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6B LaPrensa Panamá, sábado 15 de junio de 2024 Democracia, abusos y periodismo La última palabra Rafael Candanedo [email protected] Sobran, en una sociedad como la nuestra, los amagos, amenazas de colmillo afilado, presiones e intimidaciones para amordazar la actividad periodística. En las sociedades modernas, no existe democracia sin un periodismo capaz para informar e investigar errores, abusos y excesos del poder, político y económico. La aspiración cotidiana es que la sociedad goce de un periodismo libre, sin ningún tipo de censura y autocensura; que sea investigativo, crítico, vigilante y con diversidad de opiniones. El panameño, en una situación de crisis, optaría por un golpe policial/militar, aunque constituya un peligro para la democracia. Está en varios estudios con palabras más amables. Se une esta amenaza al débil sistema para proteger los derechos fundamentales. ¿Cómo pueden atenderse las diarias colisiones entre medios de comunicación y política? En un informe de Naciones Unidas, se concluyó que para muchas personalidades del continente los medios de comunicación son “un control sin control”, y que terminan desarrollando funciones que exceden el derecho de la información, influyendo con gran poder en las decisiones oficiales y definen las agendas públicas. Y a no pocos de ellos les gustaría anularles esa función fiscalizadora y de contrabalance social. Es profunda la reconfiguración de la relación prensa y poder político. ¿Cómo se pinta ante la próxima administración gubernamental y legislativa? Hay quienes creen que los medios, junto con grandes empresarios y el sector financiero, se han establecido como un poder fáctico, que limita el poder de decisión de los gobiernos. ¿Qué puede aportar el periodismo de hoy frente a estas contradicciones? Una de sus plataformas de origen: proporcionar al ciudadano la información que necesita para ser libre y capaz de autogobernarse. Con periodismo profesional, en confianza, credibilidad y calidad de su información, y superar el conflicto entre autonomía informativa e intereses comerciales o la adhesión a la política partidis ta. Panamá goza de una historia exuberante en su periodismo desde que llegó en 1820 la imprenta embarcada en Jamaica, que imprimió La Miscelánea del Istmo, y en cuya cabecera se citó el artículo de laConsti - tución españolagarantía de la libertad de imprenta; los sueltos satíricos de todas las épocas; el entretenimiento del gringo al que lo dejó el barco, o la aclaración de un exeditor de La Estrella para que no le atribuyeran su autoría a textos creativos; o los jóvenes empleados de empresas estadounidenses que idearon los transmisores para crear una radio pirata que alertó a los servicios de seguridad estadounidenses y anticipó la legalización de la radiodifusión, Radio Tembleque; o diarios trilingües; o publicaciones en mandarín exportadas hacia otras comunidades chinas de Centroamérica y Estados Unidos. O la consistente protesta sin claudicación de los medios ante la represión popular de panameños por parte de agentes de Estados Unidos en enero de 1964. Pueblo que no tiene libre acceso a los hechos, es pueblo condenado a ser víctima de la incompetencia y la desorientación, de la impostura y de la corrupción, del pánico y de la ruina: nos previno Jeptha B. Duncan, el 13 de noviembre de 1928. Desagravio. Mi solidaridad a Nicanor Alvarado y Guadalupe Castillero, admirables colegas, ejemplos de distinción y profesionalismo, a quienes aludió el futuro gobernante, en un arranque no democrático la noche de su triunfo. EL AUTOR es docente, periodista y filólogo Vivir Opinión

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