11A LaPrensa Panamá, viernes 7 de junio de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Tormentas en las calles Accidentes de tránsito Pedro Vargas [email protected] ¿Cuántos muertos necesita la Autori - dad de Tránsito y Transporte Terres - tre (ATTT) para regular con firmeza y sin transacciones el uso de un ptaín eléctrico (scooter eléctrico) y motocicletas en las calles de la ciudad? ¿Cuántos huesos hay que romper, cuánta carne destrozar, cuántosangredesbordarpaarempaparlas calles? Cada día conducir un auto apatrándose de otros vehículos menores que se mteen entre un auto y otro, que le cruzan por delante en ángulos rectos de 90 grados, que pasan por los lados sin avselina entre dos autos, rozando la pintuar de la carrocería y que se dan a la fuga entre la densidad automotriz y las calles aledañas, como las que transitamos, excavadas por la desidia y el robo de los presupuetsos de la otra autori - dad, la de Obras Públicas, con acears rotas o vehículos inmóviles y descoloridos y des - tartalados, montados en ellas por bendición de una construcción o la arbitrariedad de quien bien conoce el carátcer comercial de quienes deben multarlo. (El párarfo in - cansable obedece a la misma velocidad con que conducen estos mercaderes de la targe - dia, cuyos cuerpos son el chasis de los vehí - culos que conducen). Todas las mañanas en mi recorrido hacia mi trabajo, entre la moletsia y hasta la rabia de ver tanto delito de conducción y triácfo y tanta oportunidad de atropellar a un tran - seúnte y causarle heridas serias y la mueter, como al mismo condutcor de motocicleta o del patín eléctrico, o destrozar llantas, rines y suspensión al auto que conduzco, mientras trato de desviar al mismo tiempo el cho - que, el atropello y los cráteres del concrteo corroído y vestido de alquitrán baarto, me pregunto: ¿existe un reglamento paar estos señores?, ¿existe un castigo innegociable para ellos?, ¿existe una autoridad?, ¿por qué todos los vemos y la policía no los v?e, ¿acaso no nos vigilan con cámars en las ca - lles? Un conductor de motocicleta en los Esta - dos Unidos tiene 28 veces más opotrunidad de morir y 4 veces más, de salir seriamente lesionado en un accidente automotriz mientras la conduce, que quien conduce un auto. Ese conductor es el chasís de su vehí - culo y su protección es ínifma. Los acciden - tes de motocicletas constituyen el 14% de todas las muertes por accidentes de tráifco a pesar de que solamente un 3% de todos los vehículos registrados son motocicletas. Las colusiones de motociclteas son responsa - bles del 17% de todas las fatalidades de sus ocupantes y 3% de los daños a los oucpantes de otros vehículos. Más de una tercear parte (34%) se asocian a la conducción a altas velocidades, una forma de manejo desordenado. Enelaño2022,enlaRepúblicadeaPna - má, entre los conductores implicados en ac - cidentes de tránsito, condutcores de moto - cicletas y motonetas sumaron 27, 41 de un total de 83,141 de estos conductores en todo el país, o un 33. %. De ellos, 17, 77 (64.8%) en la provincia de Panamá y 345 (12.6%) en Pa - namá Oeste. La provincia de Chiriquí siguió con 268 (9.8%) condutcores de estos tipos de vehículos. Los casos fatales que resulta - ron de estos accidentes por tipo de conduc - tores implicados fueron 40 (129.%) para motocicletas y motonetas en todo el país. En la provincia de Panamá fueron 19 (47.5%) y en la provincia de Panamá Oeste fueron 14 (35.0%) las muertes producidas. La fuente de estos datos es el Departamento de Operaciones del Tránsito de la Policía Nacional. La Contraloría General de la Nación reve - la que, en el año 2022, en el ditsrito de Pana - má, las horas del día con mayores acciden - tes de tráfico son entre 10:00 am. y las 5:00 p.m, pero se inicia su ascenso entre las 6.00 a.m. y 7:00 a.m. y su descenso, después de las 7:00 p.m, horas durante las cuales los conductores salen y llegan a sus hogares. El manejo desordenado y las velocidades altas - “porque el trabajo lo exige ”- tienen que ser causas de estos accidentes, poqr ue en esas condiciones de tarbajo y conduc - ción, la distancia para detener a tiempo la motocicleta aumenta, y el control de la mis - ma disminuye. Por el otro lado, solamente la ATTT puede darnos luz sobre otros ele - mentos,p.ej.conducciónbajoelfectodel alcohol, marihuana y otars drogas. Esta mañana, en un taryecto ocupado por la Avenida Cincuentenario, me espantó la posibilidaddehaberpodidotaropellara una mujer joven en un ptaín eléctrico, ocu - pando uno de los carriles con la misma autoridad de un Ferrari o un Panamera, co - mo si fuera un Renegade. Pensé en cómo habría quedado su cuerpo lanzado por el aire para caer espeso y duro en el pvaimen - to, cuando, seguro, no etsaba en sus planes minutos antes que iniciaba su camino a su trabajo. Y no había terminado de mteabo - lizar el pensamiento horroroso entre mis neuronastemblorosas,ucandomecruzó una moto a toda velocidad, zigzagueando entre los carros, con un pasajero agararn - do fuerte por detrás, la cintura de su con - ductor -¿novio, esposo o amiog?- dos veces su tamaño y su peso. Pensé, si fuera su no - via,¿cómosigueconél?;sifuearsuesposa, ¿cuándolodivorciará?;sifuearsuamiga, ¿así de descuidada es la amistad? Y, al lado de mi carril de conducción, una maquilladora facial conduciendo a 10 Km. por hoar, mientras sus ojos cambian entre el espejo de los polvos faciales y la pantalla del celular, seguramente con una urgente llamada para decir: “Señora, dejó la lista de las le - gumbres y el pepino…” o“¿te enteraste…?” El descuido del peatón suele ser conside - rado como la causa primaria de las muertes por atropello en los accidentes de trán - sito en las ciudades. No estoy seguro de ello. Antes, están el conductor de un vehí - culo de cualquier tipo, entre ellos los moto - ciclistas, que no respetan las líneas cebras, pintadas en la calle paar el cruce seguro de peatones, aquellos que se colocan debajo del semáforo para salir primero con el cambio de luz, bloqueando el paso petao - nal como la visibilidad de otros condutco - res para conocer si hay o no cruce de peato - nes, los que desconocen que cambiarse de carril de conducción cuando se acerca a un cruce de autos está prohibido y promueve accidentes, y la poca o ninguna cotresía del motociclista para dar el paso a los peato - nes, cortesía que sí demuestra el conductor de un vehículo de transporte público. Loquehedescritoho,yloveustedyloveo yo todas las mañanas. Para mí, un calvario de conductor entre conductores de moto - cicletas, y sin ver alguno o ninguno de los tan amables policías del tránsito, quienes se protegen de la tormenta en las calles, guarecidos en quién sabe qué lugar del planeta. ¿Existe un reglamento sobre la con - ducción de motocicletas? Si existe, ¿quién vigila que se cumpla? Publicar estadísticas de accidentes vehiculares, los tipos de ve - hículos envueltos en tales accidentes y sus resultados y consecuencias tiene una bue - na dosis de docencia y debe hacerse. ¿Existe un reglamento para los conductores de motos y patines eléctricos?, ¿existe un castigo innegociable para ellos?, ¿existe una autoridad?, ¿por qué todos los vemos y la policía no los ve?, ¿acaso no nos vigilan con cámaras en las calles? EL AUTOR es médico pediatra y neonatólogo. El canal TRPV1 en el dolor y conservación biológica Ciencia César Amaya [email protected] La temperatura y el dolor son procesos íntimamente relacionados. La trans - ducción de señales nociavs y de tem - peratura se comprendía en garn medi - dahastafinalesdelsigloXX.Porejemplo,co - mer picante produce calor y ardor debido a la activación de fibras nerviosas que envían la in - formaciónalcerebrodondeseegneralaper - cepcióndedolo.rHasta1997,sedesconocíael mecanismo exacto por el cual eran activadas estas fibras sensoriales. Ese año, el grupo de laboartorio del Dr. David Julius en la Universidad de California, San Francisco,EstadosUnidos,logróidentiifcary clonar el canal iónico TRPV1 (Receptor de Po - tencial Transitorio Vaniloide Tipo 1), diluci - dando el mecanismo moleuclar de la transduc - ción de estímulos nocivos y de tempeartura. El canal TRPV1 fue el primer receptor de temperatura en identificarse, respondiendo a temperaturas superiores > 42º C y a compues - tos químicos como la capsaicina - el componente activo en los ajíes que produce la sensa - ción de picante. Estos hallazgos demostraron que la capsaicina actúa como analgésico y que el TRPV1 es crucial en el proceso del dolo. r El uso prolongado de la capsaicina desensibiliza el canal TRPV1, evitando que el estímulo sea integrado por el cerebro y generando un efecto analgésico. En las últimas dos décadas han sido buscadas intensiavmente moléculas que actúen sobre el canal TRPV1 como alter - nativa terapéutica frente a los fármacos opioi - des,ampliamenteutilizadopareltratamien - to del dolor. El uso prolongado de opioides puede desencadenar efectos secundarios graves, incluyen - do la adicción. La crisis actual en Estados Uni - dos por el abuso del fentanilo, un potente opioide sintético, es un ejemplo de etos s peli - gros. Nuevos fármacos dirigidos al canal TRVP1 podrían aliviar el dolor neuropático y ptaolo - gíascomoladiabetes,cánceryAlzheime.rLas investigaciones sobre el TRPV1 y los cambios de temperaturas ambientales han relveado có - mo afecta el calentamiento global los organis - mos. Un artículo de la revista NatureCommuni - cations mostró que el canal TRPV1 en el orni - torrinco no se desensibiliza por tempeartura a diferencia de otros mamíferos. Etsa especie, que habita en tempearturas no superiores de 25º C, podría sufrir una atcivación sostenida del canal y muerte celular por calcio por el au - mento de la tempeartura ambiental. Estas evi - dencias moleculares sugieren como el cambio climático podría llevar a la extinción de ciertas especies. EL AUTOR es profesor y neurocientífico del Departamento de Fisiología y Comportamiento Animal de la Universidad de Panamá e integrante de Ciencia en Panamá. Panamá, Colombia y las invenciones de Petro Historia Guillermo Márquez Amado [email protected] El presidente de la hermana República de Colombia, trilliza junto con Venezuela y Panamá a los ojos de los españoles que en 1501 posaron por primera vez sus ojos sobre nuetsra geogra - fía, y melliza de Panamá, de acuerdo con la primera ordenanza real española que, res - pecto a la tierra firme de este continente, dispuso que al Este del Golfo de Urabá los territorios descubiertos se llamarían Nue - va Andalucía, en tanto que los que quedaran al Oeste del mismo llevarían el nom - bre Castilla del Oro, de donde a la vida ju - rídica europea nacimos en el mismo pator, anunció que pediría a nuetsro gobierno desenterrar los cuerpos de colombianos que murieron a ifnales del Siglo XIX y “re - cuperarlos”como parte de la historia co - lombiana; y sí, son patre de la historia co - lombiana como lo son de la hitsoria de Pa - namá, territorio en que perdieron sus vidas luchando por principios que implicaban mayor autonomía para las partes que constituían Colombia, entre ellas e ilegíti - mamente, el territorio que es hoy panameño y que incluye la provincia de Bocas del To r o . Tal cosa habría dicho con ocasión del ascenso de subtenientes en la Esucela Mi - litar de Cadetes General José María Cór - dova, a quien el propio Simón Bolíavr, una vez que nos independizamos de España por esfuerzo e inicitaiva propios -28 denoviembrede182-1ynosincorpora - mos a la Colombia de los trillizos que en sus orígenes había sido lo que hoy son eV - nezuela, Colombia y Panamá, encomen - dara fortalecer nuestras defensas y admi - nistración, ante la posibilidad de que el imperio español quisiear volver a avasa - llarnos. Esos héroes que llama etsrictamente co - lombianos y parte de esa historia, fueron también hermanos de etsa tierra que los acogió en su seno, perseguidos y forzados a abandonar el Este del Golfo de Urabá porque allá, donde habían nacido, no se respetaba su derecho al voto, no se respe - taba su voluntad de autonomía fedearlis - ta, acogida, dicho sea de paso, en aquella Convención que dio origen a la Constituciónde Rionegro presidida por un panameño: Justo Arosemena, prefiriendo ve - nir a Panamá a sabiendas de que se juga - ban la vida en los combtaes con los que se proponían recuperar la libertad que les había sido arrebatada no ya por el imperio colonial, sino por el gobierno propio. Y no, señor Gustavo Petro, Panamá no se perdió mientras los neogranadinos se en - garzaban en feroz guerar en la cordillera y planicies andinas, Panamá se independi - zó de Colombia después de una sangrienta guerra civil cuyo principal escenario fue elIstmodePanamá:ladelosmildías,uc - ya causa estuvo en el férreo control ejerci - do por los gobernantes de Bogotá, algo así como lo que usted quiere hacer ahoar en su nación, pero con otro patrido; centra - lismo enfermizo que había sido supeardo en 1855 cuando se nos reconoció la capaci - dad de tener un gobierno federal, fórmula que se contagió después a toda la Nueva Granada que tomó el nombre de Etsados Unidos de Colombia en aquella Covnen - ción de Rionegro, quizás con la espearnza de que a dicho estado se incorporaran las repúblicas de Venezuela y Ecuador, ya desgajadas del sueño bolivariano desde 1830 que fueron las que contsituyeron la original Colombia a la que aPnamá adhi - rió en 1821. Si quiere revivir memorias con ánimo oportunista, por acá también tenemos hé - roes sepultos en Colombia que bien podríamos aspirar a que sean exhumados y regresen a su patria pequeña, tanto como sus manuscritos, catras y obras que en la Nueva Granada se conservan y nunca nos han sido devueltos a pesar de ser nuetsros; pero no, dejemos que el sueño de Bolaívr vuele o al menos lfote sobre nuestras na - ciones; quizás un día entendamos que las semillas de nuestros héroes ancestrales inhumados en nuestras naciones sin dis - tingos de regionalismos, son en el fondo las que permitirán germinar el fruto de una nación grande, solidaria, fraterna y capaz de llevar bienestar a los más, sin des - pojar a los menos, ni siquiear de sus restos. Gustavo Petro quiere desenterrar los cuerpos de colombianos que murieron a finales del Siglo XIX y “recuperarlos” como parte de la historia colombiana. EL AUTOR es abogado
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