8B LaPrensa Panamá, viernes 7 de junio de 2024 Vivir Tu opinión nos interesa [email protected] MÚSICA Cowell busca a los próximos 1D Simon Cowell fue una figura fundamental en el ascenso de One Direction, al firmar al grupo con su sello discográfico. Juntos dominaron las listas de éxitos a nivel mundial. Cowell anunció que en julio iniciará audiciones en el Reino Unido para encontrar jóvenes aspirantes a formar su nueva banda de éxito. Me pasé un año sin ver a mi hermana con cáncer Cuando le diagnosticaron cáncer de mama a su herman,ael autor entró en parálisis toatl y postergó por un año verla. Una carta de disculpas, una historia íntima, una revelación sobre ser familia en tiempos díicfiles. CRÓNICA Roy Espinosa [email protected] Recuerdo con claridad la tarde en que mi hermana meescribió diciéndo - meque lehabíandiagnosticado cáncer.No necesitocerrar losojos parare - cordarlo: escomo unafotografía grabada en mi memoria. Aunque no quiear, a veces, simplemente aparece ahí. Estabaen laoficina,teléfono enmano, sintiendo quenada deeso erareal. Deese momento retengo sensaciones, emocio - nes, micuerpo paralizado, aunquede to - dos los chats de ellasolo recuerdo la pala - bra: “cáncer ”y la frase: “tengo miedo ”. Yonosabíalo quesentía.Laincreduli - dad me impedía lloarr. Negué tanto que no se me ocurriólevantarme e irme conmi fa - milia, sino que seguí tarbajando. Almorcé como situviera hambre, cuandoen reali - dad loque pretendía era llenarel hueco que había en mi pecho con comida. A mis 35 años aj más había imaginado la vidasinmihermana. Enesemomentome di cuenta de que por alguna xetraña razón con eltiempo afrontamosque algúndía tendremos quedespedirnos denuestros padres, pero, nuestros hermanos simple - mente son para siempre. En algún punto entre le “no es cierto”y el “por qué”de misrazonamiento decidí que iba a ser el fuerte.Ella lo necesitaba. Y co - mencé a escribirle que había que evr en qué etapaestaba elcáncer,queentre másrápi - dose detecta,mejor.Ledije quelostrata - mientos ibana depender una vezmás de cada caso y que hoydía tener cáncer no ear sinónimo de muerte. Porejemplo, parael año2022, segúnla Organización Mundialde la Salud,en to - do elmundo sediagnosticaron 2.3millo - nes de casosde cáncer de mamaen muje - res, deestos seregistraron 670mil defun - ciones poresa enfermedad,apenasun 29.3% de todos los casos. Recitélos datosconel expertisede un reportero, peroen elfondo estabatan asus - tado comoella, pensandoque sípodía mo - r i r. Pero,ya habíaasumidomirol deherma - no menor “protector ”. Iba a serquien le dierapalabras deánimo abase deciencia, de datos, de profesionales, de estadísticas y, sihubiese sido necesario,hubiera mal utilizado mipuesto deprensa parahablar con cada oncólogo del país. Así, estámal ycapaz, algocomo esohu - biese significado unproblema, pero poco me importabami vidalaboral allado desu supervivencia. Paraese entonces,Ismarí Pimentel,una compañera que estaba pasando por la mis - maenfermedad,escribía unacolumnalla - mada “En los zapatos de María Antonieta” en la revista Ellas. Allí contaba sus anécdotas como paciente concáncer. La con - tactéde inmediato,eIsmaríse volvióuna guíapara mihermanadurante todoaquel proce so. Porque si algo nuevoaprendí de esa en - fermedad, algoque nosolemos escribirlos periodistaso note lodicenlos doctores:es queel cáncerune alaspersonas, inclusoa las queno seconocen. Crealazos rosasque perduran después de la muerte. Así,mientras Ismaríla acompañabaen elpasoapasodetodo loqueveníaenelca - mino,yo intentéserla parterazonable, quien ledijera: “estoes unaenfermedad como cualquier otra y tiene cura. Aunqueomitídecirle quesegúndatos del Ministerio de Saludde Panamá, la tasa dedefuncionespor cáncerdemamaau - mentaron de 5.8 a 6.8% entre 2108 y 2022. Hoy, por ejemplo,Ismarí,no estácon nosotros. Pero, no quieredecir que forma parte de las cifras, porque las personas no somosnúmeros.Númerossonlos139.mi - llones dedólares quela Comisiónde Pre - supuesto dela AsambleaNacional recortó para elpresupuesto delInstituto Oncoló - gico Nacional(ION) en2023. Números sonlos 8.6millonesdedólares quelosad - ministradores del ION pedían con urgen - cia parala comprade insumosmédicos y reactivosdelaboratorio quelepermitan cubrir el último trimestre de 2023. Núme - roesel15denoviembre2023,ucandodes - puésde unalluvia, variasáreas delcentro hospitalario se inundaron por comptleo. Así, entredatos esperanzadoresy ocul - tandocifras,traté detranquilizarlamien - tras a veces laacompañaba a especialistas, serealizabaexámenes yconocíaamayor profundidad su situación. Hasta que co - menzó con la quimiotearpia. Un largo año Mi mamá se mudó a la casa de mi hermanapara cuidarla,mientrasyome quedéen la mía. Pasaron las semanas y mi mamá me contaba delas idasal hospitalde emergen - cia, delos vómitos, dela palidez, dela caída del cabello, de la demacres. Pero yo no iba a verla. Mi mamá me contabacomo mi sobrino de 5 años sabía (sin que nadie le hubsie di - cho)que algomalopasabacon lamamá,y que en lugar de correr y lanzarse en la cama sobre ella como siempre hacía, se sentaba enel pisoparacuidarla.Mientras yoseguí sin ir. Ibaaltrabajo,salía devezencuandocon mis amigos, pero, no ibaa ver a mi herma - naenferma decáncer. Aveces, cuandome escribía para decirmeque estaba cansada, para decirmeque eltratamiento erapesa - doy nosabíasilo ibaalograr,yo ledecía: “¡No exageres!¡Es cáncerde mama!Tam - poco escáncer de cerebroe, so síes compli - cado. Estratable. Solo quelos medica - mentos son fuertes”. Losmesespasaron ymiausenciaera másque obvia.Mimamá mereclamaba quenohabíaido averla,mientrasyosolo cambiaba el tema o quedaba callado. Y hoy, unpar de años despuésde su recu - peración, despuésde quenunca tocamos el temade mi ausencia duranteel periodo másdifícil desuvida,finalmente meatre - vo a admitirle la verdad. Pasé un año sin ver a mi hermana con cánce,rporque a pesar de todo lo que le decíad, el apoyo que le da - bao esperabaestardándole, yopensaba queseibaamori.rSabíaquesilaveíaenese estado, que mi mente bloquea siquiear imaginar, me iba a derrumba.r No iba a poder ser el soporte que me ima - giné queera alhacerle verque erauna en - fermedad,fuerte,pero curable.Porquelo ciertoeraquevivíaconmiedo.Cadadíase - perabalallamadapara quemedijeranlas palabras que ni siquiera puedo escribir. Si iba a verla, caeríade rodillas al lado de su cama,llorando, derrotado,sollozando, porque la fuerzaque intentaba demotsrar era unamentira. Ella ibaa ver enmi llanto desgarradoque teníamiedoyya nopodría decirleque todosaldríabien.Ya nopodría decirleque millonesdemujeres securan. Quelos avancesmédicoshoy sonmejores que hace 20 años. No podríaverla sin sucabello. Cuando creces con una mujer, sabes lo mucho que amay cuidasu cabello,y verlosin élme rompería.Porque metraería recuerdosde nuestraadolescencia, cuandoellacom - praba champú especiales yyo me robaba un poco paralavarme la cabeza, yella se molestaba y los escondía.Iban a ser re - cuerdos tras recuerdos de la niña, adolse - cente y mujer con la que había crecido toda mividayqueno seríalaqueestuviesefren - te a mí. Tampoco creía podercontrolar mi sufri - mientofrenteamissobrinos.Meibaacon - vertir, a mí parecer, en una carga más. Y por eso, durante un año de tratamiento, no fui a ver a mi hermana con cánce.r La llegué a ver finalmente cuando estaba más recuperada. Con maquillaje paar ocultar unpoco lapalidez, delineadorne - gro en losojos y una estola largaen la cabe - za. Parecía,como ledijo unamujer ensu trabajo: “una musulmana empodearda ”. Quise abrazarla y llorar, pero, una vez más, sentía que debía ser fuetre. Sentía que debíahacerlecreerque todoibaaestar bien,porqueyo trabajoescribiendosobre esostemas,ysédeloquehablo.ePro,escri - birlopor chates unacosa,tratar dehacer que te crea mientras lloras es otra. Asíque memantuvedepie, sinacercar - me,hablando detrivialidades,como sina - da estuviesepasando onada gravehubiera pasado. “Estabasenferma y yate recupe - raste. Podemos seguir”. Aunquedecierta formanose sigue.Laenfermedadmarca. Deja una herida en toda la familia. Una he - rida queduele, no alrecordar, sinoal ima - ginar lamínima posibilidad deque pueda regresar. Antes de publicar esta historia, que en granparte tambiénes suhistoria, leman - dé unacopia ami hermanapara queme diera su aprobaciónde contarla. Demoró casi undía enresponder, hastaque me dijo: “Espera,que leo,lloro yparo. Co - mienzo aleer de nuevo,vuelvo allorar y tengoque parar ”,supongoquelo dellorar es de familia. Y con esta crónica finalmente me atreví a decirle porqué nunca lavi. Lohago abier - tamente para tratarde ofrecer disculpas, lohago públicopara,decierta forma,ex - ponermea serjuzgadoporaquellos quesí tienenla fuerzadeestarcon susseresque - ridosen momentosdenecesidado losque seancomo yo,encuentrenlafuerza dees - tar al lado de su ser querido. Yo aveces me mantengo enla postura que hicelo correctoal solomantener co - municaciónconella porteléfono,parade - cirle que todo iba a estar bien, que ella sin - tiera, poralguna estúpida razónen mi mente, que si noestaba allí preocupado al lado desu cama, ella realmenteme creería y confiaría en que todo iba a salir bien. Pero,otras veces,me arrepiento.Me siento cobardey lofui, losé. Sientoque le fallé. Y soy inmensamente débil, pero par mí no era sololidiar con su enfermedad, era lidiar con la remotaidea de tener que vivir sin ella…Yno encontré fuerzas paar soportar, verla enfermae imaginar vivir sin algo que amas más que a tu propia vida. Leonardo
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