6A LaPrensa Panamá, lunes 7 de octubre de 2024 Panorama Israel, un año después de la masacre Las esperanzas de paz de Israel con sus habituales enemigos se han desvanecido casi completamente. Diariamente, poblaciones civiles son objetivos de misiles lanzados desde Líbano, mientras el ejército israelí avanza en el sur de ese país. La guerra tiene afincadas sus raíces tras el sangriento ataque de hace un año. CRÓNICA Rolando Rodríguez [email protected] La guerra en el cercano oriente, por el momento, parece estar en escalada. A corto plazo, hay crecientes animosidades que hacen que la paz se aleje, en vez de una solución. En el caso de los grupos terroristas Hamás y Hezbolá contra el Estado de Israel, las cosas parecen haber llegado a extremos que parecen irreconciliables. Periodistas de medios de comunicación de América Latina y España, y algunos destacados en Estados Unidos, llegamos a Israel a conocer su realidad actual, justo cuando Irán lanzaba un ataque de 180 misiles a territorio israelí y cuando las tropas de este último país entraban al Líbano, donde grupos terroristas han establecido sus bases militares para el asedio contra Israel. Doce meses antes, civiles israelíes sufrieron —este 7 de octubre se cumplirá un año—una masacre salvajemente brutal: 1,200 personas —hombres,mujeres,jóvenes y niños—fueron asesinados de formas inimaginables, al mismo tiempo que 251 personas fueron secuestradas, de las cuales, a casi un año de tenerlas como rehenes, hay poco más de 100 que aún permanecen en sus túneles y en manos de sus verdugos. Las dantescas imágenes de ese día convulsionaron a Israel, cuya población, impotente y estupefacta, poco a poco se fue enterando del inesperado y sangriento ataque. No hubo piedad: la barbarie del ataque es la peor que los israelíes han sufrido desde el holocausto…y la frágil paz, después de la masacre, repentinamente se convirtió en guerra cruenta. Una guerra que el gobierno de Israel no parece tener la intención de detener, al menos de momento, ni perdonar a los responsables de la masacre ni de permitir que se reagrupen o sobrevivan a sus ataques. Durante estos días, los periodistas hemos hablado con ciudadanos judíos que migraron a Israel desde América Latina, como el mexicano Aaron Kababie —casado con una panameña— y quien después de prestar servicio militar, trabaja en la actualidad con colegios israelíes. O con una pareja de argentinos —Ilana y Yuda Gofer—, casados desde hace más de 60 años y radicados en Israel desde los 70. O Tobías, un cirujano mexicano que se fue a vivir a Haifa junto a su esposa y donde su hijo presta servicio en el Ejército manejando las baterías antiaéreas que interceptan los misiles balísticos que lanza Hezbolá y Hamás desde Líbano. Casi todos ellos creían que la paz era posible, que a pesar de las diferencias y de los ataques que hacían los grupos terroristas, por primera vez había esperanzas de conseguirla. Y confiados en que la paz podría estar próxima, la visión de una masacre de la magnitud sufrida el año pasado fue inimaginable. De hecho, aún se investigan las causas por las que el Ejército llegó tarde ese día de octubre de 2023, en la que la sangre de cuerpos destrozados y mutilados tiñeron de rojo paredes, pisos, bunkers, carros, casas. Solo unos pocos pudieron describir el infierno que vivieron durante esas horas. La gente camina entre una instalación de iluminación, en homenaje a las víctimas de los ataques dirigidos por Hamás contra Israel el 07 de octubre, en la Plaza Habima en Tel Aviv, Israel. EFE Israel bombardea Líbano y Gaza Familias huyen de los bombardeos en el Líbano. EFE Guerra y tensión Desplazarse hasta Israel hoy se ha convertido en una odisea. Su espacio aéreo ha sido cerrado tras el ataque de Irán, sin que se conozca la fecha en que se reabrirá, justo cuando los periodistas empezábamos a llegar a Israel. El transporte aéreo está limitado solo a aerolíneas israelíes, una de las cuales —El Al—nos transportó en vuelos que no se interrumpieron gracias a un sistema antimisiles desplegados en sus aeronaves civiles que inutiliza las armas aéreas enemigas, gracias al uso de rayos láser. En tierra, hay tensión. Diariamente hay alarmas de misiles volando por el aire israelí, que en su mayoría son interceptados por el llamado “domo de hierro”, que consiste también en sistemas antiaéreos que rastrean sus objetivos para luego calcular su trayectoria e interceptarlos antes de que alcancen sus blancos. La guerra tecnológica incluye también la irrupción del Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus silgas en inglés) que el ejército israelí controla para que no sirvan de guía a los misiles que lanzan los grupos terroristas sobre objetivos civiles, industriales o militares. Aplicaciones —como Waze o Google Maps, por ejemplo—son alteradas para que la lectura de la posición de quien las utilice aparezca en otros sitios, como Beirut o Siria, al mismo tiempo que hay aplicaciones gratuitas para advertir a la población de ataques con misiles o sustancias tóxicas, etc. Es tensión que por estos días crece, a medida que se acerca el aniversario del primer año de la masacre, cuando el Ejército de Israel se prepara para contrarrestar y atacar, mientras la población civil se protege. Poco que celebrar A pesar de las incursiones de Israel al sur del Líbano, los diarios ataques con misiles sobre la población civil u objetivos militares, poco a poco la población israelí —espe - cialmente la más joven— trata de recuperar la normalidad de antes, de volver a sus rutinas o disfrutar durante estas fiestas Rosh Hashaná (año nuevo, del 2 al 4 de octubre) y otras, como Yom Kipur (día de la Expiación, el más sagrado del año judío, que empezará el 11 de octubre). Pero este año, los ánimos, como es comprensible, no están del todo bien. Por todas ciudades los rostros de los más de cien secuestrados siguen sufriendo en manos de los terroristas, mientras a la memoria vienen las imágenes de la barbarie del 7 de octubre pasado. En todo Israel, listones amarillos, carros destrozados, pintados del mismo color, exigen el retorno inmediato de los rehenes a sus casas. Mientras tanto, el asedio continúa desde Líbano, al mismo tiempo que poblaciones civiles han sido desplazadas por la guerra, en un intento del Ejército israelí de expulsar de ese país lo que queda de los líderes terroristas, mientras siguen el diario bombardeo contra ciudades israelíes. Los periodistas latinoamericanos hemos sido testigos del sitio y del temor que sufren las personas a causa de la guerra, incluso, de los dos millones de árabes musulmanes que viven en Israel, sí como del dolor que ha causado al país la matanza irracional de cientos de personas esperanzadas con la paz. MEDIO ORIENTE SERVICIOS INTERNACIONALES Israel volvió a bombardear ayer domingo objetivos en Líbano y Gaza, donde los muertos en las últimas 24 horas se cuentan por decenas, en la víspera de que se cumpla un año del ataque terrorista de Hamás contra territorio israelí. En esta jornada se han producido manifestaciones en todo el mundo pidiendo el final de los ataques israelíes y también honrando la memoria de los asesinados por el grupo islamista palestino. Los bombardeos continúan sobre el Líbano, donde el menos 23 personas murieron y otras 93 resultaron heridas a lo largo del sábado en ataques israelíes, según informó este domingo el Ministerio de Salud Pública. El departamento gubernamental precisó en un comunicado que las víctimas se registraron en las provincias meridionales de Sur del Líbano y Nabatieh; las orientales Bekaa y Baalbek-Hermel; así como en la central Monte Líbano, adyacente a Beirut. Israel bombardeó también el norte del país, donde murieron cuatro personas, por primera vez desde que hace casi dos semanas lanzara una intensa campaña de bombardeos que ha obligado a cerca de 1.2 millones de personas a abandonar sus hogares y que ha arrasado localidades enteras. El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, pidió en Beirut más financiación para lidiar con la“enorme”crisis de desplazados causada por la campaña de ataques israelíes y alertó de que esto “es solo el comienzo”. En Gaza el Ejército israelí lanzó una nueva incursión en Yabalia, en el norte de la Franja, tras detectar la presencia de “terroristas e infraestructuras en la zona”, así como esfuerzos de Hamás “por reconstruir sus capacidades operativas”, según informó en un comunicado. Al menos 45 palestinos murieron y otros 256 resultaron heridos en Gaza en el último día, después de que Israel bombardease otra escuela y una mezquita, lo que elevó a 41,870 el número de fallecidos desde el 7 de octubre y a 97,166 el de heridos, según el Ministerio de Sanidad del enclave. “El número de víctimas que llegaron a los hospitales como resultado de los ataques de la ocupación (israelí) contra (personas) desplazadas en la escuela Ibn Rushd y la Mezquita de los Mártires de Al Aqsa al amanecer de hoy fue de 26 muertos y decenas de heridos”, denunció Sanidad sobre ataques aéreos israelíes en Deir al Balah (centro). Por su parte, la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras confirmó, horas después, haber recibido en el Hospital Al Aqsa a 53 pacientes heridos y 22 muertos. “La situación en el hospital era terrible. No había camas suficientes para todos los pacientes y tuvimos que tratar a la gente en el suelo”, describe la enfermera Eliza Sabatini. El primer ministro israelí, Bejamín Netanyahu, afirmó en una reunión con soldados desplegados en el frente norte del país, próximos a la divisoria con el Líbano, que Israel está “cambiando la realidad de un extremo al otro”. “Hace un año sufrimos un golpe terrible. En los últimos 12 meses, estamos cambiando la realidad de un extremo al otro. El mundo entero se ríe de los golpes que dais a nuestros enemigos y yo os saludo y os digo: sois la generación de la victoria”, dijo Netanyahu. El primer ministro israelí habló telefónicamente con el presidente francés, Emmanuel Macron, quien le insistió en que “el momento de un alto al fuego ha llegado” en Oriente Medio. “El presidente de la República ha expresado ante el primer ministro (Netanyahu) su convicción de que el momento de un alto al fuego ha llegado. El abastecimiento de armas, la prolongación de la guerra en Gaza y su extensión al Líbano pueden ser contraproducentes para la propia seguridad israelí”, dijo la presidencia francesa en un comunicado. La llamada se produce después de que Netanyahu reaccionara de manera airada a la petición de Macrón el sábado de que se detuviera el suministro de armas a Israel, una petición que fue bien recibida por varios países árabes entre ellos Jordania y Egipto. Las manifestaciones se han repetido en todo el mundo en vísperas del aniversario del ataque de Hamás. Países como Nueva Zelanda, Australia y Malasia repitieron protestas. También hubo manifestaciones en ciudades como Bruselas para exigir la liberación de los rehenes sraelíes en la víspera del aniversario del ataque del grupo terrorista Hamás del 7 de octubre. Martina sostiene una vela con el nombre de un rehén israelí en su mano, mientras se encuentra frente a retratos de rehenes israelíes frente a la sinagoga en Fraenkelufer en Berlín, Alemania EFE
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