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6A LaPrensa Panamá, miércoles 1 de enero de 2025 Al grano Flor Mizrachi Angel [email protected] Mirando el retrovisor, el 2024 fue un rally movido: curvas cerradas, un choque por aquí, una que otra parada para disfrutar el paisaje, y más de un momento en el que sentimos que se nos acababa la gasolina. Pero ya estamos en 2025, y toca hablar de lo que dejamos atrás y de lo que nos espera adelante. El año pasado nos dio lecciones duras. La violencia arrancó con 16 homicidios en 10 días y cerró con cifras récord de femicidios, una pandemia que seguimos ignorando. En febrero, Martinelli finalmente fue inhabilitado como candidato presidencial de las elecciones tras su condena por lavado de dinero, mientras el dengue y las lluvias cobraron vidas y desplazaron familias. En mayo, Mulino ganó las elecciones con el 34% de los votos y los independientes hicieron historia al sacar 20 diputados, dos alcaldes y varios representantes de corregimiento. El nuevo gobierno heredó una economía golpeada, una institucionalidad frágil y un país dividido. La crisis hídrica marcó el año, paralizando operaciones del Canal y obligándonos a enfrentar una verdad incómoda: dependemos demasiado de un recurso que ya no tenemos en abundancia. Y mientras el Canal aportó $2,470 millones al Tesoro, Trump amenazó y sigue amenazando con la idea de retomar el control del Canal, un recordatorio de lo frágil que puede ser nuestra soberanía. Darién no fue solo un punto en el mapa; fue el epicentro de una crisis migratoria que expuso nuestra incapacidad para manejar un flujo de más de 300 mil personas. Y en julio, Mulino dio un golpe audaz al romper relaciones con Venezuela, un gesto que le ganó aplausos internacionales. Seguimos teniendo un reto en casa: mantener relaciones equilibradas con Estados Unidos y China. Con todo, 2024 nos recordó que somos resilientes. Pero eso no basta. El año 2025 nos exige un plan claro y acción decidida.En 2025 los temas clave son: 1. Reforma al Seguro Social: El reloj no se detiene. La Caja necesita una reestructuración urgente para garantizar pensiones sostenibles, medicamentos y atención digna. 2. Diversificación: Dependemos demasiado del Canal. Este año debe ser el de la inversión en turismo, tecnología, agroindustria y el de la recuperación de la inversión extranjera, para generar empleos formales y reducir la informalidad que afecta a más del 50% de los trabajadores. 3. Crisis hídrica: No hay opción. Necesitamos soluciones de fondo: embalses, reciclaje de agua y políticas públicas que prioricen el recurso más vital. 4. Infraestructura: La Línea 3 del Metro y el cuarto puente no son lujos; son necesidades urgentes. 5. Migración: Más allá de deportar o permitir el paso, necesitamos un enfoque regional que garantice derechos humanos y orden. 6. Reforma educativa: Nuestro futuro está en la educación. Urge priorizar la calidad educativa, no solo la tecnológica, para disminuir la brecha entre escuelas públicas y privadas. La capacitación docente y la infraestructura también son importantes, es inaceptable tener escuelas sin agua potable, baños higiénicos y electricidad. La lista es larga, pero no imposible. ¿Demasiado pedir? Tal vez. Pero el país que queremos no se construye con sueños; se construye con decisiones valientes y acción colectiva. Así que, mientras avanzamos por esta autopista del 2025, no perdamos de vista el panorama y el bosque, no solo un árbol. Las curvas seguirán, y está en nuestras manos agarrar el volante con fuerza. Que este sea el año en el que Panamá deje de correr en círculos y empiece a avanzar hacia un destino. Bye. Feliz año. Panorama ¿Qué tienen en común las islas artificiales en el mar de China y el Canal de Panamá? Las palabras del presidente electo Trump son inexactas y malintencionadas. Sin embargo, Panamá ha manejado sus relaciones con China y con empresas vinculadas con este país con opacidad, oportunismo y con una total carencia de una perspectiva histórica. ANÁLISIS Rodrigo Noriega ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] Las declaraciones del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, en diciembre pasado, donde afirmó: “Feliz Navidad a todos, incluidos los maravillosos soldados de China, que operan amorosamente, pero ilegalmente, el Canal de Panamá… ”, reflejan la persistencia de una narrativa sobre el supuesto dominio chino del Canal de Panamá. Este cuestionamiento ha sido recurrente entre sectores ultraconservadores de la política estadounidense durante las últimas tres décadas. En 1997, la República de Panamá realizó una licitación internacional para dos de las joyas de la corona de la reversión del Canal a manos panameñas: los puertos de Balboa, en el Pacífico, y Cristóbal, en el Atlántico. Entre los participantes estuvieron la gigante estadounidense Bechtel, la japonesa Mitsubishi y la operadora portuaria de Hong Kong Hutchinson Whampoa. La victoria de esta última desató fuertes críticas por parte de políticos estadounidenses. En enero de 1998, cinco senadores estadounidenses visitaron Panamá: el líder de la mayoría republicana en el Senado, Trent Lott, de Mississippi; Frank Murkowsky, de Alaska; John Breaux, de Louisiana; Mike DeWine, de Ohio; y Pat Roberts, de Kansas. La agenda oficial incluyó temas bilaterales como el Centro Multilateral Antinarcóticos, propuesto para justificar la presencia militar estadounidense más allá de 1999, y el juicio por la muerte del soldado Zak Hernández, del cual fue absuelto el perredista Pedro Miguel González. Los senadores también abordaron la licitación de los puertos y expresaron su descontento con el contrato adjudicado. Entre las quejas de políticos y funcionarios estadounidenses hacia el consorcio ganador, figuraban su supuesta conexión con el gobierno chino y dudas sobre la sostenibilidad de las condiciones ofrecidas. Posteriormente, en 2001 y 2005, el contrato entre Panamá y Panamá Ports Company fue modificado. Durante su vigencia, la operadora portuaria bloqueó el establecimiento de un puerto administrado por el propio Canal de Panamá, limitando la competitividad del país. Finalmente, el 25 de junio de 2021, se renovó el contrato con la empresa hasta 2047. Las relaciones diplomáticas El 13 de junio de 2017, el entonces presidente panameño Juan Carlos Varela anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Taiwán y el establecimiento formal de relaciones con la República Popular de China, sorprendiendo a la comunidad internacional, incluidos los Estados Unidos. Este movimiento respondió a intentos previos de presidentes panameños por estrechar lazos con China, frustrados por la intervención estadounidense. Durante dos décadas, Taiwán había mantenido una política de generosidad hacia Panamá, que incluyó la donación de un avión presidencial bajo el gobierno de Ricardo Martinelli. Sin embargo, la mayoría de los países centroamericanos y caribeños que habían recibido apoyo taiwanés se alinearon con China Popular. Aunque Panamá había mantenido relaciones comerciales con China antes de 2017, desde entonces no ha establecido acuerdos comerciales formales con Taiwán, a diferencia de otros países de la región. Las promesas de inversión china en Panamá se han visto reflejadas en proyectos financiados con fondos públicos. En 2017, China Construction América se encargó de la terminación del Centro de Convenciones de Amador, entregado en 2021 por un costo superior al presupuesto inicial. En la misma zona, se construyó el Puerto de Cruceros de Amador, inaugurado en 2024 por China Harbour Engineering Company, filial del consorcio Cuarto Puente. Las islas artificiales Desde 2013, China ha construido islas artificiales en el mar de China Meridional, zona reclamada por varios países asiáticos. Estas obras, calificadas de militares por Estados Unidos, motivaron en 2020 la inclusión de 24 empresas chinas en la Lista de Entidades del Departamento de Comercio estadounidense. Entre estas figuran filiales de China Communications Construction Company (CCCC), empresa implicada en el proyecto del cuarto puente sobre el Canal de Panamá, dividido en dos fases bajo el gobierno de Laurentino Cortizo: un puente vehicular y un túnel para el monorriel de la Línea 3 del Metro. Reflexión Las afirmaciones del presidente electo Trump son inexactas y malintencionadas. No obstante, Panamá ha manejado sus relaciones con China y sus empresas asociadas con opacidad y oportunismo, careciendo de una perspectiva histórica. Si bien es falso que el gobierno chino opere el Canal de Panamá o que soldados chinos estén acantonados en el país, la débil institucionalidad y las irregularidades en contrataciones públicas han alimentado percepciones erróneas. Es urgente arrojar luz sobre estas prácticas y fortalecer la transparencia en las relaciones exteriores y los contratos públicos de Panamá. Trabajadores asiáticos junto a panameños en la construcción del túnel que pasa bajo el Canal de Panamá de la línea tres del metro. Alexander Arosemena EU felicita a Panamá por los 25 años del canal en manos panameñas EFE. CIUDAD DE PANAMÁ La embajadora estadounidense en Panamá, Mari Carmen Aponte, felicitó ayer a los panameños por el 25 aniversario de la transferencia al Estado panameño por Estados Unidos de la administración del canal interoceánico. “Celebro con Panamá los 25 años de administración del Canal. Como dijo Jimmy Carter, ‘el Canal de Panamá es una vasta expresión heroica de ese antiguo deseo de tender puentes y acercar a los pueblos’. Felicito a Panamá en esta ocasión histórica”, expresó Aponte en su cuenta de X. El canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso total al Estado panameño, el 31 de diciembre de 1999, como quedó establecido en los Tratados Torrijos-Carter firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por el dictador Omar Torrijos (1929-1981) y el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter (1924-2024). Trump anunció el pasado miércoles que nominará como embajador en Panamá a Kevin Marino Cabrera, actual comisionado del condado de Miami-Dade y a quien describió como“un feroz luchador”de los principios de “Estados Unidos primero”, e insistió en que su país está siendo“estafa - do”por la vía que comunica los océanos Atlántico y Pacífico. Ciudad de Panamá. Alexander Arosemena

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