7A La Prensa Panamá, viernes 31 de enero de 2025 7A LaPrensa Panamá, jueves 16 de enero de 2025 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. paña informacional, similar a lo ocurrido en 2016 con los Panama Papers y el caso Waked, que nunca supimos enfrentar. La audiencia del Senado de EE.UU. ha buscado generar una narrativa y un cuestionamiento sobre la gestión del Canal y los movimientos estratégicos de su rival. Algunos de los objetivos expuestos incluyen influir en el manejo de los puertos, reconocer la poca presencia económica y empresarial estadounidense en el país, señalar la tardía reacción de Panamá frente a los riesgos hídricos, criticar las tarifas del Canal, cuestionar la corrupción gubernamental y la renovación de la concesión de los puertos en favor de PPC. Incluso se ha insinuado, aunque de manera discreta, la posibilidad de descartar los tratados de manera unilateral y recurrir al uso de la fuerza militar. Con estas acciones, se exploran las vulnerabilidades y divisiones internas del país, mientras se construye una narrativa que busca justificar las medidas ante la opinión pública estadounidense y panameña. El frente informacional y la respuesta de Panamá Es en el ámbito informacional donde Panamá debe prepararse. Se pueden prever filtraciones o revelaciones sobre figuras públicas, asuntos gubernamentales y corrupción. La intensidad del ataque dependerá de la resistencia que enfrenten, con medidas de presión adicionales como la calificación de grado de inversión o restricciones en los bancos corresponsales. En este escenario, podrían aparecer listas discriminatorias, medidas de retorsión e incluso el respaldo de ciertos sectores de la sociedad civil o supuestos expertos “independientes”, cuyos mensajes ya han coLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Guarda y crianza del Canal Ciclo histórico Ahora tenemos este tema de Trump y la considerable cantidad de panameños que claman porque el “mister” venga a resolvernos todo lo que no hemos logrado solucionar social ni políticamente en décadas de democracia moderna. Esto suena absurdo y, más que antipatriótico, apátrida. Es decir, una actitud propia de quienes parecen no tener un verdadero sentido de pertenencia hacia su país. Este fenómeno se observa, entre otras cosas, en aquellos que hacen del consumismo su esencia existencial. Estas personas serían capaces de vender a su patria por priorizar su comodidad y la de sus allegados. No tienen un concepto claro de solidaridad ni de nación; su único interés radica en el “¿qué hay p’a mí?”. Tal vez estemos atravesando otra vuelta en el ciclo histórico. Hemos regresado, quizás, al punto en que el pueblo buscaba separarse de la Corona española porque sentía que estaba “descuidad@”. Años más tarde, nos separamos de Colombia bajo el mismo argumento. Esto evoca una imagen similar al cuadro de una dama que busca al enamorado perfecto, cambiando de príncipe azul cada vez que siente que no la atienden ni valoran. Finalmente, esta princesa tuvo un hijo (el Canal) con su último enamorado, pero tiempo después decidió separarse, argumentando maltrato. La separación fue consensuada, pero ella quedó a cargo de la custodia del hijo. Más tarde, apareció otro pretendiente prometedor, que supuestamente la “querría y ayudaría mucho”. Al intentar traerlo a casa, el padre del niño se opuso ferozmente, y todo derivó en disputas por la custodia, patria potestad y demás temas relacionados. Sacando esta analogía social y personal, aunque triste, vemos que existe una verdad subyacente: un sentido de insuficiencia que parece habernos marcado como nación. Es decir, una inmadurez cívica y política que nos mantiene anclados en ciclos de dependencia. ¿Será que, por ser el puente del mundo, jamás lograremos desarrollarnos plenamente como país, sin que una potencia extranjera intervenga para “hacernos el mandado”? En Panamá tenemos capacidad, actitud y aptitud; lo hemos demostrado administrando el Canal por tanto tiempo. Sin embargo, la corrupción, la inacción y la indiferencia popular nos convierten en ese niño aparentemente saludable y robusto, pero lleno de parásitos por dentro. Esta insuficiencia social se origina en una carencia ciudadana que hemos cultivado bajo un modelo pseudodemocrático. Es, en esencia, lo que ha impedido que construyamos una nación y un país funcional; una verdadera república. Las personas que ahora piden a Trump son las mismas que promueven el clientelismo político. Ven en él a una especie de “súper diputado” y esperan que resuelva lo que ellos mismos no han querido solucionar por falta de compromiso y empoderamiento. No les importa ofrecer el Canal como moneda de cambio, porque confunden bienestar con comodidad. Estas personas no entienden el significado práctico y real de la solidaridad. Un país con mucha gente así no ha madurado políticamente. Y no lo hará mientras existan políticos que compren su amor por Panamá cada cinco años. Un secretario de Salud enfermo Robert F. Kennedy Jr. rechos a la salud, “un poderoso líder del alimento saludable, de la tierra saludable, de los ingredientes saludables y de la gente saludable”. Su familia considera que, no es otra cosa que un predador. Robert F. Kennedy ha sido notablemente elocuente al discriminar a un fumador de derechos a la atención de salud por el hecho de que su adicción al tabaco le quita los dineros de salud a muchos otros seres humanos, que no son fumadores. En esa línea de pensamiento, alguien como él, quien se opone a las vacunas, que es un rancio anti-vacuna, también discriminaría la atención de salud a la mujer con cáncer cervical uterino o al hombre con cáncer de laringe, infecciones de adquisición sexual, que no recibieron la vacuna contra el virus del papiloma humano, que él no recomienda y que, incluso, afirma que produce cáncer. Este es el mismo Robert F. Kennedy que afirma que la pandemia del “flu español” fue causada por la vacuna contra el flu, cuando aquella plaga ocurrió en 1918 y la primera vacuna inactivada de flu se desarrolló en 1945 por Thomas Francis y Jonas Salk, en la Universidad de Michigan. Aquella pandemia mató entre 500,000 a 750,000 norteamericanos, más que lo que lograra la Primera Guerra Mundial, pero decirlo así, sin vergüenza alguna, resulta un buen golpe contra la vacunación. Este Robert es el mismo teórico de conspiraciones que ha defendido a Judy Mikovits, quien en el documental Plandemics desacredita con aseveraciones sensacionalistas y falsas, entre otros a Anthony Fauci, como responsable de la muerte de millones de víctimas del síndrome de inmunodeficiencia adquirido (sida). Kennedy también ha repetido lo que Mikovits ha dicho que el virus de covid-19, el SARS-CoV-2, fue creado en los laboratorios de la Universidad de Carolina del Norte, el Instituto de Investigaciones de Enfermedades Infecciosas de la Armada de los E.U., en Maryland, y el Instituto de Virología de Wuhan, como un arma biológica genéticamente producida y dirigida contra negros y blancos, pero sin tocar judíos askenazí y chinos, y que el sida de occidente era totalmente diferente del sida del África. Ha tenido, el mismo Kennedy, el coraje de Pedro Ernesto Vargas La guerra económica contra Panamá y la defensa del interés nacional Política exterior El año 2025 ha comenzado de manera particular debido al nuevo presidente de EE.UU. y, recientemente, por la audiencia del Senado sobre el Canal de Panamá. Sin reconocer que EE.UU. ha dejado abandonado a Panamá comercialmente, se alarman porque la silla vacía ha sido llenada por su competidor. Esa alarma ha llevado a EE.UU. a iniciar una guerra económica contra Panamá. El profesor Christian Harbulot, de la Escuela de Guerra Económica de París, explica que esta consiste en idear, desarrollar e implementar una estrategia general disimulada con el objetivo de controlar, debilitar, desorganizar, crear dependencia o influenciar significativamente la economía o las decisiones del Estado destinatario. La guerra económica puede incluir, entre otras acciones, operaciones informacionales, medidas de bloqueo, inclusión en listas negras, control de activos o líneas de suministro, discriminación arancelaria, sanciones económicas, administración arbitraria de ayudas, prohibición de inversiones, control del flujo financiero y de capital, así como limitación de exportaciones. En su forma más extrema, puede integrarse dentro de una guerra híbrida con intervenciones armadas. En el caso de Panamá, la controversia actual se desarrolla con una incipiente cammenzado a circular como parte de la construcción de una narrativa favorable a los intereses estadounidenses. El gobierno panameño ha reaccionado con un discurso firme: el Canal es panameño y no es objeto de discusión. La sociedad, por su parte, ha respondido apelando a argumentos históricos, cifras y la defensa de la soberanía y la eficiencia del manejo del Canal, además de contextualizar la presencia de empresas chinas en Panamá dentro de un marco comercial común a muchas otras naciones. Hacia una estrategia nacional A pesar de la reacción inicial, Panamá necesita una estrategia nacional más clara y estructurada. Es necesario: Además, se debe diseñar una estrategia diplomática que fortalezca alianzas en las principales capitales del mundo y en Latinoamérica, ya que la guerra económica se gana en el campo de la opinión pública. Si EE.UU. se preocupa por la presencia de empresas chinas en Panamá, su principal esfuerzo debería enfocarse en incentivar la llegada de sus propias compañías, promoviendo inversión y participación en licitaciones, algo que Panamá no ha obstaculizado en ningún momento. La visita del secretario de Estado de EE.UU. representa un riesgo si no se está debidamente preparado. La primera regla de toda negociación es anticipar al contrario, neutralizar sus argumentos y presentar soluciones viables. Ante la relevancia del momento, Panamá no puede permitirse la improvisación. Opinión EL AUTOR es ingeniero en sistemas. EL AUTOR es abogado en ejercicio. Máster en derecho civil y máster en derecho de los negocios por la Universidad de París II. EL AUTOR es médico. Víctor Paz prometer que invalidará el programa y esquema de vacunación de los niños en Estados Unidos, que la vacuna inactivada contra el polio produce la enfermedad, que el autismo lo producen las vacunas y otras sandeces contra la vacunación, que lo que han venido a producir es un serio riesgo de enfermarse, con infecciones ya antes bastante controladas, a cientos de miles de niños de padres temerosos, quienes al escuchar una y otra vez estas temerosas y falsas afirmaciones, optan por no vacunar a sus preciados hijos. Cuando el nominado compara el CDC (Centro del Control de las Enfermedades), cuyas mujeres y hombres dedican su tiempo para el control de las enfermedades en los Estados Unidos y el resto del mundo, con los campos de concentración y muerte nazis, con los sacerdotes católicos que abusan sexualmente de niños, y afirma que muchos de esos trabajadores del CDC deben estar en las cárceles, ¿dónde, en el espectro de la perversidad o de la infamia, tiene su lugar? Robert F. Kennedy ha confesado no saber -así lo dijo antes de ayer en las audiciones para confirmar su nombramiento por el Comité de Finanzas del Senado norteamericano- si una mujer sangrando por un aborto incompleto, en un cuarto de urgencias de un Estado que prohíbe el aborto, se le debe dar atención médica probada y apropiada para evitar su muerte. Tampoco contestó preguntas específicas solicitándole diera un sí o un no y a la pregunta sobre el rol del uso de Prozac y otros antidepresivos en el origen de las masacres por armas de alta letalidad en las escuelas, una de sus tantas aseveraciones sin sentido, dijo que no existe evidencia científica para probar que esto no sea cierto. Si a esto sumamos la decisión del presidente de retirar el país de la Organización Mundial de la Salud y su participación deliberativa como sus obligaciones financieras, se hace muy difícil entender cómo “Estados Unidos será saludable otra vez”. Esto parece ser otra teoría conspirativa. La contradicción, esa prueba contra la memoria reciente o corta, no es extraña a la utilización, carácter del utilitarismo raso, del lenguaje como instrumento, no para comunicar, sino para bailar con los argumentos al son que le toque la contraparte, en un encuentro o mejor, desencuentro, del raciocinio. Recurrir a la evidencia científica -que siempre se ha negado- que hace muchas décadas asocia al estilo de vida la enfermedad coronaria cardíaca, la obesidad y la diabetes no es más que otro acto para la desinformación, que quizás confunda y seguro manipula a obedientes y sordos senadores conservadores y para sorprender al público partidario, irrisorio incluso, cuando se utiliza para proteger la historia de insolencia científica de Robert F. Kennedy Jr., el nominado para secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, HSS, por sus siglas en inglés -equivalente a un ministerio de Salud Pública- del tristemente célebre presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump. Kennedy, abogado ambientalista, hijo de Robert F. Kennedy y sobrino de John F. Kennedy, afirmó en noviembre pasado que el presidente Trump le dio tres instrucciones: (1) acabar con la corrupción en las oficinas de salud, (2) garantizar que estas oficinas se basen en la ciencia y la medicina sustentada en evidencia, y (3) poner fin a la epidemia de enfermedades crónicas. En un momento de aparente lucidez y milagro, Trump encontró entre sus seguidores al que consideró el más calificado en conocimientos sobre ciencia y medicina. El coro en su favor ha pedido el miércoles último, que se le confirme como secretario del HSS, que se vuelva a un “Estados Unidos saludable”, y afirma que el nominado es una persona genuina en su lucha por los deAriel I. Corbetti
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