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4B LaPrensa Panamá, lunes 5 de agosto de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Vamos, no fallen en esta hora crucial Movimiento político Roberto Rolando Rodríguez [email protected] ¿La conducta de Vamos va por buen camino? ¿Es oportuna? Tanto es así que ya comenzaron las opiniones en contra con el objetivo de debilitar este proyecto político. Sin duda alguna, es la coalición que se encamina a liderar la verdadera oposición en el país, renovando con ello la participación de los jóvenes en la vida política. Nadie le tira piedras a un árbol que no da frutos. Tal vez su estrategia para los próximos mil días está en cálculo operativo, tomando en cuenta que ya deben contar con inteligencia sobre el tipo de adversario que tienen. Sus adversarios son partidos políticos tradicionales sin software actualizado, que mantienen mañas destructoras del pensamiento popular, al que manipulan cada quinquenio para retener el poder, como lo han hecho desde antes de 1968, con alternancia del poder entre familias. Vamos no es una improvisación. Es un exitoso experimento vivo en las primeras etapas de su desarrollo. Eso es verificable con su ejercicio en las calles bajo un perfil de “sal de las redes”. Para su liderazgo, es un semillero, y esto es lo que preocupa a esa clase que, aludida por la corrupción, se ha puesto en alerta, al punto que las sirenas que escuchan los empujan a esconderse en los túneles de refugio del poder actual, pensando que hasta allá no llega el brazo largo del cambio y la justicia que la juventud aspira para el país. Sacudir esta estructura política tradicional no es tarea fácil; es un choque difícil porque implica reconocer un virus que no ha muerto y resiste como un parvovirus, diferente al covid-19. Las pasadas elecciones del 5 de mayo de 2024 no fueron una experiencia agradable para los partidos tradicionales. La derrota de todos juntos, incluyendo al más reciente y mayor votado en las urnas, ha jugado un papel de colaborador, integrando una alianza de conveniencia gubernamental donde hay perros salvajes, tigres, leones, alacranes y serpientes venenosas bajo un solo domador. En la calle sugieren tomar por consejo aprender a convivir con ese grupo político aliado por conveniencia y fracasado, y hacer valer que la juventud está activa y la cuerda les da una ventaja y la perspectiva de la verdadera oposición para el cambio, y sus adversarios derrotados, que no pueden constituirse en opositores por su entrega sin pudor. Vamos está llamado a jugar un papel opositor importante, y mientras juegan ese papel, los que agonizan tal vez recurran al único recurso que les queda: aniquilar con falacias políticas el proyecto llamado Vamos con recursos sospechosos. No fallen en este momento crucial. EL AUTOR es periodista No hay que esperar por las actas Venezuela Sergio García Rendón [email protected] Propongo que cualquier discusión de hoy sobre Venezuela y el régimen de Nicolás Maduro se haga primero a la luz del debate entre democracia y autoritarismo, porque es mi postura que todos los discursos políticos sobre ese país deben resolver primero el compromiso ético de posicionarse ante esta cuestión. No quiere decir esto que no existan otras cosas por discutir, por supuesto, sino que creo que mal hacemos en hacerlo sin esclarecer nuestra actitud en torno a lo primero, la cuestión democrática. Mi tesis principal al respecto es que en Venezuela ya no existe una democracia, pero no lo digo solamente por los resultados de las elecciones del pasado domingo 28 de julio, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) de ese país presentó un boletín favoreciendo a Maduro, pero sin actas electorales de mesa como soporte, como si pudieras contar votos pero luego no poder decir de dónde vienen. Y no lo digo, tampoco, por los porcentajes y votos presentados en ese primer y segundo boletín del CNE, que resultaron matemáticamente inusuales, casi como si hubiesen decidido un porcentaje y luego encontrasen un número de votos que correspondiera a ellos. Lo digo no solo por esto, repito, sino también porque desde hace más de una década están amenazados a un nivel dramático el conjunto de derechos civiles y políticos que configuran un régimen democrático. Robert Dahl expuso hace décadas que en una democracia uno debe tener un soporte de libertades y derechos que permitan formular las preferencias políticas, manifestarlas y recibir igualdad de trato una vez que las publicita. De nada sirve votar si estoy siendo coaccionado a hacerlo por una de las opciones políticas, o si luego de hacerlo soy castigado por mis preferencias. Atendiendo a esta consideración teórica la democracia venezolana no desapareció con los hechos de la semana pasada, sino que su erosión y el posterior desvío a un régimen autoritario ha venido sucediendo desde hace ya varios años. Existen múltiples reportes sobre el frágil estado de las libertades civiles y políticas de aquellos que no están con el régimen, señalando con detalle la persecución, la tortura y la desaparición forzada como denominadores en común. Ejemplos de ello son este reporte de Humans Rights Watch, y este reporte de Amnistía Internacional, que prueban que en Venezuela ya hace tiempo que puedes pagar con tu libertad y tu vida si disientes con el régimen. Hoy además saltan a la vista las recientes detenciones tanto de manifestantes en contra del gobierno como de testigos electorales del pasado domingo, y el posterior llamado de Maduro a reeducarles y hacerles trabajar de manera forzada. Se anunció también la opción de denunciar a los manifestantes y opositores del gobierno en la misma aplicación de móvil en la que la ciudadanía participa para recibir bonos y ayudas estatales, haciendo que la fuerza pública detenga en sus casas a rivales políticos. AdemásdeelloMaduro,elpresidente de la Asamblea Jorge González y el hombre fuerte del régimen, Diosdado Cabello, amenazaron con detener al candidato Edmundo González y a María Corina Machado, por considerarles incitadores de las manifestaciones ocurridas desde la semana pasada. En adición a esto, en Venezuela no existe una estructura institucional que vele por garantías constitucionales y legales de manera imparcial, ya que el régimen controla todos los poderes del Estado y los usa para su sostenimiento en el poder. En 2015, por ejemplo, la oposición venezolana ganó 112 de los 165 escaños de la Asamblea Nacional, pero como respuesta a ello Maduro denunció fraude en las elecciones, y eventualmente convocó y conformó de manera ilegal una Asamblea Constituyente que usurpó sus funciones. En esa misma dirección de ruptura del equilibrio de poderes, el gobierno decidió anteponer la semana pasada un recurso no contemplado en la ley ante el Tribunal Supremo de Justicia, conformado por militantes chavistas, con el propósito de resolver judicialmente la proclamación de un presidente sin soportes de votos desde el organismo electoral. El punto es que no es acertado esperar a ver qué suceda con el CNE o con el Tribunal Supremo de Justicia para reconocer que el régimen de Maduro ya no funciona dentro de un conjunto de garantías plurales e igualitarias para la toma de decisiones políticas. En este momento el pueblo venezolano atraviesa el drama humano, social y político que ha creado un régimen que no solo prometió un cambio político y terminó hundiendo al país en una condición aún peor que la que existía, sino que le quitó al mismo pueblo venezolano la capacidad de decidir sobre ello, ignorando su demanda en las urnas. Desde hace más de una década en Venezuela están amenazados a un nivel dramático el conjunto de derechos civiles y políticos que configuran un régimen democrático. EL AUTOR es politólogo y director interino del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales AIP-Panamá. La barba de Venezuela en llamas, a remojar la nuestra Libertad económica Bryan Townshend B. [email protected] La situación en Venezuela es el ejemplo máximo del socialismo. Siendo este el mejor exponente cercano de una sociedad sin libertades, cabe analizar dónde estamos nosotros en comparación. Un buen punto de partida para referenciar es el Índice de Libertad Económica 2024 de “T he Heritage Foundation”, una medida científica que puede ayudarnos a entender nuestra posición. Este índice evalúa a 184 países y muestra que la libertad económica está directamente relacionada con mejores estándares de vida, mayor ingreso y menor pobreza, mayor desarrollo humano, innovación y democracia. Países como Singapur, Suiza, Irlanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Países Bajos y Canadá se encuentran en la cima de la lista de 2024. Estos países demuestran que el desarrollo y la prosperidad están estrechamente ligados a las libertades económicas. Comparten economías abiertas, alta calidad institucional, sistemas educativos robustos, innovación tecnológica y políticas que promueven el bienestar social. En contraste, Venezuela es considerado uno de los países menos libres del mundo por el índice debido a un régimen autoritario que restringe libertades civiles y políticas, una economía centralizada que limita la iniciativa privada, una corrupción extendida y la represión de medios de comunicación y opositores. En el contexto local, Panamá ocupa la posición 52 de 184, situándose en una posición intermedia. ¿Cómo podemos interpretar esta posición en términos locales? Durante el gobierno anterior, el costo de los bonos internacionales se duplicó, pasando de tasas entre el 4% y el 6% a un 8%. Para el ciudadano promedio, esto es como si la tasa de interés de su préstamo se duplicara. Imagina que pagabas un interés bajo por tu casa, pero de repente los pagos se duplican, haciendo todo más caro y difícil de manejar. Este incremento en el costo del endeudamiento refleja la disminución en la confianza de los inversores, lo que llevó a una caída en nuestra calificación crediticia. Además, la Inversión Extranjera Directa (IED) en Panamá en el año 2023 cayó un 30.7% comparado con 2022, mostrando una menor atracción de capital extranjero debido a la incertidumbre económica. Esto es similar a un cliente que deja de comprar en su panadería de siempre porque ya no confía en la calidad del pan. Esa pérdida de confianza significa menos ventas y menos ingresos para la panadería, afectando su capacidad de crecer y prosperar. El Índice de Confianza del Consumidor también cayó, reflejando las bajas expectativas sobre la situación económica familiar y el ahorro futuro. Es como si las empresas ya no quisieran innovar y lanzar nuevos productos porque no creen que los consumidores vayan a comprarlos. Sin esa confianza, hay menos inversión y menos oportunidades para el crecimiento económico. Sin embargo, la llegada de nuevos políticos panameños, que surgieron gracias a las libertades políticas del país, ha comenzado a cambiar esta perspectiva. A pesar de los ataques y obstáculos impuestos por los políticos antiguos que se resistían al cambio, la transparencia y el compromiso de estos nuevos gobernantes están revitalizando la confianza internacional en Panamá. La valorización de los bonos del país y el interés de colaboración comercial internacional reflejan un renacimiento económico. A pesar de estos avances, Panamá aún enfrenta retos considerables: la educación rezagada, la corrupción persistente, la informalidad y el desempleo. Sin embargo, estos obstáculos pueden superarse con disciplina, responsabilidad y un firme compromiso con las libertades económicas y políticas. La libertad económica no es solo un concepto abstracto; es el camino hacia un futuro más próspero y equitativo para todos los panameños. Venezuela es considerado uno de los países menos libres del mundo por el Índice de Libertad Económica debido a un régimen autoritario que restringe libertades civiles y políticas, una economía centralizada que limita la iniciativa privada, una corrupción extendida y la represión de medios de comunicación y opositores. EL AUTOR es miembro de la Fundación Libertad

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