8A La Prensa Panamá, lunes 7 de abril de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. duras, donde la presencia estadounidense sigue siendo notable hasta el día de hoy. Por otro lado, los panameños, preocupados por la protección y el cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter y con miras al futuro, realizaron uno de los mayores esfuerzos diplomáticos de aquella época. Este esfuerzo, conocido como el “Grupo Contadora”, tuvo lugar en una isla panameña del Pací co, popular en esos años, donde se iniciaron los primeros acercamientos y reuniones para conseguir una Centroamérica no sólo libre, sino también en paz. La diplomacia panameña desarrolló un papel sobresaliente en la búsqueda y mantenimiento de la paz, logrando un verdadero protagonismo internacional. Panamá formó un bloque diplomático que mantuvo relaciones con países como Colombia, México, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Guatemala; a este se sumaron posteriormente República Dominicana, España, Brasil, Perú, Ecuador e incluso Noruega. Este grupo no solo despertó la admiración de organizaciones internacionales formalmente constituidas, sino que también demostró que, mediante una organización y coordinación adecuadas, los países hermanos del continente americano podían resolver sus problemas sin la intervención del poderío del norte. Panamá y los demás países actuaron unidos, formando un solo bloque ante las amenazas imperialistas, que veían disminuir su inuencia en la región y buscaban usar la fuerza para mantenerla. Muchas cosas han cambiado desde aquellos años, pero este esfuerzo contribuyó al crecimiento de nuevas democracias en la región y a la protección de los derechos humanos. Lamentablemente, hoy en día, Latinoamérica enfrenta claros desafíos, incluidos el resurgimiento de viejas y nuevas dictaduras, disfrazadas bajo apariencias democráticas pero alejadas de la verdad. Es fundamental que la diplomacia panameña continúe desarrollándose en conjunto con aquellos países que comprenden plenamenLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Cuando los gigantes cambian las reglas Reconfiguración El mundo atraviesa, en estos momentos, la mayor recon guración que han experimentado las relaciones comerciales y geopolíticas desde el nal de la Segunda GuerraMundial.Elmodelodemocrático,liberal y global que ha fungido como base de la interdependencia comercial —y que ha permitido el crecimientoeconómicodepaísescomoelnuestro— está siendo deconstruido por quien históricamente ha sido su mayor guardián y arquitecto: los Estados Unidos. Lo que otrora fue un proyecto de armonización de esfuerzos de la comunidad internacional, basado en el multilateralismo, la apertura comercial y los principios del derecho internacional, se transforma ahora en un retorno a ideas contrarias a lo que generaciones enteras han conocido. En su lugar, emerge una geopolítica global reminiscente de siglos anteriores, marcada por el nativismo y encabezada por aranceles y fragmentación. ¿En medio de estos acontecimientos impredecibles, cómo puede nuestro país adaptarse para garantizar su bienestar en lo que, sin dudas, es la génesis de un nuevo orden mundial en las relaciones internacionales? En primera medida, si algo han revelado los acontecimientos recientes, es la necesidad que enfrenta Panamá de reducir su dependencia geopolítica de actores impredecibles. Ante lo que únicamente puede catalogarse como cuestionamientos inmerecidos a nuestra soberanía, el país no puede adoptar una actitud de sumisión, sin importar quién sea el perpetrador. Por el contrario, en esta nueva realidad global, donde el mundo amenaza con dividirse en esferas de inuencia bajo la lógica del más fuerte, es crucial que Panamá fortalezca sus alianzas estratégicas con actores clave de la comunidad internacional. Debemos consolidar nuestras relaciones comerciales y diplomáticas en las Américas, a través de bloques como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), así como propiciar un mayor acercamiento a Europa y a los actores clave de la Unión Europea. Para lograrlo, es indispensable estabilizar nuestro régimen scal y asegurar el posicionamiento continuo de la economía panameña como una de las más estables de la región. Si algo revela la nueva política arancelaria de los Estados Unidos, es que han quedado atrás los días de complacencia con el statu quo internacional. Las dinámicas de poder están cambiando rápidamente,ycomonacióndebemospasarde la complacencia a la plani cación geopolítica a largo plazo. Quizás para muchos, Panamá debería “pasar agachado”. Después de todo, somos un jugador menor en la geopolítica internacional y tenemos relativamente poca inuencia sobre los cambios que nos rodean. No obstante, ante un escenario en el que predomina la imposición del más fuerte, los países pequeños y no militarizados, como el nuestro, son los más vulnerables. En ausencia de poderío militar y económico, solo nos queda la protección que ofrece la normativa jurídica y los principios de la comunidad internacional, que históricamente han avalado la igualdad y la autodeterminación de los pueblos. Por ello, no podemos quedarnos de brazos cruzados ni asumir una actitud pasiva, esperando que pase la tormenta. Necesitamos actuar con determinación, asumiendo un rol activo en el fortalecimiento de vínculos estratégicos con países que, como Panamá, se oponen a un modelo basado en el nativismo. Sabemos que el verdadero valor agregado de la globalización reside en la cooperación entre los pueblos, y no en su división. La recalibración del orden mundial ya está en marcha. Pareciera que han terminado las vacaciones de la historia. ¿Qué decidiremos, como nación, ahora que nos toca volver a la mesa de trabajo? En grave riesgo el orden internacional Geopolítica SibienelsistemadeNacionesUnidasnoha sido tan e ciente como esperaban sus gestores, en gran medida, los responsables de ello han sido los gobernantes que han nombrado en posiciones clave a familiares y amigos políticos, instaurando prácticas corruptas para enriquecerse. El gran responsable de este lamentable escenario son los ciudadanos que insisten en elegir a políticos corruptos. Pero el orden mundial está a punto de ser reemplazado por un esquema anacrónico de supremacía de las potencias, debido a la falta de visión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En un artículo publicado en la BBC el 26 de marzo, bajo el titular “Trump ha hecho estallar el orden mundial y ha dejado a los europeos luchando por salir adelante”, el periodista Allan Little recordó que desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, Estados Unidos se había consolidado como líder del mundo libre. Algunas de las acciones tomadas por Trump contra el orden internacional son decretar la salida de Estados Unidos de la OMS y de los acuerdos contra el cambio climático, al tiempo que revisa la membresía en el Consejo de Derechos Humanos, la Unesco y la agencia de ayuda a los refugiados de Palestina. Además, inició una peligrosa guerra arancelaria y retiró a Estados Unidos del grupo multinacional que investigaba a los líderes de Rusia responsables de la invasión a Ucrania, alineándose con Vladimir Putin en este diferendo. Elimpactodelasmedidasqueafectanalsistema de Naciones Unidas será enorme, si tomamos en cuenta que, con el 15.6% del PIB mundial, Estados Unidos es, con creces, el mayor contribuyente de la ONU. Además, ha ignorado los compromisos pactados por Estados Unidos en tratados comerciales y, en el caso de Panamá, ha inventado una narrativa, a todas luces falsa, sobre presuntas violaciones al Tratado de Neutralidad del Canal, para “justi car” la pretendida retoma del control de la vía por Estados Unidos. Panamá ha cumplido elmente el Tratado de Neutralidad, y en tal virtud, las amenazas de Trump carecen del menor sustento legal. Ello, Franklin Castrellón Por una diplomacia fuerte y menos silenciosa Relaciones exteriores Recientemente, la Universidad de Panamá ha republicado de manera oportuna la obra en formato digital: Los orígenes, vicisitudes y legado del Grupo de Contadora, de Nils Castro. Sin duda, este trabajo destaca el signi cativo papel de la diplomacia panameña en la coordinación, organización y promoción de la paci cación, no solo en Centroamérica, sino en toda América Latina. Esta obra merece ser reconsiderada no solo por los académicos panameños especializados en Relaciones Internacionales y Derecho Internacional, sino que también debería formar parte del currículo académico en nuestras instituciones educativas. Es una referencia esencial para comprender la diplomacia panameña del pasado y pone en relieve el papel destacado e inuyente que Panamá tuvo en la región latinoamericana. Los tiempos han cambiado, y sin duda el panorama internacional de aquellos años— marcado por el gobierno de Ronald Reagan— contravenía todo lo que el expresidente Jimmy Carter había logrado durante su mandato en términos de cooperación y acercamiento en Hispanoamérica. La tensión de la Guerra Fría, las consecuencias del triunfo de la revolución cubana y la caída de Allende en Chile, así como el escándalo Irán-Contra, crearon un escenario conictivo sin igual. Los Estados Unidos buscaban evitar que la revolución cubana se extendiera a otros países de Latinoamérica, lo que llevó a apoyar grupos armados en oposición a estos movimientos. Esto derivó posteriormente en guerras civiles en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honte la causa canalera y reconocen el esfuerzo realizado para alcanzar nuestra soberanía y ser los únicos propietarios del Canal. Aunque cada país tiene sus propios intereses y desafíos actuales, al comparar con el pasado, las circunstancias enfrentadas entonces eran considerablemente más difíciles. Aquellos conictos no se agravaron gracias a nuestros esfuerzos por establecer límites de manera respetuosa y exigir el respeto merecido. No se trata de buscar confrontaciones ni de agravar los problemas, sino de demostrar que no estamos solos y que nuestra soberaníaestá rmementeestablecidayno está en discusión. Al actuar como un solo bloque, los cancilleres de países latinoamericanos se alinearon con una hoja de ruta común, guiados por la voluntad de promover la democratización y, principalmente, poner n a los con- ictos armados, respaldándose en el Derecho Internacional como única vía. Este esfuerzo también facilitó una mayor cooperación, que más tarde se tradujo en nuevas relaciones comerciales. Aunque no se alcanzó una paz ideal para todas las partes involucradas, sí fue el inicio de lo que más tarde serían los Acuerdos de Paz de Esquipulas (1986 y 1987), derivados de los esfuerzos del Grupo Contadora. Estos acuerdos sentaron las bases para la gestión de otros conictos internacionales, como los Acuerdos de Oslo (1990) y los Acuerdos de Paz de Chapultepec(1992).Además,facilitaronunacompleta reestructuración de la política exterior centroamericana. Posteriormente, se creó el Grupo de los Ocho, que continuó atendiendo los problemas de aquella época y que - nalmente evolucionó en el Grupo de Río. Es fundamental aplicar las enseñanzas del Grupo Contadora ante las amenazas del control extranjero del canal y fomentar la cooperación y el apoyo internacional. Opinión EL AUTOR es abogado y amigo de la Fundación Libertad. EL AUTOR es abogado, investigador y doctor en derecho. EL AUTOR es periodista. Georgios M. Vassilopoulos tomando en cuenta que, conforme a su régimen legal, en Estados Unidos los tratados son ley nacional (law of the land). Pero ese no es el único legado de Trump en el plano internacional. Prácticamente ha eliminado la asistencia que ofrecía Estados Unidos a los países pobres, a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). Ello incluye la eliminación del 90 % de los contratos multianuales, que totalizan unos $54,000 millones y donaciones por unos $4,400 millones a programas de interés social. Muchos de los decretos ejecutivos de Trump son ilegales y, en tal virtud, han sido impugnados por activistas cívicos. Pero el presidente intenta forzar su aplicación, lo que ha puesto en riesgo el sistema de pesos y contrapesos. Es decir, en juego no solo está el orden internacional sino la propia democracia estadounidense. Según Little, Trump ha renunciado a la política implantada por Harry Truman, quien sostenía que “defender las democracias es vital para los intereses nacionales de Estados Unidos”. A menos que ocurra lo improbable, el orden internacional de la posguerra deberá soportar la falta de apoyo de Estados Unidos, por lo menos hasta que termine la gestión de Trump. Les corresponde a las democracias líderes de Occidente repartirse el apoyo nanciero de las agencias multilaterales e impulsar los correctivos que correspondan. Al respecto, el catedrático de historia de la Universidad de Toronto, DanielManulak(“Howtosustaininternational order in an ‘America First’ world”, 3 de marzo de 2025) considera que Canadá pudiera suplantar el liderazgo de Estados Unidos. A su juicio, “Canadá es la única nación con la voluntad y capacidad de ser su garante”. Mantener el orden internacional basado en reglas es vital, sobre todo para los países pobres. El orden internacional se de ne como un sistema de reglas y expectativas establecidas entre los Estados, con el n de regular sus objetivos de supervivencia y desarrollo, mantener su independencia y la paz. Desde esta perspectiva, no fue hastadespuésdeterminadalaSegundaGuerra Mundial, a iniciativa del presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, que los líderes mundiales se reunieron en 1945 en San Francisco para diseñar lo que sería la Carta de las Naciones Unidas, que entró en vigor el 24 de octubre de ese año, dando nacimiento a la Organización de Naciones Unidas. El Estatuto de la Corte Internacional de Justicia sería parte de la Carta de la ONU. Previamente, en 1943, equipos técnicos de los países aliados crearon las organizaciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agencia responsable de impulsar la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), entre otras, todas adscritas a la ONU. En 1948 se sumarían laOrganizaciónMundialdelaSalud(OMS) ylaOrganizaciónMarítimaInternacional (OMI). La ONU tendría como objetivos fundamentales mantener la paz y la seguridad internacional, distribuir ayuda humanitaria a los países que lo requieran, impulsar el desarrollo sostenible en todos los países y promover acciones para detener el cambio climático, y defender los derechos humanos. Roosevelt estuvo tan comprometido en promover el nuevo orden, que el Senado aprobó la Carta de la ONU por 89 votos a favor y solo 2 en contra. Tomás Alonso 7A LaPrensa Panamá, jueves 16 de enero de 2025 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. 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