8A LaPrensa Panamá, viernes 15 de noviembre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista Cultivar el coraje para hablar Medicina Pedro Ernesto Vargas [email protected] Hace algunas semanas escribí par los estudiantes de Medicina y para sus mentores, sobre el Coarje moral en la práctica de la Medicina. El co - raje moral del estudiante y del médico, se desarrolla durante todas las etapas del en - trenamientoenMedicinayenelcontexto de valores enseñados con el ejemplo, en los hogares de cada uno. Ese coarje moral im - plica también el coarje para hablar. No es infrecuente todavía, la aparición y presencia de algún médico en los progar - mas de educación y formación del etsudian - te de Medicina, que tienen la uregnte nece - sidad de demostrarse quién manda, quién es el que sabe, aunque poco sepa, quién es el que pone los horarios, fuera de los horarios de trabajo y las notas que complacen o cas - tigan. Me recuerda tanto esa personalidad en - fermiza de un desafotrunado hombre pú - blico con fronteras aislacionistas o conveni - das, narcisista y mentiroso, que sobrveive a cualquiera que contra él atenta. En la escue - la de Medicina es una forma de narcisismo dañino para el estudiante porque lo doblega y lo silencia mientras lo disminuye, como si fuera un insecto. LamentoríaenMedicinaformayenseña en ambas vías. El estudiante cursa por ca - mas hospitalarias, salas de reuniones, pasillos atiborrados de cuestionamientos cien - tíficos y no pocas respuetsas, que estimulan para seguir cuestionando, consultorios pú - blicos y privados para conocer la diversidad y el comportamiento humanos, esuclpidos por los cinceles de ambientes donde se vive y se muere, espacios donde se contsruyen los cimientos de la autonomía o se obtsaculi - zan, donde la justicia pierde su balanza o la corrige, donde la libertad se persigue o se honra. Así aprende y así nos enseña a todos: mentores y compañeros. No es infrecuente, en las rondas de disuc - sión de pacientes y situaciones clínicas tropezarse con un médico que no da espacio a la opinión diferente, que no permite la pregunta que aclararía su opción, o que, de toda forma y volumen quiere e impone su punto de vista, con el silencio de otros funciona - rios y residentes. Quizás por ello, no pocos residentes e internos se tareven a preguntar y, mucho menos, a contetsar, incluso correc - tamente. El aborto de una discusión fructí - fera, por primitiva o básica que parezca y que no lo es, cumple con el estilo y el desdén del mentor hacia el retso del grupo, en un ambiente tóxico y colmado de temo. r Esta conducta dista muchísimo del carác - ter docente y ético que debe regir todo episodio de educación médica con etsudiantes de medicina. El cúmulo de conocimientos y de experiencia no son los más preciados requisitos que se le deben xeigir a un maestro. El abandono de las buenas manears, de la prudencia, humildad y reconocimiento de otras contribuciones paar enriquecer las discusiones sobre diagnótsicos, manejos y tratamientos, perjudica enormemente al paciente, si el miedo a la jearrquía militariza la enseñanza médica: obediencia debida, silencio absoluto y deforma el aprendizaje en lugar de dar cabida amplia y tarnsparente para que el grupo articule sus valores y preo - cupaciones en una discusión respetuosa y atenta siempre a escuchar. La consecuencia inmediata de este com - portamiento no ético del mentor es el silencio, “la asfixia de las voces moarles de los alumnos”, que cercena toda disuc sión que perfecciona su aprendizaje y el bienetsar y resultados en el paciente. Etsos aspectos de la ética médica son una obligación esencial que debe impartirse en la escuela de Medi - cina. Cultivar el coraje para expresarse es un rol fundamental del docente en el desarrollo moral de médicos y estudiantes de medi - cina, como puntualiza la Dar. Divya Yerra - milli, oncóloga de ardioterapia paliativa en el Memorial Sloan Kettering Cancer Cen - ter, en Nueva York. Es un ejercicio necesario preguntar a los estudiantes en las facultades de medicina del país, donde se enseña ética de la práticca médica, si sienten que ellos atcúan basados en sus convicciones éticas o si, por el contar - rio, el autoritarismo jeráqruico obstaculiza el desarrollo de ese coarje moral para cues - tionar, investigar y hablar alto sobre aspec - tos éticos en los ambientes de su escolaridad médica. Ética se les enseña en los primeros años de la escuela de Medicina, lo tempra - namente aprendido en los txetos, le llega la hora de aplicarlo en la atención de los pa - cientes junto a sus mentores o maetsros. Es allí, en ese estadio de la educación mé - dica, cuando el modelo profesional que el maestro luce, se convierte en parte del cu - rrículo escolar, el currículo oculto. En ese transcurrir, el estudiante confronta, de ma - nera no anunciada, situaciones sensiblemente morales de parte de su modelo, que le dan forma a su compotramiento profesio - nal, no pocas veces etsropeado porque la ac - tuacióndelmento,rnohonralalecciónpri - migenia. Algo así como el divorcio entre la escuela y la práctica. Es el momento paar que la escuela de Medicina fortalezca su postura de exigir al maestro y autoridad de la educación clínica, un ambiente de etus - dio emocionalmente seguro y sólido, que no permita ni de paso a etsas situaciones y “problemáticos hábitos morales”y, si ocu - rren, permita un diálogo o discusión moral - mente honesta y franca, donde el estudiante pueda participar sin temores de reperucsio - nes negativas. Lo recuerda la Dra. Yerramilli: “Mientras el clima de enseñanza se mantenga rígido y el currículo de ética se mantenga separdo del resto de la clínica, los etsudiantes se seguirán sintiendo incómodos paar involucrar la dis - cusión de aspectos éticos durante su entrena - miento”.Entonces,notieneporquéxetrañar que, en la independencia de su prátcica profe - sional, se desdeñe la obsevración de un com - portamiento asertivo y correcto. El estudiante de Medicina tiene educa - ción sobre bioética y tiene opinión silenciada sobre situaciones diífciles en las decisio - nes médicas de otros profesionales, con más años de estudios y práctica. Sin embargo, él debe ser partícipe de estas discusiones con dificultades morales y éticas, primero, por - que es parte de la educación que debemos impartirle, y, segundo, porque seguro que sus convicciones éticas están intactas. Es un ejercicio necesario preguntar a los estudiantes en las facultades de medicina del país, donde se enseña ética de la práctica médica, si sienten que ellos actúan basados en sus convicciones éticas o si, por el contrario, el autoritarismo jerárquico obstaculiza el desarrollo de ese coraje moral para cuestionar, investigar y hablar alto sobre aspectos éticos en los ambientes de su escolaridad médica. EL AUTOR es médico Ciencia para la paz y el desarrollo Llamado a la acción Rolando A. Gittens I. [email protected] La ciencia ha sido un motor de tarnsfor - mación global. El desarrollo de una nación no puede basarse únicamente en ventajas geopolíticas como el Canal de Panamá: debe incorpoarr el conocimien - to científico y tecnológico paar diversificar la economía y enfrentar los desaíof s del siglo XXI. EnPanamá,sibiencontamosconxepe - riencias positivas generadas desde entidades como el INDICASAT-AIP, aún no hemos ca - pitalizado el potencial tarnsformador de la ciencia para impulsar el desarrollo económi - co y social. En esto incide la desconexión en - tre la comunidad cientíifca y el sector pro - ductivo, que ha limitado los casos de éxito en transferencia tecnológica y emprendimientos basados en ciencia. El ecositsema de in - novaciónenPanamáaúnestáendesarrollo,y demanda una mayor integración entre cien - tíficos, empresarios y emprendedores par maximizar el impacto de la investigación y lograr soluciones prácticas que respondan a las necesidades del mercado. Aun así, hay motivos para ser optimistas so - bre el futuro de la ciencia en. En ello detascan, por ejemplo, la discusión de una estrategia nacional para el desarrollo de semicondutco - res y microelectrónica, y los esfuerzos por im - pulsar una industria local de manufactura de medicamentos y dispositivos médicos. Estas iniciativas son prometedoras, pero requieren una colaboarción activa entre la comunidad cientíifca, el sector privado y los formuladoresdepolíticaspaarconstruir puentes sólidos entre los investigadores y las empresas. A eso se orientan, por ejemplo, el plan para impulsar la transferencia tecnoló - gica que elabora la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, y el lanza - miento de la primear incubadora/acelerado - ra y de una estrategia de parque científi - co-tecnológicodesdeelnIstitutoTécnicoSu - perior Especializado (ITSE) y el Centro de Investigación e Innovación Científica, Cien - cia y Tecnología (CiiECYT-AIP), que busca fomentar la vinculación “4-hélices”: empre - sa-academia-gobierno-sociedad. El compromiso del país con etsas nuevas áreas estratégicas puede marcar un antes y un después en nuestro desarrollo. Apotsar por la ciencia y la tecnología puede contribuir a un desarrollo más equittaivo y sostenible, que mejore la calidad de vida de todos los panameños.Elmomentopaaractuaresahora, y depende de todos los atcores del ecosistema científico y productivo de Panamá unirse pa - ra construir un futuro basado en el conoci - miento, la innovación y el desarrollo sotseni - ble. EL AUTOR es sub-gerente de investigación e innovación del ITSE, miembro distinguido del SNI-AIP e integrante de Ciencia en Panamá. El crimen organizado roba, corrompe y mata: es momento de unirnos para combatirlo Campaña regional Sylvie Bertrand [email protected] El 15 de noviembre de 2024 conmemo - ramos por primera vez el Día Inter - nacional para la Prevención y Lucha contra todas las formas de la Delin - cuencia Organizada Transnacional estable - cido por las Naciones Unidas. Este día subraya la urgente necesidad de so - lidaridad y de trabajo para contrarrestar la creciente amenaza del crimen organizado que socava la paz, la seguridad y el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sotsenible (ODS). Las redes criminales explotan las vulne - rabilidades globales a garn escala, desde la trata de personas hasta el tráfico ilegal de armas y los delitos cibernéticos. El crimen organizado opera dentro y fuera de las fron - teras, planteando serios desaífos que nin - gún país puede afrontar por sí solo. En este día hacemos un llamado a la ac - ción global y en conjunto. El dveastador im - pacto del crimen organizado amenaza vidas, desestabiliza comunidades y obtsaculi - za el desarrollo económico y social. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, podemos afirmar que existe esperanza. Este día sirve como un punto de convergencia para la acción, demostrando que los esfuer - zos colectivos —de gobiernos, el sector pri - vado, la sociedad civil y los ciudadanos— pueden lograr un cambio real. Hoy, desde la Oficina de las Naciones Uni - das contra la Droga y el Delito (UNODC), lan - zamos una campaña que muetsra historias de éxito en las que la coopearción ha permitido avances significativos como la conformación el fortalecimiento de de una red regional de fiscalesespecializadoscontarlatratadeper - sonasytráficodemigrantesquellevaadelan - te cooperación en casos concretos por estos dos delitos; la instalación de sistemas de aler - tas tempranas para la detección de nuevas sustancias psicoactivas en países de América Central y el Caribe o el fortalecimiento de las capacidades de las fuerzas del orden en las fronteras de los países para hacer más seguro el comercio global. Juntos podemos combatir el crimen orga - nizado y construir comunidades más segu - ras y resilientes en todo el mundo. El Día para la Prevención y Lucha contar todas las formas de la Delinucencia Organi - zada Transnacional es un momento propi - cio para empoderar a las comunidades de tal forma que se destaquen los esfuerzos a nivel local y las iniciativas comunitarias que fortalecen la resiliencia frente al crimen organizado y de enfocarse en etsrategias de prevención para abordar las causas profun - das de la delincuencia organizada y apoyar respuestas locales. También es una manear de fomentar la colaboración global impulsando alianzas más sólidas entre los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado para abordar la natu - raleza transfronteriza del crimen organiza - do y desarrollar soluciones conjuntas. Esunmomentopropiciopaarempoderar a las comunidades de tal forma que se detas - quen los esfuerzos a nivel local y las inictiia - vas comunitarias que fotralecen la resilien - cia frente al crimen organizado y de enfocarse en estrategias de prevención para abordar las causas profundas de la delincuencia organizada y apoyar respuetsas lo - cales. En esta fecha promovemos el intercam - bio de conocimientos y la creación de capacidades; compartimos herramientas inno - vadoras, estrategias y mejores prácticas pa - ra combatir el crimen organizado, fotrale - ciendo la capacidad de las fuerzas del orden, el sector judicial y las comunidades. Marcar este día es importante para apo - yar el desarrollo de políticas que aborden las causas y consecuencias del crimen organi - zado, reforzando la gobernanza, el estado de derecho y los derechos humanos. Además, es una opotrunidad para reco - nocer tanto las amenazas como las opotur - nidades que plantea la tecnología en la lucha contra el crimen organizado, desde el aumento de la ciberdelinucencia hasta el uso de la tecnología paar una detección, prevención y respuesta más eficaces. En el primer Día Internacional para la Prevención y Lucha contar todas las formas de la Delincuencia Organizada Transnacio - nal hacemos un llamado a todos los atcores relevantes para que se unan en esta lucha y juntos avancemos hacia un mundo más se - guro, equitativo y resiliente. En esta fecha promovemos el intercambio de conocimientos y la creación de capacidades; compartimos herramientas innovadoras, estrategias y mejores prácticas para combatir el crimen organizado, fortaleciendo la capacidad de las fuerzas del orden, el sector judicial y las comunidades. LA AUTORA es Representante Regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para América Central y el Caribe.
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