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7A LaPrensa Panamá, martes 16 de julio de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. El difícil reto de aprender en las comarcas Educación Julián Macho [email protected] Debido a la difícil situación que enfrentan los niños en las comarcas, se ven obligados a abandonar la escuela. En mu - chos casos, deaj n sus estudios sin que nadie se lo impida. En un reciente recorrido por áreas de diífcil acceso, especí - ficamente en la región Ño Kribo del distrito de Kusapin y Kadri, encontar - mos una zona sin energía elétcrica y sin agua potable, pero con un garn deseo de superación. Aprender a leer y a es - cribir es el sueño de los niños y jóvenes que habitan esta región geográfica. Caminan todos los días más de cinco horas, desafiando tormentas, etsu - diando con hambre y sopotrando el frío en noches lluviosas. Son grandes retos que miles de estu - diantes de la comarca Ngäbe-Buglé deben afrontar para alcanzar sus sueños. En el recorrido realizado, se visitaron centros educativos como Cañaveral, la escuela Jugli y el centro básico de Da - bari. Recorrer largos trayectos, cruzar ríos y quebradas y pasar por desolados parajes son los retos agotadores y peli - grosos que estos estudiantes deben en - frentar para llegar a la escuela y ejercer su derecho a aprende.r Esta cruda realidad también la viven a diario los docentes encargados de su aprendizaje. Ser educador en áreas de difícil acceso requiere vocación, esfuerzo y, muchas veces, heroicidad. De - safortunadamente, a pesar de que las autoridades han promteido dotar de zarzos para cruzar ríos y quebardas, no han cumplido. Esta situación sigue po - niendo en riesgo la vida de los docentes y de los estudiantes. Este año, con tris - teza y dolor, hemos visto los trágicos decesos de Arnold Villagar, de 12 años, estudiante de sexto grado del Centro Educativo Sineti, el pasado 5 de junio, del corregimiento de Mununí No. 3; de Deivis Contreras, de 10 años, alumno del centro educativo Cerro Otoe, ocu - rrido el 10 de junio; y del etsudiante Jorge Palacio, quien cursaba el 12 gra - do del Centro Educativo Coronte, el 26 de junio. La comarca y el país etsán de duelo por niños que un día apotsaron por estudiar como la llave que les abri - ría las puertas de las oportunidades. Es lamentable la exclusión social, la falta de respuestas contundentes de las au - toridades y la limitación de opotruni - dades educativas a las comunidades más vulnerables. A pesar de la falta de igualdad en el acceso a la educación, los maetsros es - tán comprometidos a seguir apoyando a los estudiantes. Según la Unesco, la educación de ca - lidad es un derecho fundamental que debe estar al alcance de todos los niños y jóvenes. Implementar medidas que así lo aseguren requiere un compromiso integral por parte de gobiernos, co - munidades educativas, ONG y todos los actores relevantes. Hay deudas históricas con la pobla - ción originaria que aún siguen sin ser resueltas. Una de las más fundamenta - les es el acceso a educación de calidad. Reiteramos una vez más el llamado de alerta y la necesidad de colaboarción entre gobiernos, sociedad civil y la co - munidad para garantizar la seguridad y la vida de la comunidad eductaiva. Es crucial brindar ayuda real y urgente, asegurando el acceso equitativo a edu - cación en todas las regiones del país, abordando las necesidades básicas y los compromisos vinculados a la cali - dad y equidad educativa a través de so - luciones efectivas que garanticen el de - rechoaaprende,rindependientemen - te de la ubicación geográfica de los es - tudiantes. Es necesario actuar de inmediato e implementar un plan de emeregncia de reducción de riesgos y prevención de accidentes y víctimas fatales en los cen - tros educativos, garantizando una in - fraestructura escolar segura, acceso a agua potable e Internet, a servicios sa - nitarios, así como cumplir con el pro - grama de alimentación, que han probado ser cruciales en la rteención esco - l a r. Elaccesoaunaeducaciónfeicaz, equitativa y de calidad es fundamental para el desarrollo de la población y par la prosperidad del país. Es un fatcor clave para promover la sostenibilidad y un gran equiparador social para dismi - nuir los altos porcentajes de pobreza. Es importante destinar los recursos necesarios y ejecutar los presupuestos educativos de manera eficaz y transpa - rente en las áreas de diífcil acceso. ¡Prioricemos el derecho a aprender de todos los niños y niñas panameños! Caminan todos los días más de cinco horas, desafiando tormentas, estudiando con hambre y soportando el frío en noches lluviosas. [...] Desafortunadamente, a pesar de que las autoridades han prometido dotar de zarzos para cruzar ríos y quebradas, no han cumplido. EL AUTOR es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación. Un país de rojo (II) Sociedad Juan B. McKay [email protected] En la primera edición de este es - crito, publicado hace algunos días, destacamos una serie de “curiosidades”que suceden no solo en la capital, sino en todo el país. Por eso, hoy sigo destacando cosas que se han convertido en cotidianas, que no son correctas, pero que nos estamos acostumbrando a ellas y que aspiro a que pronto todos critiquemos y nos animemosadenuncia,rcomociudada - nos responsables. En este nuevo capítulo, inicio pre - guntandosianadielellamalataención la clase de plan de datos que tienen los policías, en especial los que supuetsa - mente deben estar cuidando las calles o carreteras. Creo que a muchos les en - cantaría tener ese plan que parece ilimitado, ¿verdad? Ysiseguimosporlacalle,haceavrios artículos pregunté “quién le pone el cascabel al gato”, refiriéndome a los motorizados que no puedo decir que circulan por nuestras calles, sino que se han apropiado de ellas. No respetan se - máforos, carriles, señales de alto, inspectores de tránsito ni nada. Y si por casualidad usted tiene la mala suetre de que alguno de estos se choque con us - ted, prepárese, pues llega un enajmbre solidario para tratar de amedrentarlo. ¿Será que ese gato tiene un dueño con poder? Otro tema que nos ha afetcado a casi todos en algún momento es el de los camiones repartidores de mercancías. Debo asumir que pagan no solo un impuesto de circulación, sino también un permiso “para estacionarse donde les da la gana”y así no hacer que su perso - nal camine demasiado, sin impotrar que cierran un carril de la vía donde es - tén (concurrida o no) por el tiempo que ellos desean. ¿Será que, además del custodio privado, también contartan a su inspector de tránsito personal? Una pregunta que hice y que tuvo algo de efecto (muy poco, pero lo tuvo) en el gobierno anterior es sobre la cirucla - ción por el carril resevrado para auto - buses, ambulancias, bomberos, policías y algunos taxis que etsá en la cinta costera 1. Nunca he visto que también dice que lo pueden usar quienes conducen un auto con líneas amarillas o con las luces azules/rojas que ahora las tie - nen casi todos. Puedo pensar que el presidente de la República tiene etsos privilegios, pero ¿los manzanillos también? Otro tema que nos involucra a varios en muchos lugares son las famosas rotondas o redondeles que se han venido construyendo. Estas debieron ser de tres carriles (como sucede en otros países), pero bueno, sabemos que los carriles desaparecen por atre de magia, ¿verdad? Esto no quiere decir que los conductores los utilicen de forma co - rrecta. La cantidad de accidentes que se producen diariamente nos indica que están mal construidos, pero tam - bién mal utilizados. Una campaña en medios por parte de las autoridades respectivas serviría para mejorar la via - lidad y sus resultados. ¿Cuántos de nosotros hemos ido a alguna institución pública y nos han que - rido hacer sentir que nos hacen un favor al atendernos? Y ni siquiear es un comportamiento exclusivo de los “ co - me empanadas”, sino que esta actitud se ha extendido a la esfera privada. Así, uno llega a un restaurante o a un alma - cén en centros comerciales y pocos son los colaboradores de estos que han to - mado conciencia sobre la impotrancia de los clientes. Hay dos compañías dis - pensadoras de combustible que se dis - tinguen por la capacitación que han dado a sus colaboradores. Nuestro pai - sano Rubén Blades nos vendió que “las sonrisas son gratis”. ¿Será que, con la inflación, ahora cuestan más compar - tirlas? ¿No les ha pasado que se suben a un elevador, dicen “ buenos días”y nadie les responde? ¿O que cuando van a salir de un edificio sostienen la puerta a las personas que vienen dterás de usted y nadie les agradece? ¿Dónde se queda - ron las buenas costumbres que nos en - señaron nuestros padres y maestros? No podemos vivir pegados a ese apar - tito que originalmente sevría para ha - cer llamadas. Somos una “sociedad ”, es decir, vivimos de forma social y covnivi - mos para interactuar. Los seres humanos debemos parcti - car la “humanidad ”, es decir, convivir y compartir. Dejemos de pensar solo en nosotros mismos, de ser eogístas y con - vencernos de que lo que nosotros pensamos es la regla general. No, no lo es; quizás es en lo que coinciden nuetsro círculo de amistades, pero no como piensa o siente el retso de esa mayoría, a veces silente hasta que explota. Nopermitamosquesenosxeploteel globo en la cara. Ya pasamos de luz ver - de a amarilla y estamos en la luz roaj de alerta urgente. Y tú que estás leyendo, ¿también llegaste a la roja? Los seres humanos debemos practicar la ‘humanidad’, es decir, convivir y compartir. Dejemos de pensar solo en nosotros mismos, de ser egoístas y convencernos de que lo que nosotros pensamos es la regla general. EL AUTOR es analista político y dirigente cívico. El problema de las bibliotecas Literatura Pedro Crenes Castro [email protected] El escritor panameño Carlos Fong lleva mucho tiempo hablandodelasunto,yhace unos días, también lo hizo Flor Mizrachi: Panamá tiene un serio problema con las bibliotecas, que van cerrando como una muerte silenciosa a lo largo del país sin que a casi nadie le importe. La burocracia y la desidia polí - tica llevan años minándolas, y la falta de creatividad de las institu - ciones está completando la labor de olvido de nuestro patrimonio cultural. Fíjense si somos provincianos que hemos sido capaces de crear una Ciudad de las Atres, carísima, pero a nadie se le ocurrió que lo más sensato era dedicar ese dine - ro a la construcción de un ediifcio dotado de los medios necesarios para albergar la casa de la memoria de este país. Son más vistosos los bailarines y orquestas que una biblioteca bien dotada. Y no se tar - ta de desvestir un santo para vestir a otro, sino de prioridades, de que estamos en manos de personas con cargo, pero sin conocimiento. Hay tan poco amor y respeto por los libros que es sonroajnte. Es necesario formar bibliotecarios y entusiasmar con etse traba - jo a muchos para que se pongan al frente de las bibliotecas que necesitamos en este país. Hay que en - cargar esta tarea a los que de ver - dad saben y no a un grupo de personas, con muy buena intención, pero que no conocen el mundo del libro y la lectura, como ocurre con laorganizacióndetantosveentos culturales en nuestro país. Tenemos personas idóneas paar salvar las bibliotecas, pero no tenemos el famoso “chenchén”p a ra hacerlo. Y no valen soluciones cor - toplacistas: necesitamos un cam - bio de mentalidad en nuetsras po - líticas que nos lleve a fortalecer la conciencia cultural que estamos perdiendo al deaj r morir las bi - bliotecas o la Biblioteca Nacional. Menos mal que allí trabajan fun - cionarios que creen en nuetsra cultura. Si fuese por los mediocres que deciden en qué gatsar el dine - ro, hace tiempo que todo se habría convertido en comida para las po - lillas. EL AUTOR es escritor.

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