6A La Prensa Panamá, sábado 8 de febrero de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Panamá, Pence visitó las esclusas de Cocolí. Tras recordar que Estados Unidos fue el primer país del mundo en reconocer la independencia de Panamá, Pence dijo que “igual que entonces apoyamos a Panamá, hoy día contamos con Panamá y como amigo”. Y puntualizó: “El Canal de Panamá en sí constituye una manifestación del estrecho vínculo forjado con el coraje de los panameños, la tecnología (know-how) de EU y el acero de Pittsburgh”. Y añadió, “resulta impresionante lo que veo hoy aquí. No puedo más que estar maravillado de este magnífico monumento a nuestra asociación”. Elaborando sobre la ampliación del Canal, ejecutada y financiada por Panamá, señaló que ella “ha generado miles de millones de dólares en inversiones en Estados Unidos, creando empleos muy bien remunerados para nuestra gente en la industria, el transporte y la agricultura. Y los puertos en Estados Unidos se están expandiendo para acomodar a los buques neo-Panamax”. Pero en su segunda versión en la Casa Blanca, Trump ha dado un giro de 180 grados a su política exterior, para adoptar la intimidación usando como arma el poder económico de EU. Su inquietud por el Canal comenzó en la campaña política, pero fue en diciembre de 2024 cuando lanzó la falsa narrativa del control del Canal por China, y expresó su interés de retomar el control del Canal. Para un personaje a quien el sicoanalista de la Universidad de California del Sur, Alan Kurbelnig, califica de “mentiroso patológiLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La Ruta de la Seda o el silencio de las bibliotecas Historia El intercambio a lo largo de la Ruta de la Seda no se limitó a la seda o las especias. Fue un canal para el pensamiento. Junto a esas maravillas viajaron dioses y sus ceremonias; viajaron fórmulas, símbolos, mapas de mundos posibles. El budismo cruzó los Himalayas. La pólvora encendió la noche europea. El papel dio voz a los que solo hablaban desde la piedra. La brújula enseñó a los hombres a no perderse. Y el álgebra convirtió los números en puertas hacia el infinito. Las ciudades en su recorrido no eran solo mercados; eran bibliotecas vivas. Alejandría, Bagdad, Samarcanda: cada una albergó sabios, libreros, escritores, traductores, manuscritos. Cada mercado fue una biblioteca. Cada comerciante fue un mediador de lectura, un tejedor de palabras, un orador. Sin la Ruta de la Seda, el tiempo habría sido más lento, y la historia, un silencio. La Ruta de la Seda fue el primer gran sistema global de transmisión de ideas. Fue la primera biblioteca sin muros, sin puertas y con un cielo infinito como lector. Fue un latido galopante entre mundos distintos. Un susurro de lenguas y creencias. Un puente entre lo visible y lo imaginario. Hoy, el conocimiento viaja de otras formas: fibra óptica, internet, redes 5G, redes sensoriales inalámbricas, comunicación cuántica; pero la esencia es la misma. Las bibliotecas, como reservorios de información, son herederas ancestrales de aquella antigua red. Son el puente entre el pasado y el porvenir. Más allá de las tensiones geopolíticas y la luCarlos Fong opinió[email protected] De la cooperación a la intimidación Relaciones bilaterales Si comparamos la conducta del presidente estadounidense Donald Trump hacia Panamá durante su primer periodo presidencial con su conducta actual, detectaremos un giro de 180 grados: de la cooperación a la intimidación. Trump evidenció una actitud amistosa, propia del buen vecino, cuando recibió en la Casa Blanca el 19 de junio de 2017 al entonces presidente Juan C. Varela y, después, cuando el vicepresidente Michael Pence visitó las nuevas esclusas de Cocolí, el 17 de agosto de 2017. Durante la visita de Varela, Trump manifestó que “el Canal de Panamá está muy bien. Creo que hicimos un buen trabajo en su construcción”. Y en comunicado emitido ese día por la Casa Blanca, “el presidente Trump felicitó al presidente Varela por la ampliación del Canal de Panamá”, reconociendo que este “beneficia tanto a empresas estadounidenses como panameñas, y es un factor clave para promover el crecimiento económico en la región”. Casi dos meses después, al concluir una breve gira por Argentina, Chile, Colombia y co” (Understanding Pathological Liars: The Case od Donald Trump), no puede haber sido difícil para Trump inventar que en la construcción del Canal murieron 38,000 estadounidenses (solo fueron poco más de 350), o que el Canal lo manejan los chinos (la fuerza laboral del Canal es 99% panameña). En realidad, esas mentiras están dirigidas hacia su base política; además, a su psiquis lo que menos le interesa es la verdad. Su anunciada pretensión de retomar el control del Canal carece de sustento jurídico, pues la administración y operación del Canal se rige por el Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y la Operación del Canal de Panamá, y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha cumplido fielmente su contenido. Jamás ha estado en riesgo la segura y eficiente operación de la vía acuática, que es la única causal que ameritaría una intervención de EU, según dicho tratado. ¿Qué factores han inducido a este cambio de política? Considero que nuevos actores han ingresado a su círculo cero, algunos con evidente interés en el área canalera, y otros con una visión expansionista. Los expansionistas, fanáticos de la doctrina Monroe, son conscientes del poder económico de EU. Al respecto, endoso la tesis del prestigioso politólogo internacional, Dr. Polo Casanova, quien sostiene que EU. puede doblegar a casi cualquier país del mundo “sin mover un soldado, ni prender el motor de un portaviones”. Los expansionistas ven con reserva la creOpinión EL AUTOR es periodista. EL AUTOR es escritor. cha comercial de las potencias por conquistar el mundo, comprender la Ruta de la Seda es comprender cómo el saber se mueve hoy y transforma sociedades. Papiros, códices, inscripciones olvidadas pueden ser digitalizados. Lo que una vez fue frágil, hoy se vuelve eterno. Se abren fronteras: un pergamino chino puede leerse en un celular en Panamá. Un manuscrito persa dialoga con un estudiante en México. Las bibliotecas promueven encuentros con el otro. No solo conservan el pasado, sino que construyen el futuro. Las bibliotecas tejen senderos que se bifurcan, parafraseando a Borges. En tiempos de sombras, el conocimiento es la única luz que no se extingue. Las bibliotecas son faros en este océano de tensiones e incertidumbre. Son memoria compartida en rutas modernas del entendimiento. Abren puertas entre continentes. Los muros caen, el conocimiento, queda. La Biblioteca Nacional de China tiene proyectos de digitalización para hacer accesibles al mundo textos antiguos, y así fomentar la investigación sobre las antiguas civilizaciones conectadas por la Ruta de la Seda. La Biblioteca de la Universidad de Teherán (Irán), situada en un país que fue un paso crucial en la Ruta de la Seda, colabora en proyectos para digitalizar y compartir acervo de manuscritos persas y árabes que promueven el intercambio cultural que caracterizó la Ruta. En la Biblioteca Nacional de Uzbekistán (Taskent, Uzbekistán), ubicada en una región que fue un punto neurálgico en la RuPrimera parte. En tiempos remotos el conocimiento viajaba a lomo de camellos. Los viajeros cruzaban desiertos y montañas, dormían bajo las estrellas, despertaron en ciudades de cúpulas doradas; algo similar al relato que describe Irene Vallejo al inicio de su hermoso libro El Infinito en un junco; jinetes de luz y arena que el Rey de Egipto envió para buscar libros para su biblioteca. La historia humana es una trama de encuentros y conflictos. Cruces de relatos que marcaron la humanidad. Uno de esos relatos es un río de memorias, territorio de palabras, de ámbar y tejidos preciosos. Una arteria por donde fluyen ideas, creencias y saberes. Ese relato se llamó la Ruta de la Seda. Los humanos siempre fuimos comerciantes, pero, sobre todo, fuimos contadores de historias. Estamos hechos de historias. La humanidad no se comprende sin las historias. Del Ganges a Chang’an, de Constantinopla al Mar del Sur de China, las historias fundaron caminos en las caravanas, en los refugios y en los pergaminos. La Ruta de la Seda fue la historia jamás contada. Franklin Castrellón opinió[email protected] Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón ciente influencia de China en América Latina, Europa y Eurasia. Esta influencia se manifiesta especialmente en el ámbito portuario; en este sentido, la creciente presencia portuaria de China en la región intenta garantizar su seguridad alimentaria y energética. Esos puertos de inversión china han sido diseñados con la doble capacidad de servir al comercio de China y a sus necesidades navales. Es esa creciente influencia china la que, a mi juicio, le preocupa a Trump en el caso de Panamá, particularmente en la región interoceánica; me refiero a los puertos de Balboa y Cristóbal, operados por el consorcio chino Hutchinson Port Holdings. Otorgados en concesión mediante contrato ley No. 5 de 16 de enero de 1997, Panama Ports Co. se las ingenió vía la Resolución No. 14 de 13 de mayo de 2002, para escapar a su compromiso de pagar $22.5 millones anuales y el 10% de sus ingresos brutos al Estado. No hay que ser abogado para saber que una Resolución no puede modificar un contrato ley. Además, ha sido refractaria a pagar dividendos a Panamá por la tenencia del 10% de su capital accionario. Por otra parte, PPC impidió, a través de recursos legales, el desarrollo de los proyectos portuarios de Farfán y Corozal, en el Pacífico. Por las razones señaladas, considero que el contrato ley de PPC debe ser revocado legalmente por el gobierno, para asumir la administración y operación de los puertos de Balboa y Cristóbal. Ello nos permitirá optimizar nuestro desarrollo como hub logístico regional. ta de la Seda, se llevan iniciativas para preservar y estudiar documentos antiguos que destacan la importancia cultural de ciudades históricas como Samarcanda y Bujará. La Biblioteca Nacional de Kazajistán (Almaty) ha desarrollado proyectos para conservar y promover manuscritos y documentos históricos relacionados con la Ruta de la Seda. La Biblioteca Nacional de Turquía (Ankara) trabaja en proyectos de investigación y preservación para destacar la influencia de la Ruta de la Seda en la historia y cultura turca. La Ruta de la Seda es un recordatorio de que las civilizaciones no crecen en aislamiento. Crecen cuando se encuentran, cuando dialogan e intercambian información, cuando aprenden unas de otras, cuando existe circulación libre de pensamientos. Tristemente, vivimos en un mundo políticamente roto, enfermo y egoísta. Cuando necesitamos puentes, los destruimos. Cuando necesitamos dialogar, damos la espalda. El acceso libre al conocimiento y la cooperación cultural es fundamental para el desarrollo. La Ruta de la Seda es un puente moderno que nunca dejó de existir. En momentos de conflicto, el conocimiento es la mejor vía hacia la paz. Cualquier acción destinada a frenarlo es un error. Un acto de resistencia contra el poder arbitrario y la ignorancia consiste en defender la libertad de conocimiento. La opinión de Hilde
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