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8A LaPrensa Panamá, martes 20 de agosto de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La juventud en la innovación tecnológica en Panamá Desarrollo Rances Tello [email protected] En la era digital, la innovación tecnológica se erige como un motor esencial para el desarrollo económico y social global. Las economías más avanzadas han demostrado que la integración y la creación de nuevas tecnologías no sólo impulsan la productividad, sino que también elevan la calidad de vida de sus habitantes. América Latina, en consonancia con esta tendencia, está viendo un incremento significativo en el interés por la tecnología y por la innovación. Esta región, con su potencial para la automatización y para la optimización de procesos, enfrenta una oportunidad única para transformar su panorama social y económico. En este contexto, la demanda de innovación tecnológica en América Latina se vuelve cada vez más crucial. La búsqueda constante de soluciones automatizadas y eficientes para adaptarse a las circunstancias cambiantes no sólo es vital para el desarrollo personal y social, sino también para el progreso integral de la región. Sin embargo, surge una pregunta fundamental: ¿cuál es el papel de nuestra juventud ante estos avances tecnológicos? En Panamá, más de 6,600 estudiantes se presentan cada año a los exámenes de ingreso universitario en carreras tecnológicas, según la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP). Esta cifra refleja una generación de jóvenes con un potencial innovador considerable, listos para aportar nuevas ideas que podrían revolucionar el país. La cuestión reside en cómo canalizar y aprovechar este talento emergente, promoviendo lo que denomino “Tecnología con propósito”. La pregunta crucial es: ¿cómo podemos garantizar que estas ideas no se queden en el olvido? A pesar de las diversas oportunidades disponibles para los jóvenes, como lo son los proyectos de incubación universitaria y los programas de emprendimiento, muchos enfrentan barreras significativas. Los obstáculos económicos, que limitan el acceso a financiación para desarrollar ideas, y las deficiencias en el apoyo institucional, que restringen el crecimiento de los proyectos, son desafíos persistentes. En un país con un gran potencial, estas barreras se ven exacerbadas por una estructura educativa que no siempre satisface las demandas tecnológicas actuales, al no ofrecer en no pocas ocasiones ni los espacios ni los recursos humanos ni técnicos esenciales. Como observa Satya Nadella, CEO de Microsoft, “Los jóvenes son los verdaderos innovadores. Ellos crecen con la tecnología y la ven como una herramienta para cambiar el mundo. Debemos empoderarlos y brindarles las oportunidades para que puedan desarrollar todo su potencial”. Para abordar estas necesidades, es esencial fomentar iniciativas que incluyan la colaboración entre empresas privadas y entidades internacionales. Facilitar la participación de los jóvenes en convocatorias externas y promover su formación como investigadores en conjunto con la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) son pasos fundamentales para desencadenar su potencial. Además, es imperativo que se establezcan políticas públicas que integren la tecnología en el currículo educativo y que se promueva una cultura de innovación desde edades tempranas. A pesar de que Panamá se encuentra en el Top 10 regional según el Índice Mundial de Innovación 2023 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y ocupa la posición 84 a nivel mundial, aún hay margen para mejorar y alcanzar una mayor relevancia internacional. Esta posición es un testimonio del progreso logrado, pero también un llamado a la acción para avanzar aún más. Es imperativo que el gobierno, el sector privado y las instituciones educativas colaboren para construir un ecosistema que nutra la innovación y el avance tecnológico. Invertir en programas de formación, ofrecer incentivos fiscales para startups y fortalecer las alianzas internacionales son acciones cruciales para que nuestros jóvenes puedan florecer y posicionar a Panamá en un lugar destacado en el escenario global de la innovación. La juventud panameña posee un potencial vasto y una creatividad inigualable. Es hora de que unamos esfuerzos para proporcionarles las herramientas y el respaldo necesario, permitiéndoles no sólo soñar con un futuro mejor, sino también materializarlo. La “Tecnología con propósito”no debe ser un mero ideal. Debe convertirse en una realidad imperiosa para el desarrollo sostenible de nuestro país. Sólo así podremos asegurar un futuro competitivo para Panamá en el escenario internacional de la innovación. Los jóvenes son los verdaderos innovadores. Ellos crecen con la tecnología y la ven como una herramienta para cambiar el mundo. Debemos empoderarlos y brindarles las oportunidades para que puedan desarrollar todo su potencial. EL AUTOR es egresado del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana La feria, la mina y la lectura Cultura Pedro Crenes Castro [email protected] Hay cifras que no representan más que eso, y eslóganes que no son más que trampas mentales para hacernos creer lo que no existe (algunos lo llaman con acierto mitificación), y hay aprovechados y populistas (los vamos a llamar populeros para diferenciarlos de lo político) que se dedican a sentirse ofendidísimos, cambiando la necesaria pedagogía por demagogia. La Cámara Panameña del Libro se equivocó vendiéndole un estand a la “mina”. Algunos dijeron que esta “patrocinaba ”la Feria, demostrando ignorancia o maldad, socavando la reputación de un evento que no pertenece a quienes ahora presiden la Cámara y la organizan. Personas preparadas y preocupadas por el país renunciando a ser pedagogos para ser demagogos, constatando que Panamá, por mucho que nos empeñemos, no lee. Y entre la mina y la feria, la lectura y la literatura descendiendo a sus cotas más bajas. Otra vez, miles de personas (cantidad) comprando libros de dudosa entidad literaria, con galas para premios nacionales brevísimas, encapsuladas, y otras deficiencias de fondo que presagian que hemos llegado a un fin de ciclo cultural en nuestro país. Necesitamos con urgencia una renovación, y prueba de ello es la “rec tificación”del “alcalde ilustrado”so - bre los premios literarios, sin dar la cara o de cara a la galería, para quitarse presión. Se calla por miedo a no salir en la foto, pero el deterioro de las instituciones culturales hace peligrar esa foto. Estamos siendo un destino, un escenario, y no un país al que se toma en serio en materia cultural: 50 mil dólares y un ascenso por boxear (Atheyna Bylon, eres un gran ejemplo) demuestra que en este país, del presidente para abajo, se desconoce el enorme esfuerzo que ha llevado a escritores, cineastas y artistas a destacar a nivel internacional. Pero un populero ve el bonche de gente y monta un fiestón o regala chen chen, porque no lee y se aprovecha, porque lo fácil son las cifras: lo difícil es leer, ser cultos. EL AUTOR es escritor Los falsos idóneos en Panamá Estudios superiores Emilio Messina [email protected] En el mundo del “titulismo”en Panamá, cada minuto cuenta, no por estar en un aula de clases física o virtual quemando neuronas, sino por obtener un diploma a toda costa, disponible a una llamada de distancia o una compra en línea, buscando la seguridad que otorga un buen tarjetazo. Basta con hacer un ejercicio en la weby la oferta diseñada para producir analfabetas titulados supera la capacidad de elección de los usuarios de estos servicios, quienes sueñan con ser grandes eruditos y profesionales sacados de un mágico sombrero. Incluso, como se demostró recientemente en la Asamblea Nacional, no se requiere de un bronceado en Hawái para que te llamen doctor, y como en la película Charlie y la fábrica de chocolates de 1991, controlar la producción de doctores en serie siempre será un desafío. En ocasiones, cuando el prestigio de lo que queremos aparentar supera lo que realmente somos, aparece el síndrome del autodenominado Rey del Pop. El marketingso - bre nosotros mismos no depende de quiénes somos o de nuestros resultados, sino de lo que contamos a los demás sobre nosotros. Y cuando la ficción contrasta con nuestro relato, podemos superarlo titulándonos. No somos lo que estudiamos; el estudio solo pule nuestros dones y talentos. Sin embargo, con la tecnología, la proliferación de títulos de dudosa reputación se ha vuelto un mal endémico en nuestro país. Basta recordar cómo en 2023, por 500 o 600 dólares, imprimían títulos y créditos de reconocidas universidades nacionales, lo que constituye un delito contra la fe pública en la modalidad de falsificación de documentos. Recientemente, en el hermano país de Ecuador, hackers registraron 366 títulos universitarios falsos en las bases de datos del sistema informático de la Secretaría Nacional de Educación, por un costo promedio de mil dólares. Y no faltaba más, por unos pesos adicionales, obtenías un PhD por 10 mil dólares. En este y muchos otros casos, el precio del paquete puede incluir la entrada a la base de datos, registrar el diploma y créditos, crear una vida universitaria en asociaciones estudiantiles y, si subes la apuesta, te certifican Summa Cum Laude. ¡Qué maravilla, todo lo que el dinero puede comp ra r ! Sin menospreciar la labor que realizan el Ministerio de Educación, el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria de Panamá., el Ministerio Público y, en alguna medida, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Panamá debe reforzar aún más la depuración de los charlatanes titulados en el sector académico, instituciones del Estado y la empresa privada. Nadie quiere ser atendido por un médico como el recordado caso de 2015, en donde el Consejo Técnico de Salud del Ministerio de Salud observó que el famoso pediatra no estaba asociado a ningún número de idoneidad profesional, ni como especialista ni como médico. Tampoco por el grupo de graduados de medicina de México acusados penalmente en los años 90. O, ¿quién quiere vivir en un edificio diseñado y construido por una de las 42 personas que ejercían de manera ilegal las profesiones de ingenieros y arquitectos con títulos fraudulentos que fueron suspendidos por la Junta Técnica de Ingenieros y Arquitectos (JTIA) en 2018? O si tu libertad física depende del escrutinio de un letrado jurídicamente analfabeto, ejerciendo como magistrado durante 16 años con un título falso de una universidad colombiana e impartiendo justicia. Lo anterior demuestra la vulnerabilidad de nuestro sistema, lo que no mejorará mientras cada panfleto, folleto o tríptico se califique como producción intelectual para ganar puntos en algún concurso o base de datos. Estaremos siempre un paso atrás de las demandas de la economía del conocimiento. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en un informe de 2022 sobre títulos falsos, encontró entre sus hallazgos clave que alrededor del 30% de las universidades en línea son instituciones fraudulentas y se originan en países con regulaciones laxas en educación superior. La Asociación Internacional de Registradores y Oficiales de Admisión Universitaria (AACRAO) estimó en 2023 un aumento del 20% en intentos de presentar títulos falsos en procesos de admisión y empleo, en comparación con 2022. Una investigación publicada por la revista Forbes en 2023 reveló que en Estados Unidos, 7.600 enfermeras obtuvieron sus certificados en empresas que falsifican estos documentos, solo para citar un ejemplo. Cada vez encontramos más indicadores de alta concentración, como la posesión de muchos títulos por una misma persona. Aunque es perfectamente posible, algunos estudiosos de la integridad académica piensan que no es normal, y coincido. En 2023, un estudio del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (CHEA) en Estados Unidos presentó estadísticas sobre la prevalencia de títulos falsos en el mercado laboral estadounidense, estimando que existen más de 3,000 sitios web que ofrecen títulos falsos no acreditados en profesiones como la medicina y la ingeniería, revelando que el 25% de las instituciones de educación superior en el país han detectado intentos de admisión con títulos falsos en los últimos cinco años. En este contexto, urge mejorar nuestra salud académica, y esto es responsabilidad de todo el ecosistema empresarial, institucional y académico, donde ser laxos ya no es una opción. Podremos decir que es un debate importante, pero no prioritario; sin embargo, es la manifestación de un problema recurrente: la baja calidad de la educación en Panamá. Muchas personas al leer este artículo se pondrán nerviosas. Imagino que vivir en la zozobra y a la sombra en un país tan competitivo como Panamá, con el miedo a ser descubierto, puede ser muy difícil. Aunque sé que, si apretamos los controles, la verdad de muchos saldrá a la luz. Cuando se trata de la vida, la salud, la educación y la libertad física de un panameño o panameña, esta mala práctica, aparte de ser un delito ya tipificado en la ley vigente, se convierte en una terrible violación de los derechos humanos e incluso en un problema de seguridad nacional. Si superamos las famosas dobles y triples titulaciones de imprentas digitales que algunos profesionales exponen como mazo de barajas, tal vez en el juego de la vida te salga o no el joker, que puede ser tu salvador o tu perdición, la suerte o tu ruina. Porque un analfabeto con título de garaje no es más que un riesgo para la seguridad pública del país. “Operación Panamá: diploma seguro”, para mañana es tarde. EL AUTOR es sociólogo

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