4A La Prensa Panamá, jueves 13 de febrero de 2025 Panorama Tal Cual Mónica Palm [email protected] MILLONES. Después de los disturbios ocurridos ayer, no sería mala idea que el Ministerio de Trabajo solicitara una auditoría a los fondos destinados a la educación y capacitación sindical. Y no es poca cosa: en el presupuesto general del Estado para 2025 hay $14.6 millones asignados a este programa. Deberían utilizar ese dinero para atender a los agentes policiales heridos, reparar las patrullas vandalizadas, compensar los daños al Hospital del Niño e indemnizar a todo aquel que haya sufrido algún perjuicio o afectación por culpa de esta horda de zánganos. BOCAZAS. El diputado Crispiano Adames, quien se ha declarado en contra del proyecto de reformas a la CSS presentado por el Ejecutivo, ha dicho que nadie puede “amenazarlo” con despedir a sus colaboradores, porque ninguno de ellos trabaja en la Caja. ¿Y la doctora Marta Sandoya? ¿Todavía es su suplente o ya renunció a ese cargo o se acogió a una licencia sin sueldo? A favor de Sandoya hay que decir que es médica en la CSS, con estatus permanente desde 1987. Por lo tanto, nadie la puede destituir. DISCORDIA. Alexandra Brenes es la única integrante de la bancada independiente Vamos que votó en contra del proyecto 186, que autoriza la transferencia de $91.6 millones del presupuesto general del Estado para reforzar los pagos del IVM correspondientes a este mes. Si alguien pensó que se equivocó de botón o que había recapacitado, sepa que no, porque ayer la diputada justificó verbalmente su decisión. Brenes sostiene que votó en contra porque el Ejecutivo no ha dicho de dónde saldrán los fondos. Ánimo, que para eso solo tiene que esperar a que sustenten los traslados en la Comisión de Presupuesto. MALA NOTA. La Asamblea ha designado una subcomisión para analizar el proyecto de ley 83, redactado por Ernesto Puerto de Balboa en la entrada sur del Canal de Panamá. Richard Bonilla Tucídides en Panamá: poder vs. diplomacia en la era de Trump Orlando J. Pérez Gabriel Marcella ESPECIAL PARA LA PRENSA panorama.prensa.com ANÁLISIS El Diálogo de Melos ilustra cómo la fuerza dicta lo correcto, un paralelismo con la disputa entre Estados Unidos y Panamá por el señalamiento de la influencia china en el Canal. Trump amenazó con recuperar su control, pero una intervención militar sería costosa, impopular y legalmente cuestionable. El Diálogo de Melos y la disputa entre Estados Unidos y Panamá por el Canal Uno de los pasajes fundacionales en las relaciones internacionales es el Diálogo de Melos en La guerra del Peloponeso de Tucídides. Es una conversación entre Atenas, una potencia militar fuerte en ese momento, y la isla de Melos, un poder pequeño y débil que dependía para su supervivencia de ideales elevados y del favor de los dioses. Los atenienses, exigiendo la sumisión de los melios, les recuerdan: “Los fuertes hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben.” En otras palabras, la fuerza es la que dicta lo correcto. Los melios rechazaron la exigencia, para su perjuicio. Los atenienses los masacraron. La fuerza hace el derecho es un tema recurrente en la historia. Este diálogo viene a la mente en la reciente disputa diplomática entre Estados Unidos y Panamá sobre la presencia china en las operaciones portuarias del Canal. La relación entre Estados Unidos y Panamá Estados Unidos y Panamá tienen un vínculo único. Casi un siglo de presencia estadounidense en la antigua Zona del Canal y un extenso mestizaje han resultado en muchas personas con doble ciudadanía y una población cosmopolita. Los prácticos del Canal -esenciales para guiar los barcos a través de la vía- aún reciben formación en la Academia de la Marina Mercante de Estados Unidos. Como resultado, los panameños son en general pro-estadounidenses y la élite del país está altamente educada, con muchos de sus miembros titulados en universidades estadounidenses. El Canal es una de las rutas marítimas más importantes del mundo, conectando los océanos Atlántico y Pacífico. Desde 1999, Panamá tiene el control total, gracias a los Tratados Torrijos-Carter. Estos acuerdos también garantizan la neutralidad del Canal y otorgan a Estados Unidos el derecho de intervenir si esa neutralidad se ve amenazada. Sin embargo, recientemente el presidente Donald Trump ha expresado su preocupación por la creciente presencia china en torno al Canal, incluso insinuando que Estados Unidos podría retomar el control por la fuerza militar. Naturalmente, Panamá ha respondido con firmeza, defendiendo su soberanía sobre el Canal y manifestando su sorpresa ante la propuesta. Impacto estratégico y económico ¿Qué tan valioso es el Canal para el comercio estadounidense? El comercio marítimo representa el 69% del comercio total de Estados Unidos, y el país es el mayor usuario de la vía, representando aproximadamente el 73% de la carga que transita por ella. El Canal maneja casi el 6% del comercio global. Además, se ha vuelto cada vez más importante para las exportaciones de energía de Estados Unidos, especialmente gas natural licuado (GNL) y petróleo crudo. La expansión del Canal con las esclusas Neopanamax permite el tránsito de buques más grandes, lo que ha aumentado su relevancia en los mercados energéticos globales. El mayor riesgo de interrupción del tráfico en el Canal probablemente provendrá del cambio climático. El Canal opera con agua dulce libre de sal, un factor ambiental e ingenieril delicado. La reducción anual de precipitaciones en la cuenca del Lago Gatún ha provocado una disminución del tráfico y un aumento en los costos de envío. Según el Tratado de Neutralidad Permanente, en tiempos de crisis los buques de la Marina estadounidense tienen prioridad en el tránsito. Desde 2015, la Marina ha pagado un total de 17 millones de dólares en tarifas, lo que equivale al 0.000021% del presupuesto anual del Pentágono. Estratégicamente, el Canal tiene un valor militar menor, ya que los avances tecnológicos en la guerra lo volvieron obsoleto después de la Segunda Guerra Mundial. La importancia del Tratado de Neutralidad se refleja también en que los funcionarios del Canal tienen prohibido discutir su valor estratégico militar, enfocándose únicamente en la eficiencia y seguridad operativa. Además, el movimiento de fuerzas militares en ambas direcciones a través del Canal ya no es imperativo porque Estados Unidos tiene una marina de dos océanos y tecnología sofisticada que reduce distancias y tiempos operativos. Aunque el Canal acorta rutas comerciales, existen alternativas, aunque más costosas y lentas, como el tráfico ferroviario intercontinental dentro de Estados Unidos. Aún así, en algunos sectores se sigue considerando el Canal como “vital” para la economía y defensa estadounidense, convirtiéndolo en un eslogan para justificar intereses políticos partidistas. Una declaración diplomática sorprendente En una de las escenas más inusuales en la historia diplomática de Estados Unidos, el 2 de febrero de 2025, el secretario de Estado, Marco Rubio, durante su visita a Panamá, le dijo al presidente José Raúl Mulino: “El presidente ha sido bastante claro en que quiere volver a administrar el Canal.”Nótese que dijo “él”, y no “Estados Unidos”, lo que es una formulación extraña para una democracia. Es como si un huésped de tu casa anunciara su intención de apoderarse de tu propiedad más valiosa, insinuando el uso de la fuerza para hacerlo. Luego suavizó su declaración: “Obviamente, a los panameños no les entusiasma mucho la idea.” Esto no es exactamente la Anschluss nazi de Austria en 1939, pero sí es diplomacia de cañoneras, evocando la amenaza ateniense a los melios. Con Donald Trump promoviendo una política exterior agresiva, la visita resalta la delicada relación entre Estados Unidos y Panamá y las luchas geopolíticas más amplias. Los movimientos diplomáticos de Rubio Durante su reunión con Mulino, Rubio expuso las preocupaciones de la administración estadounidense sobre la influencia china cerca del Canal. Llamó a la situación actual “inaceptable” y sugirió que Estados Unidos podría actuar si no se hacían cambios rápidamente. Mulino respondió prometiendo reevaluar el involucramiento de Panamá con China. A pesar de estos intentos diplomáticos, Trump redobló sus amenazas. Dada la asimetría de poder entre Panamá y Estados Unidos, la diplomacia coercitiva de amenazas implícitas funcionó. ¿Podría Estados Unidos realmente retomar el control del Canal? ¿CómopodríaTrump“volver a administrar el Canal” y qué se necesitaría para lograrlo? Sus tarifas aduaneras, su herramienta favorita para hacer que los gobiernos extranjeros se dobleguen, no serían suficientes. Una invasión para restablecer el control estadounidense sería costosa e inaceptable. Requeriría una operación militar cara y el estacionamiento permanente de al menos una brigada (3,000 a 5,000 efectivos) con apoyo del Ejército, la Marina, los Marines y la Fuerza Aérea. Mantener una brigada del Ejército de Estados Unidoscuesta más de 3 mil millones de dólares al año, sin contar la construcción de nuevas instalaciones en la zona del Canal. Además, Panamá, un aliado de larga data, se convertiría en enemigo, con su población posiblemente recurriendo a la violencia contra los soldados y civiles estadounidenses. La reacción global sería severa, dañando la reputación de Estados Unidos, especialmente porque su última intervención en Panamá -la Operación Causa Justa en 1989- fue para derrocar a un dictador. Asimismo, una invasión socavaría la postura de Estados Unidos contra la invasión rusa de Ucrania. ¿Apoyaría el público estadounidense una ocupación prolongada sin justificación moral clara? Probablemente no. Desde el punto de vista legal, el Senado de Estados Unidos aprobó reservas en el tratado de neutralidad que limitan el derecho de intervención solo si “el Canal es cerrado o su funcionamiento es interferido…” y cualquier intervención “no deberá tener como propósito ni interpretarse como un derecho a intervenir en los asuntos internos de Panamá o a interferir con su independencia política o soberanía.” Es difícil imaginar un escenario en el que se pueda justificar una invasión sin violar estos principios. ¿Y China? El papel de China en Panamá ha sido central en las amenazas de Trump. Aunque empresas chinas han obtenido contratos portuarios cerca del Canal, no hay evidencia de que controlen su operación. China, como segundo mayor usuario del Canal, tiene poco incentivo para interrumpir su funcionamiento. Panamá ha asegurado reiteradamente que el Canal sigue siendo neutral y ha tomado medidas para calmar las preocupaciones de Estados Unidos. Reflexión final La visita de Rubio destaca la tensión entre proteger intereses nacionales y respetar la soberanía de los aliados. En última instancia, mantener relaciones sólidas entre Estados Unidos y Panamá es mucho más valioso que una postura agresiva de “atenienses modernos”. De los autores: Orlando J. Pérez es profesor de Ciencia Política en la Escuela de Artes y Ciencias Liberales de la Universidad del Norte de Texas en Dallas, y Gabriel Marcella es profesor en el Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos en Carlisle, Pensilvania. *Una versión de este artículo se publicó en inglés por Global Americans, https://globalamericans.org/ thucydides-in-panamapower-vs-diplomacy-inthe-time-of-trump/. Cedeño, que propone prohibir la reelección inmediata de los rectores de las universidades oficiales. Ya podemos anticipar de dónde saldrán los primeros votos en contra: de la fallida comisión legislativa que supuestamente investigaría las actuaciones de Etelvina de Bonagas en la rectoría de Unachi. Sería una lástima, dado que urge una ley para ponerle un alto a este grupito de funcionarios con ínfulas de señor feudal. Ojalá aprueben pronto este proyecto y con efecto retroactivo.
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