2A La Prensa Panamá, martes 8 de abril de 2025 Suscríbete www.prensa.com Síguenos twitter.com/prensacom Comenta facebook.com/prensacom Panorama Mario De Gracia [email protected] Betserai Richards. Archivo Betserai Richards arremete contra la dirigencia de Vamos ALMUERZO EN COCLÉ Sigue la polémica por el almuerzo que ofreció el presidente de la República, José Raúl Mulino, a los diputados que votaron a favor de la ley 462, que reformó la Caja de Seguro Social (CSS). El diputado Betserai Richards, quien forma parte de la bancada legislativa de la coalición Vamos, criticó a la dirigencia del colectivo ayer. Paradójicamente, Richards publicó en su cuenta de X un extenso texto en el que criticó que la bancada sea “manejada por un tweet externo dando órdenes”, en referencia a distintos comentarios que se produjeron luego del almuerzo, incluso por líderes de la coalición, como Juan Diego Vásquez. Richards dijo no estar de acuerdo con “amenazas de expulsión a compañeros diputados independientes de la bancada Vamos por participar de un almuerzo con el Presidente”. Junto con Richards, asistieron al almuerzo otros diputados de la bancada de Vamos: Jhonathan Vega, Manuel Samaniego, Jorge Bloise, Carlos Saldaña, Manuel Cheng y Augusto Tuto Palacios, a quien incluso le celebraron su cumpleaños durante el encuentro con miembros del Ejecutivo en el Club Campestre El Bramadero, en Penonomé, provincia de Coclé. Luego de que se conociera sobre la asistencia de los diputados, Juan Diego Vásquez se pronunció en su cuenta de X, indicando que la línea del colectivo era no participar del almuerzo. Las tensiones en Vamos se hicieron visibles a raíz del debate de la ahora Ley 462; tema en el que el colectivo tuvo un choque de visiones económicas, ideológicas y políticas. El voto por la Ley 462 dividió a la bancada: 10 de sus diputados votaron a favor y 10, en contra. Sin embargo, Roberto Zúñiga, Paulette Thomas y Neftalí Zamora —que votaron a favor—, no asistieron al almuerzo con el presidente Mulino. Cuando el debate llegó a su recta final, Richards fue protagonista de un encontronazo con otros miembros de Vamos, como las diputadas Walkiria Chandler y Alexandra Brenes. Tras ello, a Richards y Chandler se les suspendó su participación en reuniones de la bancada porque el “incidente no representa los valores de la Coalición”, decía el comunicado. A diferencia de los otros diputados de Vamos, Richards corrió en la Elección General de 2024 sin ser abanderado por Vamos, pero se unió a la bancada del colectivo dentro de la Asamblea Nacional tras tomar posesión del cargo. El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega y el exnarcotraficante colombiano Carlos Lehder. Hoy en libertad. Archivo Carlos Lehder revela pactos ocultos entre el cartel de Medellín y Noriega Ohigginis Arcia Jaramillo [email protected] CRIMEN ORGANIZADO Tras su liberación en Estados Unidos, Lehder recordó cómo el gobierno de ese país le propuso colaborar como testigo en el juicio contra el dictador panameño Manuel Antonio Noriega. Carlos Lehder, uno de los fundadores del cartel de Medellín y figura central del narcotráfico en los años ochenta, ofreció una nueva pieza del rompecabezas que conecta al poder político latinoamericano —específicamente el panameño— con el crimen organizado. Tras su liberación en Estados Unidos, Lehder recordó cómo el gobierno de ese país le propuso colaborar como testigo en el juicio contra el dictador panameño Manuel Antonio Noriega. A cambio de inmunidad, debía contar todo: vuelos clandestinos, rutas de la droga, dinero sucio y protección estatal. “Me dijeron: testificas o te quedas preso. Yo firmé el acuerdo y hablé”, relató el exnarcotraficante durante una entrevista concedida a Revista Semana. Aquella decisión lo convirtió en el principal testigo de una de las causas más explosivas de su tiempo. Manuel Antonio Noriega no era un actor secundario en ese tablero. Desde su posición como jefe de inteligencia militar y, más tarde, como gobernante de facto de Panamá entre 1983 y 1989, tejió relaciones con los servicios de inteligencia de Estados Unidos mientras facilitaba operaciones del cartel de Medellín. En 1988, un tribunal federal de Miami lo acusó formalmente de narcotráfico y lavado de dinero. Pero no fue sino hasta diciembre de 1989, en una operación sin precedentes en América Latina, que Estados Unidos invadió Panamá bajo el nombre de “Causa Justa”. El objetivo: capturar al dictador y presentarlo ante la justicia estadounidense. Durante cinco días en el juicio, Lehder describió con frialdad los mecanismos que conectaban a Noriega con el cartel de Medellín. Según su testimonio, el general panameño permitía que se utilizara el país como punto de tránsito para la cocaína colombiana con destino a Estados Unidos, a cambio de sobornos millonarios. “El jurado salió, lo encontró culpable y expresó que yo había sido el principal testigo”, afirmó Lehder. Aquella declaración no solo derrumbó la defensa de Noriega, sino que confirmó los rumores de una complicidad estatal en el negocio de la droga. La invasión a Panamá, más allá de capturar al dictador, dejó heridas profundas en el país. Se estima que murieron entre 300 y 3,000 personas —cifras aún disputadas—, y barrios como El Chorrillo quedaron devastados por los bombardeos. Noriega fue trasladado a una prisión en Miami y, más tarde, también enfrentó procesos judiciales en Francia y en su propio país. Pasó los últimos años de su vida en Panamá, donde murió en 2017. La operación que lo derrocó sigue siendo recordada como una intervención militar polémica, con consecuencias políticas, sociales y humanas que aún resuenan en la memoria panameña. Carlos Lehder, por su parte, pagó con 33 años de cárcel tras la reducción de su sentencia original de 55 años. Hoy, libre pero marcado por su pasado, reaparece como una voz que revive los fantasmas de una época en la que el narcotráfico y el poder convivían a puertas cerradas. Su historia, como la de Noriega, sigue siendo un espejo turbio de las alianzas que moldearon el destino de América Latina en la era de la cocaína. Caraballo, de procurador a embajador en Austria El viceministro de Asuntos Multilaterales y Cooperación de la Cancillería, Carlos Guevara Mann, confirmó que el exprocurador general de la Nación, Javier Caraballo, fue designado como nuevo embajador de Panamá en Austria. La decisión marca un giro en la carrera del exjefe del Ministerio Público, quien asumirá funciones diplomáticas en Viena, donde también estará acreditado ante varias oficinas internacionales con sede en esa ciudad europea. “Me reuní con el embajador designado, Javier Caraballo, para revisar nuestra agenda con las oficinas internacionales en Viena, donde estará acreditado”, dijo Guevara Mann en X. Entre los temas que podría abordar Caraballo están los vínculos con organismos multilaterales, como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), clave para los intereses panameños en materia de justicia y cooperación internacional. RELACIONES EXTERIORES Ohigginis Arcia Jaramillo [email protected] Javier Caraballo. Archivo
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