pensando en los centros Almirante Cristóbal Colón y Vasco Núñez de Balboa del SENAN (antes Sherman y Rodman), y ya anunciaron la firma de un Memorandum de Entendimiento sobre ello.¡- Cuidado con meter el Área Económica Especial Panamá-Pacífico y afectar los usos logísticos de las otras áreas! Como he señalado antes, Panamá no tiene que ser ni intermediario político ni delegado militar de nadie, y la neutralidad del Canal no puede ser puesta en duda; estaríamos, efectivamente, cambiando límites bien establecidos. Por último, las declaraciones oficiales (que no son ni conjuntas ni idénticas) y ‘acuerdos’ anunciados incluyen entre iguales al administrador del Canal de Panamá, cuya autoridad para semejante cosa no hemos encontrado. Además, en lo que se ve y no, se habla de acuerdos y entendimientos adicionales ya en curso, aún por conocerse. Hago estos señalamientos porque quiero a mi país y considero que no tiene por qué entrar a un concurso de simpatías o preferencias, sino manejar esto como cuestión de legitimidad y dignidad nacional. No puede ser más obvio que Hegseth cumplió todos sus objetivos; no hay otra conclusión que sacar de lo leído y escuchado y, en verdad, lo temíamos. Con estos resultados, el gobernante norteamericano afirmará -como en efecto ya lo hizo- que ya empezó a “retomar el control” sobre la vía interoceánica. Una de las prioridades de Estados Unidos — reiteradas por Hegseth— es mantener la vía interoceánica libre de supuestas “injerencias extranjeras”. Esta afirmación, en esta coyuntura, es hasta ofensiva: si la interpretación es correcta, ellos no se consideran ‘extranjeros’ en el territorio soberano de Panamá, por lo cual su injerencia sí es legítima. El punto es que los peligros de valor estratégico o militar esgrimidos son ficticios, de modo que el único riesgo es que la vía interoceánica sea convertida en un centro de correlación de fuerzas extrañas de cualquier índole. En respuesta al tema de soberanía, Hegseth ‘reveló’ que el Canal está en Panamá y dijo que ellos acaban de rescatarlo de China. Así funcionan, no importa cuál sea la verdad, ni lo que piense el mundo. Aunque le cause sorpresa al gobierno de Estados Unidos, somos miembros de las Naciones Unidas, de su Consejo de Seguridad, de la OEA y de muchos más organismos multilaterales que ellos mismos. Dado todo esto, tenemos el imperativo de El “paciero” no podía irse sin llevarse una “victoria”, como lo hizo el Marco Fulo en su visita anterior. Ya el secreto a voces salió a relucir: se instalan en Rodman y Fuerte Sherman para aumentar la presencia militar rotativa a largo plazo. Jorge G. Obediente

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