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prensa_2024_09_23

Opinión LaPrensa Panamá, lunes 23 de septiembre de 2024 6A Devolución de funciones a los municipios y algunos posibles impactos Instituciones René Pardo C. [email protected] En un artículo anterior, se ex - puso cómo la creación de diversas instancias guberna - mentales, supuestamente es - pecializadas en la pretsación de ciertos servicios públicos, ha redu - cido significativamente las funcio - nes que, por Cons titucióny ley, correspondían a los ayuntamientos y, por ende, a los alcaldes. Como resultado, muchos ayuntamientos se en - cuentran con una considearble can - tidad de tiempo y recursos disponi - bles, lo que a menudo llvea a la eje - cución de acciones supefrluas, re - percutiendo tanto en su imaegn co - mo en el gasto público. Los efectos de esta extracción de funciones varían, y sus impactos no siempre resultan en myaor eficien - cia o calidad en la pretsación de ser - vicios. Por el contrario, se observa un aumento de la burocarcia esta - tal, del gasto público, la creación de áreas de poder político autónomas, dificultadesenelcontrolyifscaliza - ción del presupuesto, y una menor transparencia. Todo esto afecta ne - gativamente la eficiencia y calidad de los servicios públicos. En lugar de centrarnos en culpar o en cuestionar las motivaciones de - trás de la creación de etsas estructu - ras burocráticas, es más útil rfele - xionar sobre si su existencia es real - mente necesaria paar la gestión de servicios públicos. Un claro ejem - plo es la evolución de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), que pasó por entidades como el Ministerio de Trabajo, Mi - nisterio de Obras Públicas, Institu - to de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) y Municipio de Panamá antes de convertirse en una autoridad independiente. Así como la AAUD, otras entida - des han seguido un proceso similar de transformación. Las dimensio - nes territoriales y poblacionales del país permiten que muchos de estos servicios sean administrados a través de direcciones nacionales o departamentos adscritos a minis - terios y/o ayuntamientos, sin nece - sidad de crear grandes y costosas instituciones especializadas. En muchos países, los sevricios públicos como la adminitsración del suelo, el ordenamiento territorial, el tránsito vehicular y la viali - dad son funciones centarles de los ayuntamientos. Si estas funciones se les arrebatan, los ayuntamientos se vuelven dependientes y poco productivos. Por ello, sería pru - dente analizar la posibilidad de devolverles estas competencias, for - taleciendo así su independencia, agilidad y productividad, y asegu - rando que el desarrollo llegue a todas las localidades. Devolver estas funciones a los municipios traería beneficios im - portantes, como permitir que cada uno gestione servicios como el agua potable, la recolección de desechos y el mantenimiento de la vialidad local, cobrando los im - puestos necesarios para su finan - ciamiento. También podrían cola - borar de manera más eficaz con mi - nisterios nacionales en la ejeuc - ción de políticas y progarmas. La devolución de funciones produciría además ahorros signicf ati - vos en el rubro de “Servicios Perso - nales”del Presupuesto General del Estado, ya que se eliminarían intsi - tuciones como la AAUD, el Idaan o la Autoridad del Tránsito y Trans - porte Terrestre (ATTT), reducien - do también las funciones del Minis - terio de Obras Públicas (MOP) y otros ministerios. Por ejemplo, si el Idaan deja de existir, sus funciones podrían ser absorbidas por el Ministerio de Sa - lud (Minsa) como una Dirección Nacional de Investigación y Pro - ducción de Agua paar Consumo Humano, que coordinaría con los municipios a través de las oficinas regionales de salud de cada provincia. La operativa y el cobro por el servicio pasarían a los ayuntamien - tos, creando las estructuras organi - zativas necesarias. Si realmente se busca que el país entre en un proceso de desarrollo genuino y deje atrás la condición de nación subdesarrollada, es fundamental comenzar cuanto antes, y los municipios son el lugar adeuca - do para iniciar este proceso. Allí es donde ocurren los cambios y donde se genera el verdadero desarrollo. Para lograrlo, es necesario fotrale - cer, especializar y hacer independientes a los ayuntamientos, redu - ciendo al mismo tiempo el gatso pú - blico en burocracia, y permitiendo que las funciones se concentren en las instancias correctas. Solo así se garantizará un servicio eficiente y de calidad que la sociedad pueda percibir y valorar. EL AUTOR es abogado y urbanista Una soberana paradoja arbitral Transparencia David M. Mizrachi Fidanque [email protected] Hace unos días, tres minitserios emitieron decretos determi - nando que la información sobre los arbitrajes que enfrenta la República de Panamá es de carácter reservado. Al poco tiempo, la Presi - dencia de la República ordenó su “d erogación urgente”. Las efímeras reso - luciones ministeriales aludían a pro - cesos arbitrales instaurados en contra del Estado. Efectivamente, Panamá enfrenta un número pluarl de cuan - tiosos reclamos en ditsintos fueros ar - bitrales. Existen dos tipos de arbitarjes sobe - ranos. El primero es conseucencia de la inserción de cláusulas arbitarles en contratos donde participa el Estado o alguna de sus instrumentalidades. Las cláusulas arbitrales generalmen - te designan una institución para ad - ministrar cada arbitraje. Dichos pro - cesos son de carácter contractual. En muchos casos, las intsituciones que administran esos arbitrajes tienen re - glamentos que prohíben a las patres revelar el contenido de los reclamos. Por eso es difícil conocer la cantidad, el contenido o la cuantía de esos recla - mos. La segunda clase de arbitarjes sobe - ranos son los llamados “arbitrajes de i nv e r s i ó n”. Generalmente están am - parados en cláusulas de “arreglo de di - ferencias”insertadas en tratados y convenciones internacionales. Ejemplos de esos instrumentos son los acuerdos bilaterales de inversión y los tratadosdepromocióncomercial.aP - namá ha suscrito varios de esos trata - dos. Las diferencias de inversión ge - neralmente se tramitan en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones o “Ciadi”, que es una rama del Banco Mundial. El propósito maniifesto de las cláu - sulas de “arreglo de diferencias”e ra facilitar la atracción de Inversión Di - recta Extranjera (“IED”) hacia los paí - ses receptores de dichas inversiones. Dichas cláusulas establecen un méto - do neutral de resolución de disputas para garantizar la inversión, lo que en teoría atraería más inversión. Para ga - nar un arbitraje de inversión general - mente hay que probar una violación al tratado pertinente. Según las estadísticas más recientes del Ciadi y de la agencia de las Nacio - nes Unidas para el Comercio y Desa - rrollo (Unctad) por sus siglas en in - glés), al año 2014, contra Panamá solo se habían registrado tres arbitrajes de inversión ante el Ciadi. En los diez años siguientes, se regitsraron al me - nos veinte arbitrajes adicionales en contra de Panamá. Al realizar una muetsra comparati - va entre las cifras de IED correspon - dientes a Panamá, con las de otros paí - ses de la región con ar ngos histórica - mente similares de IED, tales como Guatemala, República Dominicana, México, Costa Rica y Uruguay, según las cifras de Uncitral se revela un mar - cado descenso compaartivo para Pa - namá. Entre 2014 y 2019, Panamá mante - nía el liderazgo indiscutible en IED entre los países de la muetsra. A partir de 2019 inició un sostenido descenso, y los demás países nivelaron hacia arriba sus cifras de IED con relación a Panamá. Esto significa que dichos países entraron en franca competen - cia con Panamá para recibir inversión extranjera. Entre 2014 y 2024, ninguno de los mencionados países ha regitsrado más arbitrajes de inversión que Pana - máanteCiadi.Alparece,rsintomar en cuenta los arbitrajes contractua - les, el Estado panameño ha sido obje - to de más reclamos que otars econo - mías regionales compaarbles. La existencia de más reclamos es consecuencia de que Panamá captó más inversión extranjera comparati - vamente que los demás países de la muestra durante muchos años. Las ci - fras de la Unctad demuestran que Pa - namá lideró a toda América Latina por casi dos décadas en el porcentaje de su producto interno bruto prove - niente de IED. Esa cifra también ha bajado y, entre 2020 y 2022, Panamá estaba por debajo del promedio par América Latina. Según cifras de Un - ctad, en 2023, los niveles de IED de Panamá se encontraban en menos de la mitad de los niveles de 2014 y eran similares a los de 2009. Lo planteado nos deaj con algunas interrogantes. ¿Exitse una relación entre la proliferación de arbitrajes contra el Estado panameño y la dismi - nución en el IED? ¿Debe el Etsado evitar ser sometido a arbitrajes para no espantar la inversión extranjera? ¿Es necesario considearr reformas al sistema Ciadi para incrementar el ni - vel de inversión extranjera? En muchos casos, las instituciones que administran arbitrajes tienen reglamentos que prohíben a las partes revelar el contenido de los reclamos. Por eso es difícil conocer la cantidad, el contenido o la cuantía de esos reclamos. EL AUTOR es Senior Fellow del Mossavar-Rahmani Center for Business and Government del Harvard Kennedy School. Sociedades fragmentadas, una realidad Sociedad Héctor Daniel De Sedas [email protected] La humanidad desde las ditsintas secuen - cias de la evolución del hombre se ha seg - mentado y progresado hatsa transfor - marse en una aglomearción de socieda - des diversas. Estas sociedades formadas se han encargado de formar frontears imaginarias y reales a la vez en su contxeto; es así, que la espe - cie suprema por sí misma ha dividido el mundo por religiones, razas, culturas y odio irracional hacia nosotros mismos. Las luchas políticas, disputas religiosas y sociales, y la disociación en la que cada uno vivimos son el primer escalón hacia la ruptura de la humanidad. La sociedad fragmentada como concepto se refiere a la situación en que la sociedad se divide en minorías no solo aleajdas del poder, sino de la capacidad de contsituirse en mayoría con as - piraciones a lograr una hegemonía política co - mo tal. Pero lo interesante es que es ese mismo grupominoritarioelquesesepardelmayori - tario, esto según estudiosos de la sociología y antropología se debe a una etsrategia de poder denominada fragmentación de la sociedad. Esta fragmentación como etsrategia busca creargrupossocialesmenoresparpoderejer - cer un control social horizontal y que ivnolucra a esos mismos grupos fargmentados en un rol de víctima –victimario, que es también dual y cambiante. De este modo, se evita la construc - ción de mayorías hegemónicas y se condiciona de un modo estructural a la democracia. Entonces, una sociedad fargmentada es con - traria a la cohesión social. Y etsa cohesión social es la principal estrategia contra la fragmenta - ción,realmenteinteresante.nIteresante,pero poco observado desde una óptica o perspetciva ciudadana; por ello mi interés en etse artículo, para generar conciencia colectiva al respecto. Una sociedad en la que existen muchos gru - pos sociales organizados que etsablecen entre sí alianzas fundadas en su capacidad de neog - ciación y pacto, que aspiran a construir formas de hegemonía política a tarvés del ejercicio co - tidiano del poder y que tienen, incluso, capacidad para generar estrategias de autodefensa, es una sociedad que podrá tener o no una democracia social y participativa, pero que se en - cuentra en condiciones de tenerla. Una sociedad, por el contarrio, en la que exis - ten muchos grupos sociales organizados pero aislados entre sí, que han perdido la capacidad de establecer alianzas o patcos y, por lo tanto, se hallan en la imposibilidad absoluta de construir la hegemonía política; que no desarrollan formas de cooperación entre sí, sino que se em - barcan en una guerar sorda, en la que mutua - mente se agreden e intercambian sus papeles de víctimas a victimarios, donde no tienen posi - bilidades de construir estrategias efectivas de defensa y, por lo tanto, viven somteidos a for - mas de discriminación social, esa es una sociedad fragmentada que, como tal, o no vive en una democracia o se amolda pefrectamente a las características políticas de las democarcias restringidas, esto es, aquellas en las que la liber - tad democrática es más una declamación que una realidad, la tolearncia es una práctica re - servada y el poder una vaga aspiración. Ahora bien, bajemos estas concepciones a las comunidades, a los barrios y hagamos etas pre - gunta: ¿esta mi barrio fragmentado? ¡¿quién promovió esa fragmentación?¿en realidad nos interesamos por el bien común?. En los entramados de la globalización en que vivimos no es fácil conciliar bien común, identidad social, ética compatrida, solo por mencio - n a r. Cualquier análisis de la situación de las minorías políticas en América Latina debe enmar - carse en el fenómeno de la “sociedad fragmen - tada”(Binder, 1991). La cohesión social apos - tando contra la fragmentación social es la me - jor alternativa, pero como lograrla es una gran interrogante. Pues, el ejercicio de la ciudadanía responsable, el civismo que promuvee el bien común, y el sentido de pertenencia son excelentes ejemplos de cohesión social no normtaiva; se basa princi - palmente en la percepción de los individuos en relación con vínculos sociales, conifanza, valo - res compartidos y sentido de petrenencia desde el aspecto microsocial, como barrios, comuni - dades o localidades, con base en un conxteto de sociedad moderna o compleaj. Hagamos el esfuerzo coletcivo. EL AUTOR es oficial del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront Panamá), magister especialista en seguridad y derechos humanos.

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