7A La Prensa Panamá, miércoles 5 de febrero de febrero de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. yoría a partir del siglo XIX y que son producto de un modelo y cultura de dependencia, sin capacidad de producción y de cómo satisfacer sus necesidades básicas, sin capacidad de tecnología. Ese nuevo proceso está presente hoy y continúa su actuar y modernización en todas aquellas naciones surgidas y concebidas en el nuevo modelo como naciones proveedoras de materia prima y de consumo. El surgimiento de esa cantidad de nuevas naciones, con las características antes descritas, entre ellas Panamá, fue y es el producto de un proceso concebido, cruel y despiadado, basado en la diferenciación social y discriminación, y que aún el nuevo sistema de colonización mantiene presente, grande y solapadamente. Su efecto colateral en dichas sociedades es el statu quo y la falta de avance en el desarrollo. Ahora, no conformes con la presencia física comercial a través de empresas de dominación en un pedazo de suelo y su participación en la cartera de empleos (KFC, McDonald’s, Coca-Cola, Pepsi, Popeyes, farmacéuticas, aerolíneas, navieras, etc.), también invierten en infraestructura para la extracción de recursos naturales (carreteras, puertos, ferrocarriles, aeropuertos, etc.). Además, crean nuevos conceptos en el orden económico internacional que obligan a estas endebles sociedades a actuar de la forma y manera que ellos conciben como buena para sí, haciéndolos ver como aptos para el mundo. Ejemplos de esto son la globalización, los tratados de libre comercio Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Hacia el III Congreso por la Soberanía y II Universal por el Canal Propuesta Dadas las circunstancias históricas, tocará organizarse para encarar no al presidente Donald Trump únicamente, sino al irredentismo estadounidense, no por la fuerza de las armas, dicho sea de paso, no tenemos ejército–, sino por la fuerza de las ideas, la autodeterminación y la unidad nacional popular. Dos experiencias transcendentales en esa dirección: el Congreso por la Soberanía, el primero fue organizado en 1964 y, el segundo, cincuenta años después, en el 2014. El I Congreso Universal del Canal se organizó en 1997, al treinta aniversarios de la firma del Tratado Torrijos-Carter. El primero de estos Congreso sería de índole popular y, el segundo, de corte institucional, ambos buscarían la solidaridad internacional. El Gobierno tendría que destinar los fondos para organizarlos plenamente. Necesitamos mirar nuestros problemas con luces largas. Trump continuará con su doctrina del shock, como diría Naomi Klein, ya que, cada una de sus medidas tiene impacto en nuestra “psicología social”, creando confusión en la población para satisfacer su voraz apetito. Recordemos aquella icónica frase de John Quincy Adams cuando dijo: Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses. El II Congreso por la Soberanía lo organizó la Universidad de Panamá, podría presidirlo nuevamente, aglutinando a otros sectores de la sociedad, como los sindicatos, gremios magisteriales, organizaciones comunitarias, movimientos sociales, nacionales e internacionales y grupos afros e indígenas. El tópico central sería la soberanía ante el irredentismo estadounidense en pleno siglo XXI. El II Congreso Universal por el Canal sería más de corte institucional, con participación del sector privado interesado globalmente, las instituciones gubernamentales, partidos políticos y la academia. Se podrá contar con la rica experiencia de algunos negociadores aún activos del Tratado Torrijos-Carter, convocar a todos los países firmantes del Tratado de Neutralidad y, en fin, convidar a la solidaridad internacional. En ambos casos se busca ir más allá de las reacciones a las medidas irredentistas, de la servidumbre del Gobierno ante las peticiones de Trump y, contar con una hoja de ruta estratégica propia. Urge calibrar nuestras ideas para darle una fundamentación sólida. Aunque ambas propuestas puedan coincidir intermitente, no necesariamente son lo mismo, pero sí complementarias. Por eso, se requieren de ambos esfuerzos. El problema no lo resolverán los asesores y lobistas, sino a través de un movimiento nacional, popular, orgánico y multilateral. El Canal de Panamá y la ‘realpolitik’ Geopolítica hongkonés– fue miembro del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCC) durante varios mandatos. La CPPCC es un organismo oficial del Partido Comunista, que contribuye a determinar políticas favorables a los intereses de China. Lo sucedido durante la audiencia en el Senado y la visita de Marco Rubio debería dejar claro al público estadounidense que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha venido realizando una destacada administración de la ruta interoceánica y de forma independiente del Gobierno Nacional, cuyas autoridades, a fin de cuentas, y no la ACP, fueron las que otorgaron, de forma muy cuestionable, las concesiones de estos puertos y la construcción del cuarto puente. Por cierto, durante la audiencia, un experto en derecho internacional explicó que, si Estados Unidos decidiera rescindir el Tratado de Neutralidad, ello no tendría como efecto legal la reversión automática del Canal a manos estadounidenses. Por otra parte, no debemos temer una intervención armada, ya que no existe ningún peligro inminente. Sin embargo, según Washington, existe un riesgo latente ante un futuro conflicto mundial si se mantiene el status quo en los controvertidos puertos de Hutchison y su filial Panama Ports Company (PPC). Según varias fuentes, este temor es bipartidista en Estados Unidos y una aprehensión similar también se percibe en la Unión Iván Rogelio Robles [email protected] Juegos de miedo, amenazas y mentiras; el neocolonialismo gringo Nueva realidad La conquista y colonización de territorios en el nuevo mundo por parte de España y de otras potencias del viejo continente, en una línea de tiempo, se inicia en el siglo XV y se extiende, según muchos expertos en la materia histórica, hasta el siglo XIX. Aquel proceso de conquista tuvo como políticas: el agrandamiento del poder territorial de los reinos, incrementos de la base del pie de fuerza, explotación de recursos para el enriquecimiento del reino y de los más allegados a la corona, y el financiamiento de otros y todos los proyectos de tal naturaleza en el mundo en los cuales participaban. Pareciera, y tristemente lo es, la forma y la manera típica de vivir del ser humano, y lo ha sido desde siempre y hasta el presente; todavía hoy muchos emulan al sacro Imperio Romano. Sin embargo, en aquel llamado proceso de conquista y colonización, la gran variable comercial, principalmente más que la geopolítica, le hace sufrir variaciones a mediados del siglo XIX; surge así una nueva modalidad basada en dejar hacer a aquellas colonias, pero con la presencia física del comercio internacional a través de empresas de las naciones poderosas en aquellos territorios convertidas en nuevas naciones. A este nuevo modelo de colonización y sometimiento, JeanPaul Sartre, en los años 60, le acuña el nombre neocolonialismo. Se trata de la nueva forma de dominación de naciones pobres nacidas en América y África, surgidas en su gran ma- (TLC) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). También crean entes crediticios para mantener subordinadas a estas naciones bajo la fuerza coercitiva de la deuda externa (BID, BM, BIRF, más toda la enorme y larga lista de banca internacional cuyos dueños son los mismos actores del neocolonialismo). Aunado a lo anterior, someten y mantienen bajo amenazas y bajo una especie de juegos de miedo a estos países, con procesos de medición y adivinanzas del desarrollo y comportamiento de las economías, con el objetivo de mantener el control a través de deudas impagables. En el caso gringo, sus políticas de gobierno, unos más que otros, mantienen vigente el factor del miedo bajo amenazas de acciones comerciales, de juegos de guerra con acciones de invasión territorial típicas de los siglos XIX y XX. Si no se cumplen sus demandas y deseos, hacen que estos países chicos e indefensos sean presas u objetos de sus juegos de guerra y de poder con otras naciones poderosas en las que ambos mantienen intereses. De modo que Panamá, más que otro país tercermundista de América, se maneja entre el miedo, las amenazas y las mentiras del neocolonialismo gringo. Porque pretende y quiere dejar claro su sentir de que solo salieron, supuestamente, del territorio sus tropas militares, pero que continúan siendo los que dictan las políticas de gobierno y de economía de este país a través de su modelo neocolonialista, el cual debemos no solo prestar atención, sino acatar. Las visitas, como las de de un Rubio hoy o de un Moreno mañana, siempre han de llegar y estar presentes a través de cualquiera de sus medios. Opinión EL AUTOR es doctor en filosofía. EL AUTOR es abogado y urbanista. EL AUTOR es abogado. Abdiel Rodríguez Reyes [email protected] Europea ante las infraestructuras de telecomunicaciones, energía y puertos operados por empresas chinas. En los albores de una nueva guerra fría y la gestación de un realineamiento geopolítico debemos aprender a vivir con una paradoja: por un lado, tenemos el deber de mantener un rol neutral para el Canal y como país, y, por el otro, una de las dos potencias protagónicas del conflicto mundial es justo Estados Unidos, nuestra contraparte en el Tratado de Neutralidad, cuya Reserva DeConcini le otorga la potestad unilateral de determinar cuáles actos representan un riesgo para la neutralidad y operatividad del canal. Incluso antes de la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, ya el Gobierno parecía apelar a los principios de la realpolitik con actos concretos, como anunciar a una empresa estadounidense como la encargada del proyecto del tren David-Panamá –tras haber coqueteado durante meses con dos empresas chinas– y la súbita auditoría del contralor general a PPC, cuya concesión, según este funcionario, equivale a un “enclave colonial”. Tras la reunión sostenida con Rubio en el Palacio de las Garzas, Mulino anunció que Panamá no renovará el acuerdo sobre la Ruta de la Seda, firmado con China en 2017. Sin duda fue imprudente integrarnos a ese proyecto, sobre todo porque China no se ha adherido al Tratado de Neutralidad. Quien analice bien las propuestas contenidas en el borrador de resolución del senador Schmitt encontrará que Estados Unidos parece estar dispuesto a prestar asistencia financiera sobre decisiones en temas de infraestructura que den por terminada la relación con empresas chinas, incluyendo los costos legales de un potencial arbitraje con Hutchison o su indemnización correspondiente. Al margen de los discursos patrióticos de políticos y ciudadanos en ambos países, el Gobierno panameño debe tener claras las verdaderas intenciones detrás del ruido de los sables del norte para así trazar una estrategia inteligente y eficaz. Por encima del orgullo patrio debe primar el principio de la realpolitik; es decir, el pragmatismo por encima de ideologías o emociones, sin por ello perjudicar los intereses del país o renunciar a nuestra soberanía en todo el territorio nacional. Ya desde la audiencia de la Comisión de Comercio del Senado estadounidense y en el contenido de la resolución propuesta por el senador Eric Schmitt, fueron quedando en evidencia cuáles son las preocupaciones y aspiraciones del Gobierno de Estados Unidos, imperando por razón de seguridad nacional el hecho de que los puertos de Balboa y Cristóbal, a ambos extremos del canal y con acceso directo a las esclusas, están administrados por el conglomerado CK Hutchison Holdings Limited. Es cierto que Hutchison no pertenece a la República Popular de China. No obstante, aunque está registrada en las Islas Caimán, su centro de operaciones se mantiene en Hong Kong y bajo el amparo de las leyes de seguridad chinas, que obliga a la empresa a cooperar con el Estado en temas militares, de inteligencia y de contrainteligencia. También es clave tener en cuenta que el presidente de Hutchison, Victor Li Tzar-kuoi –hijo mayor de Li Ka-shing, empresario y magnate Más poder territorial, aumento de la base del pie de fuerza, explotación de recursos para su enriquecimiento. Tristemente, hoy muchos emulan al sacro Imperio Romano. René Pardo C. [email protected] Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón Quien analice bien las propuestas contenidas en el borrador de resolución del senador Eric Schmitt encontrará que Estados Unidos parece estar dispuesto a prestar asistencia financiera sobre decisiones en temas de infraestructura que den por terminada la relación con empresas chinas.
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