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6A La Prensa Panamá, lunes 10 de marzo de 2025 Panorama Ante el inicio del año escolar este lunes 10 de marzo, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap) exhortó a mejorar la calidad de la educación en el país. El gremio empresarial señaló que la única vía para tener un país competitivo es teniendo a la educación como una prioridad. “Si queremos un país más competitivo, más equitativo y con mayores oportunidades para todos, debemos garantizar que la educación se mantenga como una prioridad inquebrantable. Pero la educación no avanza en el vacío: requiere de condiciones básicas para que los estudiantes puedan aprender sin obstáculos”. La Cciap señala que es fundamental resolver los problemas de agua, vivienda, salud y seguridad social lo cual no solo es un deber del Estado, sino una inversión en el futuro de Panamá. “Para garantizar una educación efectiva y accesible para todos, debemos atender los factores que inciden directamente en la calidad de vida de los estudiantes y sus familias. No podemos hablar de educación de calidad si miles de panameños aún enfrentan dificultades en el acceso a servicios básicos como agua potable, vivienda digna, infraestructura adecuada y atención en salud“. La Cámara de Comercio identificó y enumeró las necesidades urgentes que impactan directamente el desarrollo de Panamá y la educación. Entre ellas, el acceso al agua potable sigue siendo una prioridad, ya que su falta afecta la salud y la educación de miles de panameños. El Proyecto de Río Indio es una solución clave que debe ejecutarse sin reLa educación, ‘una prioridad inquebrantable’ PRONUNCIAMIENTO trasos para garantizar el suministro a gran parte de la población. Asimismo, mencionaron que el acceso a una vivienda digna es fundamental para la estabilidad de las familias y el desarrollo académico de los estudiantes. La Cámara ha resaltado la importancia de acelerar la aplicación de la Ley de Interés Preferencial para facilitar la adquisición de viviendas asequibles. Otro tema crítico es la urgente reforma de la Caja de Seguro Social (CSS). Después de cinco meses de debate, aún no se han tomado decisiones concretas para garantizar el acceso a la salud y pensiones justas. La postergación de estas reformas estructurales por más de 15 años ha debilitado el sistema de seguridad social, afectando el bienestar de la población y, en consecuencia, su capacidad de educarse y progresar. Por otra parte, el gremio del sector comercial alertó que la educación no es un privilegio, es un derecho fundamental y su interrupción constituye una violación a los derechos de los niños y jóvenes panameños. “Es inaceptable que la educación sea rehén de grupos de presión que priorizan sus intereses sobre el futuro del país. No podemos seguir permitiendo que caprichos sindicales mantengan a los estudiantes fuera de las aulas mientras los países vecinos avanzan en la mejora de sus sistemas educativos”. Añaden que la educación continua y de calidad debe ser un compromiso nacional y su paralización solo profundiza la desigualdad y el rezago del país. La Cámara de Comercio señala que la formación de ciudadanos con pensamiento crítico, capacitados para la vida laboral y comprometidos con el desarrollo nacional, depende de que el sistema educativo funcione sin interrupciones, con mediciones y evaluaciones periódicas; al tiempo que se adapte a las necesidades del mundo actual. Los útimos retoques en uno de los 3 mil 102 centros escolares públicos del país. Alexander Arosemena Año escolar: los mismos problemas con un reto permanente y decisivo Aleida Samaniego [email protected] Reyna Katiuka Hernández [email protected] EDUCACIÓN La ministra de Educación, Lucy Molinar, señaló que durante los últimos nueve meses han trabajado para que eel 99% de las escuelas estén en condiciones adecuadas. El inicio del año escolar 2025 ha traído consigo los mismos problemas que afectan al sistema educativo panameño cada año: infraestructuras deterioradas, escasez de docentes, falta de cupos para los estudiantes y recursos básicos limitados. Sin embargo, más allá de estos obstáculos recurrentes, persiste un problema fundamental que sigue sin recibir la atención adecuada: la baja calidad de la educación que reciben los 980,000 alumnos en las escuelas oficiales del país. La ministra de Educación, Lucy Molinar, afirmó que durante los últimos nueve meses se ha trabajado para que el 99% de las escuelas estén en condiciones adecuadas y seguras para atender a los alumnos y educadores. No obstante, en el proceso se encontraron proyectos suspendidos, estructuras en mal estado y años de descuido. A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Educación (Meduca) 21 escuelas no podrán iniciar clases este 10 de marzo de 2025 debido a la falta de condiciones mínimas. La ministra aseguró que se están tomando las medidas necesarias para que estas instituciones comiencen a operar a la brevedad posible. La calidad educativa, en grave deterioro Un reciente estudio titulado ¿Cómo está tu escuela?, liderado por el diputado de la coalición Vamos, Jorge Bloise, y su equipo del circuito 8-4, expone de manera alarmante la situación crítica del sistema educativo panameño. Entre sus hallazgos más preocupantes, destaca que solo el 40% de las 30 escuelas evaluadas cuentan con gabinetes psicopedagógicos, a pesar de que algunas atienden hasta 3,000 estudiantes. En los pocos centros que ofrecen este servicio, como el Instituto Profesional y Técnico Don Bosco (231 alumnos atendidos) y el Instituto José Dolores Moscote (200 alumnos atendidos), la falta de infraestructura adecuada y personal especializado limita significativamente la efectividad del servicio. La situación en los talleres técnicos es aún más crítica. Según el estudio, el 57.1% de las instalaciones se encuentran en condiciones regulares, mientras que el 42.9% están en estado deficiente. Ningún centro educativo evaluado alcanzó los estándares de calidad necesarios para ofrecer formación técnica adecuada. La obsolescencia de los equipos es uno de los problemas más graves, ya que muchos de los instrumentos utilizados por los estudiantes están desactualizados y no cumplen con los requerimientos de la industria actual. Instituciones emblemáticas como el IPT Juan Díaz y el IPT Don Bosco enfrentan deficiencias importantes en sus talleres, lo que afecta directamente la calidad de la formación técnica de los jóvenes y limita sus oportunidades laborales. El fracaso de la digitalización educativa Uno de los mayores desafíos en la modernización del sistema educativo es la implementación de la plataforma ESTER, diseñada en 2020 para fomentar la enseñanza digital en Panamá. Sin embargo, los resultados han sido desalentadores: solo el 6.7% de los centros educativos del circuito 84 utilizan la plataforma de manera activa, mientras que el 83.3% no la emplea en absoluto. Las causas de esta baja adopción son diversas: falta de acceso a internet estable en muchas escuelas, deficiencias en las instalaciones eléctricas que impiden el uso adecuado de los equipos y computadoras almacenadas sin desembalar debido a la falta de condiciones para su instalación. Esto contrasta con el potencial de la plataforma, que cuenta con más de 160,000 usuarios registrados y ha desarrollado 259 capacitaciones y 11 diplomados, impactando a más de 2,200 centros educativos en todo el país. Sin embargo, la brecha digital sigue siendo un obstáculo significativo para la modernización del sistema educativo. Un pequeño avance en medio del rezago A pesar de las deficiencias, el estudio resalta un avance: la implementación de los Derechos Fundamentales del Aprendizaje (DFA) en todos los centros evaluados. Este marco curricular busca estandarizar la educación, garantizar aprendizajes esenciales y reducir las disparidades en el acceso al conocimiento. Sin embargo, este avance no es suficiente para compensar las graves deficiencias estructurales, tecnológicas y pedagógicas que siguen afectando a las escuelas del país. El diagnóstico del circuito 8-4 no es un caso aislado, sino un reflejo de la crisis estructural que enfrenta todo el sistema educativo panameño. Mientras el país apuesta por la educación como motor de desarrollo, los estudiantes regresan a aulas que no garantizan una formación de calidad ni las herramientas necesarias para enfrentar el futuro. Lectoescritura: avances con ATAL, rezago con PRISA En el área de lectoescritura, el programa Aprendamos Todos a Leer (ATAL), impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha logrado avances significativos. Implementado principalmente en escuelas primarias y centros básicos, ha mostrado una alta tasa de mejora en los niveles de comprensión lectora y escritura. ATAL se destaca por: •Aplicación de pruebas diagnósticas sistemáticas. •Distribución de materiales didácticos especializados. •Capacitación continua del personal docente. •Integración de los padres en el proceso educativo. •Evaluación periódica del progreso estudiantil. En contraste, el programa PRISA, desarrollado en colaboración con SUMMA (Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe), ha tenido una implementación preocupantemente baja, con solo un 4.76% de los centros educativos del circuito adoptándolo. Esta baja adopción cuestiona la efectividad y el impacto real de PRISA en el sistema educativo panameño. La brecha digital y la distribución desigual de recursos La distribución desigual de recursos tecnológicos sigue siendo una de las principales barreras para una educación de calidad. En algunos centros educativos, la relación entre la cantidad de estudiantes y computadoras es alarmante: • Instituto José Dolores Moscote: 3,300 estudiantes / 20 computadoras (165 estudiantes por computadora). • Colegio José Remón Cantera: 2,800 estudiantes / 40 computadoras (70 estudiantes por computadora). • Colegio Elena Chávez de Pinate: 2,100 estudiantes / 20 computadoras (105 estudiantes por computadora). • Instituto Profesional y Técnico Juan Díaz: 1,880 estudiantes (sin datos de equipamiento). Esta desigual distribución agrava las disparidades en el acceso a la tecnología y limita las oportunidades de los estudiantes para aprovechar las herramientas digitales en su formación. La baja calidad educativa en las pruebas internacionales La baja calidad de la educación en Panamá queda reflejada tanto en las pruebas nacionales como en las internacionales. Los datos de la oficina de Admisión de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá muestran que el número de estudiantes provenientes de escuelas oficiales que logran ingresar a la carrera de medicina es muy bajo. De los 1,141 aspirantes de escuelas oficiales, solo 26 obtuvieron un cupo, lo que representa apenas el 2.3%. En contraste, de los 1,222 estudiantes de centros educativos particulares que aplicaron, 167 lograron ingresar, equivalente al 14%. En la última prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), organizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Panamá ocupó el puesto 74 de 81 países evaluados, incluidos 14 de América Latina y el Caribe. Esta prueba, realizada cada tres años, evalúa las competencias en áreas clave como lectura, matemáticas y ciencias. En los resultados de 2022, presentados en diciembre de 2023, se evidenció que hay mucho trabajo por hacer para mejorar la calidad educativa en el país. A pesar de la gravedad de estos resultados, Panamá decidió retirarse de la prueba PISA 2025. De hecho, en el 2012 durante la administración de Molinar al frente del Meduca, el país también se retiró de la prueba internacional. Juan Arias. Archivo

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