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7A LaPrensa Panamá, domingo 16 de junio de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La opinión de Hilde La revolución de la edición genética: un salto hacia el futuro Ciencia Néstor Sosa [email protected] El campo de la edición genética ha emergido como una de las áreas más prometedoras y controvertidas de la biotecnología moderna. Esta permite la modificación precisa del ADN y promete revolucionar la medicina, la agricultura y otras industrias, presentando a la humanidad nuevas oportunidades y desafíos éticos sin precedentes. La edición genética se refiere a la alteración deliberadadelADNdeunorganismo.Lasherramientas más avanzadas, como CRISPR-Cas9, permiten a los científicos cortar y modificar segmentos específicos del ADN con una precisión sin precedentes. Esta tecnología ha simplificado y acelerado la investigación, permitiendo correcciones en los genes que antes eran impensables. Una de las aplicaciones más prometedoras de la edición del ADN es en el tratamiento de enfermedades hereditarias. Enfermedades como la fibrosis quística, la anemia falciforme y algunas formas de cáncer pueden ser tratadas mediante la corrección directa de los genes defectuosos. Por ejemplo, en 2020, se realizaron los primeros ensayos clínicos exitosos utilizando CRISPR para tratar pacientes con betatalasemiayanemiafalciforme,brindando esperanza a millones de personas que sufren estas condiciones. Es importante aclarar que estas tecnologías aún están en una fase de investigación y desarrollo y no representan una solución inmediata para los pacientes con estas enfermedades en Panamá, pero es posible imaginar un futuro no lejano donde las dificultades técnicas y el alto costo no sean una limitante para la aplicación de estas intervenciones en países como el nuestro. Existen también infecciones virales crónicas como el herpes y el VIH, en las que el material genético del agente infeccioso se incorpora al núcleo o directamente al ADN del ser humano afectado. Con el uso de unas proteínas llamadas endonucleasas, al menos en teoría, es posible destruir el ADN de estos virus y deestaformaeliminarodisminuirlainfección de las células. Y aunque la investigación con estas enzimas aún está en sus albores, recientemente se publicó un artículo demostrando el uso de endonucleasas para revertir parcialmente la infección por herpes en ratones. La edición genética también está transformando la agricultura. Estas técnicas permiten desarrollar cultivos más resistentes a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas, mejorando así la seguridad alimentariaglobal.Además,puedenaumentarelvalor nutricional de los alimentos y reducir la dependencia de pesticidas y herbicidas químicos. Un ejemplo notable es el desarrollo de variedades de trigo resistentes a enfermedades que pueden devastar las cosechas. Con la amenaza del cambio climático y el calentamiento global, el desarrollo de cultivos genéticamente adaptados a temperaturas ambientales más altas puede ser una solución a este reto del futuro. A pesar de sus beneficios potenciales, la edición genética plantea serias preguntas éticas y de seguridad. La posibilidad de editar embriones humanos ha suscitado un intenso debate. Los críticos argumentan que podría llevar a la creación de “bebés de diseño”y exacerbar desigualdades sociales. En 2018, el anuncio del nacimiento de los primeros bebés editados genéticamente en China provocó una condena generalizada y una reevaluación global de las regulaciones sobre la edición genética en humanos. Además, hay preocupaciones sobre los posibles efectos no deseados de las modificaciones genéticas. Cambios en un gen pueden tener consecuencias imprevistas en otros genes, y las implicaciones a largo plazo de tales intervenciones aún no se comprenden completamente. La riqueza inherente a tener una gran variedad de productos agrícolas pudiera en teoría afectarse si cultivos genéticamente modificados llevan al exterminio de esta biodiversidad. Recuerdo en una ocasión que fui a dictar una conferencia en Perú sobre mosquitosgenéticamentemodificadosypudepercibir la intensa preocupación por la introducción de cualquier cosa que fuese genéticamente modificada al país. En Perú, atesoran la enorme variedad de papas y otros alimentos, muchos utilizados desde el tiempo de los incas. El avance rápido de la edición genética ha llevado a la necesidad urgente de regulaciones claras y globales. Diversos países están estableciendo marcos legales para asegurar que la investigación y las aplicaciones de la edición genética se realicen de manera ética y segura. La colaboración internacional será crucial para abordar las preocupaciones sobre el uso indebido y las posibles consecuencias imprevistas de esta poderosa tecnología. La edición genética representa un salto monumental en nuestra capacidad para influir en la biología y mejorar la vida humana. Aunque sus aplicaciones potenciales son vastas y variadas, es esencial proceder con cautela y consideración ética. El futuro de la edición genética dependerá no solo de los avances científicos, sino también de nuestra capacidad para gestionar sus implicaciones sociales y morales. La promesa de un mundo sin enfermedades genéticas y con una agricultura más sostenible pudiera estar al alcance, pero requiere un equilibrio cuidadoso entre innovación y responsabilidad. EL AUTOR es médico especialista en enfermedades infecciosas. Lo que dicen los magistrados o lo que dice la ley Caso Robinson Guillermo Márquez Amado [email protected] Inicio este artículo de opinión al leer en La Prensaque la impugnación interpuesta contra el diputado Benicio Robinson, con ocasión de su proclamación, ha pasado a ser del conocimiento de los magistrados del Tribunal Electoral, en apelación. Las primeras elecciones que de algún modo seguí de cerca fueron las de 1964, cuando acompañé a mi padre a un recorrido el día de los comicios en mayo de ese año. Ya en 1968, con 18 años pero aún menor de edad para la época, me trasladé con varios amigos a ver las elecciones en el interior. Por razones de amistades, parentescos y facilidades de alojamiento, escogimos la ciudad de Chitré, pero recorrimos ampliamente la zona en todos los distritos de Herrera, con excepción de Ocú. Tan pronto se levantaron las limitaciones que había para transitar libremente entre provincias, regresamos a Panamá deteniéndonos en múltiples ocasiones en el camino, llegando ya en la mañana del día lunes a Panamá. Las serias irregularidades de aquel proceso dejaron en entredicho toda la institucionalidad del Estado panameño, a tal punto que facilitó el golpe militar que nos sojuzgó durante 21 años. Después viví en Colombia la experiencia de ver nacer un movimiento armado como consecuencia del desconocimiento de los resultados reales de las elecciones de 1970 en esa nación hermana. A mí tampoco me gustaba el candidato que había ganado, pero había sido la voluntad popular; su desconocimiento llevó, como cuando se suscitó la Guerra de los Mil Días, a enfrentamientos de sangre entre hermanos. Hasta 1984, la férula de los militares abanicó las caricaturas de elecciones como quiso, hasta que para 1989, la institucionalidad del Estado panameño, hecha añicos, facilitó que una intervención militar norteamericana fuera posible, no porque quisieran salvar nuestra democracia, sino porque veían en entredicho intereses propios al tiempo que muchos de quienes podían ser víctimas de esa invasión aplaudían en las calles a los soldados que hollaban con sus botas nuestro suelo. Después tuve la oportunidad de servir en la reorganización de nuestra institución electoral y ver muchos otros procesos electorales aquí y en el exterior. Por esa aversión que tengo al irrespeto de los pueblos, cuando hubo presiones ya como magistrado del organismo electoral panameño, para no entrar a conocer de algún caso en que se alegaba la ocurrencia de abundantes irregularidades, que estaban lejos de estar probadas pero respecto a las cuales había elementos indiciarios importantes, dispuse que el Tribunal Electoral conociera el caso de la impugnación propuesta por el candidato Cortizo, mismo que hoy es presidente de la República y a quien en 1994 le hicieron trampa. No declaré inadmisible la demanda de impugnación como me pidieron mis colegas magistrados que hiciera y argumenté que si no había ocurrido nada irregular, ello se evidenciaría en la audiencia y dejaría incólume la legitimidad del candidato que ya había sido proclamado ganador. Pero si, por el contrario, se demostraba que habían ocurrido irregularidades que alcanzaban a viciar el resultado, también ello resplandecería en un juicio cuya audiencia y pruebas serían públicos, como ordenan las leyes nacionales. Así se hizo y triunfaron la verdad y la transparencia, y Cortizo pudo ser diputado, aunque personalmente me hubiera convertido en una piedra en el zapato de quienes preferían manipular la voluntad popular mediante trucos judiciales. Me temo que ahora está ocurriendo lo mismo. Con el pretexto de que no se cumplen presuntas condiciones con cuestionables argumentos, la juez de primera instancia de la jurisdicción electoral rechazó entrar siquiera a conocer los argumentos de la parte impugnante. Después de haber leído la demanda, como he hecho, concluyo que lo que está ocurriendo no es más que el resultado de querer respaldar, aun en contra de las leyes nacionales, a quien desde su poderosa posición de presidente de la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional, dirige el primer debate del presupuesto del organismo electoral, siempre complaciente para el Tribunal Electoral y para los partidos políticos nacionales, en un montaje teatral que ha carcomido como un cáncer el tejido de nuestra institucionalidad con resultados catastróficos, dando paso a un clientelismo desaforado. La norma electoral es clarísima en cuanto a lo que se necesita para admitir y dar trámite a la demanda presentada y está todo cumplido, pero parece tener más peso lo que ha dicho el magistrado Valdés en una entrevista que lo que está escrito en la ley. Según él, se necesita “prueba indiciaria”; según la ley, puede verse en el artículo 471, Num. 15, bastan “elementos indiciarios”y, como bien sabemos quienes tenemos formación en leyes, ya se verá en el proceso si los elementos indiciarios que se presentan llegan a tener la solidez suficiente como prueba palmaria para invalidar las proclamaciones que se hayan hecho. Además, el proceso es público, así lo ordena el artículo 1A del Código Judicial, aplicable supletoriamente en los procesos judiciales electorales. Sólo en una audiencia pública sabremos la verdad. Después podremos hablar de por qué ocurren estas cosas, porque si no nos erguimos con valor frente a estos desmanes, nuestros hijos no podrán tener jamás la patria que quisimos para nosotros y que tampoco tuvimos porque los intereses y el egoísmo prevalecieron. EL AUTOR es abogado

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