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8A LaPrensa Panamá, domingo 13 de octubre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista La opinión de Hilde Vamos a contar mentiras, trailará… Elecciones en EU Daniel Pichel [email protected] Cuando fui a España en 1973, escuché a mis primas cantar una canción infantil que me pareció muy original. La cancioncita de marras, se titula igual que el artículo de hoy. Es una ingeniosa cadena de cosas evidentemente falsas, y que se contradicen de forma inmediata. Así decía que “por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas”o que “me encontré con un ciruelo, cargadito de manzanas”al que “comencé a tirarle piedras, y cayeron avellanas…”y así sucesivamente, las mentiras se van amontonando una tras otra en una historia tan absurda como graciosa. Cincuenta años después, el mismo título pudiese aplicarse a la campaña del pedazo de protoplasma anaranjado que desde hace diez años se ha apoderado de la narrativa política de Estados Unidos, y que por tercera vez consecutiva es candidato de un Partido Republicano que en alguna época fue serio. Porque entendamos que ya la discusión en ese grupo no tiene que ver con políticas públicas, ni con principios económicos o sociales. Tiene que ver simplemente con un culto absoluto a la personalidad de un tipo senil, con un evidente trastorno narcisista de personalidad, que solo sabe hablar en primera persona del singular, que ha demostrado una y otra vez que no le importa absolutamente nada con los ciudadanos y que está dispuesto a decir o hacer cualquier cosa con tal de salvar su trasero para no acabar en la cárcel un montón de años por variopintos delitos que van desde el acoso sexual y la violación, hasta el fraude financiero y algo tan irrelevante como tratar abiertamente de robarse unas elecciones que según absolutamente todas las autoridades que las revisaron, indudablemente perdió. Pero a menos de cuatro semanas de las elecciones, la campaña de Trump, su candidato a vicepresidente J.D.Vance, y de toda la cúpula de los republicanos parece ser una nueva estrofa de la susodicha canción. Día tras día las mentiras más descaradas se acumulan una tras otra, sin importar en lo más mínimo que personas afines al partido las desmientan abiertamente. Además, como Trump convierte en enemigo acérrimo a cualquiera que cuestione algo relacionado con él, todos aplauden como focas amaestradas cada vez que hace cualquier cosa de las que solo él considera una gracia. Al margen de las constantes retahilas de lo maravilloso que fue su gobierno, escupiendo datos sacados de quien sabe que arrebato delirante, hasta las más enrevesadas ideas de conspiracion, lo que se comienza a hacer cada vez más difícil es encontrar algo cierto en la retórica trumpista. Y lo malo es que ya los medios dan por un hecho que miente, y ya sus mentiras ni siquiera son noticia. Incluso, en un afan de buscarle pies o cabeza a sus desvaríos, tratan de darles explicaciones que terminan disimulando su evidente incapacidad para llevar adelante un gobierno con algún grado de funcionalidad. Esta gente dice cosas como lo maravillosa que fue la economía durante los cuatro años que Trump fue Presidente, cuando todos los datos muestran que disparó el déficit y que endeudó al país en varios trillones de dólares adicionales. Además, uno de sus estribillos favoritos es el desastre que ha sido la economía durante el gobierno de Biden y Harris, cuando tan solo esta semana los números independientes presentados por J.P.Morgan Chase, hablan de una economía fuerte, en crecimiento, con siete millones de puestos de trabajo más que antes de la pandemia y con una importante reducción de los indicadores de inflación. Pero eso a él no le importa, porque seguirá repitiendo sus mentiras las veces que tenga oportunidad. El descaro es tal, que uno de los argumentos para negarse a ir a una entrevista en el programa “60 minutes”de la cadena AB C, fue que le iban a verificar si era cierto o no lo que dijera (como hacen con todo el mundo). Porque cómo va a permitir que le vayan a cuestionar que los haitianos en Ohio no se están comiendo las mascotas de sus vecinos, o que la mayoría de los delitos en Estados Unidos no los cometen los inmigrantes, o que no es cierto que el gobierno federal se niegue a mandar ayuda a los estados afectados por los huracanes Helene y Milton, o que los gobernadores y autoridades republicanas de dichos estados agradezcan todo lo que está haciendo por ellos el gobierno de Biden, o que le pregunten cómo es posible que mandara pruebas de covid a Putin en Rusia, durante la pandemia, mientras en Estados Unidos no había cómo diagnosticar a sus ciudadanos, o que no hay evidencia alguna que los inmigrantes ilegales vayan a poder votar, o que no es aceptable que ya esté diciéndo que si pierde la elección hubo trampa, pero que si la gana no. Y eso sin entrar en las bestialidades de algunos de sus seguidores. Esta misma semana, las lumbreras que niegan que la actividad humana pueda tener nada que ver con el evidente cambio climático, se han pujado la teoría de conspiracion que los demócratas están “manipulándo el clima”para producir y enviar huracanes a los estados que apoyan a Trump. Como ven, la idiotez puede llegar a ser infinita. Y mientras, las dos cajas de resonancia favoritas de las mentiras de Trump, J.D.Vance y el vocero del Congreso Mike Johnson, ignoran cada vez que les preguntan si ellos aceptan que Trump perdió la eleccion del 2020. Simplemente tratan de desviar la conversación, dando a entender que es un tema irrelevante. Pero es que no es irrelevante, porque ellos son quienes en un determinado momento tendrán que tomar decisiones que pueden representar la continuidad de la democracia en Estados Unidos con una pacífica trasición de gobierno en un país que, nos guste o no, tiene influencia en lo que nos afecta a todos, especialmente de este lado del mundo. Faltan veintitrés días para la elección, y parece estar claro que Trump no está dispuesto a aceptar que pueda perder. Lo que falta por ver es, hasta donde, sus seguidores (que increiblemente son muchos), estén dispuestos a “luchar ”por defenderlo. Mientras, seguirán contando mentiras como en la cancion, porque a fin de cuentas, parece ser su único argumento. EL AUTOR es médico cardiólogo Faltan veintitrés días para la elección, y parece estar claro que Trump no está dispuesto a aceptar que pueda perder. Lo que falta por ver es, hasta donde, sus seguidores (que increíblemente son muchos), estén dispuestos a "luchar" por defenderlo. Crisis venezolana y el actual escenario internacional Dictadura Otto Escartín [email protected] Durante dos décadas hemos venido escuchando sobre la cada vez más deplorable situación en la que se encuentran nuestros hermanos venezolanos, enfrentando una tiranía que ya enquistada en el poder no da luces de estar en la disposición de hacer una transición pacífi c a . Desde siempre, el valiente pueblo venezolano ha sido olvidado a su propia suerte por la comunidad internacional, ya que, hoy en día, son estos los únicos que verdaderamente siguen luchando por un cambio que por fin los libre de la cúpula que los tiene oprimidos, que lucran de su tragedia y que les ha coartado todos sus derechos. La respuesta de la comunidad internacional ha sido la de adoptar sanciones económicas, reconocimiento de gobiernos paralelos, ruptura de relaciones diplomáticas, aprobación de resoluciones en organismos internacionales, discursos, etc. Ninguna de estas ha cambiado el día a día del ciudadano de a pie. De hecho, algunas de estas medidas, entre otros factores, son las que los han empujado a buscar un futuro en nuevas tier ra s . El 28 de julio pasado, los venezolanos se volcaron en masa a las urnas con mucha esperanza de finalmente lograr su objetivo, ya que supuestamente se habían alcanzado los Acuerdos de Barbados. El resultado fue una repetición de lo mismo y nuevamente la reacción de la comunidad internacional fue la misma. Después de tres meses, la realidad del pueblo venezolano sigue empeorando. Recientemente, el Centro Carter ha demostrado el fraude mostrando las tan esperadas actas originales que certifican la derrota apabullante del régimen. No obstante, los venezolanos siguen estando expuestos a un régimen que utiliza el aparato judicial para persecución política y vendettaspersonales; comentar, compartir o dar un me gusta en redes sociales o expresarse en público o en privado de forma contraria al régimen acarrea un riesgo para la integridad física de quien tenga esa osadía. Y es que la dictadura, emulando a otros regímenes autoritarios en el mundo, como nunca en el pasado y con la pasividad de la comunidad internacional, ha puesto en práctica tácticas del terror para acallar todo tipo de voces disidentes, para crear miedo, zozobra, desilusión, hartazgo y rendición de ese pueblo valiente. Actualmente, la atención mundial se encuentra centrada en varios frentes. La invasión de Rusia a Ucrania y la escalada de tensiones en Medio Oriente compiten por acaparar los titulares. En el fondo, la existencia de estos otros conflictos repercute directamente en la crisis venezolana, ya que tienen un elemento que las conecta. Sí señores, el petróleo y el gas. Las sanciones impuestas para limitar la capacidad de Rusia de comerciar con su petróleo que financia su insensata guerra y una posible expansión del conflicto en el Medio Oriente que pueda cortar las cadenas de suministros hacen presagiar que se está priorizando en asegurar el acceso a fuentes fiables de petróleo. Ciertamente, negociar con Venezuela resulta menos malo que hacerlo con Rusia o Irán. En el actual escenario internacional, el oro negro se convierte en una prioridad estratégica, tanto en lo militar como para subsistencia electoral, previniendo estallidos sociales producto del alza de los precios que generarían las faltas de petróleo en el frío invierno. Solo veamos los ejemplos de los recientes resultados electorales en Francia, Italia y Alemania, donde partidos de corte ultraconservadores han logrado resultados históricos. Esto sin perder de vista las elecciones de noviembre próximo en el coloso de Norteamérica. En definitiva, la solución a la crisis venezolana no vendrá desde afuera. El régimen es consciente del contexto internacional y de ello se aprovecha para con una mano castigar a su pueblo y con la otra negociar acceso a hidrocarburos para continuar ganando tiempo para perpetuarse o incluso negociar. El cambio continúa estando en manos de los propios venezolanos y son estos quienes tendrán que seguir luchando para lograrlo. EL AUTOR es abogado y fue director jurídico de la Cancillería panameña La solución a la crisis venezolana no vendrá desde afuera. El régimen es consciente del contexto internacional y de ello se aprovecha para con una mano castigar a su pueblo y con la otra negociar acceso a hidrocarburos para continuar ganando tiempo para perpetuarse o incluso negociar.

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