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6A LaPrensa Panamá, sábado 4 de enero de 2025 Panorama Sabrina Sin Censura: todo cambia para que nada cambie ANÁLISIS Sabrina Bacal ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] El año comienza y nos sentimos llenos de energía para hacer lo que no hicimos antes. Los gimnasios están llenos, en la nevera hay más verduras que cervezas y hacemos fórmulas mentales para gastar menos y ahorrar más. El problema con estas resoluciones es que el año cambia, pero nosotros seguimos siendo los mismos. Los obstáculos externos y las debilidades internas se mantienen y, con el paso de los meses, los gimnasios, las neveras y nuestras finanzas vuelven a ser lo que eran. Algo similar ocurre con las promesas de los Presidentes, con el agravante de que sus incumplimientos afectan a todo el país. Sus verdaderas motivaciones, los intereses políticos y económicos detrás y la dinámica en esta sociedad de primos se mantienen, por lo que en Panamá todo cambia para que nada cambie. En este inicio de 2025, propongo tomar las propias declaraciones del Presidente como herramienta futura de rendición de cuentas. Solo el tiempo nos dirá, que tan amplia es la brecha entre lo que dijo y lo que logra hacer. Sobre las principales instituciones de control –Proc uradurías y Contraloría– es - cuchamos oraciones ambiciosas. Es cierto que la vara está muy baja con los funcionarios salientes (especialmente el excontralor Gerardo Solís), pero también es innegable que algunos de los que entran, lo hacen con una pesada mochila de cercanía al Ejecutivo. El procurador general de la Nación, Luis Gómez, fue el abogado del presidente Mulino en el caso de los radares y el contralor Anel B oloFlores, fue presentado por el mandatario como un amigo personal. Ambos llegan con un peso del que se tienen que deshacer, si quieren honrar la independencia de sus cargos. En palabras de Mulino los nuevos procuradores son librespara “perseguir justicia y no solo cabezas” en “todas las administraciones, incluida la actual”. Por su parte, el contralor debe “ser un controlador del despilfarro” y “tener la entereza de decir que no”. Solo el tiempo dirá si esos compromisos con una Procuraduría verdaderamente independiente y una Contraloría que cumpla a cabalidad con sus funciones, se hacen realidad o si fueron simplemente parte del ritual para ganar los aplausos de las barras. Por ahora hay que anotar, que el nombramiento de Ventura Vega –enlace del Ejecutivo con la Asamblea– como Secretario General de la Contraloría, no augura mucha autonomía para una institución clave en la lucha contra la corrupción. Como gran sorpresa, el mandatario resucitó el proyecto de una Constituyente Originaria y la definió como “un imperativo ético y mora l ”. Declaró que 2025 sería el año de la “alfabetización constitucional” y hasta sacó tiempo para comprometer al Tribunal Electoral con una modificación del Códi - go Electoralque acabe con “aberraciones como el voto plancha” y “maleanterías”, cómo la que según él,estuvieron detrás de la demanda a su candidatura. Son promesas de marca mayor y muchas de ellas no dependen solo del Ejecutivo. Para lograr la cacareada reforma del Estado, el presidente necesitará de un capital político que se sostenga tras la gestión de tres temas urgentes y muy delicados: la reforma a la seguridad social, la disponibilidad del agua del Canal y el plan José Raúl Mulino, presidente de la República. Isaac Ortega para la mina de Donoso. Curiosamente, en medio de tanta resolución de año nuevo, poco dijo Mulino de esas tres grandes responsabilidades. En el proyecto de ley que reforma la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social le tiró el bulto a la Asamblea Nacional. Les dijo a los diputados que no dilaten los tiempos, que sustenten las modificaciones y que dejen la demagogia. Completamente ausente de su discurso estuvo el Canal de Panamá y la necesidad de proyectos como el reservorio de Río Indio. Mientras medios internacionales como The New York Times analizan a profundidad que el agua es un problema mucho más real para la vía interoceánica, que China y que Trump, en la alocución presidencial el tema no fue ni comentado. Tampoco fue mencionada la mina de Donoso, una verdadera papa caliente que requiere de transparencia y defensa real de los intereses nacionales. El ímpetu que esperábamos en tales asuntos, lo destinó el mandatario, a “la tanda de vagos que no puede botar el Estado”, en referencia a la necesidad de una nueva ley de carrera administrativa. Que yo recuerde, todos los mandatarios han hablado de eso y ninguno ha podido hacerle frente a la enorme maquinaria politiquera. Y es que si se ponen muy estrictos con aquello del Estado eficiente lo más seguro es que no puedan lograr la mayoría legislativa que requieren. En otras palabras, esos mismos diputados que Mulino regañó, son los que necesita para que aprueben sus proyectos, muchas veces a cambio de nombramientos. En fin: resoluciones de inicio de año. Es fácil hacerlas, pero muy difícil mantenerlas. El año cambió, pero nuestros políticos siguen siendo los mismos. La extraña criatura del verano de 1955 Al otro día, apareció un novillo de los más galanos, deslenguado. La hierba donde estaba el animal parecía mortecina y olía como a azufre quemado. En el verano de 1955 ocurrieron unos sucesos extraños. Apareció una criatura nocturna que atacaba a los mejores novillos. Cor tesía Stanley Heckadon Moreno ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] Terminaron las lloviznas e inundaciones de octubre de 1954. El primero de enero de 1955 cayó sábado, amaneció soleado, anunciando que llegaba el verano y que las aguas del Chiriquí Viejo se pondrían claras, para que la chiquillera pudiera ir a pescar y bucear en los charcos del río y en los esteros de la mar. Según el Almanaque Bristol, lectura obligatoria en nuestra casa para saber cuándo era tiempo de pescar y sembrar, el domingo 2 de enero era el día de San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno. Atardecía cuando súbitamente la música alegre que transmitían las radioemisoras cesó y estas entraron en cadena nacional emitiendo canciones marcha y leyendo comunicados. Recuerdo las canciones que debíamos aprender en el colegio, como: La Bandera Panameña de Ignacio Valdés y Alberto Galimany; Marcha Panamá, de Eduardo Maduro. Los urgentes comunicados que se leían eran que, en el hipódromo Juan Franco había ocurrido un atentado contra el presidente de la República, el coronel José Antonio Remón Cantera. El presidente había sido herido, pero estaba bien. Una ambulancia lo trasladó al hospital Santo Tomás, donde lo atendían los mejores galenos del país y se recuperaba. Mucho después, anunciaron que el presidente había fallecido de varios disparos, mientras celebraba el triunfo de su caballo. Hay eventos de los que uno siempre se acuerda dónde estaba en ese momento. Yo estaba en Puerto Armuelles, en casa de mi prima mayor y madrina, Gloria Moreno de Melara. Hubo un silencio total que se apoderó de este puerto bananero al saberse que había sido asesinado el presidente de Panamá. Todos se preguntaban qué pasaría. Lo que pasó fue que se decretó ley marcial y toque de queda; y la policía comenzó a perseguir y arrestar a quienes se suponían autores del magnicidio y aquellos considerados enemigos políticos del difunto Presidente. Entre los primeros arrestados estuvo el primer vicepresidente, el ingeniero José Ramón Guizado, juzgado, condenado y quien luego publicó sus amargas experiencias en México, 1958, el libro De una Celda al Infinito, el cual fue prohibido en Panamá. A Chiriquí Viejo llegó una comisión al anochecer en busca de armas y a detener a mis tíos, por ser arnulfistas, es decir, seguidores del Dr. Arnulfo Arias Madrid. Mi abuelo le dijo al capitán, que resultó ser un sobrino, que armas no teníamos y que no le diría dónde estaban mis tíos escondidos. Ellos andaban por los espesos manglares del estero de Majagual. Ese verano de 1955 ocurrieron unos sucesos extraños. Apareció una criatura nocturna que atacaba al ganado deslenguando a los mejores novillos. Una noche, atacaba una finca en Chiriquí occidente y en la siguiente por Chiriquí oriente y luego en Tierras Altas. En Chiriquí Viejo, nos atacó a la medianoche. Desde el anochecer, el ganado estaba inquieto. Lo habíamos arreado desde el fondo del potrero hacia los playones del río, para que bebiera agua y pasara la noche. Pero el ganado seguía muy inquieto y bramaba. Mi abuelo pensó que el tigre atacaría. En eso, vacas, bueyes, terneros y novillos armaron carrera en estampida hacia el fondo del potrero y al toparse con la cerca de alambre, regresaron al playón. Mi abuelo y tíos buscaron las viejas escopetas, se pusieron las botas de caucho y las lámparas de carburo para averiguar qué pasaba. Buscaron en el potrero, pero nada hallaron. Al otro día, apareció un novillo de los más galanos, deslenguado. La hierba donde estaba el animal parecía mortecina y olía como a azufre quemado. Alguien comentó que ese era el olor del mismísimo diablo y la gente se santiguaba. Mucho se habló de esta misteriosa criatura. Mi abuelo decía que una vez él y su papá, Angel Moreno, cruzaron la serranía del Tabasará, entre Chiriquí y Bocas del Toro, llevando una saca de ganado que vendieron en las fincas bananeras de los alemanes, en La Laguna de Chiriquí Grande. Allí conocieron a un hondureño, que les dijo que se trataba de un enorme murciélago, como del tamaño de un gran pavo, que se le montaba en la nuca a las reses y le echaba a la nariz un veneno azufrado, obligando al animal a sacar la lengua para respirar y allí la criatura se las cortaba. Afortunadamente, para alivio de todos los chiricanos, la criatura no volvió a atacar los hatos en la provincia. Mucho después, entrevistando a campesinos de Tonosí, me contaron de una extraña criatura que ataca las reses por las noches, deslenguando a los mejores novillos.

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