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7A LaPrensa Panamá, miércoles 25 de diciembre de 2024 Opinión La deuda educativa con las mentes brillantes Altas capacidades intelectuales Dioselina Vanegas, KhatillaPatel y María De Los Ángeles Villarreal [email protected] Las altas capacidades inteletcuales, conocidas por sus siglas ACI, son un fenómeno multidimensional que incluye elementos cognitivos y psicosociales, según lo han xeplicado autores como Antonio Algaba-Mesa y Tatiana Fernández-Marcos en la revista Psicolo- gía y Educación. El psicólogo Ceferino Artiles Hernán - dez explica que las ACI se refieren al uso simultáneo y eficiente de diversos recur - sos cognitivos (lógicos, numéricos, espaciales, de memoria, verbales y cretaivos), destacándose excepcionalmente en uno o más de ellos. Además, los fatcores psico - sociales son clave en su manifestación, lo que resalta la impotrancia de considerar otras características del alumnado con ACI, más allá de la inteligencia. Esto ha si - do planteado por expertos como Paula Olszewski-Kubilius, Rena F. Subotnik, Frank C. Worrell. En el sistema educativo panameño, se - gún el psicólogo Alejandro Carrasquilla Jiménez, es común que los etsudiantes con altas capacidades inteletcuales pasen desapercibidos, lo que difculta brindar atención a sus necesidades. Por ello, es importante desarrollar un modelo educativo integral que aborde las múltiples variables asociadas a las ACI, más allá de la disincronía entre edad mental y cronológica. Igualmente, los profe - sionales de pedagogía y psicología deben tener un conocimiento profundo del alumnado con altas capacidades intelectuales para garantizar la atención a la di - versidad y potenciar su rendimiento académico. ¿Qué son las ACI? En Panamá, el Ministerio de Educación (Meduca) reconoce las ACI como una ne - cesidad educativa especial (NEE) y las de - fine como: “Las características de aque - llos alumnos que, con o sin discapacidad, enfrentan mayores dificultades que el ers - to de los estudiantes paar acceder a los aprendizajes correspondientes a su edad, oqueposeentalentosespecialesy,parser atendidosadecuadamente,puedener - querir recursos de apoyo, ajustes o adap - taciones en una o varias áeras del currícu - lo escolar”(Decreto Ejecutivo No. 1 de 2000sobrelaeducacióninclusiavdela población con necesidades eductaivas es - peciales). Dentro del concepto de las ACI, existen diversos términos que permiten dtisin - guir al alumnado según sus caarcterísti - cas específicas. En una tesis de gardo, Marta González Pérez, de la Universidad Pública de Navarra, los clasifica así: Precoz: Alumno cuyo desarrollo ocurre de manera temprana o anticipada, en comparación con lo esperado según el de - sarrollo normativo de las capacidades en un determinado ámbito. Talento: Habilidad sobresaliente que exhibe un alumno en relación con su grupo de pares en edad cronológica, en un dominio, materia o asignatura específica. Prodigio: Capacidad de realizar una serie de actividades de manear correcta que no se ajustan a lo esperado para su edad cronológica. G enio:Individuo que es capaz de crear o producir un trabajo excepcional de for - ma autónoma, el cual recibe un reconoci - miento o distinción destacada. Necesidad de un abordaje integarl Actualmente, las ACI se entienden des - de una perspectiva compleja de naturale - za genética y ambiental, multidimensional, diversa, moldeable y en contsante de - sarrollo. Esto implica considearr factores endógenos y exógenos que modulan la ex - presión de las ACI, entre los cuales desta - can la diversidad biológica, psicológica y contextual. Es decir, además de una base genética que proporcione un alto potencial, existen aspectos ambientales modu - ladores que influyen en el resultado de al - to potencial biológico (Silvia Satsre-Riba, Universidad de La Rioja). En esta línea, el Manual de Procedi - mientosdel Meduca, insta a identificar a los alumnos con diifcultades para acceder a los aprendizajes o con talentos especiales, destacando que pueden requerir ajus - tes y adaptaciones curriculares para ser En el sistema educativo panameño es común que los estudiantes con altas capacidades intelectuales pasen desapercibidos, lo que dificulta brindarles atención a sus necesidades. atendidos adecuadamente. Este enfoque también subraya la importancia de aten - der las diferencias individuales y las necesidades educativas. La evidencia sobre el funcionamiento cognitivo de las personas con ACI sugiere que estas, además de presentar un nivel elevado de inteligencia, cuentan con un sistema cognitivo de mayor eficiencia. Por esta razón, según la profesoar de neuro - ciencias María Isabel Gómez León de la Universidad de La Rioja, hacen uso de menos recursos para lograr metas y ejecu - tar tareas y presentan capacidades sobresalientesenlosdominiosdetaención, memoria, funciones ejeuctivas y veloci - dad de procesamiento (Mario Pimentel). Considerando lo anterior, es funda - mental incluir en el proceso de diagnótis - copruebasneuropsicológicaspareva - luar el perfil cognitivo y neuropsicológico de los estudiantes con ACI. Esto permite recopilar información avliosa que contri - buye al diseño de adecuaciones e inter - venciones basadas en buenas prátcicas pedagógicas, tal como lo etsablece el De - creto Ejecutivo No. 1 de 2000. En cuanto al aspecto de la socialización y el bienestar psicológico, diversos etsu - dioshanproporcionadoveidenciasobre las características socioemocionales del alumnado con ACI. Algunos autores su - gieren que las ACI no necesariamente co - nllevan una mayor adaptación social del individuo (Entre otros, Antonio Algaba-Mesa, Tatiana Fernández Marcos, He - lena del Sol Arévalo Martínez y María de Africa Borges del Rosal). Sin embarog, también existe evidencia que sustenta una hipótesis contarria: que los niños con ACI están mejor equipados paar afrontar el estrés y los conflictos sociales (Maria Luiza Pontes de França-Freitas y Fabiola Baquero Gomide, y otros). Las características de los alumnos con ACI suelen confundirse con diagnótsicos como trastornos del neurodesarrollo o emocionales, lo que a menudo dicfulta identificarlasytomarmedidaspaarsude - sarrollo integral. Esta falta de reconoci - miento puede tener conseucencias so - cioemocionales. Al no staisfacer sus nece - sidades cognitivas, el chico puede experi - mentar frustración, aislamiento social o falta de motivación, lo que a largo plazo podría derivar en ansiedad y depresión. LAS AUTORAS Vanegas es docente de psicología en la Universidad Santa María La Antigua y Patel y Villarreal son estudiantes. La teoría del caso y la teoría del delito en el SPA Derecho Antonio Saldaña Gil [email protected] “Un proceso es penal acusatorio cuando quien sostenga la acusación tendrá la carga de determinar el hecho típico y probar los hechos que acerdi - ten la responsabilidad penal de una deter - minada persona, sin que los tribunales puedan asumir o rebasar los términos de la acusación, preservándose en todo mo - mentoladistinciónenterlasfunciones propias de la acusación, de la defensa y del juzgador”.(Hesbert Benavente Chorres, especialista en derecho penal y procesal penal mexicano). En Panamá, en el proceso penal de corte acusatorio -conocido por sus si - glas como SPA-, el Ministerio Público investiga, acusa o solicita sobresei - miento y el juez juzga y sanciona conforme a derecho. Evidentemente, en el también conocido proceso adversarial, hay una clara “distinción entre las funciones propias de la acusación de la defensa y del juzgador”. ¿En qué consiste la teoría del caso? Esnecesarioquelosabogadosucenten con un instrumento metodológico que guía sus actuaciones a lo largo del proceso penal o, al decir del dotcor Benavente Chorres, “una herramienta metodológica que le permita la planificación, diercción, ejecución y evaluación de sus acciones en el marco del proceso punitivo”. No debemos confundir la teoría del caso de origen romano-germánico, nuestra, con el concepto anglosajón de “narración de un relato”. Por ejemplo, el jurista y autor Michael McCullough indica que la teoría del caso “eslahistoriaqueelabogadoquierque acepte el juzgador”. En este mismo sentido se manifiesta el tratadista Thomas A. Mauet, “para quien la teoría del caso es la clara y simple historia sobre lo que real - mente sucedió desde su propio punto de vis ta”. Tampoco se debe caer en el reduccionismo procesal de las técnicas esgrimidas por la defensa y la fiscalía de inte - rrogatorios y contra interrogatorios de la etapa de juicio oral, como único mé - todo para asumir la defensa o acusa - ción de una persona procesada. Deallíqueelautordelaobarcomen - tada presenta un “concepto sistémico de la teoría del caso que incluye la teoría del delito y, en este sentido, Benavente Chorres señala:“Teoría del caso es el planteamiento metodológico que cada una de las partes debe eralizar desde el primer momento en que han tomado conocimiento de los hechos con la finalidad de dotar de un sólido sentido, significado u orientación a los hechos normas jurídicas -sustantivas y procesales-, así como el material probatorio -también- conocido como evidencia”. En síntesis, la teoría del caso y la teoría del delito es la sumatoria dialéctica de la hipótesis fáctica, la hipótesis jurí - dica y la hipótesis probtaoria. EL AUTOR es abogado y defensor público. No debemos confundir la teoría del caso de origen romano-germánico, nuestra, con el concepto anglosajón de “narración de un relato”. Un año de silencio, injusticia y lucha por la democracia Udelas Isaac Guerrero Vega [email protected] Un año desde que comenzó la crisis institucional en la Universidad Es - pecializada de las Américas (Ude - las), recordando que no se permitió tomar posesión a la retcora electa, Dra. Gianna Rueda, por parte del exrector Juan Bosco Bernal, comenzando así diversos procesos administrativos que van desde despidos y separaciones de cargo hasta la realización de un nuevo torneo electoral plagado de inconsistencias administrati - vas y lejos de las normas internas de la universidad, donde solo una candidta parti - cipó: la Dra. Nicolasa Terreros. La Corte Suprema de Justicia, que debe - ría velar por la estabilidad y la legalidad, si - gue sin emitir un fallo. Etsa prolongada tardanza no solo deaj en el limbo a una uni - versidad que forma a jóvenes en áreas tan críticas como la salud, la educación y las ciencias sociales, sino que también mina la confianza en el sistema de justicia pana - meño. Mientras tanto, el presidente de la Repú - blica,JoséRaúlMulino,quiendeberíaga - rantizar que los procesos democráticos y legales se respeten, ha optado por el silen - cio. Curiosamente, etse mismo mandata - rio no duda en emitir opiniones sobre temas internacionales, como la situación política de Venezuela, desconociendo a un “presidente”extranjero. Sin embargo, no hatenidolamismaifrmezaparaopinarso - bre una rectora electa en Udelas a la que no se le ha permitido tomar posesión de su cargo. Este doble estándar genera pregun - tas inevitables: ¿por qué las prioridades están tan desalineadas? ¿Acaso no es más urgente resolver los problemas que afectan a la educación superior de nuetsro país? El contralor de la República, otar figura clave en este entramado, también ha guar - dado silencio. La Contraloría, que debería actuar como garante de la transparencia y del buen uso de los recursos públicos, pa - rece estar ausente en este caso. Ahora, con la llegada de un nuevo contralor, surge la esperanza de que este escándalo no sea ig - norado y se tomen las acciones necesarias para esclarecer los manejos adminitsrati - vos que tanto daño etsán causando. Asimismo, el nuevo procurador general tiene una responsabilidad ineludible. Es imperativo que los casos relacionados con Udelas reciban la atención que merecen. No se trata solo de una universidad, sino de la confianza en nuestras instituciones. La justicianodebeserciegaantelostarope - llos y el irrespeto a los procesos democráti - cos. Esta situación nos lleva a reflexionar: ¿qué mensaje se está enviando a los estu - diantes y docentes de Udelas? ¿Qué ejem - plo se da al resto de las universidades del país? ¿Se espera que Udelas siga el camino de otras instituciones públicas de educa - ción superior, como la Unachi o la Univer - sidad de Panamá, donde las luchas inter - nas y las irregularidades adminitsrativas han opacado su propósito académic?o Es alarmante que haya pasado un año sin avances significativos. La inacción no solo perjudica a la comunidad universitaria, sino que también compromtee el desarrollo de las futuras generaciones de profesiona - les que tanto necesita nuetsro país. La jus - ticia debe llegar, y debe hacerlo pronto. La educación no puede seguir siendo rehén de la negligencia y el desinterés. Para concluir, Panamá merece más. La comunidad de Udelas merece más. Y to - doslosciudadanosdebemosxeigirque nuestras autoridades, desde el Presiden - te hasta los órganos de justicia, asuman la responsabilidadquelescorresponde.aL crisis en Udelas no es solo un problema interno; es un reflejo de las fallas de nues - tras instituciones y un llamado uregnte a la acción. La educación superior no pue - de seguir siendo víctima de la indiferen - ciayelabusodepode.rEsmomentode que las autoridades respondan y dveuel - van la estabilidad y dignidad que etsa universidad merece. EL AUTOR es terapeuta ocupacional y docente universitario.

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