6B La Prensa Panamá, viernes 21 de marzo de 2025 Panamá acoge el Encuentro Internacional de Mujeres en la Música ‘Disonancias 2025’. Escanea el código QR para más contenido en Ellas.pa. Didasio De León: cambiando el mundo a través del color ¿El talento se cultiva o es inherente a la persona? Puede que exista una predisposición o tal vez las circunstancias se encargan de trazar un camino. De pequeño, Gustavo Didasio De León Araúz (David, Chiriquí, 7 de agosto de 1967) “no sabía nada de arte, no sabía nada de pintura”, hasta que, en su cumpleaños número 15, su mamá le obsequió una caja de óleos para pintar motivos marinos. El sentido de la vida Sin embargo, estas primeras obras no fueron providenciales. Culminada la secundaria, lo enviaron a Guatemala para realizar estudios técnicos de optometría. En medio de esta carrera, quiso el azar - que para muchos no existe – que un día llegara a la planta baja de un edicio en donde estaban impartiendo clases de pintura: “Me causó interés y comencé a averiguar”. Desde entonces, dividió su tiempo entre la carrera técnica relacionada con la vista y trabajos que le permitieran costear cuanto curso de pintura encontrara de su interés. “Comencé a entender que la vida tiene un sentido más profundo, no tan técnico, no tanto estudio, no tan severo, sino una vida en la que yo me estaba rodeando de bohemia, de dibujos lineales, críticos, pintores, escultores, señores mayores a los que uno tiene que escuchar”. La optometría fue quedando relegada para dar paso a la exuberancia de color que se desborda en su obra. Las ideas que le salen son mujeres con sombreros, paraguas, sandías, cangrejos, caballos, peces, pájaros y árboles, todos muy coloridos, en amarillos intensos, rojos, verdes, azules, naranjas. Cortesía Cambiando el paisaje a través del color Didasio, como rma sus cuadros, es re°exivo al momento de explicar que la creatividad “viene con uno, uno busca disciplina, se aparta un poco, lee, comienza a buscar ocio dentro de la casa, cualquier cosa, uno se vuelve sensible, va tomando espacio, se aparta, comienza a bosquejar, dibujar. Ahí van saliendo las ideas”. Las ideas que le salen son mujeres con sombreros, paraguas, sandías, cangrejos, caballos, peces, pájaros y árboles, todos muy coloridos, en amarillos intensos, rojos, verdes, azules, napor. Marilina Vergara Polo [email protected] ranjas. Al regresar de Guatemala, ya con una familia completa, empezó a trabajar en el campo de la salud, dejando la pintura como un o- cio del n de semana, hasta que se atrevió a ofrecer su obra a la venta y tuvo aceptación. Era el empuje que necesitaba para tomar la decisión de dedicarse por completo a su verdadera pasión. “Comencé a viajar por Centroamérica, gracias a lo que ganaba con mis pinturas. Me iba en bus y en el transcurso del viaje nacían aquellos elementos ya codicados: paraguas, sandías, la mujer gorda, los sombreros, las canastas, lo que uno ve desde el bus cuando va pasando de una frontera a la otra, la vida precaria, un montón de situaciones y necesidades”. Y se planteó la posibilidad de cambiar ese paisaje: “Con colores vivos la gente lee dos discursos: uno, la realidad a la que pertenecemos aquí, en Latinoamérica, y la otra, la de los colores, la magia, la explosión de pigmentos”. Influencias y exposiciones Entre sus maestros menciona a Rodolfo Abularach (Guatemala), cuya obra gira sobre el tema del ojo humano; a Elmar Rojas (Guatemala), a quien conoció de lejos, pero de quien recibió bastante in°uencia; también conoció a Augusto Quiroa (Guatemala), César Menéndez (El Salvador), Rodolfo Stanley (Costa Rica) y Rafael Ángel Fernández Piedra (Costa Rica). Luego empezó a trabajar con galerías importantes en Panamá, Imagen, Marcorama, Mateo Sariel, a través de las cuales logra una mayor exposición hasta llegar a mostrar su propuesta en Tokio, Corea, Miami y Los Ángeles. Actualmente, su obra forma parte de la exposición “Maestros del color”, junto con Eduardo Aguilar, organizada por el colectivo cultural El Lienzo y el Ministerio de Cultura. Esta muestra estará abierta hasta principios de abril en la galería Juan Manuel Cedeño, ubicada en la Plaza de Francia en Casco Antiguo, en un horario de lunes a sábado de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. Su obra forma parte de la exposición ‘Maestros del color’, junto con Eduardo Aguilar, organizada por el colectivo cultural El Lienzo y el Ministerio de Cultura. La muestra está disponible en la galería Juan Manuel Cedeño, Plaza de Francia, en Casco Antiguo. Gustavo nació en David, Chiriquí. Confiesa que no sabía ‘nada de arte, nada de pintura”, hasta que, en su cumpleaños número 15, su mamá le obsequió una caja de óleos para pintar motivos marinos. Cortesía
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