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7A LaPrensa Panamá, sábado 21 de diciembre de 2024 Tomás Herrera, héroe del siglo XIX Dedicó su vida a la lucha por la democracia, la honradez y el servicio público, destacándose como un hombre de principios y de batalla en pro de la independencia de varias naciones hispanoamericanas. PRÓCER Octavio Ochoa Guillén ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] Tomás Herrera nació el 21 de diciembre de 1804 en el Casco Antiguo de San Felipe, Ciudad de Panamá, y murió asesinado en Bogotá el 4 de diciembre de 1854, a casi 50 años de edad. Es considerado, junto a Justo Arosemena, uno de los panameños más destacados del siglo XIX. Dedicó su vida a la lucha por la democracia, la honradez y el servicio público, destacándose como un hombre de principios y de batalla en pro de la independencia de varias naciones hispanoamericanas, incluyendo Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá. Desde joven, a los 20 años, se alistó en los ejércitos de Simón Bolívar y participó en la Batalla de Ayacucho en diciembre de 1824. En 1826 fue ascendido a Mayor, y en 1827, con tan solo 23 años, Bolívar lo promovió a Teniente Coronel, demostrándole afecto y confianza. Inspirado por las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, Herrera abrazó inicialmente la causa bolivariana, aunque más tarde adoptó un enfoque liberal, alejándose del centralismo promovido por Bolívar. En 1819, tras la creación de la Gran Colombia en el Congreso de Angostura, Herrera continuó sirviendo al Libertador. Sin embargo, en 1828 fue acusado injustamente de participar en un intento de golpe de Estado contra Bolívar, lo que lo llevó a prisión en Puerto Cabello. Gracias a la intervención del Capitán Urdaneta, evitó la ejecución. Tras la muerte de Bolívar en 1830, la Gran Colombia comenzó a fragmentarse. En 1831, Herrera fue nombrado Gobernador del Istmo y logró restaurar el orden público tras el derrocamiento del venezolano Juan Eligio Alzuru, quien había instaurado un régimen tiránico en Panamá. En 1840, lideró el movimiento separatista que proclamó la independencia del Istmo de Panamá, creando un estado soberano que perduró hasta diciembre de 1841, cuando la región fue reincorporada a Colombia por iniciativa de Tomás Cipriano de Mosquera. Herrera renunció a su cargo en el Senado colombiano en 1842 en señal de protesta. Durante la década de 1840, intentó nuevamente separar el Istmo, aunque sin éxito. En 1849 fue nombrado Secretario de Guerra y Marina por el presidente José Hilario López, pero renunció poco después debido a persecuciones políticas. En 1850 ascendió a General del Ejército colombiano y en 1852 fue candidato a la presidencia de Colombia, aunque perdió frente a José María Obando. En 1854, tras asumir el poder ejecutivo por más de tres meses, Herrera se opuso al golpe de Estado liderado por José María Melo. Aunque logró derrotarlo militarmente, murió el 5 de diciembre de 1854, un día después de ser herido por un francotirador en las afueras de Bogotá. Antes de su fallecimiento, redactó un testamento en el que demostró su desprendimiento de los bienes materiales. Por su destacada trayectoria, fue reconocido por figuras como Guillermo Andreve, Octavio Méndez Pereira, Carlos Iván Zúñiga y Jorge Conte Porras como el panameño más ilustre del siglo XIX. En su honor, la provincia de Herrera lleva su nombre, y una estatua conmemora su legado en la Plaza Herrera, en la Ciudad de Panamá. ¡Viva diciembre, mes de Tomás Herrera ! Vista parcial del monumento que se erige en la Plaza Herrera, en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá. Archivo Fe y cartografía: documentos inéditos sobre Santa Fe de Veraguas HALL AZGO Eliécer Urriola ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] Una de las localidades más significativas del Istmo de Panamá es sin duda Santa Fe de Veraguas; distintiva como un lugar propicio para el turismo, por sus manantiales de agua viva de los cuales podemos mencionar ríos, acompañados de cascadas y arroyos. Sin embargo, durante su fundación y administración se conoce muy poco, por este motivo a lo largo de una investigación realizada en el Archivo Nacional de Panamá, fue revelada una documentación del Archivo de Indias, con gran importancia para la investigación histórica. En la documentación encontrada, para 1608 se elevó un informe al presidente de la Real Audiencia de Panamá, con el objetivo de comentar sobre el estado de la ciudad Santa Fe de Veraguas. No es de sorpresa enterarse sobre las dificultades que presentaba el camino desde Natá de Los Caballeros, hasta las inhóspitas montañas de Veraguas; no obstante, resulta interesante conocer el camino utilizado; la cartografía del momento revela los trazos entre ríos y quebradas para la guía de las misiones a los lugares del interior de la Audiencia. Ríos como el Santa María, Río Gatún, en Veraguas, y Río Chico, Río Grande en Natá; ayudaron a la orientación de las autoridades españolas. Sin embargo, durante los años 1606-1607 existió una problemática con la construcción y fundación de la ciudad. Se mencionaba la necesidad de trasladar la ciudad de Santa Fe a un sitio más estratégico, debido a que los vecinos que habitaban en ese momento no contaban con una iglesia donde congregarse. Además, se justificaba que la fundación de esta se dio por la explotación de minas de oro en el lugar. “Por lo qual parece á esta Real Audiencia que los vesinos que aora esta en Santa fee, y tienen sus haciendas y habitacion en el naranjal se pasen á la Ciudad del montijo, que esta seis leguas del dicho naranjal en la qual ay catorce en comenderos y otros moradores que tienen alli casas, y Indios cerca subjetos á repartimientos, y buenas Iglesias, y muchos montes para rocas de maiz que es su sustento: y juntándose con estos los de Santa fee, podran gosar de los Sacramentos ” Julio 8 de 1608, Audiencia de Panamá, Cartas y espedientes del Presidente y ordenes de dicha Audiencia, ANP, Documentos del Archivo de Indias, Tomo XII. La búsqueda fue orientada por mapas y planos cartográficos que se realizaron en años posteriores, como el del Gobernador Lorenzo del Salto en 1620, donde ya se puede observar una iglesia en Santa Fe de Veraguas. Es fascinante conocer el pasado y más si este se muestra tan envolvente.

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