8A La Prensa Panamá, lunes 17 de febrero de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. diesen ser aplicadas. Por ello, la justicia social no solo destruye las relaciones sociales de intercambio y cooperación al querer imponer formas de pensar y actuar, que destruyen las instituciones sociales creadas por medio del orden espontáneo a través de años de evolución que solemos llamar costumbres o cultura. Si no que, además, al torcer las leyes, destruyen los buenos principios, esos basados en principios éticos y morales de cómo debe funcionar y desenvolverse una sociedad. Por último, donde más se ha enfrascado la justicia social y donde mayores seguidores ha logrado encontrar, es dentro de la economía, en especial la economía de libre mercado. Y es que ciertamente es complicado lograr comprender algo tan complejo como es la economía, las relaciones sociales basadas en el intercambio y la búsqueda de las satisfacciones. Por eso, dentro de la economía no hay ganadores y perdedores, porque, de otra forma, nadie estaría dispuesto a intercambiar. Pero tampoco existe lo “justo”, ya que es el mercado (compradores y vendedores) el que decide cada vez que compra o intercambia, quién es el mejor y Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Kosovo: historia, identidad y conexión Independencia Hace diecisiete años, el 17 de febrero de 2008, Kosovo declaró su independencia, marcando la culminación de un largo y difícil camino hacia la autodeterminación. Para el pueblo de Kosovo, esto no fue solo un acontecimiento político, sino la realización de una aspiración centenaria: vivir en libertad, dignidad y democracia. Aquel día fue gélido en Kosovo, pero las celebraciones lo convirtieron en el más cálido. La independencia solidificó su lugar en el mundo tras años de lucha. La disolución de Yugoslavia en los años 90 trajo guerra, limpieza étnica e intervención internacional, con un alto costo: más de 15,000 vidas, un millón de desplazados, 20,000 víctimas de violencia sexual y 1,500 desaparecidos. Sin embargo, la resiliencia del pueblo kosovar nunca flaqueó. La independencia no fue un regalo, sino una conquista basada en perseverancia y unidad. Para Kosovo, la independencia significa gobernarse a sí mismo, construir instituciones y generar oportunidades para futuras generaciones. También le permite integrarse al mundo en igualdad de condiciones, compartir su cultura y fortalecer su presencia internacional. Desde 2008, Kosovo ha avanzado en todos los ámbitos. En 2024, registró un crecimiento del 4%, impulsado por su población joven, la diáspora y el desarrollo tecnológico. También ha fortalecido la lucha contra la corrupción, reflejada en su mejor posicionamiento en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparency International. Panamá fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Kosovo. Ambos comparten el valor de la soberanía y la ambición de proyectarse globalmente. Panamá, puente hacia América Latina, y Kosovo, en el corazón de los Balcanes, tienen potencial para fortalecer lazos económicos, culturales y diplomáticos. Kosovo está más cerca de lo que parece. Madre Teresa, nacida en su territorio, dedicó su vida a la humanidad. Artistas como Dua Lipa y Rita Ora, de origen kosovar, llevan su identidad al mundo. Así que hoy, celebramos a Kosovo. Un país que luchó por su lugar en el mundo. Un país que, a pesar de su tamaño, se mantiene firme. Un país que es prueba de que los sueños de libertad se hacen realidad. Análisis del Índice Multidimensional de Riqueza en Panamá Realidades invisibles representando un avance en la estrategia mencionada del CIEPS, que ofreció un primer acercamiento a la medición de la vulnerabilidad social en Panamá. Nuestro Índice mejora esta metodología al utilizar los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2023 y no solo dimensiona la tenencia de bienes, sino también relativiza la magnitud de las carencias estructurales en el acceso a recursos y el esfuerzo que representa la movilidad entre estratos de riqueza, haciendo posible la profundización en la estratificación socioeconómica y ofreciendo un panorama más complejo sobre las condiciones sociales del país. Además, la carga censal contenida en el índice hace posible un diseño a nivel de persona, vivienda y hogares. Por tanto, además de ofrecer el contraste entre rural y urbano, facilita el desglose de las disparidades a nivel provincial, distrital, de corregimiento, de barrio y de lugar poblado. Asimismo, analiza variaciones basadas en profesiones, ocupaciones y nivel de educación. Sin embargo, continuamos trabajando con relación a estas variaciones, con el objetivo de interpretar las desigualdades estructurales en el país. Un primer resultado es que el índice, en su carácter relativo, muestra la diferencia entre lo urbano y lo rural. Mientras que en lo urbano la variación del índice es mucho más alta entre su población, en lo rural la variación es mucho menor. Es decir, es probable que encontremos más diferencia de riqueza entre personas de la ciudad que entre personas del campo. Un hallazgo importante del índice es qué tipo de bienes diferencian más a la población: en las zonas urbanas lo son el acceso a bienes tecnológicos y costosos, tales como internet y aire acondicionado. Por otro laNeidha Nadal/Juan J. Moreno Justicia social: la sumisión ante el Estado Libertad La justicia social ha sido el mayor éxito para lograr la sumisión de los individuos ante el Estado. Bastó solamente una idea para crear en las mentes de las personas la necesidad permanente del Estado en sus vidas. Y es que sin el Estado y su devoción hacia el “pueblo” las personas vivirían en un estado de conmoción y penurias. No hay mejor idea para enquistarse en el poder que crear una necesidad. Esa necesidad es la justicia social. Ha sido una semilla que logró crecer bien en las sociedades modernas, gracias a los Estados de Bienestar: esa idea del justiciero que busca eliminar las desigualdades por medio de la distribución de la riqueza, y dar a su “pueblo” salarios dignos, derechos infinitos. Solo ha servido para someter y esclavizar a los individuos de forma efectiva y sin darse cuenta. La justicia social ni es justa, ni es social, y es que no puede haber justicia cuando se deforma el sentido de la ley para ser usada coactivamente para obligar a unos y premiar a otros. No hay nada más desigual que usar la coacción institucional para llevar a cabo buenas intenciones, pero que sin el monopolio de la fuerza y la violencia no pucuánto debe tener cada uno. La distribución de la riqueza solo se logra haciendo que todos participen dentro del proceso productivo y por ende la creación de riqueza, pero el ser humano es desigual, todos tienen habilidades y características únicas, lo que hará que basadas en ellas, cada uno tome decisiones que crea convenientes para sí mismo. En consecuencia, decir que todos deben ganar un salario justo no tiene sentido, dado que no hay quién defina lo que es justo. A menos que sea una minoría bajo el monopolio del poder, habrá millones de respuestas de que es justo. En el mercado, las relaciones solo pueden darse bajo una relación de ganar – ganar, y a pensar que algunos las ven “injustas” la realidad es que fueron lo justo para cada una de las partes. El problema es cuando se busca forzar esas relaciones voluntarias medio de la intervención de un tercero. Ese tercero llamado Estado, basado en la fatal arrogancia, como describió Friedrich Hayek, solo termina destruyendo el intercambio voluntario y el proceso productivo, dando como resultado una destrucción de la riqueza, desfavoreciendo a los que menos habilidades poseen. Pero lo que sí crean es una necesidad de dependencia para vivir, bajo una realidad ficticia basada en el saqueo institucional. Que, a medida que se crea menos riqueza, la coacción y subordinación de la sociedad deberá ser mayor. Opinión LA AUTORA es embajadora de Kosovo en Panamá. EL AUTOR es miembro de la Fundación Libertad. LOS AUTORES son investigadores del Cieps. Heroína Telaku do, en las áreas rurales, los bienes esenciales como refrigeradores y combustibles para cocinar tuvieron un mayor peso discriminante. Mientras que, en áreas urbanas, es la disponibilidad de tecnologías avanzadas y bienes de lujo lo que marca la brecha entre la población, en las zonas rurales, y debido a la menor variabilidad, es la carencia de necesidades básicas lo que destaca a un estrato de otro, resaltando las condiciones precarias que afectan a esa población. Uno de los hallazgos más reveladores del estudio es la dimensión de la movilidad social y sus marcadas diferencias entre las zonas rurales y urbanas. En las áreas rurales, el mayor desafío es salir de la pobreza extrema. Ascender del estrato más bajo al medio-bajo requiere un esfuerzo tres veces mayor que avanzar entre otros niveles socioeconómicos. Aún más significativo es que, en las zonas urbanas, la movilidad entre estratos es más homogénea y demanda solo la mitad de ese esfuerzo inicial requerido en el entorno rural. Esto sugiere la presencia de barreras estructurales que dificultan enormemente la mejora en las condiciones de vida de esa población. En lo urbano pueden existir mayores brechas socioeconómicas, pero la posibilidad de avanzar de un estrato a otro requiere menos esfuerzo, reflejando un entorno más dinámico para la movilidad social. Así, el Índice Multidimensional de Riqueza se puede posicionar como una herramienta innovadora para analizar y orientar la formulación de políticas públicas en Panamá. Su utilidad radica en la capacidad de proporcionar un diagnóstico detallado sobre las desigualdades en el acceso a bienes y servicios, permitiendo así la toma de decisiones informadas. Lo que se observa es que asegurar el acceso a bienes y servicios fundamentales no solamente es una cuestión de bienestar, es una obligación que no se puede postergar si se desea reducir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de la gente. Un diagnóstico apropiado que utilice datos concretos es fundamental para el diseño de políticas que respondan a los problemas de cada sector y que propicien un desarrollo equilibrado y sostenible en el país. En Panamá, como en muchas sociedades fragmentadas, la imagen presentada puede ocultar muchas realidades invisibles. La Encuesta de Ciudadanía y Derechos del CIEPS (2023) estudia, entre otros temas, la desigualdad estructural que existe en el país y le asigna una medida. Sirve para revelar que, mientras que en las áreas urbanas algunos hogares tienen acceso a tecnología muy avanzada, alta conectividad y bienes de confort, otros ni siquiera tienen acceso a lo básico. En las áreas rurales, la pobreza es más uniforme e impactante: un rango más amplio de bienes básicos, como agua potable y sistemas de saneamiento, están, de hecho, ausentes. Todo esto es importante porque estas desigualdades no solo dividen a las poblaciones, sino que también fomentan una situación de profunda marginación que hace imposible la movilidad social y económica real. Por mucho tiempo, los economistas y sociólogos han argumentado que la posesión de bienes materiales es un indicador más claro del estatus socioeconómico de una persona que sus ingresos autoinformados. R. Filmer y L. Pritchett (2001) argumentaron que, en ausencia de información detallada sobre ingresos, indicadores como las condiciones de vivienda y el nivel de bienes poseídos pueden ser mejores proxies para el bienestar. V. Vyas y A. Kumaranayake (2006) mejoraron este enfoque con el uso del Análisis de Componentes Principales (ACP), técnica estadística que permite la construcción de índices de riqueza a partir de datos con múltiples dimensiones. Entonces, es usando este enfoque que estamos abordando las desigualdades urbanas y rurales del país. Hemos desarrollado un nuevo Índice Multidimensional de Riqueza que fija los niveles de bienestar en función de la tenencia de veintidós bienes y servicios básicos, La justicia social no solo destruye las relaciones sociales de intercambio y cooperación al querer imponer formas de pensar y actuar, que destruyen las instituciones sociales creadas por medio del orden espontáneo a través de años de evolución que solemos llamar costumbres o cultura. José Jauregui Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón Hemos desarrollado un nuevo Índice Multidimensional de Riqueza que fija los niveles de bienestar en función de la tenencia de veintidós bienes y servicios básicos, representando un avance en la estrategia mencionada del CIEPS, que ofreció un primer acercamiento a la medición de la vulnerabilidad social en Panamá.
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