7A LaPrensa Panamá, miércoles 11 de septiembre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Seguro Social: soluciones atrevidas Iniciativa José F. Vega Meneses [email protected] Entre tantas propuestas que se presentan para enfrentar el reto de salvar la Caja de Seguro Social (CSS), al final todas terminan en variantes de dos acciones principales: medidas paramétricas (aumento de cuotas y/o aumento de la edad de jubilación) o subsidios del Estado. Como dijo el presidente de la República, José Raúl Mulino, hay que ver quién va a pagar la fiesta. Puesto que las medidas paramétricas son ampliamente rechazadas, lo más probable es que la decisión se incline por desembolsos millonarios donde todos los ciudadanos, incluyendo a los no asegurados, sean los que tengan que asumir el costo. Después de todo, allí está el dinero del Canal, ¿no es así? Este enfoque parte de la premisa de que hay que “salvar ”la Caja tal como la conocemos hoy, pero no necesariamente tiene que ser así. Son dos, principalmente, los problemas que aquejan a la CSS: El fondo de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) es deficitario y se agrava cada año. Los servicios de salud son insuficientes debido a la falta de insumos, medicinas, personal e infraestructura. La Ley Orgánica de la CSS o Ley 51 de 2005 establece varias fuentes de financiamiento para los diferentes componentes del sistema, algunas de las cuales ni siquiera están siendo recibidas en la Caja. Sin embargo, la mayor fuente de ingresos es la cuota obrero-patronal, compuesta por una suma equivalente al 22% del total de salarios pagados a los trabajadores cotizantes. Este 22%, al ingresar a la Caja, se divide en 13.5% para el IVM y 8.5% para los servicios de salud. A manera de ilustración, si el salario promedio de los trabajadores fuera de B/1000.00, la Caja recibiría B/220.00 por cada trabajador y destinaría B/135.00 al IVM y B/85.00 a los servicios de salud. Ni uno ni otro alcanzan para cubrir las prestaciones que los usuarios esperan. Bastaría con comparar estas cifras con los costos de un seguro privado que cubriera todos los servicios como lo hace la CSS, para darse cuenta de que es una utopía. Comencemos por aceptar que la razón de ser primaria de la CSS es garantizar un ingreso mínimo a las personas que han contribuido al sistema de IVM durante una cantidad de años y que han optado por la jubilación, o que han quedado impedidas de continuar trabajando y deben ser pensionadas. Así pues, ¿si la totalidad de la cuota obrero-patronal (22%) se destinara únicamente al IVM, podría ser esta una forma viable de sostener el IVM a futuro, siempre que el Gobierno aporte ahora lo necesario para reiniciar desde un punto de partida saneado? Aun así, ¿se requeriría de algún otro aporte anual por parte del Estado? He aquí una tarea para los actuarios. En cuanto a los servicios de salud, desafortunadamente se ha hecho creer a los cotizantes que con sus cuotas han pagado el derecho a cubrir sus necesidades de salud y las de sus dependientes, pero esto no es así, ni resiste el más somero análisis. La gran mayoría de los asegurados no son conscientes de que sus expectativas no son realistas y que el Estado subsidia los sistemas de salud de la CSS con dinero extraído del Presupuesto General del Estado, dinero que debería favorecer a todos los ciudadanos por igual, no para mantener una estructura de salud que privilegia a unos en detrimento de otros. Pero solo unas cuantas voces se atreven a decir esto, para no caer en desgracia con la opinión pública. Así, al destinar la totalidad de la cuota obrero-patronal al financiamiento del IVM, el personal médico y de apoyo, infraestructura, laboratorios, y demás componentes del sistema de salud de la CSS deberían pasar a manos del Ministerio de Salud (Minsa), para que cumpla con su deber constitucional de proveer salud igual para todos, y este, a su vez, compensar a la CSS por los activos que reciba. Esto eliminaría la duplicidad de funciones actual, terminando con un sistema en el que los ciudadanos no cubiertos por la CSS no tienen acceso a las mismas atenciones que los demás. Obviamente, esto implicaría una reestructuración del Minsa, pero esa es su obligación. Este artículo no pretende ofrecer una solución total al problema. Solo nos hemos referido a las cuotas que aportan trabajadores y empleadores para simplificar el debate. Otros aspectos deben ser considerados: El IVM está integrado por dos subsistemas: uno exclusivamente de beneficio definido (el original) y un subsistema mixto que combina ahorro personal con beneficio definido. ¿Deberían unirse o continuar separados? Los riesgos profesionales y los subsidios por maternidad son eventos que probablemente deban añadirse a la cobertura del IVM, con sus propias fuentes de financiamiento. La dinamización del cobro a los patronos morosos. Es ridículo que la Caja no sea capaz de aplicar sanciones y cobrar por vía ejecutiva un porcentaje razonable de la millonaria morosidad. Muchos otros puntos deben ser escrupulosamente analizados para impedir que continúen las malas prácticas que han permitido la acumulación de problemas. La Caja ahora sería, más que nada, similar a una compañía de seguros con gastos de administración significativamente reducidos. Respecto a las otras fuentes de financiamiento que la Ley contempla, habría que decidir qué destino darles: ya sea trasladarlas al Minsa o ingresarlas a la caja común del Es tado. ¿Estará nuestro Presidente dispuesto a tomar este tipo de decisiones? Considerando el costo político, no lo creo, pero aquí dejo mi opinión, por si puede servir para aquellos que buscan una solución real al problema. EL AUTOR es jubilado de la antigua Zona del Canal. CSS, al borde del colapso total Mala gestión Joaquín E. Carrasquilla L. [email protected] Las administraciones pasadas y la actual de la Caja de Seguro Social (CSS), que está por concluir, han llevado a la entidad a una situación caótica debido a la forma en que se han administrado los fondos en las adquisiciones de bienes y servicios (en informática, mil millones de dólares). A pesar de esta inversión, la entidad sigue siendo ineficiente, con el nombramiento de funcionarios en la parte administrativa que, en muchos casos, carecen de la capacidad necesaria y son designados únicamente para cumplir compromisos políticos. En el área de la salud, hay una falta de médicos especialistas, insumos, equipos y voluntad para brindar un buen servicio. Los jubilados están obligados de por vida a pagar una cuota a la CSS, pero, a cambio, reciben un servicio deficiente. Algunos empleados y médicos atienden a los asegurados sin la debida amabilidad, de forma apresurada y sin cortesía. Se limitan a preguntar los síntomas e inmediatamente recetar algún medicamento que, en muchos casos, no se encuentra en la farmacia de la CSS, que sufre un continuo desabastecimiento. Las operaciones están afectadas por la “mo - ra quirúrgica”, lo que puede demorar meses y, a veces, años. Algunos médicos incumplen sus horarios y se retiran antes de tiempo, con la excusa de haber atendido al número de pacientes que les corresponde. Sin embargo, en sus clínicas privadas, atienden con cortesía y realizan una buena revisión física, muy diferente a la que practican en la CSS. He escuchado a funcionarios de la salud a través de los medios de comunicación hablar sobre la desaparición misteriosa de inventarios. La junta directiva de la CSS, en muchos casos, no cumple con su rol de velar por los intereses de los asegurados. Hay que tener claro que estas acciones están llevando a la entidad a un colapso total, que no solo afectará a los asegurados, sino a todos los panameños, ya que la CSS es la columna vertebral de la economía del país. Tenía razón el exdirector Juan Jované cuando manifestó que, debido a los cambios introducidos por la Ley 51, se había condenado a muerte el sistema solidario y que habría una generación de cotizantes que no lograría jubilarse. También mencionó la necesidad de realizar correctivos para salvar la CSS. Recientemente, ha manifestado que cuenta con un proyecto para salvar la CSS y regresar al sistema solidario sin la necesidad de modificar las paramétricas. Con relación a la Ciudad Hospitalaria, tengo información de que cuenta con equipos muy costosos y de alta tecnología, además de una gran cantidad de camas en las salas, incluyendo cuidados intensivos. Sin embargo, está funcionando a un 20% de su capacidad debido a la falta de especialistas y técnicos de la salud. Muchos pacientes se ven obligados a retornar al Complejo porque hay más personal, aunque estas instalaciones no son las más adecuadas, ya que existe hacinamiento, con hasta seis pacientes por cuarto, y la limpieza no es la más apropiada. Esperamos que el nuevo director, Dino Mon, solucione las dificultades que enfrenta la CSS y que realmente se humanice tanto a los funcionarios que atienden al público como a los médicos, para que el eslogan “humanizándonos” sea verdaderamente efectivo. Los asegurados y el pueblo deben estar alerta para que los cambios a realizar respondan a sus intereses y no impliquen ningún tipo de privatización. Evitemos el colapso total y ¡salvemos la CSS! EL AUTOR es exdirector de Contrataciones Públicas Ay mi Caja…del Seguro Social Propuesta Rubén Acoca [email protected] En el periódico La Prensade su edición del 7 de septiembre de 2024 se publica un artículo en el que se menciona que el presidente de la República ha concluido sus rondas de consulta sobre la Caja del Seguro Social (CSS). Hay que reconocer el esfuerzo del mandatario: está enfrentando al problema con determinación, dando la cara. Viendo su verdadero interés en resolver la situación, creo que los ciudadanos también tenemos algo que aportar. Yo contribuiré mi granito de arena con este artículo de opinión. Hay un refrán que dice: “Si no está roto, no lo arregles”. Pareciera no aplicar a la situación de la CSS. Permítanme explicar. A mí me gusta reducir todo a su mínima expresión, lo cual ayuda a resolver más de un problema, conflicto o malentendido. ¿A dónde quiero llegar con esto? Creo que, en su esencia, la estructura de la CSS debería funcionar bien. Lo que sugiero es que aquellos encargados de salvarla partan de esta premisa básica: ¿cuál es la ecuación que permite que un sistema como la CSS sea viable? A partir de ahí, es más fácil analizar las ramificaciones de los programas de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y otros manejos que, a lo largo de los años, han afectado la estabilidad de la CSS. También hay que evitar ser ingenuos respecto al problema. Los panameños, especialmente los de cierta edad, sabemos que en la historia de la CSS ha habido casos de mal manejo de fondos. Para ser francos: un par de maleantes disfrazados de honestos y correctos saquearon la CSS. Hay muchos ejemplos de robos en la CSS desde su inicio. Algunos más notorios que otros. ¿Necesito dar ejemplos? Fentanilo desaparecido, lotes vendidos por intereses privados. ¿Más? Me imagino que La Prensapuede proporcionar un artículo bien detallado. En fin, el hecho es que la CSS era tan viable económicamente que se convertía en una tentación, como sirenas en el mar encantando a marineros. Esta historia pesa sobre el nuevo problema de la CSS: la estructura socioeconómica ha cambiado radicalmente y sigue evolucionando. Es inevitable. Así como ocurrió la revolución industrial, estamos en medio de una revolución digital que afecta las estructuras comerciales, laborales, educativas y sociales. Como dicen en inglés: “Pick your poison”(escoge tu veneno). Cualquier tema que escojas se ve afectado por esta revolución. Incluso en esta evolución, un sistema puede funcionar bien. Frente a la revolución que estamos viviendo, me atrevo a sugerir, queriendo mantener la edad de jubilación donde está, que consideremos una cuota extraordinaria. Si como panameños tenemos un verdadero interés en rescatar la CSS y el programa de IVM, esa es una alternativa que deberíamos evaluar. Un cálculo muy crudo, estimando un déficit de $673.5 millones al cierre de 2023 (cifra del artículo del 7 de septiembre), dictaría la siguiente fórmula y mecanismo: si somos 1.6 millones de trabajadores activos, eso significa que, si dividimos la deuda entre todos, cada uno tendría que aportar $425. ¿El mecanismo para recolectar la cuota extraordinaria? Que se aporte un año de décimo tercer mes o lo necesario para cubrir el aporte requerido. Las empresas lo descontarían como cualquier otro aporte al fisco. Dije que es un cálculo crudo. Quizá la división sea entre 1 millón de trabajadores. ¿Cuántos somos los que aportamos a la CSS? ¿Quizá sea un aporte extraordinario de $500? ¿Quizá, en vez de un aporte total del décimo tercer mes, pueda ser un monto fijo, o porcentual, o dentro de una escala? Me parece que esta idea debería estar en la mesa de opciones de quienes buscan salvar la CSS. Imagino que tienen otras opciones también. Ahora, digamos que hacemos un aporte de cuota extraordinaria. Es crucial que se implementen los mecanismos necesarios para evitar que continúen saqueando la CSS. Sería catastrófico que los panameños aportemos una cuota extraordinaria y que se la roben o que la caja siga siendo mal administrada y permanezca en déficit. Tenemos el ejemplo del nuevo alcalde. Hay que ser operativos y efectivos con lo que tenemos disponible. Si toca reducir gastos, que se haga. Pero seamos honestos, y por eso mencioné al principio que hay que reducir el esquema a su mínima expresión. Puede que para algunos el tema de una cuota extraordinaria suene radical. Desde mi perspectiva, como residente en un PH, el concepto es bastante común. Cuando hay que pintar el edificio y la cuota regular no alcanza, se recolecta una cuota extraordinaria. Sería bueno hacer un referéndum para que los panameños elijan entre un par de opciones cuál es la más popular para implementar: aumentar la edad de jubilación o sanear la estructura implementando mecanismos para asegurar un buen manejo de recursos. Aumentar la edad de jubilación tampoco puede verse como la panacea de las soluciones. Si seguimos con una CSS mal administrada, nos vamos a tener que jubilar a los 100 años. Finalmente, sugiero que, si de verdad existe un interés genuino por rescatar la CSS y sus programas de IVM, se establezca una plataforma (digital) en la cual los ciudadanos puedan aportar más ideas. Quizá la mía termine siendo la menos viable frente a otras ideas que, por ahora, están quedándose estancadas en las mentes de algunos brillantes ciudadanos que solo necesitan un canal para expresar sus propuestas. EL AUTOR es ciudadano Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores.
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