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6B LaPrensa Panamá, sábado 29 de junio de 2024 Vivir Tu opinión nos interesa [email protected] PERSONAJE Sharon Stone defiende a Biden Sharon Stone llamó a las mujeres de Estados Unidos a votar por el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, en las próximas elecciones pese a la decepción causada el jueves en el debate contra su rival, el expresidente Donald Trump (2017-2021). “No importa cuán dormido pueda parecer Joe, él está completamente despierto para ustedes”, dijo. 400 personas en Panamá admiten ludopatía El sistema de autoexclusión cuenta con un programa donde la persona que siente que tiene problemas con los juegos de azar puede solicitar a la JCJ que no se le permita la entrada en los casinos. ¿Y los nacimientos? Voces de la Academia Jorge Sarsanedas del Cid [email protected] H ace años, en un viaje a una comunidad ngäbe del hoy distrito de Munä, me llamó la atención que no había niños de entre 5 y 15 años. Pregunté y me dijeron que: “Ha c e cinco años hubo una epidemia de sarampión y se fueron todos los niños”. Esta debilidad frente a las epidemias “de fuera”es una de las causas por las que la población ngäbe (y supongo que la población buglé también), desde tiempos de la conquista, ha ido disminuyendo. Existe la “q u e ja ”de que las mujeres ngäbe embarazadas no quieren acudir al centro de salud para el “control”. He sido testigo de cómo las “regañan”( jamás hay que regañar a un adulto en público) porque no asisten a los “controles” (vaya nombrecito). Por supuesto, estos regaños siempre se hacen sin tener en cuenta la situación de la gente y su modo de pensar-actuar, sus costumbres y tradiciones. Hace años, el matrimonio entre los ngäbe era un acuerdo entre familias (le llamaban kobare), lo cual fortalecía las relaciones entre grupos. Ahora, algunos “investigadores”han querido calificar esto como “sexo transaccional”o compraventa de personas. No se trata de “vender ”a la muchacha o de “comprar ”con tierras o ganado a alguien. Se trata de fortalecer la presencia de algunas familias en un lugar. Esto se ha hecho durante siglos. Hacer esto significa fortalecer las capacidades de una familia, ampliar el acceso a la tierra, defender la tierra de la invasión de latinos, etc. Existen cientos de leyendas inventadas con relación a la “ganancia”de mujeres: que si soy bueno peleando, me gano mujeres, que si soy buen balsero, tendré más mujeres, que si tengo más tierras o ganado, puedo tener tres o cuatro mujeres. Muchas de estas cosas, la mayoría, son inventos. Es cierto que existieron (ya casi no existen) hombres con varias esposas, pero eran pocos casos y con dos o tres, no con diez como dicen algunos. El hecho de estar embarazada hace que una mujer sea especial: tiene más fuerza (p. ej., si un hombre se sienta donde ella se sentó, se vuelve krene-perezoso); tiene otras capacidades (p. ej., si pasa por donde hay un picado de culebra, éste se tarda en curarse); tiene efectos en su esposo (se cansa mucho, si es cazador bueno, se vuelve übäne-mal cazador). Cuando va a dar a luz, la mujer ngäbe busca a la ngibiaga-partera, hay hojas para aliviar los dolores del parto, paren de cuclillas, de manera que el bebé sale naturalmente, cortan el cordón y lo entierran cerca de la casa, se lavan y se acuestan con el recién nacido. Al nacer el niño/a, la mamá tiene que guardar reposo durante ocho días, haciendo una especie de ayuno ( ja boine), comiendo sin sal, sin picante, sin condimentos. Algunas parteras le dan cacao al recién nacido y le untan ese cacao al pezón de la mujer. Luego se busca un día en el cual celebrar el oge, ceremonia que equivale al bautismo del niño/a. Todas estas situaciones, ¿cómo las van a atender o comprender o aceptar en el centro de salud? Además, ¿cómo va a atender el parto un hombre que no tiene nada que ver con la embarazada? En algunos lugares de la comarca ngäbe-bugle se ha invitado a las parteras a participar, pero como traductoras cuando, de hecho, son las capacitadas para atender el alumbramiento. ¿Por qué no les dan formación, herramientas, elementos para hacer este trabajo? Algo se ha hecho, no lo niego, pero muchas veces en contra de la opinión de los funcionarios de salud. ¿Y los krägä bianga (dadores de medicina) mal llamados curanderos? Tampoco tienen participación, aunque son los que más conocen la situación y a la gente. ¿Qué esperan para darles su lugar? Aunque el mayor crecimiento poblacional en Panamá -hacia el 2020, en la CNgB- era de un 61.1%, a pesar de la migración existente, la tasa de mortalidad de menores de 5 años fue de 62.3, cuando el país tiene 22.2. Más aún, el índice de desarrollo de los bebés -3 a 8 meses- (IDB), en la CNgB es el peor del país con 0.46 y el índice de desarrollo de la infancia (IDI) es el segundo peor del país con 0.49. ¿Qué estamos esperando para integrar a quienes saben y conocen, en el desarrollo y crecimiento de los niños? EL AUTOR es investigador linguístico y literario y profesor de lenguas extranjeras. SALUD MENTAL Yaritza Mojica [email protected] Un aproximado de 400 personas presentan rasgos de ludopatía en Panamá, según el listado de autoexcluidos que maneja la Junta de Control de Juegos (JCJ) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El sistema de autoexclusión cuenta con un programa donde la persona que siente que tiene problemas con los juegos de azar puede solicitar a la JCJ que no se le permita la entrada en los casinos. María Batista, psicóloga encargada de la Sección de Juego Responsable de la JCJ, explicó que en la lista de autoexclusión están las personas que realmente tienen un problema con los juegos de azar y las apuestas, por lo que es importante que sean tratadas. La ludopatía es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. Las personas que la padecen suelen usar el juego como una vía para escapar de los problemas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el juego compulsivo está clasificado internacionalmente como una enfermedad mental. Como consecuencia, estas personas ponen en riesgo, pierden o deterioran relaciones laborales, escolares y familiares. En tanto, Yadira Boyd Ponce, psiquiatra y miembro del Instituto de Salud Mental (Insam), manifestó que la ludopatía es una enfermedad que no solo afecta al individuo, sino también a sus familiares y amigos. Hay que destacar que esta enfermedad no se cura, pero sí puede ser tratada y las personas pueden recuperarse. Boyd Ponce manifestó que en Panamá se empieza a registrar una población vulnerable: “nuestros chicos, niños y adolescentes, además de las personas de la tercera y cuarta edad”, quienes también están afectadas por la enfermedad del juego y las apuestas. En el caso de la población de la tercera y cuarta edad, existe mucha vulnerabilidad. Muchos factores se mezclan con la ludopatía, como la genética, la parte emocional y el factor soledad que registra el individuo. En el caso de los niños y adolescentes que están enfrentando una adicción a los juegos (videojuegos y la dependencia a los celulares), la culpa y la complicidad es de los padres o cuidadores, sentenció Boyd. La especialista en psiquiatría adictiva contó que a su consultorio han llegado casos de menores de edad que descargan juegos en el celular y se vuelven adictivos. Al final, estos juegos deben ser pagados y los padres se enteran del problema cuando llegan los estados de cuenta a sus tarjetas. “Hay chicos que con el celular apuestan a caballos, a los juegos de fútbol, participan en apuestas en línea, exponiéndose cada día más a la enfermedad del juego de azar ”, explicó la especialista. Boyd Ponce manifestó que hay casos donde “el papá se queja de que tiene que entrar a la habitación del niño o adolescente a las 2 o 3 de la madrugada, porque está metido en los juegos. O incluso si el familiar le quita la computadora donde juega, entra en una crisis compleja, donde tiran puertas, quiebran vasos, es decir, se crea un tsunami emocional”. La psiquiatra del Insam señaló que la mejor manera de enfrentar este problema como padres de familia es plantear desde el principio la disciplina, recordando que “los papás no somos amigos de sus hijos”. Otra forma de ayudar al menor a salir de esta adicción al gamer es dedicarle tiempo, atención y acompañarlo en sus logros y actividades, no dejarlo solo, pues en el tiempo de ocio se crean los vicios. En el Insam atienden cerca de 800 pacientes al año que ingresan por diversas patologías relacionadas con la salud mental. Además, ofrece atención a los trastornos mentales relacionados con la ludopatía, cuyos pacientes son atendidos en el Centro de Estudios y Tratamientos en Adicciones. Sin embargo, no todos los pacientes con esta condición quieren asistir a una clínica de salud mental, por lo que la Sección de Juegos Responsables de la JCJ, la Asociación de Operadores de Juegos (Asaja y Apojuegos) y la Fundación Puertas Abiertas para la Bendición crearon el Centro de Prevención y Atención de la Ludopatía, ubicado en Los Andes Mall. Jeannie Lee, encargada del Centro de Prevención y Atención de la Ludopatía, explicó que este centro brindará atención gratuita y contará con dos psiquiatras, un psicólogo, una socióloga y una enfermera. Indicó que las personas que lleguen al centro en busca de atención deberán ser referidas por la JCJ, quienes manejan la lista de personas con esta enfermedad. Con este lugar se brindará apoyo a muchas personas y familias que sufren las consecuencias de esta terrible enfermedad, mediante un acompañamiento a los pacientes y sus familiares y además fomentando una cultura de prevención. Se estima que por medio de estos acuerdos se logre la apertura en los próximos meses de dos centros de prevención de ludopatía.

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