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8A LaPrensa Panamá, lunes 13 de mayo de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Perspectiva y mirada al futuro Resultado electoral Susana Lezcano [email protected] Ya el diablo tiró los dados y la suerte está echada, pero…¿han sido tan malos los resultados de nuestras elecciones como para querer beberse un galón de cloro como vi a varios decir el domingo pasado? Sinceramente, no lo creo, aunque la reciente contienda electoral ha sido la más sucia que he visto en mi vida, pero creo que este enunciado tendría más valor viniendo de personas más adultas que vivieron en 4K la dictadura. Sí, llegó a la presidencia un candidato ungido por una figura altamente controversial con procesos penales activos, con una propuesta de gobierno escueta y que no se presentó a ningún debate, pero la realidad es que aquí nos gusta el culto a la personalidad, el papel lo aguanta todo y los debates no ganan votos. En esas circunstancias, cualquiera de los candidatos hubiese podido ganar, porque todos en esa papeleta tienen cola de paja. Y sí, es difícil ver como a un líder democráticamente electo a alguien que no obtuvo una mayoría absoluta, pero esta ha sido la realidad en cinco de las seis elecciones previas a esta, y la culpa es nuestra por no exigir una constituyente que, entre otras necesidades, incluya la segunda vuelta. Considerando su trayectoria, porque no podemos negarle sus méritos, mi expectativa y esperanza es que nuestro presidente electo va a ser pro-libre mercado y promoverá la empresa privada, y eso es tanto o más importante para reactivar la economía que cualquier proyecto faraónico de gobierno que se puedan inventar. Aun si hubiese salido electo alguien menos controversial, recordemos que el presidente no es una figura todopoderosa y que es interdependiente con dos órganos más para que el Estado pueda funcionar. De estos, como ciudadanos no tenemos poder sobre la Corte Suprema de Justicia, pero sí en la Asamblea y es justo aquí donde hemos hecho historia, votando por una mayoría independiente, y exiliando a una cantidad considerable de chacales de las curules donde se habían atrincherado, no por años, sino décadas. Esto, mi gente, es el triunfo real. Ahora, no estoy diciendo que los independientes son nuestra salvación. El que un candidato sea independiente no lo hace santo por defecto, ni pertenecer a un partido es suficiente para satanizarlo, que es lo que percibí que muchos lamentablemente hicieron durante esta campaña, alimentando la división en nuestro país. No importa si nos gusta el resultado o no. Tenemos lo que hay basado en las reglas existentes. Toca mirar al futuro con la esperanza de que el resultado será, en efecto, lo mejor para el país, y en lugar de declararnos oposición, buscar activamente esa conciliación que Panamá tanto necesita y mantenernos vigilantes de que las cosas se hagan con legalidad, justicia y transparencia. LA AUTORA es miembro de la Fundación Libertad. Un pavo nunca votará a favor de la Navidad Política Harry Brown Araúz Yanina Welp [email protected] “Like turkeys voting for Christmas” (como pavos votando por la Navidad) es una expresión que se usa en el mundo anglosajón para llamar la atención sobre algo que no es esperable. Si el pavo es el plato principal en las fiestas navideñas, con seguridad no estará a favor de la celebración en la que será sacrificado. La metáfora vale para pensar las estrategias de los partidos con representación parlamentaria en relación con las reglas del juego y muy especialmente las reglas electorales. La sucesión de hechos se puede enumerar así: uno, los partidos políticos con representación parlamentaria son quienes podrían cambiar las reglas que dan forma a los procedimientos para acceder a cargos. Dos, cambiar estas reglas suele requerir de mayorías amplias establecidas con la intención de dar estabilidad al sistema. Tres, quien tenga la mayoría para efectuar el cambio habrá conseguido su posición de poder con estas reglas, por eso es improbable que quiera cambiarlas. A menos que, cuatro, prevea que va a perder poder en el futuro y quiera contrarrestar esas pérdidas. Su poder queda en suspenso cuando surgen nuevos actores en el sistema, por eso los partidos que ya están dentro pueden tener incentivos a modificar o adaptar reglas que les permitan mantener sus cuotas de poder, aunque vayan perdiendo votos. Finalmente, cinco, cuando las resistencias al cambio son fuertes puede ocurrir que los cambios se produzcan por implosión del sistema. Dicho con otras palabras y de forma resumida: el camino que eligen los actores depende de la situación objetiva que les da el número de votos obtenido y otra subjetiva, cómo prevén el futuro. Panamá ha tenido procesos de reformas electorales recurrentes e incluyentes, pero al final los pavos nunca han votado por la Navidad. Sin embargo, los resultados de las elecciones del 2024 podrían dejar menos claro quién es ahora el pavo en este c uento. Durante los últimos 35 años los partidos PRD y, en menor medida, Panameñista, han sido los beneficiarios de un sistema electoral extraordinariamente mayoritario y excluyente que les ha favorecido con victorias presidenciales con un tercio de los votos y altas tasas de ventaja en las elecciones legislativas. Por su parte, en los últimos años lo que hemos llamado “la sensibilidad independiente”o“el movimiento anticorrupción”, que incluye al partido MOCA, la coalición Vamos, organizaciones de la sociedad civil y comunicadores, entre otros, se han quejado con razón y amargamente por las enormes ventajas que la legislación electoral panameña da a los partidos políticos a través de un financiamiento público nada equitativo y sobre todo la distorsión en el cálculo para la asignación de residuos en las circunscripciones plurinominales. Eso una vez nos llevó a decirles, para evitar la resignación de nuestros interlocutores, que obtener una avalancha de votos era la única manera de neutralizar el efecto de esas reglas que consideraban injustas. Esto fue lo que sucedió el domingo 5 de mayo. El movimiento anticorrupción ha dado un vuelco a la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional con la avalancha de votos necesaria para entrar con fuerza nunca vista a las instituciones de representación. En las elecciones legislativas del 2019, 11 de los trece escaños asignados por residuo correspondieron a la alianza PRD/Molirena. Esta vez, de los 16 escaños asignados por residuo, 9 han sido para candidatos de Vamos y MOCA. Por la forma en que se calcula el residuo en Panamá, se puede decir que esto es producto de los 6 cocientes obtenidos por los independientes, mientras que el PRD, RM y Panameñistas, juntos, obtuvieron solamente 2. Es decir, el movimiento anticorrupción fue el beneficiario de los sesgos mayoritarios del sistema, lo consiguieron consciente y estratégicamente desde el momento que pidieron el voto en plancha “aunque no les gustaba”. Las próximas reformas electorales, cuyos temas centrales implicarían la realización de reformas constitucionales, dependerán de cómo los actores en contienda perciben su futuro. ¿Entenderá el PRD su descalabro del 2024 como el inicio de su declive y preferirá, por fin, apoyar la definición de un sistema proporcional que sea más justo con su declinante proporción de votos?, ¿se entusiasmará el movimiento anticorrupción con estos resultados y preferirán consolidar su nueva posición dominante manteniendo un sistema mayoritario con el que parece han aprendido a jugar o serán fieles a sus reclamos democratizadores de antes?, ¿cómo se ven a sí mismos RM y CD? En “El Puente- el podcastdel Cieps” comentamos que las normas electorales son producto de coyunturas históricas que llevan a los actores políticos a acordar las reglas para el acceso y ejercicio del poder. Las normas electorales no son un producto técnico, sino que son el resultado de procesos de negociación en los que juegan un papel tanto las ideas como el cálculo estratégico. En Panamá se podría estar abriendo una coyuntura de este tipo. Si es así, nuestro único consejo a los actores políticos de la sociedad panameña, aunque no nos lo han pedido, es que legislen pensando en cómo quieren ser tratados cuando están en la oposición. Durante los últimos 35 años los partidos PRD y, en menor medida, Panameñista, han sido los beneficiarios de un sistema electoral extraordinariamente mayoritario y excluyente que les ha favorecido con victorias presidenciales con un tercio de los votos y altas tasas de ventaja en las elecciones legislativas. LOS AUTORES son: Brown, investigador del Cieps y Welp, investigadora del Albert Hirschman Centre for Democracy. Del materialismo y otros entuertos Monopolio Ramón Varela Morales [email protected] Aunque el materialismo tiene un significado filosófico de antigua data, y de múltiples enfoques por diferentes estudiosos a través de los siglos, el concepto popular actual se puede entender así: “En el lenguaje común [el término materialismo] es usado como una etiqueta peyorativa para un estilo de vida que busca riqueza, dinero y comodidades en lugar del desarrollo espiritual o mental. Este término no tiene que ver con la posición de filósofos o científicos materialistas, sino que se identifica con el término consumismo”. Considero que, si bien los bienes materiales son algo deseable y a lo que se puede aspirar legítimamente, como todos los aspectos de la vida tienen un lado oscuro, como el Imperio de la popular serie Star Wars. Ese lado oscuro es el que antepone los bienes materiales a todo lo demás, sin aceptar límites, y que no sólo genera sufrimiento y guerras en el planeta, pues aún no alcanza para todos, sino que genera pobreza en los pueblos y destrucción de las instituciones a lo interno de los países. Pero esa forma de ver el mundo no sólo genera esos maleficios, sino que también genera corrupción, pues obtener, mantener y agrandar riquezas se vuelve el objetivo central de la actividad humana, la cual, cuando el dinero es de todos, pero tampoco es de nadie, lleva al ser humano a robar, disfrazando de negocios una adquisición ilícita de dinero para alimentar la sed de poseer bienes materiales a toda costa. Y esto no sólo ocurre en la política y con los políticos, sino que ocurre en los monopolios, que ejercen influencias ilegítimas (y en muchos casos, ilegales) con el objeto de mantener una situación que a todas luces va en detrimento de las mayorías, y en beneficio desproporcionado de unos pocos. Y esto no es nuevo, así se han desarrollado, nutrido y acrecentado una buena parte de las grandes fortunas del planeta. Así las cosas, requerimos leyes antimonopolio, donde cualquier ciudadano pueda demandar una situación de tal naturaleza, y donde los representantes legales y los ejecutivos con capacidad decisoria de una corporación o grupo empresarial deban rendir cuentas e incluso puedan ir a prisión por tales situaciones. También, la misma pena debe aplicarse en los casos donde se den coimas a funcionarios para obtener beneficios, contratos u otras prebendas. Dar una coima es tan indecente como recibirla, pues no se hace gratis; siempre es con un beneficio material en la mira. Dicho esto, los funcionarios que exijan o reciban coimas, o que no puedan justificar sus haberes, incluyendo aquellos de su familia y de su entorno, deben responder con penas de prisión y se les debe confiscar sus bienes materiales, y todos aquellos bienes que se intenten disfrazar como de terceros, quienes a su vez tampoco lo puedan justificar. Con leyes fuertes y con decisión de las autoridades se puede corregir el rumbo, que hoy nos lleva (o ha llevado) a un estado fallido, donde la corrupción permea a todos los niveles de la sociedad. Esto tiene que empezar por el presidente, que es quien nombra a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, al procurador, a los reguladores de todas las entidades que hoy obtienen una parte desproporcionada de las riquezas, y asigna el presupuesto y firma los cheques para la tan cuestionada Asamblea de Diputados. El presidente también tiene entre sus prerrogativas el proponer leyes. Y no estamos hablando de una agenda anticapitalista ni de demonización de las riquezas bien habidas. Hay múltiples ejemplos, en Panamá y el mundo, de empresas que con base en el ingenio, determinación y trabajo de uno o más emprendedores logran un sitial ejemplar. Estas empresas exitosas, no obstante, deben encontrar una forma de retribuir bienestar a los ciudadanos, quienes al final, con su productividad, permitieron la acumulación de esas riquezas. En fin, es un tema complejo, pero lo que sí podemos empezar a hacer ya, como sociedad, es a regular los mecanismos que dan lugar a la corrupción, a las fortunas mal habidas, a los monopolios y todas esas cosas que permiten lograr los bienes materiales por encima del espíritu de solidaridad que debe prevalecer en la raza humana. EL AUTOR es ingeniero informático y escritor.

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