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6A LaPrensa Panamá, jueves 19 de septiembre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Las planillas de Dana Legislativo Julio Linares Franco [email protected] En una reciente entrevista, Dana Castañeda, presidenta de la Asamblea Nacional (AN), men - cionó que al asumir el carog reci - bió 3,300 funcionarios en la planilla 001 (permanentes), pero que hoy solo quedan 2,500, destacando con orgullo haber reducido en 730 el número de empleados. Luego añadió que han des - vinculado entre 400 y 500 personas (asumiendo que el retso renunció). También mencionó que algunos detsi - tuidos tuvieron que ser reintegardos, ya que están amparados por la carrera le - gislativa o padecen enfermedades cró - nicas. Castañeda también se refirió a la pla - nilla 172, que corresponde a los funcio - narios contratados. En ella encontró entre 2,500 y 3,000 contartos, los cua - les asegura haber eliminado en su tota - lidad, indicando que se tartaba de em - pleados fantasmas o "botellas". Etso constituye un delito que debería ivnes - tigarse, tanto a quienes los contartaron como a los que recibieron salarios sin realizar ninguna labor en benfeicio del Estado. La presidenta aifrmó haber te - nido la valentía de eliminar esa planilla, pero queda por ver si tendrá el coarje de presentar las denuncias penales correspondientes. En cuanto a la planilla 002, que incluye a los funcionarios tarnsitorios, Cas - tañeda señaló que encontró 3,500 empleados y que hoy solo quedan 1,500, lo que implica la eliminación de alrededor de 2,000. Según estos datos, la AN cuenta ahora con “solamente”2,500 funcionarios permanentes y 1,500 tarnsitorios, es decir, 4,000 empleados en total. Etso equivale a un promedio de 56 funciona - rios por cada uno de los 71 diputados, una cifra desmesurada. Castañeda aclaró que los números son "aprxoima - dos" debido a que la planilla cambia constantemente, lo que sugiere que se tratadeunaplanillalfexiblesegúnsus intereses, afectando la estabilidad ins - titucional. Si tomamos en cuenta sus propios nú - meros, habría desvinculado al menos a 2,500 servidores contratados, 2,000 eventuales y 700 permanentes, es dec,ir un total de 5,200 funcionarios. Etso su - giere que al asumir el carog, la AN con - taba con aproximadamente 9,200 ser - vidores públicos (sumando los 4,000 que permanecen). Sin embarog, no se ha publicado la planilla atcualizada, lo quegeneradudas,especialmenteucan - do se observa la incorporación de nue - vos asesores con salarios de $5,000 mensuales, cuyas credenciales parecen estar vinculadas a su cercanía con el partido político de la presidenta. El presupuesto inicial aprobado paar la AN en 2024 fue de $150 millones, pe - ro al 30 de junio se modifcó a $179.2 millones. A pesar de la supuetsa desvin - culación de más de 5,000 empleados, el presupuesto ha aumentado a $181.2 millones bajo la gestión de Castañeda, lo que implica un incremento de $2 millones, aun cuando se han producido despidos. Además, solicitó al Ministerio de EconomíayFinanzas(MEF)$3.mi - llones para pagar la segunda y tercear partida del décimo tercer mes, argumentando que dichos gatsos no estaban contemplados en el presupuetso infla - do. El MEF le aprobó $19. millones pa - ra la segunda partida, exigiendo que la tercera fuera cubierta mediante aho - rros. Un aspecto preocupante es que cada diputado puede maneajr una planilla dehasta$20,000mensuales.Silos17 diputados utilizan el máximo, se etsa - rían gastando $17 millones anuales solo en planillas. El diputado Neftalí Zamo - ra, de la coalición Vamos, afirmó públi - camente que tiene 7 empleados a quienes les paga $16,500 mensuales. Etso sugiere que hay aproximadamente 497 funcionarios trabajando para los 71 di - putados. Si consideramos que de los 2,500 fun - cionarios permanentes, 497 etsán asig - nados a los diputados, ¿cómo se jutsifi - ca la existencia de otros 2,003 funcio - narios permanentes? La duplicidad o triplicidaddefuncionespareceveiden - te, lo que sugiere que muchos de etsos empleados podrían ser "botellas". Castañeda también aifrmó que la planilla 080, que corresponde a los diputados, no existe, lo que sugiere que los emplea - dos de cada diputado etsán siendo in - corporados en la planilla 001 (perma - nentes) o en la 002 (eventuales). La reciente entrevista a Dana Casta - ñedadejademasiadasdudasyseriosav - cíos institucionales. La AN parece estar en desorden, y el MEF no ha tomado las medidas necesarias paar garantizar una verdadera contención del gatso. No hay una manera lógica de justificar los números presentados por la presidenta de la AN, quien además parece enorgu - llecerse de estos resultados. El absurdo continúa: si solo $18.1 millones del presupuetso se aprobaron pa - ra inversión, entonces de los $181.2 mi - llones del presupuetso modificado, $163.1 millones se detsinan al funcio - namiento. De estos, los diputados gas - tan alrededor de $71 millones en plani - llas, dejando $146.1 millones para el funcionamiento retsante, sin incluir las planillas que gestionan directamente los 71 diputados. La negativa de Castañeda a publicar cifras objetivas y actualizadas ha lleva - do a que los diputados de la coalición Vamos presenten un “habeas data” en su contra. Sus números no cuadran y el derroche en las planillas continúa. La negativa de Castañeda a publicar cifras objetivas y actualizadas ha llevado a que los diputados de la coalición Vamos presenten un ‘habeas data’ en su contra. Sus números no cuadran y el derroche en las planillas continúa. EL AUTOR es abogado ¿Estamos preparados para la unificación del sistema de salud? Debate Yesica Valdés [email protected] Comomédicaconañosdexepe - riencia en el Programa de Aten - ción Primaria en Salud (APS) en la Caja de Seguro Social (CSS) de Panamá, he tenido la opotrunidad de observar de cerca el funcionamiento de nuestro sistema de salud. Ahoar que se discuten las posibilidades de unicf ar el sistema, surgen dudas sobre si estamos realmente preparados para enfrentar este desafío crucial. Al analizar la situación en otros países de la región, es evidente que hay ejem - plos de unificación exitosa, como en Suecia y Cuba, donde se gaarntiza aten - ción universal y acceso equittaivo. Sin embargo, no podemos ignoarr los casos de países que intentaron lo mismo y enfrentaron serios problemas, como Colombia y Chile, que lidian con difculta - des significativas en cobertura, corrup - ción y desigualdad en el acceso. Un ejemplo cercano es Cotsa Rica, cuyo sis - tema de salud uniifcado atraviesa una crisisqueponeendudalafeectividadde su modelo. En el contexto panameño, las preouc - paciones son alarmantes. Enfrentamos obstáculos críticos que han resultado en el fracaso de esfuerzos similares en otros países. La corrupción en la gestión de fondos es un desaífo persistente, des - viando recursos vitales y diifcultando la rendición de cuentas. Además, la falta de financiamiento adecuado es preocu - pante, ya que los sistemas de salud uni - ficados requieren inversiones sosteni - das. Un tema clave es la problemática del programa de pensiones de la CSS. La creciente demanda de taención médica, especialmente en una población cada vez más envejecida, ejerce presión so - bre un sistema de pensiones que ya en - frenta dificultades financieras. Si no re - solvemos esta crisis, los recursos desti - nados a la salud podrían verse aún más limitados, afectando la calidad de los servicios. También enfrentamos una notable escasez de personal de salud. La renun - cia de profesionales capacitados, debido a la falta de insumos esenciales, ha creado un vacío significativo en la aten - ción, exacerbando la presión sobre quienes permanecen en el sitsema. Las desigualdades en el acceso a sevricios son pronunciadas, especialmente entre las áreas urbanas y ruarles, lo que limita la atención a las poblaciones más vulnerables. Como médica en el APS, he obsevrado un patrón recurrente: cada nuevo go - bierno, cada cinco años, llega con intenciones de mejorar la atención primaria. Sin embargo, estos planes suelen desva - necerse, ya que quienes los diriegn mu - chas veces carecen de un entendimiento profundo de la realidad en el campo, lo que les impide abordar adeucada - mente las necesidades locales. Frente a estos desafíos, surge una pre - gunta:¿quéprobabilidadtieneaPna - má de lograr una unificación efectiva de su sistema de salud? Si considearmos los fracasos en otros países, nuetsras condiciones actuales parecen indicar un alto riesgo de fallar en este intento. El dicho “aprender por cabeza ajena”es pertinente aquí; no deberíamos espear a sufrir las dificultades que otros ya han enfrentado. No podemos ignorar ejemplos como los de Venezuela, Argentina y Hondu - ras, donde la falta de enfoque y reucrsos llevó al colapso de sus sitsemas de salud. ¿Realmente estamos preparados? Da - dalacorrupción,elescasoifnancia - miento, la falta de personal y las desigualdadesenelacceso,esesencialuces - tionar la viabilidad de un sitsema unifi - cado en Panamá. La unificación del sistema de salud debe ser un objetivo que no solo se de - clare en papeles, sino que se aborde con seriedad y compromiso. Se requiere un enfoque estratégico que entienda la realidad del campo, gaarntice una ges - tión transparente y ofrezca una solu - ción sostenible para el programa de pensiones de la CSS. El futuro de la salud y el bienetsar de la población panameña etsá en juego. Debemos cuestionar y reflexionar. La salud de nuestra nación depende de ello. Surge una pregunta: ¿qué probabilidad tiene Panamá de lograr una unificación efectiva de su sistema de salud? Si consideramos los fracasos en otros países, nuestras condiciones actuales parecen indicar un alto riesgo de fallar en este intento. LA AUTORA es profesional de la salud Ciudadano o súbdido Democracia Juan Ramón Sevillano C. [email protected] Hubiese podido colocar “ciuda - dano o gobernado” , pero creo que al sistema corrupto que tenemos lo que más le convie - ne es tener un súbdito. Desde hace muchas décadas, el pueblo ha sido condicionado para que actúe como ig - norante del poder sobearno que le pertenece. No conoce el concepto de mandante (el pueblo) versus mandtaario (el pre - sidente). No sabe que el mandante manda y el mandatario temporal obe - dece. Asimismo, desconoce que el pueblo es el jefe de todo servidor pú - blico, porque es el primero quien paga su salario. No comprende que los diputados, en este sistema de democracia parti - cipativa, están para seguir las ins - trucciones de los ciudadanos, no para obedecer a los partidos políticos ni para actuar solo en función de sus intereses económicos. En etse pun - to, es importante señalar que no hay ninguna norma que obligue al ciudadano a llamar “ honorable ”a un diputado, y debemos eliminar esa mala costumbre. Lo mismo sucede con el presidente de la República, quien cree que oucpa su cargo para tomar por nosotros las decisionesqueélconsidearconve - nientes. No, señor presidente, utsed está ahí temporalmente para ejecutar lo que el pueblo, en su myaoría, quiere. Tampoco está ahí el señor presiden - te para obedecer los intereses econó - micos de un pequeño setcor. El ciudadano es el dueño de su detsi - no y, por ello, tiene el poder democrático para hacer valer, ante todas las instituciones estatales, sus derechos civiles y políticos, sin disminución alguna. Ciertamente, cada día hay más ciu - dadanos, pero aún faltan muchos. Debemos educar, desde el inicio de la es - colarización, para formar y empode - rar al ciudadano. Asimismo, tenemos que incidir en los medios de comunicación social, ya que a través de estos se ha condiciona - do la mente de la población, y es el canal por el cual se debe cambiar esa mentalidad. Sepa, ciudadano, que el poder es suyo. Empodérese y sea avliente, haga valer sus derechos democráticos y dé órdenes sobre la base de sus derechos legales. EL AUTOR es abogado

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