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6A La Prensa Panamá, martes 8 de abril de 2025 Panorama Condenas de seis y siete años de prisión fueron impuestas a ocho integrantes de la banda delictiva Bagdad, que mantenían el control territorial en el área de Puerto Caimito, provincia de Panamá Oeste, por su implicación en delitos como tráfico de drogas, extorsión y robo. El grupo criminal, desmantelado durante la operación Seth, realizada en septiembre de 2022, estaba conformado por ocho personas dedicadas a la comisión de múltiples delitos en Panamá Oeste. Según las investigaciones del Ministerio Público, esta organización mantenía el control de las entradas y salidas de droga por el área de Puerto Caimito, además de Ocho integrantes de ‘Bagdad’ reciben condenas de hasta siete años de cárcel CRIMINALIDAD brindar seguridad a redes dedicadas al narcotráfico. A través de un acuerdo de pena, los ocho imputados admitieron su participación en diversos hechos delictivos. Como pena accesoria, se les impuso la suspensión del ejercicio de funciones públicas. En febrero de 2022, otros ocho miembros de esta red criminal —pero que operaban en el área de Tocumen— fueron detenidos en el marco de la operación Corintios. Esta célula de Bagdad actuaba específicamente en los sectores de La Siesta, Buena Vista y Nuevo Tocumen, y su estructura delictiva era diversa: homicidios, extorsión, incendiarismo, microtráfico y robo agravado, entre otros. Las pesquisas de la fiscalía revelaron que este grupo forma parte de la estructura de la pandilla Bagdad, originalmente asentada en El Chorrillo, pero que ha diversificado sus operaciones hacia Panamá Oeste y el interior del país para ampliar su radio de acción. El 2 de marzo de 2023, Jorge Rubén Camargo Clarke fue extraditado por las autoridades costarricenses a Estados Unidos. Camargo Clarke había viajado a Costa Rica ante la presión de las autoridades panameñas, que lo requerían por delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Conjunto Monumental de Panamá La Vieja. Alexander Arosemena Conservación del patrimonio: primer análisis de 32 estructuras Aleida Samaniego C. [email protected] Juan Manuel Díaz [email protected] ESTUDIO El Cemcit-AIP de la UTP evalúa 32 estructuras históricas, enfocándose en el impacto climático, lo que será fundamental para crear un manual de conservación adaptado a las condiciones locales. Un innovador estudio realizado por el Centro de Estudios Multidisciplinarios en Ciencias, Ingeniería y Tecnología (Cemcit-AIP) de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) está marcando un hito en la conservación del patrimonio histórico del país. Este análisis, que abarca 36 edificaciones representativas de Panamá —de las cuales 32 ya han sido evaluadas—, está proporcionando información fundamental para la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura (MiCultura). Para muchos panameños, estructuras como la fortaleza de Portobelo o Panamá Viejo no son solo edificios; son testigos de su historia, de las luchas y logros que han formado la nación. Estas edificaciones han sido escenarios de momentos clave en la vida del país. La conservación de estos monumentos no solo busca preservar piedras y ladrillos, sino proteger la memoria colectiva que sigue viva en las generaciones que encuentran en ellos una parte de su identidad. Como indican los expertos en patrimonio histórico, el estudio no solo se trata de técnicas de conservación, sino de asegurar que las futuras generaciones cuenten con estos monumento. A través de este proyecto, se pretende conocer a fondo la composición y el estado de conservación de los monumentos más emblemáticos del país, con el fin de diseñar estrategias de protección a largo plazo. Entre las edificaciones estudiadas se encuentran algunas de las más significativas para la identidad histórica de Panamá, como las fortificaciones e iglesia de Portobelo, el histórico Hotel Washington en Colón, el Conjunto Monumental de Panamá Viejo, las iglesias del Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá, la Catedral de San José en David, Chiriquí, y el campanario de Natá, Coclé. Estas son solo algunas de las estructuras que están bajo análisis. Además, el estudio abarcó importantes estaciones de bomberos y escuelas históricas distribuidas en distintas regiones del país, brindando una visión integral del patrimonio arquitectónico nacional. El impacto del clima en el patrimonio Este ambicioso proyecto está liderado por Cecilio Hernández, investigador de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UTP, con el respaldo de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), y tiene un costo de alrededor de 700 mil dólares, incluyendo la instalación de un Laboratorio de Investigaciones, Biotecnología y Ciencias Aplicadas. A través de este análisis, se han obtenido hallazgos de gran importancia, siendo uno de los más relevantes la identificación de los factores climáticos que aceleran el deterioro de los materiales utilizados en las edificaciones patrimoniales. Según Hernández, las condiciones climáticas extremas que predominan en Panamá, como la alta humedad, las intensas lluvias y la salinidad en las zonas costeras, son los principales factores que afectan la durabilidad de materiales como la madera, el ladrillo y el concreto. La exposición al salitre y a la corrosión provoca fisuras, moho y deterioro general de las estructuras, lo que pone en riesgo la estabilidad de los monumentos históricos. “El clima tropical y la cercanía al mar aceleran el desgaste de nuestras edificaciones históricas. Si no se toman las medidas adecuadas a tiempo, corremos el riesgo de perder irremediablemente estas joyas arquitectónicas”, advirtió Hernández. La constante exposición a estos agentes de deterioro resalta la urgencia de contar con un plan de conservación preventivo y específico para cada tipo de estructura y región. El estudio no solo ha brindado información valiosa sobre el estado de conservación de las edificaciones, sino que también es un precedente importante en la historia de la conservación patrimonial en Panamá, ya que es el primer análisis de materiales de edificaciones históricas realizado. “Antes, teníamos que enviar los análisis fuera del país, pero hoy contamos con un laboratorio de esta magnitud en Panamá, lo que representa un avance significativo en nuestra capacidad para proteger el patrimonio histórico”, destacó el arquitecto Rafael Holmess, jefe de Patrimonio Inmueble del MiCultura. Añadió que una de las sorpresas más reveladoras de este estudio ha sido la constatación de que los materiales de las edificaciones reaccionan de manera diferente dependiendo de las condiciones climáticas de cada región. El país tiene algunos de los agentes de deterioro más fuertes del mundo, y cada tipo de material, como el ladrillo o la piedra, se comporta de manera distinta según el clima. Es crucial comprender estos comportamientos para aplicar tratamientos adecuados”, explicó Holmess. Un manual de conservación Este análisis detallado permitirá aplicar un enfoque personalizado para la conservación de cada monumento, adaptado a las particularidades climáticas y geográficas de cada provincia. Por ejemplo, las estructuras cercanas al mar requieren estrategias diferentes a las de aquellas ubicadas en el interior del país, debido a la mayor exposición a la salinidad y la humedad. Con base en este estudio, la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico busca crear un manual de conservación preventiva que se aplicará a todos los edificios históricos del país. Este manual no solo tomará en cuenta los resultados obtenidos del análisis actual, sino que también incluirá las aportaciones de los expertos que participaron en el proyecto y otros profesionales que se sumarán para enriquecer el proceso. Así lo manifestó Rosmery García, conservadora de Patrimonio Material de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural de MiCultura, quien agregó que “el manual será una herramienta clave para la conservación del patrimonio histórico del país. Nos permitirá implementar estrategias de conservación basadas en datos científicos, ajustadas a las condiciones particulares de cada estructura y cada región”, dijo. Además de la preservación de los monumentos históricos, este esfuerzo tiene como objetivo fortalecer el conocimiento científico y las capacidades locales en el campo de la conservación. Al desarrollar este tipo de estudios y manuales en Panamá, se está asegurando que el país cuente con la infraestructura y el conocimiento necesario para preservar su patrimonio a largo plazo. A medida que continúan los análisis y se obtienen nuevos resultados, el equipo espera que este proyecto proporcione una guía más detallada sobre las mejores prácticas para la conservación de los edificios históricos de Panamá. Al tener en cuenta las condiciones climáticas específicas de cada región, el plan de conservación se adaptará de manera efectiva a las necesidades de cada estructura, garantizando su preservación para las futuras generaciones. En resumen, este estudio está abriendo el camino hacia una nueva era en la conservación del patrimonio histórico en Panamá. Con la participación de expertos nacionales y la implementación de tecnologías de vanguardia, se está dando un paso firme para proteger lo que constituye una parte fundamental de la historia y cultura del país. Medidor de humedad en el concreto. Cortesía

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