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7A LaPrensa Panamá, martes 23 de julio de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. ¡Acabemos con la desigualdad en las comarcas indígenas! Pobreza Hernando Henríquez [email protected] Los especialistas coinciden, con relación a la distribución de la riqueza a nivel global, que América Latina es la región más desigual del mundo. Esta afirmación se hace mucho más evidente cuando hablamos de las desigualdades que afectan a los pueblos originarios. Los expertos han lanzado voces de alerta y han planteado que “t enemos una deuda histórica con los pueblos indígenas”. ¿Y qué hay de nuestra tierra istmeña? El Ministerio de Desarrollo Social (Mides), en su informe de 2017 sobre el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) en Panamá, reveló una realidad preocupante: “Al realizar el análisis por regiones, las comarcas indígenas fueron las que presentaron los mayores índices de pobreza multidimensional. En el caso de la comarca Ngäbe Buglé, el índice se ubicó en 0.514. Entre los principales factores que contribuyeron a esta situación están el logro educativo insuficiente, la precariedad del empleo, el manejo inadecuado de los desechos, el desempleo y el trabajo familiar sin remuneración, y la precariedad de los materiales de la vivienda”. Los datos que presenta la Dirección de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía y Finanzas, con base en la Encuesta de Propósitos Múltiples del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), nos hacen ver que esta realidad no ha cambiado mucho en siete años. En 2024, las estadísticas siguen preocupando a los especialistas en la materia. Evidentemente, la pandemia significó un retroceso para las poblaciones más vulnerables, en especial, las ubicadas en áreas de difícil acceso. El gobierno entrante necesita tomar decisiones puntuales para enfrentar esta realidad. A pesar de los grandes retos que tiene Panamá, hay temas actuales que debemos considerar, debido a su importancia como sociedad, especialmente en el caso de las regiones de difícil acceso. Son cuatro aspectos apremiantes que deben ser considerados en el caso de los pueblos originarios: 1. Inversión en nuevas infraestructuras educativas en las comarcas: En mis últimas visitas a la comarca Kuna Yala, he observado las preocupantes condiciones de las instalaciones en las que los docentes imparten sus clases y las urgentes inversiones necesarias en infraestructura. La educación de calidad comienza con un entorno adecuado para el aprendizaje. 2. Fortalecimiento en la atención a la primera infancia en las comarcas: Aunque Panamá ha trabajado en fortalecer la atención a la primera infancia, ello no se ha extendido lo suficiente a las comarcas. Los primeros años de un niño son cruciales para su desarrollo. Es imperativo que estas regiones reciban el apoyo necesario para garantizar un buen comienzo en la vida de los infantes. 3. Estímulo a la educación intercultural bilingüe: Una de las oportunidades que tiene el país para disminuir las desigualdades en las comarcas es la Ley 88, que reglamenta la Educación Bilingüe Intercultural (EBI). Esta ley, recientemente reglamentada, contempla la importancia de respetar la identidad, la lengua y la cultura de estas regiones a través de la educación. Es fundamental que este proceso integral de educación sea implementado tanto en las regiones comarcales como en las urbanas. 4. Reducción de la brecha digital en los lugares de difícil acceso: Informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) indican que en Panamá persiste una marcada desigualdad en el acceso a computadoras e internet, agravada en las comarcas originarias, donde menos del 10% de la población tiene acceso a estos recursos. Es crucial invertir en tecnología y acceso a la información para estas comunidades. Considerando lo planteado sobre la “deuda histórica con los pueblos i n d í ge n a s ”, nosotros, como ciudadanos, y sobre todo, el Estado panameño, debemos comprometernos a buscar las mejores soluciones para estos pueblos que viven en desigualdad dentro del territorio nacional. Es nuestra responsabilidad respetar su identidad y su lengua mientras trabajamos por un futuro más justo y equitativo para todos. Al realizar el análisis por regiones, las comarcas indígenas fueron las que presentaron los mayores índices de pobreza multidimensional. [...] Los expertos han lanzado voces de alerta y han planteado que “tenemos una deuda histórica con los pueblos indígenas”. EL AUTOR es egresado del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LL AC). Radicales honestos Corrupción Pedro Crenes Castro [email protected] Es cierto: no todo lo que brilla es oro. Pero hay que reconocerle a nuestro “M acho”Camacho (el de la guaracha, busquen la novela) que es capaz de cierta brillantez cuando quiere descalificar. Mucho grito, mucho indignarse hasta la vergüenza ajena para dar con el mejor calificativo, no solo para los diputados de Vamos, sino para cualquier ciudadano de bien en este país: “ra d icales honestos”, una maravilla. La neofobia produce en el afectado una reacción de desprecio contra aquello que amenaza con desestabilizar su “zona de corrupción”, y no olvidemos que esta tiene muchas facetas y no siempre se trata de ser botella o ladrón. Las más de las veces, la corrupción se demuestra mirando para otro lado ante el acto corrupto o propiciando el escenario y los medios para que se produzca. El neófobo es experto en gruñirle a lo que es nuevo porque lo fuerza al cambio, y eso no conviene a su estatus quo, por eso el radicalismo honesto le produce sarpullido. El “Ma c h o ”no quiere ser radical, quiere dar forma a su necedad cepillona el grado de “política”o de “valores políticos”, quiere hacerla pasar por preocupación nacional, por “el pueblo”, cuando no es más que gritadera y pataleo servilista, porque la radicalidad en materia de honestidad requiere de decisiones y actitudes que son totalmente opuestas a lo que él y sus siglas representan: ¡claro que no todo lo que brilla es oro! Como dice la guaracha del Macho Camacho, La vida es una cosa fenomenal, ¡claro que sí!, y más cuando como ciudadano, en ejercicio o no de la política, pretenden insultar llamándote “r adical honesto”. Haremos camisetas, lo escribiremos por las calles, haremos pancartas, sí, somos del movimiento de los “ra d icales honestos”, los que iremos a trabajar todos los días, los que no meteremos la mano en el dinero de todos, los que no gritamos ni rofeamos: somos los que nos mantenemos radicalmente honestos pase lo que pase. EL AUTOR es escritor. ¡Gloria al bravo pueblo! Gobierno Juan B. McKay [email protected] Hace varios años, le comentaba a una amiga, gran luchadora por la democracia venezolana, que se iban a tener que “aguantar ”a Chávez por varios años más. En ese entonces, no me lo creyó y luego vino su deceso. Nuevamente pensaron que la dictadura se acabaría pronto. Se equivocaron otra vez. Al igual que en algunos otros países de América Latina, donde gobierna una izquierda arcaica, rancia, y obsoleta que no refleja el interés de las grandes mayorías, Venezuela no está bien gobernada. Hay diferencias sobre cómo llegaron al poder: por ejemplo, unos a través de una revolución popular, que poco tiempo después se alejó de los principios que predicaban y por los que recibieron el gran apoyo de una buena parte de la ciudadanía. En otros casos, llegaron vía elecciones para luego enquistarse en el poder mediante manipulación, trampa, persecución, muerte y demás “yerbas aromáticas”. No me gusta descalificar a nadie por adelantado, por ello siempre he manifestado que el “populismo de izquierda o de derecha”es igual de malo. Hace algún tiempo, escribí que no entendía por qué en Latinoamérica se nos olvidó el centro. Podemos caminar un poquito a la izquierda o a la derecha, pero sin alejarnos de ese centro que nos produce un cómodo balance. El próximo domingo 28 se realizarán las elecciones en Venezuela, donde los principales protagonistas son el “mal heredero de Chávez”y el “sus tituto”de María Corina. Muchas de las dictaduras (democráticas o no) que pululan por este bello continente han tenido uno que otro líder con inteligencia o por lo menos astucia. Venezuela ha tenido la mala suerte de que el suyo no cuenta ni con una ni con la otra, como lo demuestra casi a diario. Es más, ni siquiera sabe hablar, lo cual es casi imprescindible en quien pretende liderar; y cuando lo hace, por regla general, o miente o mete la pata. Se dice que no sirve ni para seguir las instrucciones que le mandan los que realmente gobiernan en conjunto con la tanda de cubanos que se han tomado la tierra de Bolívar. Su principal contrincante es Edmundo González, poco conocido fuera de Venezuela, pero que ha cobrado una vigencia inimaginable dentro del país a raíz de la injusta descalificación de quien debió haber sido candidata desde hace mucho tiempo, María Corina Machado. Ella se ha erguido como una verdadera lideresa y el más grande dolor de cabeza del actual gobierno. Es tal la preocupación que han generado quienes encabezan casi todas las encuestas “serias” —y resalto serias, pues el régimen ha sacado algunas que ni en DisneyWorld tendrían apego por ellas—que manejo información de que estos gobernantes están dispuestos a tratar de robarse los comicios del próximo domingo. También han descalificado a los observadores que enviaría la Unión Europea, lo cual hace prever que podrían intentar manipular los resultados. Durante la campaña, han cerrado vías por donde se sabía que transitarían o caminarían el candidato González y María Corina. Han encarcelado al jefe de seguridad de esta última por hacer su trabajo y así, cuanta ridiculez nos podamos imaginar. Por ahora manejan la fuerza pública y las fuerzas armadas. Digo por ahora, pues mantengo la esperanza de que en el momento en que el país lo demande, éstos saldrán a defender la herencia del libertador de Venezuela, la democracia y principalmente la voluntad popular. La única advertencia que me gustaría formular a quienes usurpan el poder en Venezuela es que se vean en el espejo de Noriega en Panamá, cuando pretendió “desconocer ”el abrumador resultado de las elecciones de 1989, donde su candidato perdió por un margen de alrededor del 80%, inédito en Panamá. Si bien es cierto, las predicciones de quienes están en contacto constante con los ciudadanos nos dicen que, aunque hay mucho miedo, también hay un optimismo impresionante que permitiría que la oposición obtenga un triunfo de alrededor del 60% a 70% de los votos emitidos. Solo me resta exhortar a los hermanos de ese bravo pueblo que el yugo lanzó, que salgan a votar. Que lo hagan con fe, con confianza en que solo con su participación masiva regresarán la libertad, la justicia y la democracia. No pueden olvidar que la fuerza es la unión; y desde el empíreo el supremo autor, un sublime aliento al pueblo infundió. Un continente entero los ve, los abraza y les desea fortaleza, tolerancia y principalmente la convicción de que mejores días vendrán. Al igual que en algunos otros países de América Latina, donde gobierna una izquierda arcaica, rancia, y obsoleta que no refleja el interés de las grandes mayorías, Venezuela no está bien gobernada. EL AUTOR es analista político y dirigente cívico.

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