Bienvenido suscriptor
Perfil Cerrar sesión
Iniciar Sesión
Registro

prensa_2024_09_22

7A LaPrensa Panamá, domingo 22 de septiembre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La opinión de Hilde Paradojas de la conducta humana Contradicciones Néstor Sosa [email protected] La palabra paradoja es una de mis favoritas y se emplea para algo que es contrario a la opinión común, una idea extraña, con alguna contradicción lógica, pero cuyo contenido es verdadero. Existen numerosas paradojas en Lógica, en Matemática, en Estadística, en Biología, en la Física y en muchas otras ramas del conocimiento. Algunas son muy conocidas como la paradoja del mentiroso, que puede verse en la afirmación: “Un hombre dice que está mintiendo. ¿Lo que dice es verdadero o fals o? ”. Otra de mis favoritas es la famosa paradoja del cumpleaños: “En un grupo de solo 23 personas, existe una probabilidad mayor de 50/50 de que dos de ellas celebren su cumpleaños el mismo día”. Esta última afirmación, aunque parece increíble y no intuitiva, es totalmente verídica y los lectores escépticos pueden buscarla en internet y ver cómo se hace el cálculo. Y hasta existen paradojas humorísticas, por ejemplo: “To d o s sabemos que los gatos caen siempre sobre sus cuatro patas, y también es comúnmente aceptado que una tostada con mantequilla cae siempre con la mantequilla hacia abajo. ¿Pero qué pasaría si le amarramos una tostada con mantequilla en el lomo a un gato y lo lanzáramos desde una gran altura? ¿Caería el gato de espaldas, para obedecer las leyes de la física que rigen al pan con mantequilla o en sus cuatro patas como todo gato que se dé a respetar? Pero el tema que realmente quiero tocar está más relacionado con las paradojas de la conducta humana. Existen diversas situaciones que por más que uno las analice, parecen contradictorias. La razón o explicación de muchas de las cosas que hacemos, ya sea como individuos o como sociedad, se pierden en los millones de años que tenemos de evolución como especie, y a simple vista resultan paradójicas. Por ejemplo, para mí es más o menos incomprensible cómo podemos darle más importancia a la satisfacción de un deseo o placer transitorio aun a sabiendas de las consecuencias potencialmente destructivas de hacerlo. El turista que hace bungee jumping en un lugar exótico y con dudosas normas de seguridad, el fumador empedernido que sabe que los pulmones se le irán al traste más temprano que tarde, o la sociedad consumista que sigue generando gases de efecto invernadero, aunque la ciencia nos ha demostrado lo que esto va a causar, porque es más cómodo andar en auto que caminar o montar en bicicleta. Es también curioso cómo valoramos mucho más el entretenimiento que la salud. Basta comparar el ingreso de Lionel Messi o Bad Bunny con el de Katalin Karicó o Drew Weissman, estos dos últimos, ganadores del Premio Nobel por sus descubrimientos sobre la vacuna de ARN que salvó millones de vidas durante la pandemia. Solo el hecho de que yo tenga que explicar quiénes son Karicó y Weissman y que muchos sepamos quiénes son los dos primeros es simplemente paradójico. Y es también sorprendente cómo supra valoramos eventos muy improbables, pero potencialmente cercanos en el tiempo, e infra valoramos certidumbres futuras. Por ejemplo, compramos billetes de lotería con frecuencia, pero no ahorramos o invertimos lo suficiente para nuestra jubilación. La lotería solo favorece a unos cuantos suertudos, pero de que nos viene a todos la vejez eso está garantizado. Siempre y cuando no nos llamen al más allá antes de tiempo. Y nuestros gobiernos, por otro lado, se gastan millones en organizar carnavales, o una cumbre de presidentes, pero no arreglan los problemas actuariales del Seguro Social y la atención de salud de los que no tienen tantos recursos. También me llama la atención cómo los jóvenes, que tienen toda una vida por delante son aficionados a las actividades peligrosas como el motociclismo, sexo sin protección, uso de drogas, paracaidismo por mencionar algunas. Pero cuando uno va para viejo, se vuelve cobarde, conservador y comedido. La lógica diría que un octogenario no tiene tanto que perder si se rompe la cuerda del bungee , después de todo ya ha bailado bastante, pero no es fácil encontrar a un viejito haciendo esas locuras. Pero el colmo es que, para ser criaturas pensantes y racionales, los Homo sapiens somos muy dados a creer cualquier cosa. Hemos medido la circunferencia de la Tierra, dominado el átomo, visitado la Luna e inventado el TikTok; pero también creemos fervientemente en seres imaginarios, nos comemos cualquier cuento y estamos plagados de tabúes y sesgos cognitivos. Y eso sí, no nos cuesta mucho pelear a muerte contra quien no acepte nuestras creencias, especialmente si la pelea trae algún beneficio económico, por supuesto. En fin, estoy seguro de que algún día, cuando le pregunten al módulo de inteligencia artificial más avanzado, qué opina de la humanidad, responderá instantáneamente y con una sola palabra: paradoja. EL AUTOR es médico. La razón o explicación de muchas de las cosas que hacemos, ya sea como individuos o como sociedad, se pierden en los millones de años que tenemos de evolución como especie. Aumentar las penas a los delitos por corrupción Administración pública Jorge Armando Chang Villarreal [email protected] La administración pública busca gestionar de forma correcta los recursos del Estado con la finalidad de realizar una distribución equitativa de los mismos. No obstante, cuando los funcionarios no cumplen con su mandato constitucional y legal, se cometen acciones que pueden enmarcarse dentro de conductas delictivas que afectan el patrimonio de la cosa pública. Los delitos contra la administración pública buscan evitar, desde la óptica del Derecho Penal Preventivo y Punitivo, la comisión de acciones delictivas que afecten el correcto desarrollo del buen gobierno. Por ello, tanto la rendición de cuentas como la transparencia son principios rectores de este tipo de delitos. Para la comunidad internacional y los ciudadanos es cada vez más común consternarse por los altos niveles de corrupción. En consecuencia, se han generado normativas internacionales y adecuaciones jurídicas internas que tratan de disminuir esta mala praxis, realizada por algunos servidores públicos. Los delitos de peculado en la administración pública tienen por objeto la protección de la correcta gestión administrativa del Estado. Por ello, su estudio y desarrollo son de vital importancia para la sociedad. Al analizar este concepto, debemos indicar que la administración pública está conformada por un conjunto de órganos y entidades del gobierno estatal, autónomo o local, que sirven con objetividad a los intereses de la colectividad y se rigen por el principio de legalidad para el correcto manejo de la función pública. En el Código Penalpanameño se establecen varios tipos de delitos contra la administración pública. Sin embargo, muchos de estos son insuficientes, con penas muy bajas, lo que conlleva a la aplicación de penas sustitutivas en vez de una verdadera certeza del castigo, evitando que quienes cometen estos delitos de corrupción vayan a la cárcel. Al analizar los delitos de corrupción de los servidores públicos, citamos a la autora española Malem Seña, quien expresa lo siguiente: “(…) La democracia es una forma reglada de ejercicio de poder. Su forma representativa descansa, en último término, en la confianza de los ciudadanos. Estos confían en que las decisiones gubernamentales estarán guiadas por la honestidad y por la búsqueda del bienestar general (…)”. En los últimos años han sido escandalosas las desapariciones de bienes del Estado, cuyos paraderos se desconocen y cuyas investigaciones no han arrojado resultados claros. Entre los casos más notorios figuran la desaparición de puentes, estatuas, el águila harpía, fondos de la mina y de la descentralización, y más recientemente las 600 vigas. A veces me pregunto, ¿qué está pasando con nuestra sociedad? ¿Por qué permitimos que estos actos de saqueo de los bienes públicos se normalicen? Abogo por un aumento significativo de las penas por delitos de corrupción, así como por su imprescriptibilidad, de modo que las personas que se apoderen de los bienes del Estado puedan ser investigadas en cualquier momento y no se utilice el término de prescripción como un escudo para la impunidad. EL AUTOR es profesor de la Universidad de Panamá. Fondos perdidos, vigas y estatuas que se desaparecen. ¿Qué está pasando con nuestra sociedad? ¿Por qué permitimos que estos actos de saqueo de los bienes públicos se normalicen?

RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjQ5NQ==