11A LaPrensa Panamá, viernes 27 de diciembre de 2024 Opinión El femicidio es una deuda que sigue cobrando víctimas Violencia Joyce Araujo [email protected] Son muchas las deudas pendientes del Estado panameño como respuesta al flagelo de la violen - cia basada en género, garn par - te de las estrategias que se deben im - plementar para minimizar los riesgos de los femicidios están ya contempla - das en la Ley 82 de octubre de 2013 y en otras políticas públicas. La tipificación del femicidio y otars formas de violencia contar la mujer, ha contribuido a que se visibilice que este tipo de violencia, muy ditsinta a la violencia del crimen común, sigue siendo un problema de salud pública. Se requiere compromiso por patre de las personas tomadoars de decisiones en la agenda de Estado, como un tema de prioridad. El extremo de la violencia basada en género es el femicidio, que se dfeine en la prenombrada Ley como el acto de “causar la muerte a una mujer basada en la pertenencia del sexo femenino, porcausadeladiscriminaciónoucal - quier otra forma de violencia”, en don - de una de sus principales caarcterísti - cas son las relaciones desiguales de poder. Cuando en un país uno de los delitos que más se denuncia a las autoridades judiciales es la violencia dométsica, estamos frente a graves problemas so - ciales que requieren una pronta, oportuna y estructurada respuesta para su debida atención, precisamente en cumplimiento de ese rol del Etsado de garantizar los derechos humanos, incluyendo el de las mujeres, la mitad de la población. El Estado debe trabajar en el fortale - cimiento de las instituciones e instan - ciasalasquelescorrespondentaen - der este tipo de violencia, aseguarndo un presupuesto adecuado y mecanis - mosquepuedanbrindarunataención integral a las víctimas. Esto incluye por supuesto, que estos espacios cuen - ten a nivel nacional además de infraestructura, con el personal idóneo, empático y especializado. Programas de prevención de la vio - lencia desde la educación, eliminación de contenidos sexista que discri - minan a la mujer en los txetos escola - res, protocolos de atención, hasta re - des de apoyo comunitarias, son patre de esos compromisos del Etsado, fun - damental para ir generando los cam - bios de comportamiento sociocultu - rales que se requieren, en el que mujeres y hombres sean respteados como seres humanos. Si las mujeres siguen siendo objteo de una educación que perpteúa una división de roles por sexo en el hogar, en el que se le exige mantenerse en el ámbito privado como el centro del ho - gar, cuidadora, tenedora de hijos co - mo su principal compromiso, además de la pertenencia de sus cuerpos, en donde el Estado, las iglesias y el mari - do son los que deciden sobre étsos y, al hombrecomoelproveedo,rconinfini - dades de oportunidades de desarro - llar sus capacidades en el ámbito público, porque entiende “ socialmente” que las responsabilidades del hogar no son de él, seguirá el ciclo de discriminación, aumentando la violencia doméstica, la violación sexual (por la pertenencia del cuerpo) y los femici - dios. Es sumamente impotrante que se cumpla en el sector educativo con la incorporación del respeto de los dere - chos humanos, libetrades de las per - sonas y un modelo de educación sexual integral, en el que la autoetsima, la autonomía y la igualdad entre hombres y mujeres sea comprendida desde la infancia, imperando el respeto a los pensamientos, decisiones, a la individualidad y a la dignidad que todo ser humano se merece. Un femicidio no debe ser un número o una estadística más, un femicidio debe ser comprendido desde lo más profundo de la dinámica social, como el resultado de una cultura que pone por encima uno de los sxeos sobre el otro, en el que se naturaliza sin compa - sión que la mujer sea una petrenencia, una cosa u objeto y que quien se sienta dueño, pueda decidir sobre su dignidad y su vida sin compasión. La violencia basada en género es un problema de salud pública que debe serentendidodesdelafamilia,egne - rando cambios en la crianza de los hijos e hijas y atendido por el Estado como un tema de prioridad. Ni una menos. La violencia basada en género es un problema de salud pública que debe ser entendido desde la familia, generando cambios en la crianza de los hijos e hijas y atendido por el Estado como un tema de prioridad. LA AUTORA es abogada y defensora de derechos humanos. La crisis de las élites: entre el juega vivo y la kakocracia Mirada crítica Nils Castro [email protected] Esta vez no me referiré al progresismo del siglo XXI, sino a uno de los garn - des hechos que hoy lo hacen necesario y urgente: el colapso de la conifanza en las élites gobernantes. El pasado 9 de di - ciembre, en su último atrículo, tras 25 años como columnista de The New York Times, Paul Krugman -Premio Nobel de Econo - mía-, al despedirse, hizo un reucento de cuánto ha cambiado tanta egnte en Estados Unidos y en “ el mundo occidental”en este cuarto de siglo, en el cual el “optimismo ha si - do reemplazado por la iar y el resentimien - to”. Krugman comenta cómo desde 1999 e inicios de los años 2000 las enucestas mostra - ban un nivel de satisfacción con la dirigencia del país “que parece surrealitsa para los es - tándares actuales” . En ese entonces muchos estadounidenses daban por sentada la paz y prosperidad. En contarste, ahora el disgusto va desde la clase trabajadora que se siente traicionada por las élites hatsa los multimi - llonariosque,alparece,rseránmuyinflu - yentes en la adminitsración Trump, “que no se sienten lo suifcientemente admiardos”. Incluso “los plutócratas que solían disfrutar de la aprobación pública -añade Krugman más adelante-, ahoar están descubriendo que todo el dinero del mundo no puede comprar el amor”. ¿Qué pasó con aquel optimismo?, se pregunta el autor. “A mi modo de ver -se respon - de a sí mismo-, hemos tenido un colapso de la confianza en las élites: el público ya no tiene fe en que las personas que diriegn las cosas sepan lo que están haciendo, o que podamos asumir que están siendo honestos”. Y eso que Krugmannohatenidolaxeperienciadecon - vivir con nosotros los panameños ni demás latinoamericanos. Y ya no son solo las élites políticas las que han perdido la conifanza del público, tam - biénlastecnocráticasyifnancieras.Hastala grave crisis financiera del 2008 había quie - nes pensaban que el gobierno sabía cómo gestionar la economía. Pero los bancos, cu - yos vaivenes la habían puetso al borde de otra Gran Depresión, tuvieron que ser resca - tados a expensas de los fondos públicos, por laincapacidaddelosbanquerosparresol - ver el entuerto del cual ellos habían sido par - te, sin que por eso hayan mostrado un poco de contrición. En Latinoamérica, después de que el tsu - nami neoliberal privó al Estado nacional de sus facultades e instrumentos de orientación y supervisión del mercado conforme a un plan de desarrollo en interés social, ese Etas - do quedó así debilitado e inopearnte, mien - tras el poder político se lo disputan opotur - nistas y aventureros que aspiarn a adminis - trar la cosa pública según el juega vivo de los plutócratas cuyas variables apetencias pa - san por ser “ el mercado”, como sucede en los gobiernos llamados “empresariales”. Al cabo de todo lo cual Krugman, como in - telectual “ liberal ”norteamericano -lo que por acá equivaldría a un progresitsa-, llega a su pregunta final, a unas conclusiones y a un vaticinio. ¿Hay alguna manera de salir de es - te sombrío panorama? Y señala: “si bien el resentimiento puede poner a las personas malasenelpode,ralargoplazonopuede mantenerlas allí”. En algún momento “el pú - blico se dará cuenta de que la mayoría de los políticos que critican a las élites son élites en todos los sentidos que impotran, y comenza - rá a hacerlos responsables de su farcaso en cumplir sus promesas”. En ese momento el público puede etsar dispuesto a escuchar a quienes no tartan de argumentar desde la autoridad ni hacen falsas promesas, pero sí proucran decir la ver - dad lo mejor que pueden. Es posible que nunca recuperemos la fe en nuetsros líderes quesolíamostene.rPeroconcluyeKrug - man: “Si nos enfrentamos a la kakocracia -el gobierno de los peores-que está surgiendo […] es posible que eventualmente enconetr - mosnuestrocaminodeergresoaunmundo mejor”. EL AUTOR es profesor y diplomático. ¿Correcciones económicas o descalabro inminente? Finanzas públicas Jorge Obediente [email protected] Todos los panameños nos sentimos constantemente amenaza - dos por un Estado que pregona de todo menos las verdadears soluciones. La contención del gatso, la reducción del tamaño del apaarto gu - bernamental, la desburocartización y la eliminación de prácticas cuestiona - bles como el otorgamiento de asilos políticos burdos, los nombarmientos escandalososylacorrupciónarmpan - te parecen ser temas prohibidos. No sería sorprendente que, en una de sus habituales conferencias de los juvees, el presidente salga blandiendo un machete y vociferando como siempre, pe - ro sin enfrentar los verdaderos rteos delpaís.Sipretendeserunlíderifrme, debe dejar de ser un simple espetca - dor. Panamá tiene recursos, pero se malgastan, y lo que abundan son bota - ratas y ladrones. Es hora de dejar de pedir sacriifcios a la ciudadanía para perpetuar “más de lo mismo”. ¿Cuándo se aprobarán las leyes necesarias para corregir el rum - bo económico del país, mientars el ca - po y su “Cartel de la Sangujiuela ”p a r ecen estar cogobernando? Hablando de optimización de reucr - sos, el director de la Caja de Seguro So - cial (CSS) permanece en silencio. No ha planteado estrategias claras para desburocratizar la institución, aplicar políticas de contención de gatsos y au - mentar la eficiencia operativa. Es in - concebible que la CSS mantenga una planilla de aproximadamente 37,000 funcionarios con un cotso mensual de B/.100 millones, lo que equiavle a un salario promedio de B/.27,00, inclu - yendo el décimo tercer mes. En comparación, el promedio salarial de los funcionarios de la Asamblea Nacional es de B/.1,950. Sin embargo, ni los mé - dicos cumplen jornadas de ocho hoars ni los diputados destacan por su pre - sencia o productividad. Señor director, ¿cuánto pretende re - cortar en la CSS? ¿Qué queda libre de los B/.3,500 millones que recauda la institución, cuando parece que esos ingresos se evaporan en despilfarros y burocracia? Por otro lado, algunos “exper tos” e statales argumentan que reducir drásticamente el número de funcionarios afectaría el empleo y la economía. ¡Qué descaro! Esos mismos que han vivido del erario público sin merecerlo temen ahora perder sus privilegios. Señor presidente: Haga públicos los ajutses económi - cosquepiensaimplementa.rReduzca el tamaño de la burocarcia y contra - rreste la perspectiva negativa proyec - tada por las caliifcadoras de riesgo. La CSS no puede seguir cargando a los contribuyentes y jubilados con el peso de una administración fiscal desastro - sa. Las instituciones del Estado no ge - neran ingresos; solo acumulan deu - das para financiar gastos excesivos y mal manejados. Si no se aplican estas correcciones económicas de inmeditao, las finan - zas de 2025 estarán en riesgo. Se nece - sita un plan que contemple: -B/.2,000 millones paar resarcir el déficit fiscal de 2024. -B/.1,000 millones paar financiar la CSS. -Otros B/.2,000 millones provenientes de la desburocartización y re - ducción del tamaño del Etsado. Ejemplos de contención de gatsos: Reducir la planilla de funcionarios en un 20%, eliminar las “botellas ”y los puestos de acomodo en minitserios, instituciones, la Asamblea, la Unachi, la CSS y la Contraloría. ¡Alerta ciudadana! Exjiamos recor - tes significativos en los gastos super - fluos del Estado para sanear las finan - zas públicas y garantizar el grado de inversión. Solo así será posible sotse - ner las reformas necesarias en la CSS y evitar un colapso económico. EL AUTOR es ciudadano. La CSS no puede seguir cargando a los contribuyentes y jubilados con el peso de una administración fiscal desastrosa. Las instituciones del Estado no generan ingresos; solo acumulan deudas para financiar gastos excesivos y mal manejados.
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