prensa_2024_04_23

10A LaPrensa Panamá, martes 23 de abril de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Deuda ambiental Desafíos Osvaldo Jordán Ramos [email protected] Salvo honrosas excepciones la mayoría de las campañas presidenciales, a diputados, alcaldes y representantes a nivel nacional han ignorado por completo el clamor de la ciudadanía por priorizar los temas ambientales como quedara plasmado en la III Encuesta de Ciudadanía y Derechos del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales(Cieps) el año pasado. Según este estudio, 93.3% de las personas encuestadas consideraban que “cuidar el medioambiente”debía ser el principal criterio para ser considerado un “buen ciudadano/a ”. Pese a ello, en escasos tres meses, una nueva administración presidencial y 81 administraciones alcaldicias tendrán que asumir las riendas de la gestión ambiental a nivel nacional y municipal enfrentando situaciones de larga data y complicada resolución. Resulta difícil comprender esta paradoja a escasos meses de las masivas protestas contra la minería en noviembre pasado, la crisis del agua que ha afectado el funcionamiento del Canal de Panamá, y el desastre ambiental recurrente de emanaciones tóxicas en el principal vertedero de la ciudad capital. La distancia entre la demanda ciudadana por un mejor ambiente y el desinterés de la oferta política muestra una desconexión entre las aspiraciones de la población por vivir mejor, y la obcecación de los liderazgos políticos y empresariales por generar riquezas monetarias por encima de cualquiera otra consideración. Esta separación solo nos puede conducir hacia escenarios de conflicto, y las siguientes líneas buscan suscitar una reflexión sobre las cuestiones pendientes en materia ambiental antes que se defina quién va a ser el próximo ocupante del Palacio de las Garzas: -Los problemas ambientales deben dejar de verse como una competencia exclusiva del Ministerio del Ambiente, y entender finalmente que diversas instituciones son responsables tanto de generar la crisis ambiental como de aportar sus soluciones. En particular, existe una ausencia absoluta de planificación en el uso del territorio que compromete de manera directa al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y a los gobiernos municipales. -La ciudadanía está menos preocupada por las grandes narrativas que por cuestiones evidentes que afectan su vida cotidiana como el agua que consumen en sus hogares y el aire que respiran. ¿Cómo convencer a las personas de que se puede administrar un vertedero cuando ni siquiera se tiene la capacidad de prevenir la contaminación de una porqueriza? -Los mecanismos establecidos para lograr justicia ambiental no están funcionando, por lo que se hace necesario la eliminación o creación de nuevas entidades, y no el traslado de responsabilidades hacia los ciudadanos. Quizás valga la pena rescatar lo planteado durante la elaboración del Código de Ambiente que sigue siendo una tarea pendiente después de que el anteproyecto quedara engavetado en 2018. -Igualmente, los procedimientos de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) han fracasado en su intento de prevenir los daños ambientales; y los de fiscalización y seguimiento ambiental hoy resultan absolutamente disfuncionales. El próximo Ministro/a de Ambiente necesita concentrarse en la efectiva descentralización de su institución a través de la creación de servicios especializados de recursos hídricos, recursos forestales, áreas protegidas y vida silvestre. -Pero por encima de cualquier otra consideración, hay que superar el mito cientificista que sostiene que las decisiones técnicas están divorciadas de la opinión de la ciudadanía, y que los asuntos ambientales se pueden resolver con limitados cálculos matemáticos. Al respecto, el papa Francisco nos dice en su encíclica Laudato Si(189): “La política no debe someterse a la economía y esta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia. Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida hum a n a”. Los miles de jóvenes que inundaron las calles y avenidas de la ciudad de Panamá hace seis meses no estaban pensando en la construcción de nuevas obras de infraestructura (puentes, ferrocarriles y represas) que han dominado históricamente la vida política panameña sino en un mejor futuro para ellos y para sus descendientes. En esto pienso que se ha complicado la lectura política actual que ha tratado de descifrar los mensajes de hoy utilizando claves del siglo XX. A ellos se unen las voces de los más pobres entre los pobres que también aspiran a un desarrollo desde su propia cosmovisión, y que están profundamente conscientes de que la oferta de los gobiernos postdictadura ha quedado en déficit. A treinta y cinco años de la transición democrática, no solo se ha incrementado la deuda externa en Panamá ni ha podido superarse la deuda social a la que hiciera referencia el doctor Ricardo Arias Calderón a principios de la década de 1990, sino que se ha ahondado una nueva clase de deuda de carácter ambiental que amenaza la sostenibilidad del país, y que no se puede seguir ignorando, y de esta manera repitiendo los mismos errores. El nuevo gobierno que inicie su mandato el 1 de julio debe recordar que no está partiendo de cero, sino que hereda un balance negativo de ríos destruidos, bosques desaparecidos y desechos acumulados que reducirán su capacidad de maniobra ante las presiones sociales. ¡A ello deberán responder con prontitud, compromiso y humildad! El nuevo gobierno que inicie su mandato el 1 de julio debe recordar que no está partiendo de cero, sino que hereda un balance negativo de ríos destruidos, bosques desaparecidos y desechos acumulados que reducirán su capacidad de maniobra ante las presiones sociales. EL AUTOR es doctor en ciencias políticas e investigador del Cieps. Leer entre líneas: la clave para estar informado en tiempo de elecciones Educación Nelson Camarena [email protected] Han transcurrido cinco años desde cuando ejercí por primera vez mi derecho democrático al voto. Desde entonces, he reflexionado sobre el poder y la responsabilidad que conlleva participar en el proceso electoral. Aquella experiencia marcó el inicio de mi compromiso con la sociedad y sus valores fundamentales. Cada elección en la que participo se convierte en un acto de afirmación de mis creencias y en un pequeño paso hacia el cambio que anhelo para mi comunidad y mi país. El Tribunal Electoral destaca a Chiriquí como la tercera provincia con mayor participación electoral, representando el 12% del total de votos emitidos. Este hecho resulta intrigante al compararse con un informe del Consejo Permanente Multisectorial para la Implementación del Compromiso Nacional por la Educación (COPEME) de 2020, que reveló que el 6% de los estudiantes abandonaron el sistema educativo en la provincia. Como residente en Chiriquí, ¿cómo puedo garantizar que los electores estén debidamente informados y participen activamente en el proceso electoral? En un país en el que la democracia es un pilar fundamental, es vital que los ciudadanos estemos informados y seamos capaces de diferenciar la verdad en los discursos políticos. La comprensión lectora no solo implica decodificar palabras impresas, sino también interpretar discursos políticos, analizar propuestas y cuestionar afirmaciones. Últimamente, la política panameña ha estado marcada por una diversidad de voces y opiniones. Con múltiples partidos políticos y candidatos por libre postulación compitiendo por la atención del público, es fácil verse abrumado por la avalancha de información. La comprensión lectora, en este punto, se vuelve un aliado estratégico para la ciudadanía. Los electores deben ser capaces de evaluar críticamente las plataformas políticas; diferenciar promesas realistas, de simples aspiraciones; y distinguir entre hechos y opiniones sesgadas. En un entorno político en el que el populismo y las promesas sin sustento ni factibilidad a menudo nublan el panorama, la habilidad de leer entre líneas se convierte en un escudo contra la manipulación. Los discursos políticos pueden estar hábilmente diseñados para apelar a las emociones en lugar de a la razón. Es responsabilidad de cada ciudadano descifrar los verdaderos motivos detrás de las palabras. La comprensión lectora permite detectar inconsistencias, identificar mentiras lógicas y cuestionar la veracidad de las afirmaciones políticas. La educación juega un papel fundamental en el fortalecimiento de la comprensión lectora entre los ciudadanos panameños y en su capacidad de escoger mejor quien liderará los destinos de los panameños en los próximos cinco años. Desde ComPa’lee, proyecto nacido en el Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC) del que soy cofundador, creemos firmemente que la comprensión lectora desde edad temprana, ayuda a fomentar el pensamiento crítico y el análisis de textos para cultivar una ciudadanía informada y comprometida. Los programas educativos deben incluir la enseñanza de habilidades de lectura globalizada, en los que los estudiantes aprenden a hacer preguntas, buscar evidencia y formar sus propias opiniones. Leer comprensivamente empodera a los ciudadanos panameños y fortalece la democracia. Un electorado informado es capaz de tomar decisiones políticas fundamentadas y responsables, contribuyendo así al desarrollo y a la estabilidad de la nación. En tiempos de elecciones, la comprensión lectora se convierte en una herramienta invaluable para navegar por el mar de discursos políticos y tomar decisiones informadas en las urnas. En Panamá, un país tan dinámico, en el que la política juega un papel central en la vida cotidiana, poder leer y comprender se vuelve indispensable. La comprensión lectora no solo es una habilidad académica, sino un acto de empoderamiento ciudadano y un elemento fundamental para el funcionamiento saludable de la democracia. En tiempos de elecciones, recordemos la importancia de ser lectores críticos y estar siempre dispuestos a cuestionar, analizar y reflexionar sobre la información que recibimos. A esos 3 millones 200 mil panameños que se espera acudan a las urnas, solo puedo decirles que el voto es una herramienta poderosa que tiene un impacto directo en la dirección que toma una sociedad. Al votar de manera informada y reflexiva, accedemos a estadios de competitividad en los que podemos contribuir a elegir líderes y políticos que reflejen nuestros valores y objetivos como sociedad. La comprensión lectora no solo es una habilidad académica, sino un acto de empoderamiento ciudadano y un elemento fundamental para el funcionamiento saludable de la democracia. EL AUTOR Miembro de ComPa’lee y egresado del LLAC 2022 Los libros y la vida Literatura Pedro Crenes Castro [email protected] El libro que cambió para siempre la literatura es un libro sobre los libros y su influencia en los lectores, o podemos pensar que Alonso Quijano, lector, ya estaba tarado de antemano, y que los libros que leyó con frenesí son solo el detonante de una locura latente que necesitaba las palabras precisas para echarse, lanza en ristre, por los caminos de La Mancha acompañado de un escudero que terminaría contagiado de la locura de su señor. Ricardo Piglia, maestro de lectores, brillante escritor, decía que «la realidad es un complot y la literatura es un complot contra ese complot», cosa que convierte al libro en un arma cargada de futuro expansivo con el que apuntar en todas direcciones contra la ignorancia y sus entusiastas, para hacerla desaparecer de nuestros entornos tan enfermos y degradados. Celebrar los libros es celebrar la vida, aunque, en puridad, se consumen más libros de los que se leen y pocos entienden lo leído, lo cual es una mala noticia. Sergio Vila-Sanjuán, publicó en estos días otro artículo brillante, con un título trillado de puro necesario y tan desatendido: Para escribir hay que leer, «Y es que la buena creación no sale de la nada», afirma, hablando de Josep Pla, lector voraz y comprador compulsivo de libros. Y no solo para escribir bien hay que leer, sino también para, sigue diciendo Vila-Sanjuán, «enriquecer la vida cotidiana abriendo ventanas de curiosidad, cultura, espiritualidad y belleza. Y para ahuyentar el peligro de la idiotez progresiva…». Leer es el acto más subversivo que se puede hacer, negándonos a vivir sin conocimiento. Dotarnos de una buena biblioteca o tener acceso a una es definitivo para el despertar del criterio que necesitamos, por eso no se inauguran las suficientes. Súmense al complot, lean para convocar la belleza y desbaratar las estrategias de la ignorancia estructural, que se nutre de nuestra pereza mental y poca destreza lectora. Súmense a la locura quijotesca de leer. EL AUTOR es escritor Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva Annette Planells Directora Editorial Rita Vásquez Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjQ5NQ==