Bienvenido suscriptor
Perfil Cerrar sesión
Iniciar Sesión
Registro

prensa_2024_10_09

5B LaPrensa Panamá, miércoles 9 de octubre de 2024 Vivir Tu opinión nos interesa [email protected] æ RETIRO Martin Scorsese aún no termina El aclamado cineasta Martin Scorsese, de 81 años, desmintió las especulaciones sobre su posible retiro y aseguró que aún tiene más proyectos en mente. Durante una rueda de prensa en Turín, Italia, Scorsese declaró: “No me estoy despidiendo del cine en absoluto. Todavía tengo más películas por hacer”. Siguiendo los pasos del ‘eterno nocturno’ El escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809) es el máximo representante de la literatura gótica, una f igura que evoca pesares y cuya imagen hoy todavía cubre las calles de su natal Baltimore como atractivo turístico. TURISMO Roy Espinosa [email protected] Por las callesde Baltimore, en Maryland, Estados Unidos,se desliza una sombra alada. Su reflejose apreciasobrelas apacibles aguasdel ríoPa - tapsco y toma velocidad al entrar enla U.S.Highway 40.Aletea paragirara laiz - quierda,yjusto enla203N Amity St, Baltimore,se posa sobre el faro de una casa adosada de ladrillos rojizos. Elanimal deébanograzna y mira con curiosidad a quie - nes tocana la puerta dela vi - vienda. “Debeser algúnvisi - tante”, seguropensará. Los golpes en lamadera se vuel - ven a escuchary el animal vuelveapensar: “Debe ser al - gún visitante que desea entrar enmi habitación,algún visitante retrasadoque soli - cita entrar por la puerta de mi habitación;eso es,y nada más”. Entonces, finalmente,la puerta seabre yuna chica vestida de negro,esboza una sonrisa y recibe a los visitantes: “Bienvenidos a la casa museo de Edgar Allan Poe”. Poe, reconocidomaestro del relato corto, la novela gó - tica y el terror,con obras uni - versales como Elgato negro, Elpozo yelpéndulo o Loscrímenes delacalle Morgue , g oza hoy de la fama quenunca tuvoenvida. Ylas paredes de aquellacasa se vuelvenuna extrañacone - xión entreel autory susmo - dernos lectores. Dentro,las reglassonsen - cillas:Las esclarerassede - ben subir de uno a uno. Antes de bajar, hay que asegu - rarse deque nadieesté su - biendo.Y porsupuesto: mostrar respetoy cuidado con todo el material. El lugar es estrecho, oscu - ro, pero,extrañamente aco - gedor.Tiene unaire deme - lancolía, quizáspor el “sedo - so,tristey vagorumordelas cortinas purpúreas” . La primera habitación funge de recepcióny tiendaderecuerdos. Un espacio angosto sirvedepuerta ysellegaal segundo cuarto. Unos 16 metros cuadradoscon libros, revistas e información de la vida delautor en esa, su ciudad natal. Para llegar al segundo piso, unas escalerasde medio caracol llevan aun visitante a la vez; noes que permitan el paso de más. Una vez arriba,la habita - ciónde laizquierdatiene una pared con algunas farses deotros autorescomoSir Arthur ConanDoyle, Char - les Baudelaire,Stephen KingoJorge LuisBorgesso - bre la obra dePoe. En la pa - redde enfrentecuelga elár - bolgenealógico delafamilia Poe. Mientras que en la habi - tación de la derecha, protegidos con vidrio, hay un ma - letín, una silla y un telescopio, posiblemente petrene - cientes a Poe. Otra guía espe - racon rostroamablea losvi - sitantes, diciendoun parde tal veztristes verdades: “Po r ahorasolola mitaddelapro - piedad estádisponible alos turistasyla casaenrealidad no le pertenecíaa Edgar, si - no asu hermana.Edgar no tuvo propiedades”. Eneltercer piso,uncinti - llo restringe la entrada a una habitación sencilla.Una ca - ma, un baúl y sobre él, un libro, un tintero y un ucervo, cuyosojos negrosbrillanco - mo “las tinieblasy nada más”. “Posiblemente,esa no hayasido lahabitaciónde Edgar. Lo más seguro es que él haya dormidopor el área de lacocina”, dicela guíade abajo. Así,el recorridoter - minaen unlugarque noper - tenecía al autor, con artícu - los que quizás le petrenecie - ron,pero,con lacertezade queen algúnmomentoestu - vo allí.Y eso sevuelve sufi - ciente parael visitante,para elfanático queroza conlos dedos lamadera, laspare - des,imaginando quelasma - nos de Poe también pasaron por allí, eso y “nada más”. Un camino a la necrópolis “Durante mucho tiempo quedé lleno de asombro, de temor, de duda, soñando con lo queningún mortalse ha atrevido a soñar” ,confesó el cuervo al ver salir a los visitantes. Entonces, volvió a emprender vueloasegurándose de ser seguido. Cruzó la ciudad hasta el Washington Co - llege Hospital, lugar al que Poe fuellevado el3 deoctu - brede1849, luegodeseren - contrado tirado enla calle. Nadiesabe aciencia ciertalo que le sucedió,unos le atri - buyen suestado alalcohol, otrosala cólera,lasdrogaso a una golpiza por robo. Loúnicocierto esqueel autor pasó días deliarndo, con algunosmomentos de lucidez, aunquecomo buen escritor, suspensamientos siempre jugabancon larea - lidad yla fantasía. “El lenguaje no puede describir el pozo quebrota, sebalancea y barre,como unatempestad, sobre mí, señalando la 'alarma de la muerte'”, decía Poe a sus médicos. Y en otar oca - sión gritó el nombre de “Rey - nolds” (quenunca hasido identificado).El domingo7 deoctubre deesemismo año,a esodelas5:00 a.m., Poemurió. Secree quesus últimas palabras fueron: “Señor,ayudaa mipobreal - ma”. Desde ladistancia, elvisi - tantemira loscristalesdel edificio,tratando deimagi - nar en cuálde las habitacio - nesPoe pasósus últimasho - ras,pensando que “Otros amigos ya han volado lejos de mí;hacia lamañana, tambiénél meabandonará como mis antiguas espearn - zas”. Alo queelpájarores - pondió entonces: “¡Nunca más!”. Y volvió a volar. El lugar de descanso. Llegó entonces el ave al 515 W Fayette St,entrando al te - rreno de lavieja iglesia Pres - biteriana, cuyo jardín es el cementerio de Westminster. Unsitioque, sibienestáa orillasdecalle, elsilenciono es “turbado ylamovilidad noda ningúnsigno; loúnico que puede escucharsees un nombre murmurado”, el de Edgar Allan Poe,con cada visitante que aparecía. Y el rostro del escritor sobresale de un adornado mausoleo alque, finalmen - te, lepega el sol.Una maca - bra fábulaque hacealusión a las historias de Poe y a su vida marcada porel alcoholismo, perseguido constantemente por la pérdida (sus padres murieron cuando élera un niñoysu esposamurió12 añosdespués dequecontra - jeran nupcias)y lasensación de fracaso. Allí reposanlos restosdel autor junto con losde su es - posa, rodeadoscon ofrendas comoflores, cartas,calaba - zasouna bota.Elvisitante toca lapiedra fría yse pre - gunta: ¿Qué lepodría decir al escritor detenerle frente?, ¿Alguna vez volverá a xeistir una pluma como la suy?a. Y el cuervo se sacude, graz - na y repite una y otar vez: “¡Nunca más, nunca más! ”. Poema ‘El cuervo’ El 29 de enero de 1845, Edgar Allan Poe publicó en el periódico ‘The Evening Mirror’ su poema ‘El cuervo ’. Para muchos, su obra más popular. Consta de 18 estrofas de 6 versos cada una, donde el ave simboliza la desesperanza, la muerte y el luto. Edgar Allan Poe, popularizó el género de horror psicológico con cuentos como‘El corazón delator’ y‘El gato negro’, que exploran la culpa y la locura. Roy Espinosa Se casó con su prima Virginia Clemm en 1836, cuando ella tenía solo 13 años. Roy Espinosa En 1827, publicó su primer libro de poemas, ‘Tamerlane and Other Poems’, bajo el seudónimo A Bostonian. Roy Espinosa El Nobel de Física premia el aprendizaje con redes neuronales RECONOCIMIENTO EFE. COPENHAGUE, DINAMARCA ElNobelde Físicahadis - tinguido alestadounidense JohnJ. Hopfieldy albritáni - coGeoffrey E.Hinton porel desarrollode métodosque son labase delaprendizaje automático, unaherramien - ta claveen el desarrollode la inteligencia artificial (IA). La RealAcademia deCien - cias suecaseñaló enel fallo queHopfield yHinton,a quien se conocecomo el “pa - drino” de la IA, realizaron “descubrimientos fundamentalese invencionesque permitenel aprendizajeau - tomático conredes neuronales artificiales”. Hopfield creóuna memo - ria asociativa que puede al - macenar yreconstruir imá - genesy otrostipos depatro - nes en datos;Hinton inven - tó un método que puede encontrar deforma autónoma propiedades en losdatos y realizar tareas como identificar elementos especíifcos en imágenes. “En Física,usamos lasre - des neuronales atrificiales en un amplio número de áreas, comoel desarrollode materiales nuevos con pro - piedades especíifcas” , señaló elComité Nobel,quedesta - có también que la IA etsá re - volucionando la ciencia y la vida diaria, pero existen ries - gos quehacen necesariosu uso de forma “segura y ética”. Ya enla décadade 1940los científicos empezarona es - pecularsobre labasemate - mática que subyace en las redesde neuronasysinapsis del cerebro,resalta laReal Academia, que menciona también lashipótesis deDo - naldHebb sobrecómoel aprendizaje ocurre debido a quelas conexionesentre neuronas serefuerzan cuan - do trabajan juntas. El interés enlas redes neu - ronales artificiales decayó duranteun tiempo,perose reavivóaños mástardecon varios trabajos. El John Hopfield, ganador, junto con Geoffrey E. Hinton, del Nobel de física. EFE Fue periodista y critico literario en varias revistas de Estados Unidos. Roy Espinosa

RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNDg2MA==