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5B LaPrensa Panamá, 16 de junio de 2024 Personaje Vivir  El caricaturista Hilde Sucre cumple la mayoría de edad Han pasado 18 años desde que el caricaturista panameño Hilde Sucre comenzó su carrera. Tra s este tiempo algunas cosas en la política nacional han cambiado, mientras otras permanecen igual. ENTREVISTA Roy Espinosa [email protected] Un caricaturista editorial es una mezcla entre artista y periodista, (aunque hay periodistas que son artistas de la palabra), entre crítico y cínico social. Es un observador de la realidad que la disfraza con trazos y colores (en algunos casos) para que sea más digerible al observador. Porque sí, a pesar de que muchas veces lo que se busca es causar gracia, los temas siempre suelen tener un trasfondo profundo, historias oscuras, injusticias, en fin, política. Y alguien que, por 18 años, recién cumplidos el pasado 6 de junio, que sabe sobre lo que es disfrazar la realidad con humor a través del lápiz, es Hilde Sucre, o simplemente Hilde para los amigos o aquellos que han seguido su trayectoria a lo largo de estos años. La Prensa aprovechó la ocasión de su mayoría de edad dentro de esta profesión para conversar con Sucre , de 47 años, sobre su trayecto y obra. Para conocer si todos se ríen de sus caricaturas o sus protagonistas aún siguen sin entender el chiste. ¿Cómo empezó en el mundo de la caricatura editorial? Empecé en 2006 en Pana - má América y la verdad nunca imaginé que me iba a convertir en caricaturista y que iba a vivir de la caricatura. Eso fue algo que se dio así como quien dice “de improviso”. No sé, a veces la vida da tantas vueltas que, aunque uno agarre por un camino la misma vida te va llevando por el camino que es. Entonces, yo llegué como ilustrador al diario y a mí siempre me gustó la política y bueno, yo le metía al dibujo, así que un día me pusieron a prueba por una semana. Si pegaba me quedaba, y si no, bueno, me iba. Yo trabajaba en otros lugares en esos tiempos, así que en la mañana iba al periódico, hacía la caricatura y en la tarde me iba para el otro trabajo. Y pasó la semana y parece que pegué, porque 18 años después aquí sigo haciendo caricaturas. Algunos decían que no iba a durar ni un mes, pero bueno, gracias a Dios aquí estoy. Tras 18 años en el rubro, ¿cuál cree que es la importancia de los caricaturistas en los medios de comunicación? Lo que he aprendido sobre la importancia de la caricatura es dejar un registro histórico, como quien dice, en forma de caricatura. Porque la caricatura, yo siempre lo digo, la caricatura está basada en hechos noticiosos reales, son noticias reales que uno las vuelve caricaturas. Entonces creo que eso es lo más importante de la caricatura, dejar ese registro, por ejemplo, de todas esas cosas que han pasado durante estos 18 años. Yo tengo dos libros recopilatorios de mi trabajo, entonces tú abres un libro, busca una caricatura y tú te enteras de lo que estaba pasando en ese momento, gracias a la caricatura, lo cual tiene mucha importancia. O por ejemplo, hace poco estaba viendo un libro de Lolo Silvera (1917-2010), y ya desde 1967 o 1968, Lolo Silvera hacía caricaturas de los huecos en las calles. Me causó risa e indignación, porque estamos en pleno 2024 y seguimos con los huecos en la calles. ¿Cuál es la importancia de la libertad de expresión también dentro del lápiz? Para un caricaturista editorial lo más importante es la libertad de expresión, porque cuando un medio te contrata como caricaturista editorial, el medio tiene que darte la libertad de que tú expreses tu opinión, porque es lo que sale en ese cuadrito, es la opinión del caricaturista, no es la opinión del medio, no es la opinión del director del medio, no es la opinión desde el jefe de editores, es la opinión del caricaturista. Entonces, deben darle total libertad de expresión. Si tú no le quieres dar total libertad de expresión al caricaturista editorial, entonces búscate un ilustrador y dile lo que tiene que dibujar, porque hay una diferencia muy grande entre el caricaturista y caricaturista editorial. La misma palabra lo dice, el caricaturista editorial hace editoriales en forma de caricatura, que es una cosa ya apar te. Entonces sí, tenemos que tener plena libertad de expresión, apoyado siempre por el medio, para que el caricaturista tenga esa libertad de expresarse. Y no caer en la autocensura, que es algo muy malo para el caricaturista. Cuando el medio lo censura, el caricaturista cae en la autocensura y ya no expresa libremente su opinión. En estos 18 años de carrera, ¿qué ha sido lo más gratificante que te ha obsequiado este trabajo? Lo más gratificante que yo tengo es el reconocimiento de la gente, el cariño que muestra la gente hacia mi trabajo y hacia mi persona. Yo a veces he ido a lugares y a veces la gente me reconoce, por redes sociales supongo, y siempre me dicen: “hey, tú eres Hilde, de las caricaturas, qué buen trabajo. Me gustan tus caricaturas. Siempre me río y siempre la go z o ”. Entonces eso es algo bien gratificante, que la gente te reconozca tu trabajo, tu labor como caricaturista. Además que la caricatura me ha dado muchas satisfacciones. Gracias a la caricatura he viajado, he conocido otros países, he conocido personas interesantes, tanto de la farándula como de la política, otros colegas muy muy famosos, de otros países. ¿Cómo hace para mantenerse al día del acontecer político nacional? Ya que su trabajo depende justo de eso. Exacto, para ser caricaturista editorial hay que estar bien informado, tienes que saber lo que está pasando. Tengo mi rutina diaria: me levanto, pongo los noticieros, de ahí veo redes sociales, porque hay que aceptar que las redes sociales se han vuelto la inmediatez en lo que es noticia. Entonces, puede que una noticia que vi en la mañana, ya en la tarde, ya no está fresca. Hay que estar viendo redes sociales y viendo lo que está pasando. Leo los diarios y veo todo lo que es noticia, tanto nacional como internacionalmente. Así que, sí, para ser caricaturista editorial hay que estar bien informado para poder crear una opinión del tema que tú quieras tratar. Tienes que informarte sobre ese tema. Así que hay que leer bastante. Tras 18 años precisamente de estar al tanto de la política nacional, ¿qué le sigue sorprendiendo de la política panameña? Bueno, después de 18 años yo dibujando estos políticos, a mí lo que me sorprende es, de verdad, cómo todavía le mienten a la gente en la cara. La desvergüenza del político tradicional, que he visto en estos años. Estamos viendo que eso está cambiando. Está surgiendo una nueva raza de políticos, como quien dice, entonces eso me llena de esperanza, porque tengo 18 años dibujando a esta gente y, créeme, que siguen en la misma: prometiendo cosas que no van a cumplir y engañando al pueblo. Ahora parece haber un resurgimiento de una nueva clase política, más decente, más honrada, más seria, entonces eso me agrada, ojalá no tenga que hacerles caricaturas a estos nuevos políticos. ¿De no ser caricaturista qué te hubiera gustado ser? Hubiese estudiado algo relacionado al cine. Me encanta el cine, las películas de fantasía. Yo estudié arquitectura, me gusta la arquitectura también, pero me iría por el cine. Aunque no me veo haciendo otra cosa que no sea hacer caricaturas. Ya me eché a perder, ¡no sé hacer más nada! (ríe). ¿Se ha ganado o siente que se ha ganado enemigos políticos por sus caricatura s ? Sí, claro, claro que la caricatura molesta. Molesta al político, al funcionario. Porque ellos, por lo general, no están acostumbrados a ese tipo de burla o de crítica, entonces sí causa comezón. Bueno, hay varios políticos que se han enojado, pero para mí el top fue el expresidente Martinelli, cuando me demandó por una caricatura. Y cuando a un caricaturista lo demanda un expresidente, eso lo eleva a un sitial, lo eleva a un sitial que no es cualquiera, Entonces ya yo pertenezco al club de los caricaturistas demandados por presidente y por expresidente. Esa es como una medalla, una condecoración que reciben los caricaturistas, porque para que un presidente te dé esa importancia, te preste atención a una caricatura, tuvo que haberle pegado. Tuvo que haberle dolido. Entonces sí, para mí ese top fue la demanda del expresidente Martinelli hacia mí. ¿Tiene límites la caricatura editorial? Claro, siempre en el marco de respeto. Uno como caricaturista sabe hasta dónde puedes llegar sin pasarte de la raya. Porque claro, hay ciertas cosas, ciertos temas que no es bueno tocarlos. Yo acepto que a veces me he pasado un poco de la raya (ríe), pero normal, no es algo que yo haga caricatura de temas personales y cosas así, así que siempre que se respete esos temas, todo bien. ¿Cuál es la cláusula indispensable para que trabajes en un medio? La libertad de expresión. Te pongo un ejemplo, cuando trabajaba en Panamá Américay cambia de dueño (ya sabemos quién lo compró, aunque dice que él no lo compró), yo seguía haciendo mis caricaturas normales. Yo le daba palo“al tipo”, sabiendo yo que ya había comprado al medio. Hasta que un día me dijeron: “ven acá, ya tú no puedes dibujar más a este señor, porque bueno, ya tú sabes”, y ya no me gustó porque perdí mi libertad de expresión. Entonces como caricaturista ya ahí lo pierdes todo. Ahí fue donde yo decidí irme a ese medio y gracias se dio la oportunidad y me abrieron las puertas en La Prensa. Y lo demás es historia, sigo en La Prensa hasta el día de h o y. Así que sí, la libertad de expresión es algo que no tiene discusión. Cuando tú trabajas en un medio de comunicación y eres caricaturista editorial, o como cualquier periodista, eso creo que es algo que hay que hacerse respetar. Día del padre Hilde Sucre es padre de dos hijos y a través de su dibujo intenta cambiar un poco “el pensamiento de la gente, crear conciencia y cambiar un poco esa mentalidad que a veces tiene el panameño”. Este es un objetivo que tiene como padre, y brindarle a sus hijos un futuro mejor, y como caricaturista. “Crear conciencia y tratar de despertar, como quien dice, un poco a la gente. Yo creo que se ha logrado un poco el trabajo. La gente ya no piensa igual que hace 18 años, créeme que eso ha cambiado mucho, tanto en lo político como en lo social y creo que vamos avanzando hacia una sociedad mejor”, comenta Sucre. En su trayectoría como caricaturista ha podido retratar la gestión de varios presidentes panameños. Cortesía/ Hilde Sucre Caricatura realizada por Don Fingo, para Hilde. Cortesía/ Hilde Sucre “Ahora parece haber un resurgimiento de una nueva clase política, más decente, más honrada, más seria, entonces eso me agrada, ojalá no tenga que hacerles caricaturas a estos nuevos políticos”. Hilde Sucre, caricaturista. “Yo pertenezco al club de los caricaturistas demandados por presidente y por expresidente. Esa es como una medalla”. Hilde Sucre, caricaturista.

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