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8A LaPrensa Panamá, lunes 13 de enero de 2025 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Lecciones que Panamá no debe replicar del gobierno de Milei Economía Juan Antonio Casas Zamora [email protected] No cabe duda de que, independientemente de quién ganara los comicios presidenciales de Argentina en 2023, la economía del país necesitaría la implementación de un programa de reformas profundas para combatir la inflación descontrolada, reducir el gasto público, limitar la emisión de moneda, encaminar la economía hacia una mayor productividad y construir un sector público más eficiente y reducido. En la década de los ochenta, se vivió una situación similar en la mayoría de los países de América Latina, lo que obligó a implementar programas de ajuste de mayor o menor envergadura en todo el continente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se propuso que estas reformas se llevaran a cabo con un “rostro humano”(UNICEF, 1987), es decir, atendiendo las necesidades de los sectores más vulnerables y las prioridades estratégicas relacionadas con la formación y protección indispensables del capital humano. Hay quienes promueven que en Panamá se deben emular las medidas de ajuste similares a las implementadas durante el primer año de gobierno de Javier Milei en Argentina. Antes se debe abordar de manera crítica algunas afirmaciones que no solo presentan una visión parcial de los resultados, sino que omiten efectos adversos significativos que estas medidas han tenido sobre el poder adquisitivo, el empleo, las pensiones, el sistema educativo, los derechos humanos, la igualdad de género y otras muchas dimensiones afectadas, en el país austral. Impacto sobre el poder adquisitivo y la pobreza Los observadores mileístas celebran la reducción de la pobreza del 52.9% al 38.9% en el tercer trimestre de 2024. Sin embargo, esto no toma en cuenta los efectos colaterales de las políticas de ajuste, como la reducción del empleo público y los recortes presupuestarios en áreas críticas. El periodista Jorge Fontevecchia señala que el problema con estas medidas es que los índices de pobreza suelen ser más sensibles a la inflación que a las reformas estructurales inmediatas. Aunque la pobreza disminuya en términos estadísticos, esto no necesariamente se traduce en una mejora sostenible para la clase trabajadora, especialmente considerando que la inflación sigue superando el 200% anual. Por su parte, otros han sido críticos con el discurso oficialista, señalando que los datos de pobreza no deben analizarse únicamente desde la reducción porcentual, sino desde la percepción de las personas que ven deteriorado su poder adquisitivo. El periodista Jorge Asís ha argumentado que muchas familias sienten una “pobreza dignificada ”en la que se les otorgan recursos mínimos, pero no se promueve una inclusión económica real. Además, los recortes en empleo público y programas sociales han profundizado la desigualdad, afectando tanto a trabajadores formales como informales. Ajuste estatal y desempleo La eliminación de 34,000 empleos públicos y el cierre de 200 áreas gubernamentales han sido presentados como logros de eficiencia fiscal. No obstante, el comentarista Marcelo Longobardi ha calificado estas medidas como “brutales”, ya que impactan directamente a las familias afectadas y generan un aumento en la informalidad laboral. Fontevecchia advierte que este tipo de austeridad suele agravar las desigualdades sociales, mientras que Asís ha alertado sobre un “conflicto social silencioso”que podría estallar debido al descontento acumulado. Derechos humanos y salud reproduct i va Las políticas de ajuste de Milei han tenido un impacto negativo en los derechos humanos. Los recortes a programas de género y salud reproductiva han dejado a muchas mujeres y diversidades sin acceso a servicios esenciales. Se ha señalado estas medidas como “regresivas ”, destacando cómo refuerzan desigualdades estructurales. Además, la falta de inversión en salud sexual y reproductiva, incluyendo el acceso al aborto legal y anticonceptivos gratuitos, afecta desproporcionadamente a las mujeres en situación de vulnerabilidad. Sistema educativo y desigualdad El recorte en los presupuestos educativos ha afectado la calidad y el acceso al sistema, perpetuando ciclos de pobreza. Se ha descrito esto como “un tiro en el pie”, ya que compromete el desarrollo de las futuras generaciones y la competitividad económica del país, mientras que otros subrayan que la desinversión en educación no solo aumenta la desigualdad, sino que también pone en peligro la cohesión social a largo plazo. Relación con el entorno internacional La postura unilateral de Milei hacia organismos regionales como el Mercosur y con el sistema intergubernamental, como las Naciones Unidas, ha debilitado las relaciones diplomáticas de Argentina. Longobardi ha advertido que este enfoque podría aislar al país, dificultando la cooperación en temas como el comercio y la seguridad regional. Además, la desconfianza internacional hacia las políticas erráticas de Milei ha complicado la negociación de deudas con organismos multilaterales, lo que podría agravar la crisis económica. Polarización y convivencia social El discurso extremo y descalificador de Milei hacia sus opositores y críticos, y a los medios de comunicación, ha fomentado la polarización, dividiendo al país en bandos irreconciliables. Longobardi ha destacado que esta estrategia de “deslegitimación del adversario”contamina la convivencia diaria y dificulta el diálogo político. Esto también ha generado tensiones entre provincias y el gobierno central, exacerbando conflictos históricos y aumentando el descontento en las regiones periféricas. Conclusión El modelo de gobierno de Javier Milei, basado en la austeridad extrema y la reducción del Estado, matizado con su enjundia autoritaria y afectación grosera, ha tenido un impacto profundamente negativo en la calidad de vida de los argentinos, afectando derechos humanos, igualdad de género, educación y cohesión social. Si bien algunos indicadores macroeconómicos pueden parecer alentadores, estos resultados no justifican los costos sociales y políticos asociados. Panamá debe tomar estas lecciones como una advertencia. La construcción de un país equitativo y sostenible requiere un equilibrio entre disciplina fiscal, inversión en áreas estratégicas como la educación y la salud, y un respeto profundo por los derechos humanos y la equidad social. EmularelmodelodeMileipodríatraerconsecuencias desastrosas para la cohesión social y el desarrollo a largo plazo en Panamá y aún más ahora que el país enfrenta una situación compleja en el plano internacional que requerirá reconstruir y fortalecer la concertación política y social y la unidad nacional. EL AUTOR es médico salubrista. Al pan, pan y al vino, vino Violencia de género Susset Cordero Sotero [email protected] En Panamá, 20 mujeres fueron asesinadas hasta el 15 de diciembre de 2024, según cifras del Observatorio Panameño Contra la Violencia de Género, incluyendo una niña de 2 años. Este dato refleja una crisis persistente que se extiende por América Latina, donde la violencia de género se manifiesta con alarmante intensidad. Desde el acoso hasta el feminicidio, la expresión más extrema de este problema, la situación evidencia profundas desigualdades culturales y estructurales. Entre las principales causas destacan patrones culturales que perpetúan la desigualdad, la falta de educación en equidad de género y la escasez de recursos para proteger a las víctimas. Muchas mujeres no denuncian por miedo, dependencia económica o desconfianza en el sistema judicial, lo que invisibiliza aún más esta problemática. Aunque la Ley 82 de 2013 establece penas de 20 a 50 años de prisión por feminicidio, su implementación enfrenta retos. Los procesos judiciales se ven obstaculizados por la falta de pruebas, la revictimización de las mujeres y la carencia de recursos en juzgados y casas de refugio. Casos como el de Dorys Franco, asesinada brutalmente por su pareja en abril de 2024, reflejan estas fallas: su proceso judicial, lleno de dilaciones, busca un acuerdo de pena que la familia de la víctima rechaza, exigiendo justicia plena. El lenguaje también perpetúa desigualdades. En los tribunales, las mujeres son minimizadas con términos como “señora ”, mientras los hombres son reconocidos como “doctor ”o“ingeniero ”. Este uso del lenguaje refleja y refuerza estereotipos de género que deben ser erradicados. Nombrar a los agresores directamente, como Bosco Bolívar, responsable del asesinato de Dorys, es fundamental para visibilizar la violencia y romper el silencio que protege a los culpables. La educación es clave para prevenir la violencia de género. Es urgente implementar programas que promuevan el análisis crítico, debates sobre derechos humanos, talleres de equidad de género y proyectos comunitarios. Estas iniciativas deben estar respaldadas por una inversión significativa en estudios sociales y la eliminación de estereotipos desde las primeras etapas educativas. Enmarcar la violencia de género como una violación de derechos humanos supone un cambio conceptual necesario. Las mujeres no son vulnerables por naturaleza; son víctimas de una discriminación estructural profundamente arraigada que el Estado tiene la obligación de abordar. Este esfuerzo debe incluir la transformación de normas sociales, la garantía de justicia expedita y la erradicación de la violencia desde sus raíces culturales. Mientras no se prioricen estos cambios, la violencia seguirá arrebatando vidas, dejando niños sin madres y familias marcadas por el dolor. Hablar alto y claro sobre los responsables, cuestionar las fallas del sistema y apostar por la educación como herramienta de cambio son pasos indispensables para construir una sociedad donde las mujeres vivan libres de violencia. LA AUTORA es bibliotecaria, poeta y narradora. Libertad: una idea que no puede dejarse de cultivar Colectivismo José Jauregui [email protected] Las masas, como señalaría Ortega y Gasset, parten de la errónea creencia de que las cosas que hoy disfrutamos—el nivel de vida en el que vivimos y el bienestar en genera l —son un hecho dado. Quizás este sea el mayor error de una sociedad: pensar que todo está dado, ignorando que son el resultado de un proceso en el que se han invertido tiempo y recursos para alcanzar el nivel de vida actual. Hoy en día, muchos han sido influenciados por una mentalidad anticapitalista, basada en sentimientos de culpa, resentimiento y vergüenza. Esa visión, que considera al individualismo, la propiedad privada y la riqueza como males que corrompen al ser humano, está destruyendo, casi inadvertidamente, los pilares de nuestro entorno. El colectivismo, raíz de esa mentalidad, no es nuevo ni exitoso. Existen innumerables ejemplos de fracasos asociados a este enfoque que, sin importar dónde o quién lo aplique, produce siempre los mismos resultados: estancamiento y pobreza. La realidad es que la historia de la humanidad está marcada por la escasez y la necesidad, y la mejor manera de enfrentar esta condición ha sido a través de los principios que defienden la libertad individual y la propiedad privada. Estos valores fomentan la creación de riqueza mediante el ingenio, la creatividad y la búsqueda de la felicidad. Sabemos que los países con mayor libertad económica y humana registran mayores niveles de bienestar. Ese crecimiento ha sido posible, en gran medida, gracias al libre mercado y al sistema capitalista. Contrario a lo que muchos argumentan, estos países no han prosperado explotando a otros, sino que han cultivado la libertad como base de su desarrollo. Panamá, que durante años fue visto como un ejemplo del éxito del libre mercado y el capitalismo, ha comenzado a desviarse hacia el camino de la servidumbre, influenciado por una mentalidad anticapitalista. Esto se refleja en el deterioro de sus instituciones, la desaceleración económica, el aumento del costo de vida, el desempleo y la pérdida de competitividad. En Panamá, los promotores de esta mentalidad han impuesto una narrativa de vergüenza por los logros alcanzados mediante la libertad económica. Han convencido a sectores de la sociedad de entregar al Estado, en nombre de la justicia social y el bien común, las libertades que fueron esenciales para nuestro desarrollo. Prueba de este deterioro se encuentra en indicadores como el del World Justice Project, que mide el estado de derecho. Panamá pasó del puesto 49 en 2015 al 74 en 2023. En el índice de percepción de corrupción, caímos del puesto 72 al 108 en el mismo periodo. Este deterioro institucional ha ido acompañado de un crecimiento del tamaño del Estado y su discrecionalidad, relegando al sector privado y los principios liberales que sustentan el bienestar general. Actualmente, enfrentamos el nivel más alto de desempleoeinformalidadenlosúltimosdiez años, y una caída drástica de la inversión extranjera: de recibir alrededor de 5 mil millones de dólares en 2015, hemos pasado a percibir solo 878 millones en 2023. Estos síntomas no reflejan el agotamiento del libre mercado, como algunos sostienen, sino las consecuencias de abandonar este sistema para abrazar un modelo intervencionista, donde la propiedad privada cede terreno frente a un Estado cada vez más invasivo. La verdadera pregunta que debemos hacernos esquécaminoqueremosrecorrer.¿Estamosdispuestos a regresar al camino de la libertad, o nos resignaremos a continuar en el de la servidumb r e? EL AUTOR es miembro de la Fundación Libertad. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. 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