10A LaPrensa Panamá, jueves 5 de diciembre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. El salario de los diputados Asamblea Nacional Julio Ernesto Linares [email protected] Los diputados panameños de la República reciben mensualmente la nada despreciable suma de $7 mil mensuales (lo mismo que ganan los ministros y el presidente de la República). Esta se divide en $1,800 de salario, $3,200 de gastos de representación, $1,000 de dietas por las reuniones de comisiones y $1,000 para gasolina. Es probable que solo se les descuente del rubro salarial, aunque, por ley, deben declarar la totalidad de estos ingresos al cierre del año fiscal, ya que los demás conceptos también generan impuestos, incluidos los gastos de representación, que desde 2005 están sujetos al pago de seguro social. Es pertinente detallar estos ingresos para comprender el desorden salarial que caracteriza al ámbito legislativo. En primer lugar, están los $1,000 mensuales para gasolina. Ninguno de los 71 diputados los consume, nada cercano a esa cifra, pero se quedan con todo ese dinero. Entonces me hago la siguiente pregunta: ¿cómo declaran al final esa gasolina que no utilizan, pero cuyo monto se lo quedan? ¿En qué rubro de la declaración de renta lo colocan? Aquí existen enormes indicios de peculado, cuando supuestamente reciben dinero público para un campo específico, pero lo usan para otra cosa; o peor todavía, se quedan con esa plata. Luego tenemos el rubro de las dietas, del cual reciben otros $1,000 mensuales. Recordemos que los diputados ejercen la curul de enero a abril y de julio a octubre (8 meses al año). Es decir, durante 4 meses no tienen sesiones. Se supone, además, que las reuniones de las comisiones son parte de su trabajo; pero a pesar de ello, dentro del periodo de sesiones, también les pagan esos $1,000 mensuales de dietas, adicionales al salario y gastos de representación. Pero entonces, en los meses de mayo, junio, noviembre y diciembre, es decir, fuera del periodo de sesiones, resulta que les pagan la totalidad de los $7 mil mensuales; cuando lo lógico es que reciban solamente los $1,000 de dietas si es que tienen reuniones de comisiones en ese tiempo, como podría suceder; e incluso pagarles ese salario y gastos de representación, cuando el presidente de la República convoque a sesiones extraordinarias. Pero ellos son insaciables y, por consiguiente, están recibiendo dinero que no producen o por labores que no ejercen fuera del período de sesiones, que serían los $5 mil de salario y gastos de representación juntos; cuando lo comprensible (respecto al salario y gastos de representación), sería pagarlos en los meses de sesiones ordinarias (enero a abril y julio a octubre), y en las extraordinarias cuando las convoca el presidente de la República. No tiene justificación que los diputados reciban un salario completo de $7,000 fuera del período de sesiones si, durante ese mes, no hubo sesiones extraordinarias ni reuniones de comisioLos diputados reciben $1,000 de gasolina y dietas que no justifican dentro ni fuera del período de sesiones, además de salario y gastos de representación completos, incluso cuando no ejercen la curul ni asisten a comisiones. nes, y menos que se les paguen los $1,000 correspondientes a gasolina. Esto es comparable con la regulación sobre el ejercicio de la abogacía, que, según la Constitución, los diputados solo pueden ejercer fuera del período de sesiones para evitar incompatibilidades entre responsabilidades públicas y privadas. Incluso si optaran por ejercer la abogacía durante el período de sesiones mediante una licencia, deberían separarse del cargo y habilitar a su suplente, como establece su reglamento interno. Sin embargo, en la práctica, esto no se cumple, y algunos llegan a desempeñar ambas funciones simultáneamente. En síntesis, los “honorables diputados”reciben $1,000 de gasolina que no usan porque no lo requieren, ni dentro ni fuera del período de sesiones pero se quedan con el dinero; reciben $1,000 de dietas dentro del período de sesiones, a pesar de que las reuniones en las comisiones son parte integral de su trabajo; reciben salario y gastos de representación completos ($5 mil mensuales), fuera del período de sesiones, a pesar de que no ejercen la curul y aunque no haya sesiones extraordinarias; y también les pagan los $1,000 de dietas fuera del período de sesiones, aunque no haya reunión de comisiones. Ni hablar del resto de las prerrogativas de telefonía, placa, carros sin impuestos, etc., que no caben en este escrito; como también faltar cuando les dé la gana, sin que se les descuente un céntimo. Agreguen a todo lo anterior “viáticos”, como los $4,800 aprobados recientemente al diputado Jamis Acosta, para estar 7 días en Rabat, África; sin contar una planilla absoluta de la Asamblea Nacional que hoy, llega a los 4,719 funcionarios y subiendo (66.4 para cada diputado en promedio). EL AUTOR es abogado. Voluntariado: clave para la construcción de ciudadanía Día Nacional del Voluntario Carolina Freire [email protected] Sabemos que la participación ciudadana es esencial para la salud democrática. Cuando los ciudadanos se involucran en los procesos de toma de decisiones, expresan sus opiniones y contribuyen a la mejora de sus comunidades, se promueve un mayor compromiso cívico. La participación crea conexiones sociales que fomentan la confianza y la empatía y genera un sentido de empoderamiento tanto a nivel individual como colectivo. Sin embargo, en Panamá, algunos de los pilares de la vida cívica, como la confianza entre las personas y hacia las instituciones, y la participación social, parecen estar en declive. La Encuesta Nacional de Voluntariado de 2023 realizada por la Fundación Voluntarios de Panamá revela que el 25% de los ciudadanos mayores de 15 años no creen tener poder para cambiar su país o comunidad. Este bajo nivel de empoderamiento puede ser una de las causas por las cuales la mayoría no valora la participación como clave en el concepto de ciudadanía. Según la Encuesta de Ciudadanía y Derechos del Centro de Investigación y Estudio de Políticas Sociales (CIEPS), al 2023, un 71.7% de los panameños considera la participación política como “poco o nada importante”para ser buenos ciudadanos. La confianza entre las personas y en las instituciones también ha disminuido. El mismo estudio de CIEPS muestra que el 80.2% de la población considera que la mayoría de los panameños son poco o nada confiables, un aumento de 6 puntos porcentuales desde 2021. Esta desconfianza dificulta la cooperación para resolver problemas comunes y genera una menor cohesión social. A pesar de estos desafíos, el voluntariado emerge como una vía efectiva para mejorar la participación ciudadana. Entre 2012 y 2023, la tasa de participación voluntaria en Panamá aumentó del 20% al 34%. Los jóvenes de 15 a 24 años destacan como el grupo etario que dedica una mayor cantidad de horas a apoyar a alguna causa a beneficio de otros. El voluntariado ofrece una forma tangible de involucrarse activamente, incluso cuando las personas se sienten distantes de las formas tradicionales de participación política. Permite a los ciudadanos ver los resultados directos de su esfuerzo, lo que refuerza el sentido de empoderamiento y pertenencia. A través del voluntariado, las personas adquieren una mayor comprensión de las desigualdades sociales y un sentido de responsabilidad hacia el bienestar colectivo. Participar en colectas, dar clases a estudiantes o mejorar espacios públicos, permite a los voluntarios conocer de cerca los problemas y el impacto de la acción colectiva. El voluntariado también refuerza otras actitudes prosociales. Según la Encuesta de Voluntariado, los voluntarios en Panamá donan más dinero a causas filantrópicas (71% frente a 44% de los no voluntarios), participan más en organizaciones sociales y cívicas (60% frente a 34%) y se involucran más en causas que les interesan, como marchas o vigilias (42% frente a 25%). Los voluntarios son más propensos a defender políticas que reflejen sus valores, como la justicia social o la sostenibilidad medioambiental. Para abordar estos desafíos, hace poco más de 10 años un grupo de organizaciones sociales y del sector privado nos dimos a la tarea de crear un ecosistema nacional de voluntariado, promoviendo una legislación nacional, mediciones periódicas, un centro virtual de voluntariado (www.ponteenalgo.com), capacitación, y múltiples iniciativas solidarias a lo largo del país. Los resultados demuestran que se puede construir ciudadanía a través del voluntariado, pero que se puede potenciar aún más. El voluntariado nos puede ayudar a generar un ciclo continuo de compromiso cívico en que los ciudadanos no solo contribuyen a mejorar su comunidad y el país, sino que también desarrollan un sentido de responsabilidad que perdura. Por eso, hoy 5 de diciembre, Día Nacional del Voluntario, vale la pena reafirmar el compromiso con la promoción del voluntariado desde todos los sectores, reconociéndolo como un instrumento clave para fortalecer la participación ciudadana y la vida cívica, elementos fundamentales de nuestra democracia. LA AUTORA es fundadora de Voluntarios de Panamá. La ley para salvar la CSS Perspectiva ciudadana Jeffrey Allen [email protected] Como ciudadano de a pie de este país doy a conocer mi opinión sobre propuesta de ley sobre el rescate de la Caja de Seguro Social (CSS). •Se nota el esfuerzo del Ejecutivo por promover y defender el proyecto de ley en el ámbito nacional. Es cierto que tienen la oportunidad de mejorar. •Independientemente de lo anterior, debemos aceptar que posiblemente la mayoría de las panameñas y los panameños no estudiarán parcial o totalmente la propuesta. •Esto no desmerita el esfuerzo tanto del gobierno como de los medios de comunicación por promover, difundir, debatir y aportar al contenido de esta ley. Sin duda, hemos aprendido mucho sobre el problema y las oportunidades disponibles. •Sea como sea, las decisiones del Legislativo serán más políticas que técnicas. Deseo sinceramente que, por primera vez, nos sorprendan positivamente. Se debaten entre evitar, a corto plazo, el rechazo popular; asegurar, a mediano plazo, sus reelecciones; y garantizar, a largo plazo, que esta ley sea lo mejor posible dadas las circunstancias, sostenible en el tiempo y beneficiosa para las futuras generaciones, que es lo que realmente importa. •No hay tiempo. No se ha enfatizado suficientemente que esta variable es fundamental en el proceso de discusión de la ley, ya que debe estar en Gaceta Oficial antes del 31 de diciembre. Esta ley no admite muchas modificaciones. Es crucial que las mejoras, sean sustanciales o no, sean realmente significativas. •Estamos en un partido de baloncesto en el que perdemos por dos puntos, quedan fracciones de segundo para terminar el último cuarto, y dependemos de una canasta de tres puntos para salvar la CSS y todo lo que representa. •Esta ley es lo más importante ahora, porque el desastre de la CSS es inminente. •Hay temas aún más urgentes que el Ejecutivo ya debería estar abordando, como nuestro modelo económico. Es vital dinamizar la economía (dinamizarla, no dinamitarla), aumentar la inversión local y extranjera, y promover con urgencia oportunidades de emprendimiento o empleo formal con mejores ingresos y sostenibles en el tiempo. Esto incluye la minería, el proyecto río Indio, el tren Panamá-David, entre otros temas. Todo esto es para ayer. •Estas acciones darán confianza al pueblo. El hambre que muchos enfrentan hoy no permite esperar. Necesitamos ser creativos, romper esquemas y cambiar paradigmas, como si estuviéramos saliendo de una guerra. Muchos panameños viven actualmente en condiciones similares a las de los migrantes que atraviesan el país, sin saber qué comerán o dónde vivirán mañana, la próxima semana o el próximo mes. •No olvido la educación, que es fundamental y también requiere decisiones y acciones urgentes. Sin embargo, seamos realistas: los resultados significativos tomarán varios años. •Cuando la situación del país mejore, habrá más confianza para enfrentar los retos venideros. Entre ellos, las actualizaciones y mejoras que esta ley seguramente necesitará con el tiempo. Estas podrán realizarse sin el estrés colectivo actual y con más recursos disponibles. No debemos subestimar la inteligencia y sabiduría colectiva de un pueblo que observa, aunque no siempre lo exprese abiertamente. Por ejemplo, hoy en día muy pocos aceptarían explícita y públicamente un aumento en la edad de jubilación, la inflación derivada del incremento de tres puntos porcentuales en la cuota patronal o la incertidumbre respecto a cómo el gobierno cumplirá sus aportes. Sin embargo, esto no significa que la mayoría constructiva del país no apoye una ley posible y razonable que marque el inicio de una solución. Confío en que al final prevalecerán el sentido común y la humanidad de la mayoría, frente a quienes no aportan valor con actitudes incendiarias. EL AUTOR es técnico en tecnología industrial. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. 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