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Opinión LaPrensa Panamá, viernes 4 de octubre de 2024 8A Necesidad y límites de una buena ‘Constitución’ Institucionalidad Publio Ricardo Cortés [email protected] ElReglamento de Tránsitoes tá lleno de reglas curiosas. El artículo 12 dice que está prohibida la emisión de ruidos excesivos o que circulen autos en estado visible de deterioro. El 51 dice que si el auto va en carretera sin las luces altas, al verse obligado a circular con luces bajas, reducirá la velocidad. El artículo 95 dispone algo que apuesto a que muy pocos sabían: “Ningún conductor de vehículo de tracción animal destinado al transporte de pasajeros puede abandonar el mando de las riendas mientras transita”.Ya saben, si ven una carreta de bueyes de pasajeros, circulando sin conductor, hay que llamar a la policía. El 131 indica que los conductores de motos y bicicletas tienen que usar casco. En fin. La reacción obvia que tenemos ante reglas como esas es que algunas son letra muerta o que no se cumplen. No faltará el que proponga que las eliminen. Este es un dilema viejo y que está en la raíz misma de la utilidad del Derecho. La realidad es que es muy necesario que existan reglas correctas. La justificación es que ya está históricamente demostrado que el cumplimiento de reglas justas por parte de la sociedad, no solamente depende de su existencia, sino también de muchos otros factores tales como el nivel de conciencia y acatamiento voluntario de los ciudadanos; la capacidad de las autoridades de hacer cumplir las reglas; su correcta interpretación por parte de los tribunales y, finalmente, la influencia de factores externos que no podemos controlar. Lo mismo pasa con la Constitución Política , que es el conjunto normativo superior de la organización del poder del Estado y de los derechos individuales y sociales de los ciudadanos. El artículo 135 de nuestra Constitucióndice que el sufragio es un “derecho y un deber”. Es decir, que, aunque parece obvio que todo buen ciudadano debiera votar, en nuestro sistema no hay sanción si no se vota, porque es también un “dere - cho”, no obligatorio. La norma no es responsable, de una baja participación. La conciencia ciudadana es la que determina. El artículo 220, numeral 4, de la Cons - titucióndice que es función del Ministerio Público “perseguir los delitos”, mandato que lleva implícita la obligación de investigar con toda la capacidad del Estado, llevar a juicio a los implicados y conseguir la condena de los culpables, respetando en todo momento las reglas del debido proceso. Obviamente, no siempre la vindicta pública puede lograr resultados. Sin embargo, hay situaciones donde es muy importante que cumpla su deber constitucional. Tal es el caso, por ejemplo, del atentado terrorista que tuvo lugar en Panamá en 1994 contra un avión donde murieron 21 panameños y todavía hoy no han logrado llevar a juicio a nadie. Con tanto tiempo y hasta con ayuda internacional, uno esperaría mejores resultados. LaConstitución no tiene la culpa de tamaña incapacidad. De la interpretación conjunta del Preámbulo y del artículo 50 de la Consti - tuciónvigente se deduce claramente que, en caso de conflicto entre el “bienes - tar general”o“interés general”respec to al “interés particular”, debe prevalecer el «bienestar general”o“interés general”. Si aplicamos ello a la transparencia en las contrataciones públicas, resulta obvio que es favorable al “interés general”que todos los ciudadanos tengamos acceso a la información sobre quiénes son los beneficiarios finales de las personas jurídicas que contratan con el Estado, pues ello sería una acción preventiva contra la corrupción. Sin embargo, en la sentencia de 30 de diciembre de 2020 (Entrada 742-220, habeas datacontra la Dirección de Contratación Públicas), al pleno de la Corte le pareció que esa información era privada y no debía ser revelada. La Corte falló contra el “interés general”y ello no es responsabilidad de la Constitución. Finalmente, tenemos que el artículo 64 de la Constitucióndice que el trabajo “es un derecho”. Por más que se quisiera, no es suficiente tener una norma de Derecho para que todos los individuos en edad económicamente activa tengan trabajo. Tenemos entonces que la eficacia de la Constitucióncomo elemento orientador y regulador del orden social no es final, porque la realidad social es impactada por factores como los explicados, que tienen también un peso importante, más allá del catálogo mismo de reglas contenido en la Constitución. Es verdad que existen cambios constitucionales que sí podrían tener efecto inmediato, como el número de los diputados o la forma de elegir a los magistrados, pero no resulta realista pretender fijar una esperanza excesiva en los cambios constitucionales, como solución mágica de todos nuestros problemas sociopolíticos y económicos. Es necesaria una excelente Constitución. Más necesaria todavía es una mejor sociedad que pueda vivir cada vez más apegada a un buen marco constitucional. EL AUTOR es abogado Monopolio tecnológico: el desprecio a los usuarios de telecomunicaciones Servicios Odalys Quintero Valdés [email protected] Los servicios de telefonía móvil, internet y televisión por cable en Panamá se han convertido en una fuente constante de frustración para los usuarios. No solo enfrentan cortes y problemas de conexión, sino que, además, las empresas que dominan el mercado continúan subiendo las tarifas sin mejorar la calidad del servicio. Es hora de que el gobierno intervenga para poner fin a este monopolio de facto y permita la entrada de más proveedores al mercado. El oligopolio de las telecomunicaciones: los usuarios perjudicados Panamá enfrenta una concentración del mercado de telecomunicaciones, dominado por empresas como Más Móvil y Tigo. Aunque aparentemente compiten entre sí, la realidad es que los consumidores no experimentan mejoras significativas en los servicios. Según la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), las quejas por mala calidad y fallos técnicos han aumentado un 34% en los últimos dos años, mientras que las tarifas han subido un promedio del 10%. Esta situación ha generado indignación entre los usuarios, quienes se sienten obligados a pagar más por un servicio cada vez peor. La falta de acción del gobierno El papel del gobierno ha sido cuestionado, ya que las autoridades no han intervenido para proteger a los consumidores de los abusos de estas empresas. En muchos países, las telecomunicaciones son un servicio esencial que debe ser regulado para asegurar su accesibilidad y calidad. Sin embargo, en Panamá, parece que se permite a las empresas actuar sin un control efectivo. Los aumentos de tarifas en televisión por cable, a pesar de las constantes quejas por mal servicio, son un claro ejemplo de la falta de intervención gubernamental. La ley de competencia debería ser una herramienta clave para evitar los abusos de mercado, pero no ha cumplido su propósito. El resultado es un mercado estancado, donde las empresas tienen poco incentivo para mejorar sus servicios, ya que los consumidores no tienen opciones reales para elegir. Quejas generalizadas: los usuarios no tienen alternativa Las quejas de los usuarios han inundado las redes sociales. Desde Twitter hasta Facebook, los panameños expresan su frustración con el servicio de telecomunicaciones. Muchas veces, los problemas técnicos no se resuelven en semanas, y el servicio al cliente resulta insuficiente. La sensación generalizada es de estar atrapados en un sistema que no ofrece alternativas. Si los consumidores están insatisfechos con un proveedor, no hay muchas opciones viables para cambiar. Las empresas que dominan el mercado ofrecen un servicio igualmente deficiente, lo que genera una sensación de impotencia entre los usuarios. Soluciones urgentes: más competencia y regulación La solución más eficaz para este problema es fomentar una mayor competencia en el sector. La entrada de nuevos competidores reduciría los precios y mejoraría la calidad del servicio, como ha ocurrido en otros países. El gobierno debe facilitar el acceso al mercado a nuevas empresas, eliminando barreras como los altos costos de licencias y permitiendo el uso compartido de infraestructura. Además, la ASEP y otros organismos reguladores deben intensificar su fiscalización. Las multas a las empresas que no cumplan con los estándares de calidad deben ser más estrictas y aplicarse de manera más frecuente. No basta con exigir mejoras; es necesario que las sanciones económicas sean lo suficientemente severas como para obligar a las empresas a ac tuar. Conclusión: un cambio esencial para los consumidores Los panameños merecen un servicio de telecomunicaciones de calidad y accesible. La situación actual es insostenible, y el gobierno debe actuar de inmediato para abrir el mercado a nuevos actores y aumentar la competencia. Solo así podremos acabar con este monopolio que afecta directamente a los usuarios y fomenta la ineficiencia. Es momento de que las autoridades escuchen el clamor de los ciudadanos y tomen las medidas necesarias para proteger a los consumidores. La sensación generalizada es de estar atrapados en un sistema que no ofrece alternativas. Si los consumidores están insatisfechos con un proveedor, no hay muchas opciones viables para cambiar. Las empresas que dominan el mercado ofrecen un servicio igualmente deficiente, lo que genera una sensación de impotencia entre los usuarios. EL AUTOR es abogada Impulsando la innovación en la manufactura panameña ‘Hecho en Panamá’ Roberto Chen [email protected] Queridos lectores, como panameño orgulloso, quiero presentarles un concepto importante: fortalecer la idea del Hecho en Panamá e integrar en ella el concepto de empresas de alta tecnología. Panamá es un país hermoso y diverso, con abundantes recursos naturales y una ubicación única. Sin embargo, nuestro desarrollo económico depende en gran medida de los bienes importados, lo que nos enfrenta a diversos desafíos. Creo que, al fortalecer la mentalidad manufacturera panameña y construir empresas de vanguardia, podemos lograr prosperidad económica y liderar la innovación. Primero, echemos un vistazo a la situación actual en Panamá. Nuestra economía se basa principalmente en el turismo, los servicios financieros y los ingresos del Canal. Aunque estas industrias han traído cierto crecimiento, todavía enfrentamos la alta dependencia de los bienes importados, lo que no solo vulnera nuestra economía ante las fluctuaciones de los mercados internacionales, sino que también limita nuestra capacidad de innovar y crecer. Necesitamos urgentemente cambiar nuestra forma de pensar, pasando de importar a fabricar localmente e integrando el concepto de empresas de alta tecnología. Entonces, ¿por qué deberíamos fortalecer la filosofía manufacturera panameña? Primero, las empresas de alta tecnología impulsarán la innovación y el crecimiento económico. Al introducir tecnología avanzada y conocimientos especializados, podremos cultivar más científicos, ingenieros y talentos innovadores, promoviendo el desarrollo tecnológico e inyectando un nuevo impulso a la economía. Además, estas empresas mejorarán nuestra competitividad internacional. Al fabricar productos y servicios de alta calidad y alto valor agregado, podremos conquistar más participación en el mercado global y obtener mayor reputación y beneficios para Panamá. ¿Cómo implementaremos la idea del “Hecho en Panamá”y construiremos empresas de alta precisión? Necesitamos aumentar la inversión en manufactura local e innovación tecnológica. El gobierno debe formular políticas que promuevan el desarrollo de empresas de alta tecnología. Estas políticas pueden incluir incentivos fiscales, simplificación de procedimientos administrativos y fomento de la investigación y el desarrollo para atraer más inversiones y talento. Al mismo tiempo, debemos fortalecer el sistema educativo, formando más científicos e ingenieros y proporcionando el capital humano necesario para estas empresas. También es crucial establecer relaciones de cooperación con socios internacionales para introducir tecnología avanzada y mejorar nuestras capacidades de fabricación e innovación. Al fortalecer la mentalidad manufacturera panameña y construir empresas sofisticadas, obtendremos numerosos beneficios. Lograremos la prosperidad económica y el desarrollo sostenible, generando más oportunidades de empleo y mejorando el nivel de vida de nuestra población. Asimismo, aumentaremos nuestra competitividad internacional, al ganar participación en el mercado global y obtener más reconocimiento y beneficios. Estimados lectores, fortalecer el pensamiento manufacturero panameño y construir empresas de alta tecnología es clave para nuestra prosperidad económica y para liderar la innovación. Unámonos y trabajemos juntos por el futuro de Panamá. ¡Mostremos con orgullo nuestras capacidades de fabricación e innovación tecnológica, y demostremos la fuerza y el espíritu innovador de Panamá al mundo! EL AUTOR es estudiante universitario Es verdad que existen cambios constitucionales que sí podrían tener efecto inmediato, pero no resulta realista pretender fijar una esperanza excesiva en los cambios constitucionales, como solución mágica de todos nuestros problemas.

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