6A LaPrensa Panamá, miércoles 11 de septiembre de 2024 Al grano Flor Mizrachi Angel [email protected] Si hay algo en lo que son hábiles los políticos es en estrategia. Analicemos el ejemplo de las conferencias semanales del presidente Mulino. Objetivamente, son una movida inteligente. No es positivo: es súper positivo que Mulino hable. Es un buen ejercicio de rendición de cuentas y de transparencia. Él sabe llegarle al panameño en su idioma, se siente cercano, habla directo, parece molestarle lo que nos molesta a todos y se proyecta como un tipo genuino. Dar la cara es valioso siempre, pero sobre todo después de un gobierno en el que el presidente se perdía por meses. Y además, eso no le cuesta al Estado los millones que se han gastado los últimos gobiernos en autobombo. Y políticamente hablando le está dando resultados. Como llega todas las semanas con una noticia, está marcando la agenda de debate en los medios y en la opinión pública. Otra vez, aplauso. Pero sí hay algo a lo que prestarle atención, y es el reto que representa eso para los periodistas. El reto de buscar las noticias, no solo quedarse con la que les da el gobierno. Primero porque esa es su razón de ser. Y segundo, porque ellos divulgan solo los chanchullos que afectan a los gobiernos de sus opositores. Y eso es manejable por un tiempo…La pregunta es si Mulino será igual de crítico cuando se trate de los funcionarios que él nombró. Por ejemplo, ¿por qué salió Arturo Vallarino de Sinaproc? ¿Por transparencia no debería decirlo? ¿Con qué criterio eligió, por ejemplo, a los cuestionables notarios, o a Marylín Vallarino como gobernadora, o a Andrés Farrugia y a Roberto Linares? No habló de la compra de las laptops ni de su apoyo abierto a Bolo Flores. Ni fue igual de duro con Nicaragua como con Venezuela. Ni ha cuestionado la diaria violación a los convenios de asilo desde esa embajada. Por eso son tan importantes las preguntas de los periodistas que van a esas conferencias, en las que por cierto dedican el mismo tiempo que a contestar los mensajes de personas que no se identifican y que muchas veces abordan temas secundarios a la agenda nacional. Y, obvio, eligen las preguntas light. Las fáciles. Y luego, los periodistas terminan preguntando por lo que contestó el presidente a “ropa varonil”(sí, ese era el usuario de un ciudadano que citaron la semana pasada) y no cuándo se van a publicar los auxilios económicos de Martinelli y de Martín. Porque de nuevo, publicar los de Nito y Varela es fácil. Otra vez. El reto para los periodistas es aprovechar ese espacio para hacer las preguntas agudas, las que tienen que hacerse, las que incomodan. El discurso de Mulino el 5 de mayo fue una catarsis de barricada con ataques directos. Pero después, tuvo dos discursos en los que destacó el respetocomoloqueélquería que distinguiera a su gobierno. Eso lo ha ido olvidando. El respeto se ha ido perdiendo con respecto a quienes no están alineados con él y eso es un rasgo autocrático. Lo vimos ordenando por X suspender una licitación del Seguro y pidiéndole al contralor no refrendar nada, cuando tanto el Seguro como la Contraloría deben ser entidades autónomas. Son posiciones que comparte la mayoría de la población, pero son autocráticas. Recuerden el mazo de Martinelli. Todo el mundo lo aplaudió y después... También llamó chiquillos a los diputados de Vamos por no apoyar a Dino Mon. Uno coincida o no con ellos, es su derecho votar según sucriterio. El consenso se construye,noseimpone.Nopueden ser buenos cuando lo apoyan, pero “chiquillos que están eligiendo de qué soga ahorcarse”cuando no. Y menos si pide un diálogo abierto y franco. Para la bajada la pelota rebota. El tema era el Seguro, y el epíteto desvió la atención. Ese día habló de la compra de unas perforadoras por $10 millones que ya van por $1.6 millones. La imprecisión en esos temas es delicada. Si el presidente pone un tema en agenda, debe estar lo suficientemente informado como para que lo que diga quede claro. Generar expectativas y dejar cabos sueltos lo hará, al final, cultivar el descrédito. Por cierto. Mulino dijo que no perseguirá, pero que nutrirá con información al MP para que investigue. Más allá de lo legal, porque lo es, ¿eso no es lo que ellos llamaban procuraduría paralela? ¿Ya está bien lo que con Varela estaba mal? Así que presidente, aplausos otra vez. Pero ojo a lo que debe corregir para que la buena idea sea sostenible y yusted no acabe como víctima de su propio ejercicio. Panorama ¿Cómo gestionar el ION y el Hospital de Cancerología sin duplicar recursos? El Hospital de Cancerología, en la Ciudad de la Salud, se espera que comience a funcionar en octubre próximo, ya que están en los trámites para obtener las licencias de operación. PACIENTES DE CÁNCER Aleida Samaniego C. [email protected] En 2007, se planteó por primera vez la urgente necesidad de construir un nuevo Instituto Oncológico Nacional (ION), una promesa que los pacientes de cáncer y sus familias han escuchado repetidamente durante los últimos 17 años, pero que aún no se ha materializado. Mientras tanto, el actual Oncológico, ubicado en la antigua sede del Hospital Gorgas, en el corregimiento de Ancón, sigue enfrentando desafíos que son cada vez más insostenibles ante el aumento constante de la demanda. El ION, diseñado para atender a un número mucho menor de pacientes, ahora se encuentra desbordado. Desde la entrada principal, el hacinamiento se hace evidente: pasillos que en su momento fueron pensados para el tránsito de personas hoy se han convertido en improvisadas salas de espera. Pacientes y familiares pasan horas esperando una atención que no llega tan rápido como se requiere debido al número de pacientes. Los consultorios, reducidos en espacio, apenas tienen capacidad para los equipos necesarios, y la sala de quimioterapia, sobrecargada, ya no puede responder a la demanda diaria. Cada rincón del hospital refleja lo que muchos consideran una promesa incumplida. El nuevo Hospital de Cancerología: ¿solución o nuevo reto? Frente a esta realidad, las autoridades de salud han señalado al Hospital de Cancerología Dr. Adán Ríos, ubicado en la Ciudad de la Salud de la Caja de Seguro Social (CSS), como una alternativa para aliviar la carga del ION. Este nuevo hospital, que comenzará a operar a partir de octubre, está destinado a atender a los pacientes asegurados, quienes representan el 80% de la población tratada en el ION. No obstante, el objetivo es brindar atención a los asegurados y no asegurados que lo requieran en su momento. Sin embargo, su apertura también enfrenta desafíos. El ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, ha reconocido que la puesta en marcha del Hospital de Cancerología está siendo obstaculizada por la falta de personal, lo que obliga a la transferencia de profesionales del ION al nuevo centro. De hecho, el director del Hospital de Cancerología de la CSS es el radio-oncólogo Oduardo Ortega, quien comenzó a trabajar en el ION en 1995. Ortega indicó que el hospital atenderá a nuevos pacientes con cáncer y, con el tiempo, también recibirá a los pacientes asegurados que actualmente están en el I O N. En este hospital, contaremos con radioterapia externa, braquiterapia y los aceleradores lineales que utilizaremos son de última generación. “Esto permitirá que un mayor porcentaje de pacientes tenga una mejor respuesta a los tratamientos con menos efectos secundarios”, señaló Ortega. Duplicidad de esfuerzos Esta situación pone de manifiesto un problema que trasciende la simple apertura de nuevas instalaciones. ¿Cómo gestionar dos instituciones oncológicas sin duplicar esfuerzos y recursos? Aquí es donde surge una discusión sobre la viabilidad de unificar los servicios, una idea que gana terreno entre expertos y autoridades. La unificación no solo facilitaría la atención, sino que también haría más eficiente el uso de los recursos, algo crucial en un sistema de salud que ya enfrenta limitaciones económicas. El exviceministro de Salud, Carlos Abadía, propone un cambio de paradigma. Según su planteamiento, es imperativo eliminar la distinción entre asegurados y no asegurados, y avanzar hacia un sistema de atención universal. “No podemos continuar con la discriminación entre panameños”, afirmó. Para Abadía, el objetivo es lograr un sistema equitativo y democrático, donde todos reciban el mismo nivel de atención, sin importar su estatus dentro del sistema de seguridad social. Además, enfatizó que duplicar instalaciones y servicios sin una planificación adecuada es ineficiente. El ejemplo más claro es la reciente inauguración parcial del Hospital de Cancerología, que, si bien representa una oportunidad, aún carece del personal y equipo necesarios para operar a plena capacidad. Por otro lado, el Ministerio El Insituto Oncológico Nacional ya no cuenta con espacio suficiente. Isaac Ortega de Salud también está considerando la construcción de otro hospital oncológico. En ese sentido, el viceministro propone una planificación más cuidadosa que maximice los recursos disponibles. “La atención en salud es costosa, y si no optimizamos los recursos, no tendremos los fondos suficientes para cubrir las necesidades”, advirtió. No es solo el sistema de salud el que está en juego. Los pacientes, quienes son los más afectados por estos problemas, también expresan sus preocupaciones. Algunos de ellos, especialmente los tratados en el ION, temen ser trasladados a la CSS, debido a la conocida sobrecarga y problemas administrativos que afectan a esa institución. Abadía es consciente de estas inquietudes y subraya que el sistema debe garantizar la misma calidad de atención en todas las instalaciones. “La confianza debe ser igual en cualquier centro de salud ”, señaló, reafirmando la necesidad de una unificación en la atención bajo una política única y con el apoyo financiero del Estado. Las voces de los pacientes: una esperanza de cambio Alicia Luaces, presidenta de la Asociación Nacional de Pacientes de Quimioterapia, comparte una perspectiva más optimista sobre la apertura del Hospital de Cancerología. Según ella, la incorporación de cuatro aceleradores lineales para radioterapia, junto con los cuatro ya existentes en el ION, reducirá significativamente el tiempo de espera para iniciar los tratamientos. “Actualmente, los pacientes esperan hasta dos meses para recibir radioterapia. Esta nueva infraestructura reducirá esos tiempos y mejorará la calidad de vida de quienes luchan contra el cáncer ”, afirmó. Por su parte, Enma Pinzón, paciente crónica y presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermedades Críticas, Crónicas y Degenerativas, a título personal, defiende la unificación del sistema de salud, pero con una salvedad. “Estoy de acuerdo con la unificación, siempre que sea dirigida por el Instituto Oncológico Nacional, manteniendo su independencia. El ION ha demostrado ser un modelo exitoso de atención oncológica en Panamá”, sub ray ó . Un futuro en construcción La situación del ION y el nuevo Hospital de Cancerología refleja tanto los retos como las oportunidades que enfrenta el sistema de salud panameño en términos de oncología. Si bien la construcción de nuevas instalaciones es un paso adelante, lo fundamental es que estas sean parte de una estrategia más amplia y coordinada que responda a las necesidades actuales y futuras de los pacientes, concuerdan las fuentes consultadas. La unificación del sistema y la eliminación de las barreras entre asegurados y no asegurados son ideas que, según expertos como Abadía, no solo mejorarían la equidad en la atención, sino también la eficiencia del uso de los recursos. Pero más allá de las promesas, lo que los pacientes esperan es una solución real y urgente que les brinde la atención de calidad que tanto necesitan y merecen.
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